La restauración francesa1

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RESTAURACIÓN BORBÓNICA EN FRANCIA

Luis XVII

Carlos X

Luis Felipe I Monarquía de Julio

AUTOR : EZEQUIEL ALEJANDRO PÉREZ CUADRADO CURSO: CURSO LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS EN EL AULA BASADAS EN LINEX


INDICE 1. La época de la Restauración (1815-1848).La derrota de Napoleón en 1814 y la restauración de Luis XVIII en Francia.

2. El Congreso de Viena (1814-1815) 3. Corrientes políticas 4. Alternancias parlamentarias 5. Caída de la Restauración 6. Las Cuatro Ordenanzas 7. Bibliogtafía

La época de la Restauración (1815-1848) La derrota de Napoleón en 1814 y la restauración de Luis XVIII en Francia. Tras la derrota y expulsión de Napoleón Bonaparte en 1814 se cierra el ciclo de la Revolución Francesa aparentemente derrotada también. Y se trata de restablecer los tronos y las fronteras tras las guerras iniciadas en 1792. Los aliados restauraron a la Casa de Borbón en el trono francés. El periodo que sobrevino se llamó la Restauración, caracterizada por una aguda reacción conservadora y el restablecimiento de la como poder político en Francia. Pero los gobiernos de Luis XVIII (entre 1814 y 1824) y Carlos X (entre 1824 y 1830) debieron aceptar algunas realidades surgidas con la Revolución francesa, como la monarquía constitucional, el parlamentarismo, la redistribución de la tierra realizada durante las convulsiones de fin del siglo XVIII y la desaparición de los antiguos gremios artesanales. De momento, tras la primera derrota de Napoleón en 1814, los dignatarios de su Imperio, que procedían de todos los sectores y fases de la revolución reconvertidos en instrumentos napoleónicos, le convencen de que abdique para salvar a Francia, polarizando en él toda la culpabilidad, y pactan con el hermano del destronado y guillotinado Luis XVI el restablecimiento en Francia del trono de los Borbones que, efectivamente ocupará con el nombre de Luis XVIII, pero no como monarca absoluto, sino con una constitución pactada con esos dignatarios de la revolución y del Imperio, aunque figura que es el rey el que la establece y que no le es impuesta por la revolución en nombre del Pueblo Soberano, sino que él como rey la concede, por lo que se denominará la Carta Otorgada. El pacto también se concreta en que el rey tiene en su gobierno a personajes como Talleyrand y Fouché, procedentes del gobierno napoleónico y anteriormente de otras fases de la revolución; el ejército es el napoleónico y antes revolucionario. La Restauración en Francia es un régimen resultante de una transacción o pacto del Trono con la Revolución. El nombre le viene de que los Borbones vuelven a ser la dinastía reinante. Este período está caracterizado por una profunda transformación de la vida política y social en Francia, que transcurre más en el seno social que en la superficie del Estado.


Los sectores monárquicos buscan liquidar todo vestigio de la Revolución francesa, mientras que la burguesía trata de superar un período de 25 años de guerras y vuelven a elaborar un programa político y económico viable que, a la vez, recupere algunos elementos de la revolución que le son útil. En la Historia Universal se generaliza este nombre de Restauración, porque también se trata de restablecer las fronteras y reponer en sus tronos absolutos a los monarcas legítimos. La Restauración no es la implantación de la monarquía tradicional, porque los gobiernos vencedores y los dirigentes sociales se basan en las ideas de la Ilustración y no quieren ir a un saneamiento social basado en el cristianismo aplicado de forma consecuente. Sólo pretenden eliminar los efectos para ellos negativos de la violencia revolucionaria, pero no la raíz. "No han olvidado nada y no han aprendido nada", como se dice de los aristócratas franceses que regresan ahora de la emigración.

El Congreso de Viena (1814-1815) Es la reunión en la capital del nuevo Imperio de Austria de los representantes de todas las potencias europeas grandes y pequeñas con la doble finalidad de rehacer las fronteras y de restablecer a los monarcas legítimos en sus tronos absolutos, superado aparentemente en 1814 el ciclo revolucionario. En muchos casos, esos representantes son los máximos dirigentes de sus países, emperadores, reyes, jefes de gobierno. No se establece el sistema tradicional, ni siquiera se reproduce exactamente la situación del Antiguo Régimen, que ya era no lo tradicional, sino el despotismo ilustrado.

