
1 minute read
Neurobiología de los abrazos
Los cerebros funcionan como una red secuenciada de procesos de recepción y respuesta. La afectividad funciona con el mismo sistema, por ejemplo, cuando recibimos un estímulo afectivo (un abrazo) nuestro cerebro instintivo planea una respuesta instantánea (abrazar de vuelta o no hacerlo), pero le pasa la información al cerebro límbico que asocia el estímulo y genera una respuesta hormonal (liberar oxitocina o no), para que finalmente el cerebro cognitivoejecutivo evalúe quién nos abraza y por qué queremos hacerlo de vuelta y así dar luz verde al abrazo, o no. (Sanz, 2020).
¿SABÍAS QUÉ?
Advertisement
Un abrazo libera 3 neurotransmisores: dopamina, serotonina y oxitocina que colaboran en todos los efectos positivos.



¡ABRÁZATE!

Así como es importante abrazar a otros, debes abrazarte a ti mismo, no importa si parece raro, demuéstrate amor y seguridad.
Virginia Satir, una terapeuta familiar, nos dice que «necesitamos cuatro abrazos al día para sobrevivir. Necesitamos 8 abrazos al día para mantenernos. Necesitamos 12 abrazos al día para crecer». Y es que un abrazo encierra tantos efectos positivos como el sentido de seguridad, pertenencia, autoestima, amor propio, disminuye el estrés, depresión y ansiedad; facilita la comunicación y fortalece el sistema inmunológico, provocando además, un equilibrio en el organismo. (¿Cómo Afectan los Abrazos a los Humanos?, s.f.)