8 minute read

15

Consejos  Equivocarse es parte de Emprender

Hacé algo nuevo pero no te equivoques. La contradicción ante cada desafío.

Advertisement

Estamos acostumbrados, tanto en lo personal como en lo organizacional, al doble mensaje. “Hace algo nuevo, pero no te equivoques”. Necesitamos aceptar que los errores y fallas están ahí, a la vuelta de la esquina. La única receta para evitarlos, es hacer siempre lo mismo.

El riesgo, es ese aliado inseparable de la innovación. Cada uno de nosotros, cada equipo de trabajo, cada organización, tiene o debería definir su propia medida de riesgo aceptable, en función de lo que se desea obtener y lo que está dispuesto a poner en juego.

El miedo es una emoción que nos dice que percibimos que no tenemos los recursos necesarios para atravesar una determinada situación y es muy probable que aparezca cuando nos encontramos ante un nuevo desafío. Identificarlo y desarrollar las habilidades necesarias para disminuir esa brecha es, quizás, la forma más inteligente de capitalizar una emoción.

Todos nos encontramos con ese desafío que nos invita a ir por él, sabiendo que para eso necesitamos trabajar nuestros miedos, aprender de nuestros pasos en falso y explorar el mejor camino aunque no siempre sea el más rápido.

¿Qué hacer cuando un error nos paraliza la vida?

El primer paso es aceptar lo que ocurrió, porque de esa forma podemos mirarlo, analizarlo y podemos avanzar. Sin embargo la aceptación de aquello que no salió como lo esperábamos, en general nos cuesta.

Es la aceptación el estado que nos pone en el camino del aprendizaje. Lo que hacemos comúnmente es revivir una y otra vez eso que no fue y que pudo haber sido, y eso no es ni más ni menos que el resentimiento. Lo único que logra el resentimiento es dejarnos estancados en un espacio sin poder avanzar.

Hay que preguntarse: ¿Cómo contribuimos nosotros a que esta situación se haya dado? Esta es la única forma en la que se puede aprender.

El poder de las palabras qué decimos sobre nosotros mismos.

Lo primero que tenemos que saber hacer para aprender de nuestros errores y también de nuestros fracasos, es poder separar a las personas del proyecto.

El proyecto puede ser un éxito o puede ser un fracaso, pero eso no nos define como exitosos o como fracasados. Somos mucho más grandes que cualquier proyecto en el que participemos o que hayamos estado desarrollando.

Hacer esa distinción es fundamental para poder analizar nuestros errores o lo que no está funcionando, ya sea en el ámbito personal, o bien para generar conversaciones en un equipo de trabajo, o incluso en el ámbito organizacional.

El lenguaje que utilizamos no es para nada inocente, porque lo que nos decimos o le decimos a otros tiene un poder enorme.

Cuando hablamos de fracaso, le damos una connotación negativa, más allá de ser un resultado no deseado, pocas veces pensamos en el fracaso como una instancia más de la vida, tan o más común como la que habitualmente llamamos éxito. Al fin y al cabo, las dos son experiencias y ambas nos permiten aprender para seguir creciendo.

Alejandra Marcote, coach y fundadora de "Aprender del Error ®", brinda algunos consejos sobre cómo afrontar el miedo a fracasar.

¿Qué harías si no tuvieras miedo a fracasar?

El miedo es una emoción que nos está indicando que creemos o percibimos que no tenemos los recursos necesarios para afrontar una determinada situación, es decir que la situación en si no es una amenaza, sino que es nuestra percepción lo que la convierte en tal.

Negar que sentimos miedo, ignorarlo o avergonzarse, solamente dificulta más la comprensión de lo que nos está pasando.

El miedo aparece, por ejemplo, cuando nos planteamos una meta muy ambiciosa, porque creemos que es un proyecto demasiado grande para concretarlo y tenemos miedo de fracasar en ese camino. Cuando logramos darnos cuenta que esto es lo que dispara nuestro miedo podemos generar entonces acciones diferentes como por ejemplo poner objetivos más pequeños.

Pensamiento, acción y emoción, están íntimamente relacionados. Atrevernos a mirar de frente el miedo a equivocarnos y el miedo a fracasar nos puede brindar nuevas herramientas para conocernos a nosotros mismos.

¿Por qué necesitamos aprender a decir no sé?

Cuando crecemos empezamos a internalizar que el decir “no sé” no solo no está bien visto sino que hasta nos genera vergüenza.

En nuestro trabajo, quedamos atrapados en fingir que sabemos cuando no tenemos todas las respuestas.

Con el avance de las tecnologías, gran parte de los trabajos comos los vemos y los conocemos hoy, van a desaparecer. Si en este contexto no somos capaces de decir “no sé” y de incorporar esta actitud de aprendiz constante ¿qué papel vamos a jugar cada uno de nosotros en estos tiempos?

Hay que quitarle la connotación negativa que muchas veces tiene el decir “no sé” o el decir “me equivoqué” y empezar a vernos en una actitud de aprendiz constante.

