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Cómo elegir qué estudiar

Lo primero que debes analizar es tu propia persona. ¿Cómo eres? ¿Qué te gusta? Lo ideal es que hagas de tu afición un trabajo. ¿Dónde te ves dentro de 15-20 años? Elige tu profesión en base a algo que te gusta y trabajarás en ello toda la vida. Si eliges una profesión en función, por ejemplo, los ingresos económicos que crees vas a tener, puede que económicamente te vaya bien pero te pasarás el resto de tu vida trabajando en algo que no te gusta.

Saber qué quieres estudiar o qué profesión quieres ejercer es un buen punto de partida. De todas formas, también debes tener en cuenta si el camino para llegar a esa meta se adecua a tu persona. Para ello, es importante que analices tus puntos fuertes (¿en qué eres bueno?) y tus puntos débiles (¿qué no se te da tan bien?).

Evaluar las opciones es también importante y necesario: puedes elegir entre una formación profesional, una carrera en la universidad, una especialización. La oferta es diversa y los costos también por eso conviene que investigues seriamente qué hay y con qué te identificas. Dependiendo de lo que quieras estudiar, puede que tengas que ir a otra ciudad o a otra Comunidad Autónoma.

Una vez que consigas determinar que estudios te interesan entonces infórmate acerca de las materias que se imparten, de los centros donde podrás estudiar, de cuáles son las posibilidades en el mercado laboral estudiando eso. A mayor conocimiento más acertada será la decisión. También debes tener en cuenta que no todos los itinerarios formativos tienen la misma duración ni requieren de la misma dedicación y/o esfuerzo.

La decisión es tuya y solo tuya. Básate en la información y la experiencia que tienes. No sigas las modas, que fulano va a estudiar esto o mengano lo otro, que ésta es la carrera del futuro, qué todos en mi familia son esto. Estás decidiendo algo que en teoría harás el resto de tu vida, por eso lo más importante eres tú: tus deseos y habilidades.

Hay otros puntos importantes a considerar: cuáles son las posibilidades laborales con esos estudios, si se trata de una opción global que te permitirá trasladarte a cualquier parte del mundo, si te permitirá avanzar a nivel de conocimiento y crecer continuamente como profesional, evalúa también estos aspectos antes de decidirte.

Consejos para estudiar mejor

A la hora de estudiar diariamente o de preparar un examen son varias las pautas y consejos que se pueden seguir para mejorar el rendimiento y el aprendizaje durante el tiempo que se dedique al estudio.

Un ambiente adecuado

El estudiante ha de tener en casa un área de estudio propia y específica para estudiar. En esta zona no han de hacerse otras tareas. El objetivo es disponer de un espacio determinado para que nadie moleste. También es conveniente acudir a las bibliotecas porque se crea un ambiente adecuado para el estudio.

Planificación

Hay que planificar un horario de estudio que sea objetivo. No debe ser de lunes a viernes, sino que se tiene que incluir el sábado y el domingo porque no puede haber un período de corte, aunque en estos dos días -el fin de semana- no tiene por qué aplicarse el mismo horario.

Aprovechar tiempos muertos

También es recomendable aprovechar tiempos muertos, como cuando se va en el autobús, porque se pueden repasar, por ejemplo, las fichas o esquemas y se consigue que la memoria sea más productiva sin hacer grandes esfuerzos. Cada asignatura o tema tiene sus particularidades porque no toda materia requiere la misma estrategia de memoria. Por ejemplo, el vocabulario de un idioma puede ser útil aprenderlo a través de fichas, pero en el caso de la literatura puede ser más difícil seguir este método.

Técnicas de memorización

Sobre cómo se debe estudiar una vez se tiene ya el libro o los apuntes delante, también hay consejos y pautas que se pueden poner en marcha y que son igualmente útiles.

La técnica general es hacer una prelectura, una lectura comprensiva y efectuar esquemas o síntesis. No obstante, todo depende de cada alumno, porque cada uno tiene técnicas particulares como la realización de dos lecturas compresivas.

Hay más posibilidades. Cuando una persona quiere desarrollar la memoria debe coger una serie de herramientas para llevar a cabo estrategias para el recuerdo. Por ejemplo, para aprender los huesos de la cabeza, que cada uno empiezan por una letra se puede formar con cada una de ellas una palabra simple, se hace un acrónimo, que se puede utilizar para entrenar la memoria.

No solo hay que trabajar la memoria, sino la memoria y la atención de forma combinada. La falta de atención puede suponer la pérdida de memoria. Igualmente, es recomendable trabajar la motivación porque si no se estudia puede deberse a cierta falta de motivación y porque no se presta la suficiente atención.

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