televisión impone el lenguaje que quiere, e influye por la gran cantidad de términos nuevos que usa y que el espectador los incorpora a su lengua según los modelos de los programas y de la publicidad que espeta. De las telenovelas, aparte de asumir como cierto el comportamiento de sus personajes, algunos de ellos hasta repugnantes por su manera falsa de ser, el telespectador se deja influir por los modismos de los países en donde se originan esas novelas. Los términos deportivos y la lengua de ciertas canciones constituyen otra gran porción de vocablos que se usan a nivel popular y que han interesado a nuestro español ecuatoriano como si fuesen términos propios de nuestra lengua. Como los únicos programas nacionales son contadísimos: pequeños espacios para las noticias y comentarios, actuaciones artísticas nacionales y uno que otro documental o película nacionales, el lenguaje que sirve de medio de comunicación, es por lo mismo, reducido, en oposición al extranjero que ocupa más espacios en la televisión y que por ende influye en el común de las gentes. Por lo tanto, estamos frente a un lenguaje que no contribuye en absoluto a la formación de una auténtica cultura ecuatoriana. La cinematografía como vehículo de comunicación y de culturización, es aún peor que la televisión. Todas las producciones vienen en un lenguaje diferente y con una concepción del hombre y del mundo en donde todo suena a guerra, violencia, sexo y a ensueños de fantasía y de confort que revelan que el cine emplea un lenguaje totalmente alejado de nuestra realidad nacional. Los pocos intentos que a nivel de producción nacional se han hecho no han contribuido aún decisivamente para la incorporación y valoración de lo nuestro. La publicidad es una de las más grandes invasiones de lenguaje agresivo que nos llega por todos los medios posibles. Y por agresivo es efectivo. Cada mensaje publicitario está preparado por especialistas que hacen del lenguaje un instrumento eficaz por el cual pueden anunciar y vender hasta el producto más inútil y de pésima calidad. Para convencer, la publicidad se sirve de palabras llamativas y erotizantes; muchas de ellas en español pero con terminaciones que proceden del extranjero: electrolux, nervioline, lavadurex, etc. El empleo de palabras “mágicas” acompañadas de un fondo musical para reforzar el mensaje. En fin, se hecha mano de todos los recursos, especialmente del factor de la novedad como el de la generosidad de dar “regalos” o el de ofrecer un producto con suma facilidad, a más de la exhibición de hermosos cuerpos femeninos o de artistas de cine y del espectáculo en general que promocionan uno u otro producto. Como vemos, se trata de un nuevo lenguaje que ha impactado en el pueblo, de tal manera que pareciera que la única realidad válida es la de la publicidad, puesto que todo mundo: rico, pobre o mediano económicamente, lo único que le interesa es adquirir y adquirir bienes a costa de lo que sea.
48. FORMAS Y SUGERENCIAS PARA REALIZAR EXPOSICIONES Hay diferentes formas individuales para realizar exposiciones, tales como la disertación, la conferencia, el discurso, la charla, un tema de clase, un informe y cuántos otros géneros de expresión oral puedan existir para dirigirnos a nuestros oyentes, haciendo un uso adecuado en el manejo de nuestro lenguaje, de los gestos y de la postura corporal que adoptemos para desarrollar en condiciones óptimas el tipo de exposición que pensemos llevar a cabo. En igual sentido, las formas grupales tales como mesas redondas, paneles, debates, simposios, foros y otros más, exigen formas específicas para que haya eficacia en la comunicación; en efecto, en cada caso es importante conocer las ventajas y las limitaciones que tanto las formas individuales como grupales tienen para, adecuándose a las necesidades, puedan en forma acertada cumplir con los propósitos que el orador o expositor se propone en relación con los intereses de los oyentes, y del suyo propio que puede verse afectado