Mapa Congreso de Viena 1815

Mapa etapa imperial de Napoleón antes de 1815

El Acta final del Congreso de Viena 9.06.1815 Se mantiene la supresión del Sacro Imperio Romano de Nación Germánica impuesta por Napoleón en el tratado de Presburgo (Bratislava) de 25.12.1805, tras vencer en la batalla de Austerlitz. Él se había proclamado emperador en 1804 y obliga a Francisco II a firmar esa supresión del Imperio Romano, nombrándole Emperador de Austria, con el nombre de Francisco I. Se tendrá que someter hasta a cambiar su propio nombre. Y declarará suprimido el Imperio Romano Germánico el 6 de


agosto de 1806. Tampoco se restaura Polonia, que había quedado dividida entre las grandes potencias vecinas, Rusia, Prusia y Austria en los tres repartos de Polonia del siglo XVIII. Tampoco Napoleón la había restaurado. Y ahora sigue dividida entre esas grandes potencias vecinas, Rusia, Prusia y Austria Ni se devuelven a la soberanía del Papa los territorios del Condado Venaisin y de la ciudad de Aviñón que la Francia de la Revolución había ocupado y ahora, pese a su derrota, se le permite Francia retenerlos, incluso después del Imperio de los 100 días de Napoleón. Inglaterra, que es la gran vencedora de las guerras de la época revolucionaria y napoleónica, consigue todos sus objetivos. Las otras grandes potencias son Austria, Prusia y Rusia.

Corrientes políticas Sólo apuntalarán la monarquía con la formulación del legitimismo, según la cual el poder les corresponde a los monarcas legítimos frente a usurpadores como Napoleón, lo cual es evidente; el problema es que según ellos basta con que sean legítimos de origen aunque carezcan de la legitimidad de ejercicio, que consiste en gobernar como Dios manda, es decir, que gobiernen con honradez, para lo cual necesitan actuar según normas seguras de moralidad, y la implantación de la monarquía tradicional en vez de su distorsión absolutista y despótico-ilustrada requiere acatar la autoridad infalible de la Iglesia en materia de moralidad. El legitimismo lo introduce Talleyrand para salvar a Francia de las consecuencias de la derrota, a base de presentar a Napoleón como culpable y a Francia, regida ya por Luis XVIII, que es el rey legítimo y una víctima de Napoleón y de la Revolución a la que no se puede castigar más, sino restaurarle en su trono por ser el rey legítimo. Estaba en los ilustrados del XVIIIl el origen insospechado del legitimismo. Francia no es desmembrada por las maniobras de Talleyrand, manejando el argumento del legitimismo, y se le permite tener las fronteras de 1792, obteniendo incluso algunas ganancias. Pero tras el episodio de los Cien Días, la obligan a devolverlas casi todas, volviendo a las fronteras de 1790 más del Condado Venisin y Aviñón, que no se le devuelven a los Estados Pontificios, lo cual es otro indicador de que no es lo mismo la restauración que la política tradicional porque se arremete contra el Papa. La Cámara de Diputados de este período oscila entre fases dominadas por los ultramonárquicos y otras por los liberales. Los monárquicos llegaban con la intención de barrer con las herencias de la Revolución de 1789, pero la burguesía en su conjunto no estaba dispuesta a perder un parlamento donde podía luchar por sus intereses, y fue así que Luis XVIII sólo pudo asumir gracias a suscribir una constitución otorgada (Charte octroyée). Se mantuvieron las elecciones de diputados (que no existían antes de 1789) pero con voto censitario, muy restringido. El rey fue acompañado por el duque de Richelieu como primer ministro hasta 1818, luego por Élie Decazes. En términos generales, los opositores a la monarquía no estuvieron presentes en la arena política, pero hubo una proliferación de diarios y revistas donde el liberalismo procesó su ideología y se empezó a plantar un programa para el futuro. Entre otros, se pueden citar los diarios y periódicos Le Censeur, Le Censeur Européen, el Journal des Débats, el Moniteur y el Constitutionnel.


Los partidarios de Napoleón Bonaparte fueron una minoría muy activa, que en gran parte se integró al carbonarismo en los años 20. La cabeza visible de este grupo era Lafayette. Otros liberales, como Benjamin Constant, buscaron encontrar una salida legal para la consecución de un gobierno liberal. Los liberales llamados «doctrinarios» (Pierre-Paul Royer-Collard, François Guizot) eligieron la táctica de acercarse a la monarquía y participar en puestos secundarios del gobierno de la Restauración para superar el estado de dispersión del liberalismo. Los sectores conservadores, monárquicos y vaticanistas tuvieron sus ideólogos en Louis de Bonald, también legislador, y en René de Chateaubriand, quien actuó más como literato que como político. Por su parte Joseph de Maistre, más vinculado a Saboya que a Francia, defendió la idea de un regreso al Antiguo Régimen de monarquía absoluta y se opuso a las concesiones liberales que Luis XVIII deslizó en su constitución de 1815.

