Megalitos de Barcarrota. Un paseo por los orígenes del hombre jambas de la intersección entre la cámara y el corredor son de diorita, material que no existe en el entorno. Una curiosidad de este dolmen está en el análisis polínico de uno de los vasos hallados en las excavaciones arqueológicas, pues el polen encontrado pertenece casi en su exclusividad a la flor de Muscari neglectum, conocida como nazareno o cebollica de milano, y que bien pudiera corresponder a una ofrenda floral. Sin duda alguna, el dolmen de mayor belleza y con un aceptable estado de conservación es el de La Lapita. En el punto kilométrico 3, 500 de la carretera BA-026, a la derecha, en dirección a Valverde de Leganés, se encuentra la entrada a la finca. Tras superar los primeros 50 metros de camino que llevan al cortijo, giramos 90 grados hacia la izquierda por el campo, a través de encinas y alcornoques. En un par de minutos llegaremos al dolmen (GPS: 38°32’54.323”N, 6°52’49.598”W) que es de cámara poligonal con corredor. Menos monumental que El Milano y más pequeño, los siete ortostatos que forman la cámara no logran alcanzar tres metros de diámetro, pero sin embargo, el hecho de que su cubierta aún descanse en cuatro de ellos le confiere una figura preciosa y visualmente placentera, aumentada por la presencia de cazoletas como motivo de decoración. Hermosina o Mezquita 1, El Palacio o Mezquita 2, Cabezo Terrazo, Tajareño, Rocamador y En Medio completan las manifestaciones dolménicas en Barcarrota. Su ubicación en hermosos entornos paisajísticos pero poco proclives a las masificaciones turísticas, que son malas compañías para el medio ambiente, permiten contemplar y disfrutar de un legado cultural que adereza el importante valor natural de la dehesa extremeña.
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