Vet - Salud
Hiperplasia prostática benigna (HPG): ¿qué hay de nuevo? M.V. Milagros Lira Consultorio Veterinario La Trinidad
H
ISTORIA Un canino macho, Pastor Alemán, 7 años, se presenta a consulta con secreción uretral sanguinolenta intermitente con evolución de 2 semanas, sin mejoría al tratamiento. Al examen físico, alerta, activo, apirético, presencia de flujo sanguinolento, a la palpación se evidencia aumento de tamaño simétrico no dolorosa de la glándula prostática. Los exámenes de laboratorio revelaron una leucocitosis con desviación a la izquierda, la química sanguínea no se observó cambios significativos, uriana lisis se observo presencia de sangre (hematuria). En la ecografía se observo aumento de tamaño con ecogenicidad incrementada y con eco textura heterogénea y presencia de áreas anecoicas, de forma circular sugerentes a quistes intraprostaticos. Los diagnósticos diferenciales incluyeron: hiperplasia quística, quistes para prostáticos, prostatitis aguda, prostatitis crónica, abcedacion prostática, neoplasia prostática. El paciente se le realizo Orquiectomia (castración) y posterior evaluación ecográfica en 3 meses. DISCUSION La hiperplasia prostática benigna es un agrandamiento de la glándula prostática en el cual la hiperplasia glandular o la metaplasia escamosa, o ambas, son el resultado del desbalance hormonal en perros machos enteros. La hiperplasia se asocia con un coeficiente andrógeno: estrógeno alterado y requiere presencia de testículos, la dihidrotestosterona del interior de la glándula sirve probablemente como principal mediador
4 Más q´ Amigos | Junio - Julio 2015
hormonal de la hiperplasia, provoca la proliferación y el aumento del tamaño de las células prostáticas. Es una enfermedad de perros mayores, normalmente mayores de 4 años, y puede considerarse una variación de las manifestaciones fisiológicas normales tanto en el perro como en el hombre. La hiperplasia prostática, a menudo, es un hallazgo accidental en un examen físico, pero un agrandamiento significativo puede causar signos clínicos afectando a la defecación y a la micción. El diagnostico se realiza por medio de palpación rectal, ecografía, citología, análisis de sangre, radiografías de contraste, cultivo de orina y biopsia prostática guiada por ecografía o quirúrgicamente. El tratamiento solo es necesario si están presentes signos anormales. El tratamiento más eficaz es la castración (orquiectomia), la cual produce la reducción del 70% del tamaño prostático en 9 semanas. Si la castración no es factible pueden emplearse dosis bajas de estrógenos, debido a la gran cantidad de efectos secundarios que producen los estrógenos este tratamiento ha caído en desuso. Finalmente ha salido al mercado en otros países el primer tratamiento antiandrogenico veterinario YPOZONE, el cual administrado por 7 días consecutivos inhibe la captación de la testosterona en la próstata y bloquea la fijación de los andrógenos, lo que disminuye el volumen prostático y elimina la dificultad para defecar, así como el dolor y las secreciones anormales en el pene, favoreciendo la recuperación de la capacidad reproductiva y el retorno de la vitalidad habitual del perro durante 6 meses.