Alternancias parlamentarias En el comienzo del gobierno de Luis XVIII la Cámara de diputados está dominada por los ultramonárquicos, que son feroces defensores del gobierno real y pretenden aumentar su poder. La crisis de los Cien Días de Napoleón (de mayo a julio de 1815) originará una ola de terror blanco contra los republicanos, que amenazó la estabilidad del reino. Luis XVIII se vio obligado en 1816 a disolver esa cámara demasiado excesiva, que le reclamaba cada vez más poder, pero conservará a sus ministros. Los liberales ganan entonces las elecciones, logran frenar el terror legal y establecen leyes más permisivas referidas a la libertad de imprenta y de pensamiento, pero en 1820 el asesinato del duque de Berry, sobrino y eventual heredero de Luis XVIII, marca un nuevo cambio de rumbo de la monarquía que vuelve a implantar la censura y la persecución. La cámara vuelve a ser conservadora y se votan en los años 1820 diversas leyes antiliberales, sobre las libertades individuales, la prensa, el sufragio, la religión y los emigrados. También se reprimen con severidad una serie de motines entre 1821 y 1823 en unidades militares, dirigidos por los Carbonarios. Este período está dominado por el conde de Villèle, primer ministro desde 1821 hasta 1827. A medida que pasa la década, los liberales van ganando posiciones en la Cámara de diputados, lo que les permite rechazar algunas de las leyes más conservadores propuestas por los ultramonárquicos, y hacer aprobar una ley contra la censura a la prensa. El rey Carlos X reemplaza a Villèle como primer ministro por el vizconde de Martignac. A la vez, en 1829, este último es reemplazado por Jules de Polignac. El reinado de Carlos X se caracterizó por un creciente conflicto entre el poder y la oposición liberal, que paulatinamente había ganado un lugar en la política pero, sobre todo, en la prensa.

Caída de la Restauración Aún existe un considerable debate entre los historiadores sobre las causas reales que llevaron a la caída de Carlos X. Se considera, sin embargo, que en el periodo entre 1827 y 1830 una serie de crisis económicas, combinadas con el auge de la oposición liberal en la Cámara de los Diputados, finalmente hizo caer a los conservadores pro-borbónicos.


Entre 1827 y 1830, Francia sufría una crisis económica, industrial y agraria, posiblemente peor que la que dio lugar a la Revolución francesa de 1789. Una serie de cosechas progresivamente peores que las anteriores subieron los precios de los alimentos básicos y del grano. En respuesta, los campesinos de toda Francia presionaron para que se rebajaran los impuestos sobre el grano con el fin de bajar los precios y salir de su mala situación económica. Sin embargo, Carlos X, presionado por los ricos terratenientes, cuya economía no se encontraba tan resentida, mantuvo las tarifas. Hizo esto basándose en lo sucedido en 1816 y 1817, periodo en el cual Luis XVIII rebajó los impuestos durante una serie de hambrunas causando una bajada de los precios, e incurriendo en las iras de los terratenientes, la fuente tradicional de la legitimidad de los Borbones. Así, los campesinos de Francia se enfrentaron a un periodo muy duro de penuria económica y altos precios. Al mismo tiempo, las presiones económicas internacionales se combinaron con el poder adquisitivo debilitado de las provincias que hacía decrecer la actividad económica en los centros urbanos. Esta crisis industrial contribuyó al aumento de la pobreza entre los artesanos parisinos. En 1830, muchos sectores sociales sufrían por la política económica de Carlos X. Mientras la economía francesa flaqueaba, las tres elecciones de la década llevaron a un relativamente poderoso bloque liberal a la Cámara de los Diputados. El bloque de diecisiete liberales de 1824 creció hasta los 180 en 1827, y hasta 274 en 1830. Esta mayoría liberal estaba cada vez más insatisfecha con las políticas del centrista Martignac, y del ultra-monárquico Jules de Polignac, que buscaban proteger los limitados privilegios de la Carta de 1814. Buscaron la expansión de las franquicias, y una política económica más liberal. También pedían el derecho, como partido mayoritario, de designar al Primer Ministro y al Gabinete. El crecimiento del bloque liberal dentro de la Cámara de Diputados se correspondía con el auge de la prensa liberal en Francia. Generalmente centrada alrededor de París, esta prensa proporcionaba un contrapunto al servicio de noticias del gobierno y a los periódicos de la derecha. Se fueron haciendo más importantes en la difusión de las opiniones políticas y en la situación política del público parisino, y podían de esta forma verse como un enlace crucial entre el crecimiento de los liberales y la creciente y agitada masa de franceses golpeados en su economía. En 1830, el gobierno de Carlos X encaraba dificultades por todas partes. La nueva mayoría liberal mostraba claramente que no tenía intención de consentir las agresivas políticas de Polignac. El auge de la prensa liberal en París, que superaba en ventas al periódico oficial del gobierno, indicaba un giro general hacia la izquierda de los parisinos. Además, la base del poder de Carlos X se encontraba muy a la derecha del espectro político, como él mismo. Simplemente no podía responder a las crecientes demandas de la Cámara de Diputados, situación que pronto llegaría al extremo.

