El mudéjar pacense en sus torres-fachada más destacadas de ventanales miraban al exterior desde sus cuerpos superiores, coronados con ornamentales almenas de grada, decorados en pisos más bajos con azulejería, arquerías ciegas y dibujos geométricos en relieves de claro sabor exótico y gusto musulmán sometidos a la más básica labor eclesiástica católica, en una hibridez artística heredada de una convivencia medieval que supo perdurar tardíamente entre el pueblo español en general, y extremeño en particular, en una simbiosis que, si bien declara el sometimiento de una cultura a otra, también demuestra la admiración hacia el saber de la minoría, mostrándonos las bases de nuestra historia y de nuestra cultura. La ruta que ofrecemos, a realizar en vehículo y a llevar a cabo durante dos jornadas completas, bien consecutivas o salteadas en el tiempo, intentará acercarnos al mudéjar pacense a través de sus torres-fachada más destacadas, acercándonos a once de los más de quince ejemplos que de las mismas sobreviven en nuestra región, recorriendo para ello amplias zonas de las comarcas de Tierra de Barros, Zafra-Río Bodión y Campiña Sur, atravesando en nuestro viaje parajes de inconfundible sabor extremeño cuyos paisajes podemos disfrutar hoy en día bajo horizontes muy semejantes a los que pudieron vislumbrar los mudéjares y moriscos que tuvieron en nuestra región su lugar de nacimiento y hogar, residiendo en apacibles zonas de riqueza acuífera, como la Sierra Grande de Hornachos, o llanuras donde la dehesa desemboca en inmensos campos de olivares y cereales, regados por incesantes regatos nacidos a los pies de las estribaciones norteñas de Sierra Morena, junto a Reina y Fuente del Arco.
257