LA SEGUNDA PREGUNTA
C
M: Enormes, diría yo. Este es un cambio radical. Recuerde la metáfora del juego. El actor que planifica en un juego es un jugador más, por muy poderoso que sea. En cambio, el plan tradicional tiene como base una teoría del control de un sujeto sobre un sistema y declara abiertamente que necesita un cierto grado de control para que la planificación opere. Se trata de una concepción autoritaria de la planificación. El sujeto es el gobierno del Estado que intenta regular al sistema económico. Por consiguiente es proclive a ignorar todo aquello que escapa a sus capacidades de control y predicción. En mi concepto, la planificación tradicional hace un abuso de la predicción y de los supuestos únicos sobre las variables que no controla, que en buenas cuentas es lo mismo que una predicción. Si yo hago una predicción del precio del café en torno a un dólar la libra por el período del plan, es lo mismo que diga: supongamos que el precio del café sea un dólar la libra. El irrealismo de la planificación tradicional radica en una sola cosa que contamina toda su teoría con una gran falta de rigor : ignora que el otro existe, ignora los oponentes, ignora la metáfora del juego, ignora los actores sociales. Es una planificación de un sólo actor y muchos agentes. Este supuesto básico, que le resta toda representatividad del mundo real, crea la deficiencia siguiente, que consiste en su completa incapacidad para lidiar con la incertidumbre y las sorpresas. El determinismo de la planificación tradicional no nace de un apego filosófico al positivismo puro. Yo compartí discusiones con varios de los creadores de lo que hoy se llama planificación del desarrollo económico y social, y si algún sesgo ideológico rondaba en esas discusiones, era una mezcla de marxismo, keynesianismo y desarrollismo, junto a las investigaciones de Leontief que aportaban un modo de entender la mecánica más detallada de la expansión sectorial de la economía. Los que tuvieron el mérito de concebir la técnica de proyecciones económicas eran intelectuales de nota preocupados con introducir el tema diacrónico del desarrollo económico en un mundo que, con raras excepciones, todavía razonaba en base al keynesianismo sincrónico. Furtado, Mayobre, Noyola, Botti, Balboa y Ahumada eran economistas rebeldes dominados por la idea diacrónica del desarrollo y del atraso relativo de nuestros países. Fueron gente admirable, de gran mérito, capaces de ver más allá de la curva. No eran positivistas concientes; simplemente eran un producto de la teoría económica de la época, que aun hoy no puede superar el cálculo determininístico. Ellos realizaron una gran obra intelectual que marcó una época... FH : ¡Usted está ahora haciendo un elogio de la planificación tradicional! CM: De los creadores de la planificación tradicional. Cada cosa en su época. Para la década del 50 ese fue un enorme avance. A la casa de la CEPAL en Santiago de Chile venían visitas ilustres de Francia , Holanda, Inglaterra, Polonia y los Estados Unidos. Allí conocí a Timbergen, Kaldor, Fourrastier, 32