Las Cuatro Ordenanzas Técnicamente, la Carta de 1814 convertía a Francia en una monarquía constitucional. Mientras el rey retenía un amplio poder sobre el poder legislativo, y era el único poder ejecutivo, únicamente confiaba en el Parlamento para que aceptara y diera curso a sus decretos. La Carta también fijaba el método de elección de los diputados, sus derechos en la Cámara de Diputados, y los derechos del bloque mayoritario. Así, Carlos X se enfrentaba en 1830 a un gran problema. No podía saltarse sus atribuciones constitucionales, y además, no podía mantener sus políticas con una mayoría liberal en la Cámara. Se requería una acción más contundente.


Finalmente una moción de censura votada por los liberales en marzo de 1830 puso al rey en acción, y se dispuso a alterar la Carta de 1814 por decreto. Estos decretos, conocidos como las Cuatro Ordenanzas incluían: 1. 2. 3. 4.

la disolución de la Cámara de Diputados la restricción de las leyes de prensa la restricción de las franquicias a sólo los más ricos de Francia nuevas elecciones inmediatas basadas en el nuevo electorado.

Estas ordenanzas le costaron caras al rey. El 10 de julio de 1830, antes de que el rey hubiera siquiera hecho esta declaración, un grupo de ricos, liberales, jornaleros y propietarios de periódicos, liderados por Adolphe Thiers, se reunieron en París para decidir su estrategia contra Carlos X. Se decidió entonces, aproximadamente tres semanas antes de la Revolución, que en el caso de que Carlos proclamara sus Ordenanzas, publicarían críticas muy duras contra la política del rey en un intento de movilizar a las masas. Así, cuando Carlos X hizo sus declaraciones el 25 de julio de 1830, el periodismo liberal se movilizó, publicando artículos y quejas denigrantes sobre el despotismo de las acciones reales. Las multitudes en París también se movilizaron, dirigidas por el fervor patriótico y la penuria económica, levantaron barricadas y atacaron las infraestructuras de Carlos X. En sólo unos días, la situación superó la capacidad del monarca para controlarla. Cuando la corona trataba de cerrar las publicaciones liberales, las masas radicales de París las defendían. Lanzaron también ataques contra la prensa pro-borbónica, y paralizaron el aparato coercitivo de la monarquía. Aferrándose a esta oportunidad, los liberales del Parlamento comenzaron a emitir resoluciones, quejas y censuras sobre el rey. Finalmente, el rey fue depuesto 30 de julio y las Cámaras accedieron a designar al Luis Felipe, duque de Orléans como Lugarteniente General del Reino. El 2 de agosto la revuelta obligó a Carlos X a refugiarse en Rambouillet, donde abdicó en su nieto Enrique de Artois, duque de Burdeos, y minutos más tarde, su hijo, el Duque de Angulema renunció a sus derechos. La Cámaras, que no reconocían la autoridad de Carlos X, reelaboraron la Carta constitucional de 1814, declarando el trono vacante y procediendo a elegir a Luis Felipe de Orléans como nuevo rey, y fue proclamado como Luis Felipe I, rey de los franceses el 9 de agosto. Comenzaba la Monarquía de Julio.

BIBLIOGRAFIA http://mihistoriauniversal.com/edad-contemporanea/etapa-imperial-revolucion-francesa/ https://es.wikipedia.org/wiki/Restauraci%C3%B3n_borb%C3%B3nica_en_Francia


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