Factoria04

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AMELIA vicini Creo que en algún momento de nuestras vidas todos los dominicanos nos hacemos una misma prengunta, ¿me voy o me quedo? ¿En tu caso fue así, cuándo te la hiciste? Cuando estaba en high school, siempre pensé que iría a estudiar allá, porque entedía que sería una educación más liberal. Y fue estando allá que decidí que me quedaría más tiempo a trabajar. Luego hice el intento de volver y me quise ir de nuevo. Me hacía falta Nueva York, extrañaba la ciudad, habían mucho más posibilidades de hacer cosas diferentes que las que hay aquí, pero siempre pensaba en el momento de regresar. ¿Qué tú crees que provoque esa ansiedad? La familia. La ciudad de Nueva York es muy solitaria, por más amigos que tú tengas, por más que se vuelvan tu familia, –close relatives–, por más que tengas eso, ese apoyo, esa falta, a veces, es insoportable, me fui por el agobio familiar, pero llega un momento en que te hace falta. Después del síndrome fresh off the boat, que te dura un par de años, en los que quieres conocer todos los restaurantes, todos lo bares, ir a todas las obras de teatro, museos, Broadway, ese estar pendiente de qué es lo que se mueve, se agota, llega la rutina, y en ese momento surge la pregunta, y no sólo una vez, si no, cada año, cada tres meses, cada dos meses. Me planteaba esta prengunta por lo menos tres veces al año. Pensaba en si un año más, o dos o tres, y así pasó el tiempo, y no sólo me pasaba a mí, creo que todos mis amigos dominicanos que crecieron y estudiaron aquí, allá siempre sentíamos el mismo tipo de ansiedad. Igual, pienso que esto es algo universal. Cuando venía, compartía mucho con mi familia y la noche anterior al regreso, empezaba a sentir una ansiedad incontrolable, no lo podía evitar, y ya de camino al aeropuerto lloraba, pero desde que me montaba en el avión y cerraban la puerta, ya, la sensación se iba. Tú me dices que siempre supiste que te irías a estudiar a Estados Unidos, pero siempre supiste qué. Quería ser escritora de ficción y estudiar literatura. Me fui a una universidad en Yonkers, Nueva York, que se llama Sarah Lawrence que tiene un programa fuerte de escritura – poesía, creative non-fiction and fiction -, pero terminé estudiando política internacional.

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¿Cómo comienzas a trabajar en moda? Empecé con un intership en una revista independiente llamada Manhattan File, éramos 7 empleados y yo era la única asistente, terminé asistiendo a la jefa del departamento de moda porque un día ella tenía una sesión fotográfica muy importante, creo que era la portada, su intern de moda le canceló y ella me llamó para que la asistiera y fue ahí que me di cuenta de que uno puede crear historias con la fotografía y la moda. Entonces, al final, terminaste contando historias de todos modos, ficción de moda, ¿y siempre tuviste sensibilidad o inclinación a la moda? No, pero sí viví con una madre con una sensibilidad y un ojo espectacular para la moda, con un estilo propio muy sofisticado e individual. Sé que uno de tus trabajos más importantes fue el de Senior Fashion Editor de Town & Country ¿cómo inicias tu trabajo en esta revista? Estuve trabajando por dos años como encargada del mercado americano, después del francés y el italiano, luego trabajé como Senior Fashion Editor por dos años. ¿Cómo definirías tu trabajo allí? ¿En qué consistía exactamente? Es un cargo creativo y politico, creativo porque involucraba un proceso de observación, creación de soluciones, propuestas artísticas y de comunicación del contenido de moda en cada edición, y político porque también involucraba una relación cercana con los clientes principales de la revista, con los que la publicación tenía los mayores compromisos. El proceso era de este modo: tenía que visitar los principales shows de moda en Milano, París, NY, acompañada de un equipo. Tomaba fotos, notas, reportes de tendencias de temporada, la cosas que veía, qué notaba, qué detalles harían diferente la temporada, qué entraba, qué salía, luego hacía brainstorming con mi equipo y surgían las ideas de los editoriales. Luego trabajaba con mi directores de arte y fotografía, para empezar a pensar en posibles fotógrafos, estilos, chequeando los libros, planificábamos las sesiones fotográfcas para la edición que saldría en cinco meses. Todos los diseñadores te mandan su lookbook, escogíamos las piezas que usaríamos, queremos este modelo, esta locación, este tema, esta historia, hacíamos story boards y luego,

con todos los libros seleccionábamos la ropa, escogíamos piezas de tres diseñadores con rango de importancia, luego seguían muchas reuniones de pre-producción de distintos niveles, hasta llegar a la pre final, el día anterior a la foto. Debe ser increíble trabajar con un portafolio de creativos, fotógrafos, marcas, clientes, sin las limitantes que tiene el mercado local. Sí, pero para ustedes, en Factoría, esas mismas limitaciones son recursos, libertad, siento que esos retos, y las soluciones que encuentran y pueden encontrar a los problemas, al final esos retos se convierten en riqueza. Factoría me encanta, es un proyecto genuino, original, experimental y alter-latino. Me parece muy acertado que decidieran ser una revista de moda con tendencia indie y no imitar revistas internacionales establecidas, como Vogue, por ejemplo. ¿Cuál entiendes que fue tu mayor reto como editora de moda de TC? Esta revista está dirigida a un target nicho, mujeres con una edad promedio de 45 años, y con un alto poder adquisitivo, por lo tanto, este trabajo tenía que hacerse con mucho cuidado, para mí el mayor reto era el de, sin rayar en lo experimental o edgie, mantener un nivel artístico, conceptual y creativo que no convirtiera la revista en un catálogo genérico de alta moda. En términos de imagen, mantener un balance entre lo edgie y lo común, no ser un catálogo, como te dije, pero tampoco retar a la clientela específica del medio con algo muy edgie. ¿Fuera de los retos que implicaba, cuál sientes que fueron tus mayores satisfacciones? Lo que me pareció más increíble de todo este trabajo era la oportunidad de asitir a las presentaciones, shows de pasarelas, Dries Van Noten primavera-verano 2004, que celebraba su show número cincuenta; y la presentación de primavera-verano del 2005 de Alexander McQueen. Entre tantos shows y presentaciones, escoges dos ¿qué te impresionó de estos? Bueno, tendría que contarte todo, para que entiendas. Lo de Dries Van Noten que fue la presentación primavera verano 2004, fue una cena / show. Después de un día entero trabajando, moviéndote a distintos salones y presentaciones cada hora o media hora, lo menos que quieres hacer es ir a las afueras de París,


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