Editorial Carpe Diem

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Secretos Colección de poesía hispanoafricana de Guinea Ecuatorial





Secretos Colección de poesía hispanoafricana de Guinea Ecuatorial



Secretos Colección de poesía hispanoafricana de Guinea Ecuatorial

Erika Cruz Sánchez Luz García Rojas Karen Ríos Rodríguez (editoras)

Prólogo: Erika Cruz Sánchez Biografías: Karen Ríos Rodríguez Diseño de portada: Luz García Rojas Diseño: las editoras Ilustración de la cubierta: El color y la ternura de Whitman Gualsaquí


Primera edición, 2020

© Cruz, E., García, L., Ríos, K.

© Ediciones Carpe Diem Cipreses, Aguacate 122; 66473 San Nicolás de los Garza ISBN: 978-987-25620-2-1

Impreso en México -Printed in Mexico


Para aquellos amantes de la literatura que siempre buscan algo nuevo...



Prólogo

“¿Para quiénes escribimos? … para cualquier lector que quiera acercarse a nuestras realidades y descubrir las verdades ocultas.” Donato Ndongo-Bidyogo

Secretos, es una invitación a un encuentro con la literatura hispanoafricana a través de su poesía dotada de una belleza expresiva que proviene desde sus profundas raíces históricas de miles de años. Este poemario reúne a los autores Justo Bolekia Boleká, Gerardo Behori Sipi Botan, Raquel de Ilonbé y Juan Balboa Boneke, quienes nos hacen partícipes de sus historias desde la perspectiva de un pueblo colonizado por España, con tan sólo medio siglo de independencia. Las voces de los autores presentados en este libro nos hablan sobre la imprescindible búsqueda de la identidad, el exilio, la añoranza de su país y de amor. El valor de la literatura de Guinea Ecuatorial reside en ofrecer al mundo una visión contemporánea postcolonial.



Índice Juan Balboa Bonoke Biografía Añoranza Anhelo Nostalgia

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Gerardo Behori Sipi Botan Biografía Silencio Llovizna

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Justo Bolekia Boleká Biografía Revelación desvelada El refugio Charca lacrimal

14 15 16 17

Raquel Ilombé Biografía Los ríos hablan Será mejor que marche El vaivén de las cunas Tiempos de ayer

20 21 22 23 24


Algunas veces pasa Caminos Tus ojos Mi mar ¿Quién soy yo? El triángulo Mi segunda cuna ¡Adiós, Guinea, Adiós!

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Referencias

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Juan Balboa Boneke Boloko

“¿Quién soy yo? Se me han arrancado de lo que era mi realidad, mi experiencia, mi cultura...”


Nace el 9 de junio de 1938, en la entonces Guinea Española, en Rebola. Fue un escritor y político ecuatoguineano. Se gradúa de la Escuela Social de Granada y se convierte en ministro de Teodoro Obiang, hasta ser exiliado a Valencia por ir contra la dictadura. Escribió obras tales como ¿A dónde vas Guinea? (1978), O Boriba (El exiliado) (1982) y la antología poética Sueños en mi selva (1987). Muere en Valencia el 10 de marzo de 2014.


Añoranza Quisiera volver a mi ayer, quisiera ser un nuevo niño con los pies desnudos correr por las calles de mi verdad rebolana. Quisiera volver a mi niñez para jugar y saltar, para cantar y reír , y para llorar, quizás: pero en la libertad. Sí, quisiera volver; quisiera volver a mi ayer. Ayer... ayer niño fui, hoy, hombre soy, y mañana, ¿qué seré? Sí, quisiera volver; Me gustaría volver a mi inocente libertad.

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Anhelo Me encantaría volver a mi ayer, me encantaría volver a ser un niño y con los pies descalzos, correr por las calles rocosas de mi verdad rebolaniana. Me encantaría volver a visitar mi infancia. Jugar y saltar. Cantar y reír, y llorar, tal vez, pero solo si soy libre. Sí, me encantaría volver; Me encantaría escuchar a mi antaño. Ayer, no era más que un niño, ayer, hoy, soy un hombre, y mañana, ¿qué seré? Sí, me encantaría volver; Quiero volver a mi inocente libertad.