Una pregunta para reflexionar es: ¿Con qué estás comprometido: con tu imagen o con el aprendizaje?

Hacernos cargo de nuestros errores puede transformarnos

Cuando algo nos sale bien, estamos acostumbrados a tomar todo el crédito de ese éxito que conseguimos, pero sin embargo algo muy diferente ocurre cuando la situación no tiene el resultado que esperábamos.

En ese momento nos distanciamos y ponemos toda la responsabilidad en otros.

No tener nada que ver con la situación nos deja tranquilos, pero si realmente queremos aprender y transformarnos, eso se convierte en una trampa.

Estar fuera del problema, implica también estar fuera de la solución. Si no logro hacerme cargo de ese resultado no deseado, estoy resignando ese inmenso poder que tengo para modificar mis creencias y mis acciones, y por supuesto para tener más chances la próxima vez de que sea diferente.

 De Piloto a Empresario

Lucas Ribrochi, logró el sueño de producir y comercializar autopartes para karting. Obtuvo dos subsidios que le permitieron dejar de ser un revendedor para convertirse en fabricante de sus propios repuestos. En esta nota nos cuenta su historia.

Háblanos un poco de vos

Soy y vivo en Olavarría, tengo 23 años. Termine el secundario con orientación en Ciencias Contables y Economía, en el Colegio San Antonio. A los 18 años, decidí estudiar tornería y fue en ese momento en que le fui dando forma al proyecto que hoy en día, se convirtió en una empresa.

¿Cómo nace tu pasión por los kartings?

Arranqué a los 14 años compitiendo, y ahí descubrí esta pasión que fue creciendo día tras día.

Al año que estoy corriendo, empiezo a ser distribuidor de piezas de karting de una de las fábricas más importantes del país que es “Ternengo Kart”, ubicada en Rafaela (Santa Fe). Todo ese recorrido fue despertando mi interés en ser emprendedor, a su vez me permitió aprender sobre todos los componentes que forman el karting, desde el chasis, lo interno hasta ponerlo en pista. ¿Cómo iniciaste tu proyecto?

Detecté que había faltantes de coronas y no se estaba abasteciendo bien el mercado, entonces ahí vi la oportunidad de negocio.

Empezamos en el Parque Industrial de Olavarría (PIO 3), haciendo coronas que es una parte de la transmisión del karting. Trabajamos con mi papá y otro muchacho que tenía un pantógrafo (la máquina necesaria para hacerlas).

Los costos eran muy altos, por el tiempo que llevaba hacer cada corona, entonces nos vimos obligados a crecer y fue ahí cuando decidí comenzar mi propio camino.

Hoy en día, en “RC GROUP”, hacemos una corona cada 10 minutos, cuando antes nos llevaba 3 días. Este avance lo pudimos lograr gracias a la compra de maquinaria.

Con la ayuda del Instituto de Desarrollo Empresario Bonaerense (IDEB) de Olavarría obtuvimos financiamiento del Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación y un subsidio del Programa BAInnova del Ministerio de Producción de la Provincia.

¿Cómo surgió el nombre?

El emprendimiento se llama RC GROUP. Es un nombre de fantasía que surgió a partir de nuestro apellido.

¿Cómo está formado el equipo?

En total somos 5: hay dos personas en el taller, un chico que mecaniza y un ayudante; una persona encargada del manejo de redes; y junto a una señora nos encargamos de la parte administrativa y de la gestión de la fábrica.

¿Cuántos productos ofrecen?

Si bien arrancamos solo haciendo las coronas, hoy en día estamos fabricando alrededor de 55 productos, los cuales se encuentran en stock. Como por ejemplo: llantas delanteras y traseras, portacoronas, arandelas cónicas, mazas, palancas de cambio, entre otros.

¿Son sólo para kartings?

Sí, los que fabricamos son para kartings solamente, pero estamos dispuestos a presupuestar trabajos para otras empresas debido a que con la maquinaria que tenemos se pueden realizar trabajos en general.

Actualmente, ¿quiénes son tus clientes?

Nuestros clientes, los cuales revenden nuestros productos, se encuentran en varios sitios de la provincia de Buenos Aires y el país: en Caleta Olivia (Santa Cruz), Benito Juárez (Buenos Aires), La Plata (Buenos Aires) y en Rafaela (Santa Fe).

¿Cuáles son los canales de venta?

Contamos con un local propio de venta al público en la ciudad de Olavarría, y a su vez vendemos por internet, a través de Mercado Libre, Facebook e Instagram. Realizamos envíos a todo el país.

Una persona de nuestro equipo, se dedica al armado de publicaciones para todas las redes. Cuando llega una pregunta o consulta, soy yo el que se encargar de responderlas.

A su vez, recibimos consultas y pedidos de asesoramiento a través de nuestro WhatsApp 02284 63 9594.

Actualmente, ¿cómo crees que podes hacer un salto en tu escala productiva?

Para lograr un salto productivo, necesitamos una máquina, en eso estamos trabajando sobre todo por la cuestión de financiamiento, debido a que atravesamos una situación económica difícil y las tasas