Leyendas

LEYENDA DE “CERRO DE LOS SIETE COLORES”

Hace ya mucho tiempo, había una joven que siempre se vestía de muchos colores. Vivía en Jujuy donde todos los cerros son multicolores.

Un día fue a pasear y vio un cerro sin color y se sintió culpable porque no tenía coloración. Fue a buscar algo para pintarlo. Ella tenía 7 colores. Empezó a pintarlo y cuando terminó se fue para dejarlo secar.

Al otro día regresó y vio que los colores del cerro habían desaparecido porque se desató una fuerte tormenta. Por eso le dio un abrazo y ella se convirtió en parte del cerro.

A partir de ese momento nadie supo lo que le pasó a la joven; pero desde ese día ese cerro fue el más colorido de todo Jujuy.

Alma Farías Penayo

En el Chaco vivía mucha gente buena de una tribu. Un día quisieron que haya en el centro del poblado un árbol de algarrobo. De casualidad, mientra una mujer plantaba el árbol pasaron unos hombre tomando una bebida sagrada. Uno de ellos se tropezó y ni la mujer llamada Yara ni los otros hombres se dieron cuenta que se les había derramado parte de la bebida.

Pasaron días, semanas, meses, años y por fin llego el día en que el árbol ya se había venido grande. Yara se sorprendió al ver el árbol que ella había plantado, porque había crecido con forma de una botella, pero no se dio cuenta de que el árbol no era el mismo del que había sacado las semillas . Cuando llego a su casa miro su algarrobo y vio que el de la plaza del pueblo no era de esa especie. Como se asemejaba a una botella desde ese momento se le llamo EL PALO BORRACHO.

Vanina 4ºA

La leyenda del yaguareté Una vez apareció un yaguareté paseando y encontró una yaguareté hembra. Fueron a pasear por toda la selva. Por ese entonces estos animales tenían un hermoso pelaje amarillo dorado, totalmente liso.

Al rato fueron por su alimento a cazar venados entre los dos. De tanto andar se perdieron y fueron observados por un aborigen guaraní, viéndolos comer los venados.

Este hombre les tiró tinta negra que usaba para pintarse el cuerpo y esa tinta cayó sobre los yaguaretés. Desde ese día los yaguaretés poseen su cuerpo con numerosas manchas negras en su pelaje.

Leonel Rivero 4ºA

Trabajo grupal de 4ºA: LA LEYENDA DE LA ARAÑA Hace mucho tiempo la selva misionera estaba habitada por muchas especies de animales, menos la araña . Allí vivían dos jóvenes llamados Irupé y Yaguatí. Irupé era suave como la espuma de las cataratas, y Yaguatí era fuerte como las rocas. Los dos pertenecían a tribus enemigas, sin embargo se querían casar porque estaban muy enamorados. Ambos eran hábiles tejedores de la tribu y confeccionaban bellas vestimentas.

Irupé era hija del cacique y su padre quería para ella un muchacho de su misma tribu llamado Taeté, y no aceptaba otro para la jóven mujer. Por ello ambos decidieron huir a la densa selva donde nadie pudiera encontrarlos.

Cuando el exigente cacique se enteró de la situación, se enfureció y envió a Taeté y a otros soldados de su pueblo a capturarlos .

Estos hombres tardaron varios días en hallar a los enamorados. Pero cuando los vieron les lanzaron filosos y puntiagudos flechazos. Unos de esos se clavó en la pierna de Irupé. Rápidamente comenzó a derramarse por la herida el líquido rojo y brilloso. En ese momento se sintió un aroma a tierra mojada invadiendo la selva y se desató una tormenta con fuertes truenos. El agua de la lluvia cayó en la lastimadura y se mezcló con la sangre de la joven india.

Al ver lo sucedido, Yaguatí sintió una profunda angustia y la alzó desesperadamente. En ese instante ambos, empapados se transformaron en dos arañas, y desde ese momento tejieron su telaraña de amor sin que los hombres pudieran encontrarlos. Así fue que las arañas aparecieron en la selva de Misiones.

LEYENDA DEL PALO BORRACHO Había una vez en América en la zona de Chaco una familia aborigen. Al padre le encantaba tomar una bebida sagrada . Era muy fuerte la bebida y tomó unas 7 botellas de la bebida sagrada, pero a él no le hacía efecto. Su familia no quería que tomará tanto pero él no les hacía ningún caso.

Un día se miró en el espejo y estaba un poco diferente. Se fue a comprar una bebida otra vez. Tomó y se acostó. Cuando se despertó vio que era un tronco. Se miró otra vez y dijo: – SOY UN PALO BORRACHO. “Me quedaré para siempre así” fueron sus últimas palabras y al rato se quedo inmóvil. Parado, sin moverse. Y desde ese momento se llamo PALO BORRACHO. Ayelén 4ºA