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Nostalgia Atardecer puesta de sol tropical olor a mar a paz y a libertad. Playa de Boloko coquetona y africana; playa de arena negra bastiรณn de Lubbรก de Ria-abba y Rilaja; en tu regazo rinden viaje las blancas espumas cual perlas de las olas en fragor. El cocotal a lo largo de tu orilla su sombra proyecta sobre tu linfa cristalina; sombra de amistad

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sombra multicolor y de sabor tropical que en el crepĂşsculo esparce tu belleza y esplendor. Playa de Boloko playa de Negritud, desde mi exilio aĂąoro tu calor; tu fragante aroma quiero percibir y a la calidez de tu regazo deseo retornar.

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Gerardo Behori Sipi Botan Sueños y realidad

¿Será, acaso, el silencio Semilla de paz, oráculo Del sosiego o suspiro del alma?


Nace el 30 de abril de 1970 en Rebola. Es un escritor ecuatoguineano polifacético, ya que su obra abarca muchos géneros. Sin embargo, siente predilección por la poesía, porque a través de ella consigue ser portavoz de esas «voces rotas por el llanto que gritan y claman en el desierto sin ser oídas». Se destacan sus obras poéticas Trágicas noches, Sendas olvidadas, Sueños y realidad y Aliento en mi jardín, la cual recibió el premio «20 años de Independencia» en 1988.


Silencio Silencio... Refracción suspensa En el meditabundo enigma Del pensamiento, donde La dulce voz del alma Explora los alegóricos Avatares de su existencia Silencio... Sueño aletargado Del universo; alucinante Sosiego del tiempo Que, en deleitoso carnaval, Retrata su mudo jolgorio Sobre la inercia de su canto. ¿Será, acaso, el silencio Semilla de paz, oráculo Del sosiego o suspiro del alma? No siempre el silencio Deletrea la ternura y sosiego Del ser, donde su imperceptible Eco cante una fugaz melodía De nacarino y encanto

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Hay silencio que inmola El remoto silabeo De su propia existencia, Extinguiendo su anhelada liberación Hay silencio que inmola El remoto silabeo De su propia existencia, Extinguiendo su anhelada liberación. Cuando mi alma se desprenda Del despótico cuerpo, y perciba. En su liberada esencia las verdi floridas Semillas de lo eterno, navegará hacia El rítmico y musical silencio, donde Germinan los encantos de la nítida paz. Silencio...

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Llovizna Del firmamento se desprenden En llorosa letanía, lánguidas E incoloras simientes Que embadurnan Los campos mustios, heridos Por el árido y bochornoso Bostezar del estío. Quiebran la silueta De su diluida y cristalina Carcajada, formando Las detonantes y repiqueteantes Sílabas de las rápidas corrientes. Desgranan su caricia Sobre claveles y azucenas, Esgrimiendo su borracha Alegría sobre la vellosa Palma de la tierra: savia De la multicolor natura, Y estrofa fugaz del misterio Que azulea los mares.

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Justo Bolekia Boleká Los callados anhelos de una vida

La libertad es el oxígeno del escritor, y la posibilidad de sentarse a la mesa con un bolígrafo y unas cuartillas, aunque sea a la luz de una ‘lámpara de bosque’.


Nace el 13 de diciembre de 1954 en Santiago de Baney y se especializa en filología por varias universidades españolas. Desde 2015 es académico correspondiente a la Real Academia Española en Guinea Ecuatorial y es reconocido como uno de los más grandes exponentes de la poesía ecuatoguineana en lengua bubi y en español. Sus obras también abarcan la narrativa, el ensayo y el artículo. Unas de las más destacadas son: Cuentos bubis de la isla de Bioko (2003), Poesía en lengua bubi: antología y estudio (2007) y Recuerdos del abuelo Bayebé y otros relatos bubis (2014).


Revelación desvelada (fragmento) A veces cerramos caminos. Como hacemos con las puertas, Inconscientemente. Cercamos espacios frecuentados y acotados, Cuando el alba se asoma tras la loma erguida de la noche. A veces retrasamos el relato de una proeza. Agobiados por las dudas permanentes que saturan nuestras memorias, Aquellas que revela nuestra existencia atrapada. A veces vuelven las palabras que olvidamos decir. Las caricias retenidas en una retina, Los sueños recurrentes que no compartimos, O el mensaje recibido cuando concluyó nuestra leyenda. A veces queremos porque no sentimos. Deseamos un abrazo cuando estamos ya alejados, Añoramos el hogar que no quisimos, Porque nos atrapó la llamada de nuestros ancestros.

