Vanguardia n° 3

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El segundo punto es el creciente divorcio entre

El descontento social necesita adquirir formas

los movimientos de protesta y las instancias

más orgánicas y ser capaz de articular

formales de representación política. A

políticamente sus demandas, llevándolas de

diferencia de lo acaecido durante el período del Estado de compromiso que va de los años

m a n e ra e f e c t i va a l a s i n s t a n c i a s d e representación política y luchando por el

30’ hasta el Golpe de Estado, los actuales

perfeccionamiento de estas. Lo contrario sería

movimientos de protesta presentan un alto

asumir, como algunos pretenden hacerlo, un

grado de independencia, cuando no de

populismo algo beato, destinado a

repudio, hacia los partidos políticos y en general hacia las instancias formales de

conmemorar eternamente el martirologio de una sociedad civil una y mil veces traicionada.

representación política. Esta situación se ha repetido en diversas manifestaciones de descontento a lo largo del mundo en el último tiempo. Sin embargo, en Chile este punto se ha vuelto especialmente sensible dado el carácter viciado de la representación y el bipartidismo artificial generados por el sistema binominal. El problema es que dichas tendencias hacia la autonomía, que han sido aplaudidas con cierta fascinación estética por algunos intelectuales, representan su gran talón de Aquiles. En el marco de sociedades medianamente complejas, cualquier decisión importante finalmente tiene que pasar obligatoriamente por el marco de representantes. Incluso la adopción de formas de “democracia directa” como los plebiscitos requieren de su acción organizativa. La decisión de qué temas plebiscitar y en qué términos hacerlos, así como la capacidad de sintetizar la pluralidad y la complejidad de las distintas aristas de los conflictos sociales en unas cuantas opciones, son todas tareas que requieren de la

1 Eduardo Valenzuela y Carlos Cousiño: “Sociabilidad y asociatividad. Un ensayo de sociología comparada”, en Estudios Públicos Nº 77. Santiago, Verano 2000, pp. 321-339. 2 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo: Informe de desarrollo humano en Chile. 2000. 3 Gerhard Reineke y Jacobo Velasco: Chile. Informe de Empleo para el año 2006. Organización Internacional del Trabajo. Oficina Subregional para el cono sur de América Latina. Santiago, Mayo 2007, p.3. 4 La información ha sido tomada de diversos sitios de Federaciones de Estudiantes y del reportaje de Camila Muñoz, Constanza Rodríguez, Boris Román y Miguel Yáñez: “Lo nuevo, lo malo y lo bueno de las federaciones”, en Kilómetro Cero, 29 de octubre de 2010. URL: http://www.kilometrocero.cl/ 2010/10/lo-nuevo-lo-malo-y-lo-bueno-de-lasfederaciones/ 5 Zygmunt Bauman: Liquid modernity. Polity Press, Oxford , 2000. 6 Eric Hobsbawm: Rebeldes Primitivos. Estudios sobre las formas arcaicas de los movimientos sociales en los siglos XIX y XX. Barcelona, Crítica, 2001. 7 Ernst Wolfgang Bökenförde: Estudios sobre el Estado de derecho y la democracia. Trotta, 2000, p. 137

representación institucionalizada(7).

VANGUARDIA / BOLETIN DE LA SECRETARIA NACIONAL DE ESTUDIOS Y PROGRAMAS & LA SECRETARIA NACIONAL DE DIFUSION Y PROPAGANDA DE LA JUVENTUD SOCIALISTA DE CHILE


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