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Hermandad Cristo de la Expiración de Arjona

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Eugenio Casado Morente

Nos dice el evangelio de San Marcos que cuando arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Y en sus correrías, pasando por el lago Galilea fijándose en algunos pescadores los llamó para que estuvieran con él y para hacerlos pescadores de hombres. Estos dejándolo todo lo siguieron.

También nos dice, que llegando a Cafarnaúm junto con aquellos discípulos, como hombre religioso y piadoso el sábado fue a la sinagoga, y como no puede perder la ocasión, se puso a proclamar el Evangelio de Dios. Proclamación que consiste en acercarse a los demás con su enseñanza, sanando a los oprimidos por el mal, y orando como único intermediario entre Dios, Padre amoroso, y los hombres. ¡Toda una jornada llena de gestos, palabras y encuentros! ¡Toda una lección para aquellos discípulos que lo acompañaban y que como todos los demás estarían también asombrados!

No es de extrañar que aquellos pobres pescadores de Cafarnaúm y todos los oyentes, acostumbrados a la rigidez, a las lecciones aprendidas y al legalismo frio de los letrados se quedaran asombrados y entusiasmados a la misma vez, y se preguntaran ¿Quién es este?

¿De dónde ha salido tal personaje? ¿De dónde le viene esa fuerza que sale de él y penetra en los más profundo de nuestro ser? ¡Este enseñar es nuevo!

Supongo que en aquel asombro y entusiasmo y en las preguntas que se hicieran sobre todo lo vivido y experimentado, irían comprendiendo aquella frase enigmática que aquel Jesús de Nazaret les había dicho: “Os haré pescadores de hombres”.

Irían comprendiendo, viendo en el actuar diario de Jesús, como se pueden pescar hombres, no con redes que sujetan y esclavizan, sino con aquellas que liberan y engrandecen al ser humano, y le hacer ser lo que es, imagen y semejanza de Dios: Acercándose con afecto a los demás y proclamando el Evangelio de Dios con palabras, gestos y oración. Y todo no en momentos aislados, concretos o determinados de su vida, sino como programa de la jornada de cada día, de la jornada de toda su vida.

Hoy, aquellos discípulos a los que Jesús llama y les dice: “Os haré pescadores de hombres” somos nosotros, aquellos que nos llamamos cristianos y cristianas en cualquier lugar del mundo. Y todos aquellos a los que Jesús les proclama el Evangelio de Dios y quedan admi- rados, son todas las personas de buena voluntad que sienten esa palpitación en su corazón ante la esperanza de un mundo mejor para todos.

Hoy, en medio del ajetreo de nuestro mundo, Jesús de Nazaret nos sigue llamando, a nosotros, pobres pescadores, para “HACERNOS PESCADORES DE HOMBRES”. Para proclamar el Evangelio de Dios a todos estos hombres y mujeres, hermanos nuestros. Pero… pensemos y preguntémonos ¿Nos hemos admirado ante este Jesús que se nos acerca y nos llama en medio de la faena de nuestra vida? ¿Somos capaces de dejar algo, de salir de nuestras instalaciones, para seguirle, como aquellos discípulos? Si no es así ¿Cómo podremos ser pescadores de hombres hoy? Porque esa es nuestra misión como discípulos de Cristo, es decir, como cristianos. No nos engañemos.

Muchas veces hemos reducido el cristianismo al cumplimiento estereotipado y rígido de unas normas, leyes, mandamientos… fijados y tradicionales, es decir, a aquello de “como toda la vida de Dios”. O hemos inventado y creado un sinfín de cosas, eso sí “para mayor gloria y engrandecimiento de Dios”, ¿Cómo si Dios necesitara de nuestra glorias y grandezas para su Gloria y Grandeza?-, y que no dejan de ser redes que oprimen y esclavizan. Y, muchas veces sin saberlo, con nuestra “ciega” certeza o, peor aun sabiéndolo, pero buscando intereses particulares y personales hemos caído en lo de aquellos que los oyentes de la sinagoga de Nazaret criticaban: como los letrados. Es decir, sin autoridad. Sin vida.

Transmitimos, no digo proclamamos, un Evangelio de Dios sin autoridad, sin vida. Hemos separado el Evangelio de la vida; nos hemos parado a contemplar a un Jesús que viene a la sinagoga de nuestra vida. Pero no hemos descubierto su autoridad, que radica en su forma de vida: palabra-acción-oración. Y nos hemos quedado muchas veces los cristianos, en aquello que se decía tiempos atrás cuando uno se quedaba solterón o solterona “para vestir santos”. Es decir, para cumplir normas sin vida; para inventarnos cosas muy hermosas y bonitas en las cuales ponemos nuestra realización como cristianos; para “ser agencias de fiestas y espectáculos” por aquello de que forma parte de nuestra cultura y tradición, etc. Y a esto lo queremos llamar “Evangelizar”, “Proclamar el Evangelio de Dios”, “Ser pescadores de hombres”.

La vida del discípulo de Cristo no se limita a palabras, buenos propósitos y grandes sentimientos, sino que, a ejemplo del mismo Jesús, la Palabra Salvadora de Dios tiene que arraigar en la propia vida y dar testimonio de aquello que vive ante los que le rodean. Es una vida que se hace presente allí donde presumiblemente hay muerte para ayudar a liberar a la persona de todo lo que la oprime y coarta en su crecimiento ya sea de tipo físico, psíquico, moral o religioso, y descubrirse uno mismo y hacer que los demás descubran que somos profundamente amados por Dios. Así hoy, en medio del mar embravecido del mundo, seremos “Pescadores de hombres”. Es para lo que nos llama cada día Jesucristo.

