Las múltiples perspectivas de la inteligencia.
inteligentes. “A principios del siglo XXI surgirá una nueva forma de inteligencia sobre la tierra que competirá con la inteligencia humana y que la superará significativamente” (Kurzweil, 1999, p. 19 ). Otros autores contemporáneos como Marina (1993, 2005) aportan su concepción y abordan la discusión sobre la importancia de la inteligencia artificial frente a la inteligencia humana. Marina (2005) define la inteligencia como “La capacidad de un sujeto para dirigir su comportamiento, utilizando la información captada, aprendida, elaborada y producida por él mismo” (p. 16). En otro sentido, argumenta que: “Esta inteligencia general, compartida por máquinas y hombres, es en todo caso, lo que se ha denominado “inteligencia computacional”. La inteligencia humana no es el resultado de un añadido específico a un género, es una transfiguración completa del nivel computacional. No es diferente que el soporte de operaciones lógicas sea el cerebro o una aglomeración de “superchips” . El ser humano se cansa, siente dolor y placer, ha de proponerse metas en las cuales claudicará o perseverará, ha de gestionarse las limitaciones e inventar nuevas capacidades, atender o automatizar, construirse la inteligencia o luchar contra el olvido. Todas las operaciones mentales son transformadas por la autodeterminación. La inteligencia humana es una realidad emergente. Se fundamenta en la inteligencia computacional y acaba organizándola, controlándola y dirigiéndola” (Marina, 1993, p. 246). Por otro lado, en la actualidad existe una corriente centrada en los descubrimientos del cerebro relacionados con las emociones y los sentimientos; es la denominada Inteligencia Emocional. Dentro de esta corriente unos de los primeros autores en abordar el concepto fueron Salovey y Mayer (1990) al considerar los procesos neurológicos de la zona límbica del cerebro y su influencia sobre los procesos
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