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El refugiado (fragmento) Vuelvo a los caminos de antaĂąo transitados por mis guerreros. Observo en mĂ­ las caricias que mis entonces crecientes piernas contaron. Noche tras noche, Entre los pasos duplicados de mi retorno continuo, Inacabado y pensado, Las raĂ­ces expuestas que hoy me devuelven a la tierra, Mi tierra desgarrada e inundada, El aire que aprendo para compartir una fragancia, O la imagen desvelada que me resguarda y protege. Vuelvo con ansias sobre las huellas que restan, Estrujo las hojas que germinan fuera de su tallo, Como se hiciera en la historia escrita sobre mi corteza.

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Charca lacrimal Necesito pedirte perdón Pero no sé quién eres ni por qué Necesito postrarme sobre ti Porque sin desearlo Fui la sombra que eclipsó tu marcha. Necesito mirarte quieto Y ver callado en ti el tiempo que fui O tal como dicen, aquel que seré, Tal vez así derrame esa lágrima Que te dará fuerza para asestarme Ora por dolor Ora por pasión El golpe que aguardo Ante ti postrado. Necesito fundirme, mientras narro Los hechos que ayer te hicieron creer Pero que hoy, Con mirada tardía, Recoges y cubres mi terroso cuerpo. Necesito pedirte perdón Y postrarme ante ti Con mi mente alterada, Porque fui lo que unos hicieron Y lo que otros dijeron.

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Raquel Ilombé Ceiba II

Así somos los mulatos: mitad vino, mitad agua; mitad ceiba, mitad álamo; mitad espiga, mitad caña. Mitad argolla de esclavo, mitad escudo de armas.


Raquel del Pozo Epita, mejor conocida por su pseudónimo Raquel Ilombé, fue una escritora ecuatoguineana. Nace en la época de la colonia española, hija de una guineana y un español. Probablemente este choque étnico y cultural hace que su obra se centre, más que en el exilio, en la búsqueda de sus orígenes, identidad y añoranza por su África natal. Entre sus obras se encuentran Ceiba (1978), Leyendas Guineanas (1981) y Ceiba II (2015). Fallece en Madrid en 1992.


Los ríos hablan Los juncos tapen mi cuerpo, mis pies, mi cara, que nadie vigile que escucho en silencio el agua de los ríos que me hablan. El sonido de las piedras, al rozarse con el agua, son besos de tarde y luna, y besos de madrugada. Un día me dijo alguien que los ríos nunca hablan, que sólo siguen su curso y sin palabras escapan. Qué triste pasé aquel día al escuchar sus palabras, me fui corriendo hacia el río para que él me explicara por qué yo le oigo tan claro y otros no le oyen nada.

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Será mejor que marche Será mejor que marche y las semillas que planté nunca las robe nadie. Será mejor que marche no sé a qué lugar, a cualquier parte donde pueda respirar sin acritud ni dolor. Será mejor que marche y no verte a mi lado sin eco y sin voz. Quiero vivir muy lejos, sentir que estoy viva, Ser útil como antes. Ahora no lo soy.

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El vaivén de las cunas ¿Qué oigo cerca de mí? El vaivén de unas cunas, el beso que me robó la luna. Un grito de alguien que perdió su cordura. Las campanas que suenan sin badajo ninguno. Las gotas de la lluvia, sinfonía monótona y continua. El ladrido de un perro que anuncia entristecido la partida de la amo. El chasquido de una seca rama que cae sobre la tierra. El tic-tac de un reloj que va a mermando el tiempo. ¿Qué oigo cerca de mí? El vaivén de unas cunas, el beso que me robó la luna.

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Tiempo de ayer Viento fuerte Que soportó mi cuerpo. O ya es ayer, Mañana ¿Qué será, Que podrá ser? Todo ha de ser mejor, Mejor que ayer, Por qué quiero que sea, Por qué tiene que ser. Hoy tiene sentido Aquel ayer. No el ayer de los ruidos, Otros tiempos de ayer Sin apagón de luces Que no te dejan ver. Hoy es otro día, Con sol, con alegría. ¿ es ayer hoy? Hoy ya es ayer.