Un año más viviremos la Cuaresma, ese tiempo tan especial para cualquier cofrade que supone una parada de reflexión en el camino nuestras vidas, que quizás durante el año vivimos a otra velocidad que no nos permite valorar los fundamentos que nuestro Señor nos transmite con su pasión, muerte y resurrección como ejemplo de vida cristiana.

Este año a nivel personal será muy especial para mí y toda mi familia, al tener el honor de haber sido nombrado Hermano Mayor de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración, Señor de la Misericordia, honor que ya tuve la fortuna de desempeñar hace 30 años en 1993.

Agradeceré todos los días de mi vida a mi padre cuando tuvo la feliz idea de hacerme hermano y devoto de nuestro Señor de la Expiración, ya son 51 años en nuestra hermandad y siempre ha sido un pilar básico en mi vida la devoción a nuestro Cristo. Su compañía y su amparo siempre tan cerca me ayudó en muchísimas ocasiones ante las decisiones a tomar y su misericordia me confortó en los errores cometidos.

Pertenezco a una pequeña gran Hermandad, pequeña en número de hermanos, pero muy grande en cuanto a los principios y valores que le sirven de cimientos, siempre ha sido reconocible, tanto anderos como hermanos nazarenos conocen perfectamente nuestro espíritu e idiosincrasia.

Nuestros hermanos mayores que ya gozan de la presencia de nuestro Cristo, nos dejaron un legado de hermandad por la que merece la pena trabajar y conservar para nuestros hijos y para todo aquel que quiera incorporarse a ella, las puertas siempre deben estar abiertas para todo el que quiera compartir nuestra devoción y modelo de hermandad, siempre asumiendo el principio de que a la hermandad se va a servir.

No puedo terminar sin agradecer una vez más a nuestros hermanos nazarenos que cada año dan testimonio del espíritu y la grandeza de nuestra hermandad, acompañando a nuestro Señor como solo ellos saben hacerlo y a mis compañeros anderos que tienen la satisfacción de portar en sus hombros a nuestro Señor de la Expiración y que saben que solo una mirada en la noche del Jueves Santo con la luna de fondo, compensa cualquier esfuerzo.

Reitero mi agradecimiento a nuestra Hermandad por su deferencia con mi persona al otorgarme en este año la mayordomía, y desear a todos los cofrades de Arjona una provechosa Cuaresma y una feliz estación de penitencia por las calles de nuestra querida Arjona.

Cr Nica Del Jueves Santo 2022

Tras dos años de ausencia por la pandemia del Coronavirus, la Iglesia de San Juan Bautista se convirtió durante la mañana del Jueves Santo en lugar de encuentro para los cofrades, que como es tradicional, se afanaron en preparar las andas del Señor y los distintos enseres procesionales, dejándolo todo listo para la noche.

Además, igualmente en el templo tuvo lugar un homenaje al cuerpo de anderos por su veinticinco aniversario, haciéndosele entrega de un recuerdo a cada uno de ellos.

Las andas del Stmo, Cristo de la Expiración estrenaban una nueva estructura metálica y varales que aligeraban su peso, luciendo sin el tradicional adorno floral de claveles rojos en el monte, siendo estos sustituidos por terciopelo del mismo color. Las capillas frontales, traseras y laterales, así como la cima del calvario fueron adornadas sobriamente con lirios morados.

De forma puntual a las 22:00 horas, se plantó la cruz de guía en la plaza de D. Juan Antonio León tras salir (de forma excepcional por el Covid), todo el cortejo por los salones parroquiales atravesando las callejuelas de la Judería. Dicha medida se llevó a cabo para evitar aglomeraciones de personas en sitios cerrados sin ventilación.

La procesión discurrió en líneas generales sin sobresaltos, a un ritmo alto y con una temperatura inusualmente agradable y mucho público en las aceras, destacando un año más las tremendas dificultades que las andas del Señor han de sortear en su transcurrir por “Las Canteras”, debido al abundante cableado existente.

Como hecho excepcional, nos acompañaron en la presidencia una representación de nuestros hermanos en la misericordia de la Cofradía de San Juan Evangelista de Arjonilla.

Tras contemplar la impresionante estampa del Crucificado atravesando la estrechez de la calle Trinidad, en lo que para muchos supone una de las estampas más bellas de la Semana Santa arjonera, el cortejo llegó de vuelta hasta San Juan cumpliendo estrictamente los horarios previstos.

A las 00:20 horas de la madrugada del Viernes Santo con la entrada del Señor en el templo, se dio por finalizada la procesión penitencial de 2022.

Reiterar una vez más el comportamiento tan extraordinario del cuerpo de nazarenos, que nos da ese sello tan inconfundible que tiene nuestra Cofradía y de la que todos estamos tan orgullosos.

Destacar también y sobremanera a nuestro cuerpo de anderos que supieron dar una lección de buen hacer, fortaleza y de andar con elegancia portando a Nuestra Sagrada Imagen.

Igualmente, no podemos olvidarnos de nuestro grupo de música de capilla, que en cada parada del cortejo interpretaron de forma brillante, bellas composiciones de este género musical y del tambor destemplado de nuestro hermano Juan Antonio Vidal que con su redoble marcó el caminar de los anderos.

Formaron parte de la cofradía un total de 90 personas repartidas del siguiente modo:

- 50 Nazarenos

- 35 Anderos (1 auxiliar con la pértiga)

- 4 Músicos

- 1 Sacerdote

La Junta de Gobierno quiere dejar constancia de su agradecimiento y felicitación a todos los integrantes del cortejo procesional, (incluidos aquellos hermanos de paisano que nos acompañan, a nuestro capellán D. Eugenio y a la policía local que nos abre paso) por el orden y la compostura demostrada un año más, dando así fiel reflejo del espíritu catequético que tiene la Hermandad en la calle.