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Algunas veces pasa Esta casa fue toda mi ilusión, Un hogar lleno de amor. En cada cuarto, En cada esquina, Una risa dormida, Una ilusión perdida Y enmarcada en un cuadro La tumba de nuestras vidas Donde nada se oye, Donde nada se escucha, Sólo recuerdos dormidos De los tiempos ya vividos. Es tan triste el silencio, Olvidar el pasado, Olvidar una vida Sintiéndote culpable, Sin saber porque parte. Amar, llorar, reír, Vencer y perder. Perder me tocó a mí.

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Caminos Me dijiste ayer Que en mis poemas Sólo hablo de caminos. Más qué hacemos Cuándo el sol sentimos Después de estar nueve meses En el seno materno. Al sentir el contacto de la tierra Comenzamos la senda Que vamos a recorrer. Toda la vida es camino. Si hablo del amor, Del mar, del viento, del sol, Del solitario, del triste, Del pájaro, de la flor, Del canto del soñador, Todo lo he conocido Andando por los caminos. Tú me darás la razón, Qué la razón de vivir Es andar este camino Para saber y sentir, Luego de andar, descansar, Hacer para morir.

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Tus ojos No olvido tus ojos azules marino, ni aquellas tardes que vivimos juntos. En milagro eterno de ver cĂłmo se abren las cortinas del inmenso cielo. Cuantas noches contemplamos juntos la luna redonda en tonos rojizos, en tonos brillantes. Nuestras manos juntas, para que palabras. Eran tus ojos azules marino. Lo decĂ­an todo.

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Mi mar Mi mar, mi mar de allí, Cuanto te echo de menos. Tus cayucos bogando serenos, Mar, Qué hiciste de mí. Quizás ya no vuelva a ti, a contemplarte sentada En la arena de la playa. Quizás ya no vuelva a oír Tu monótono sonido De las olas al morir. Cuánto he hablado contigo, Hasta hemos discutido. En las noches me has dormido, Nana que a las sirenas mandabas Que cantaran para mí. Gracias, mar, amigo mío. Espérame, que algún día volveré Por qué escrito dejaré Que la cenizas De lo que fue un día mi ser Se puedan cubrir de sal Y para siempre estar junto a ti.

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¿Quién soy yo? Quién soy yo para partir dos vidas, quién soy yo para matar unas ilusiones. Quién soy yo para matar recuerdos. Quién soy yo, quién soy yo. Quién soy yo para acumular silencios y prorrogar largos sueños, sueños de libertad. Quién soy yo para exigir ternura, un requiebro de dulzura. Quién soy yo para cerrar fronteras y revivir momentos que hace tiempo murieron. Quién soy yo para exigir sonrisas y que me hablen unos ojos si no hay conversación. Qué ingenuidad la mía, que loco el corazón que cree que renace lo que hace tiempo murió. Quién soy yo, no soy nada. Soy el luto de un adiós soñando sueños amargos de larga duración.

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El triángulo Padre, te fuiste como se marcha el río, ruido de remolinos fueron tus últimos suspiros. Madre, tú te quedaste en tus mares azules, en tus arenas blancas, fundida entre palmeras y entre ritmos de ibanga. Yo me quedé cantando, soñando tras las puertas, descubriendo lo bello que me ofreció la tierra. He ido caminando unida a vuestras sombras, triángulo nacido de la aurora, gaviotas que volando van juntas, buscando un nuevo puerto o unas playas sin sombra.

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Mi segunda cuna (fragmento) Burgos, mi segunda cuna que me meció con ternura y supo decirme que sí. Ese sí de confianza que da el castellano puro, abre sus puertas seguro y ofrece pan al que entra. Así fuiste tú conmigo, generosa, me diste vida y cobijo, me hiciste castellana aunque naciera africana. Mi primer grito en la selva, bautismo de agua de mar. Cocoteros y ceibas sombra dieron a mi cuna y la nana me cantaron para que durmiera en paz.

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¡Adiós, Guinea, Adiós! Me fui cantando en solitario una canción de amor y olvido, las marcas de mis pies dejé en la arena, que las olas borraron poco a poco. La última vez que viviría, soledad, distancia, la última vez que sentiría húmedas las sábanas. Siento esa tierra, la he pisado descalza, la he tenido en mis manos dejándome su marca. He luchado, he vencido, he creído, he perdido, he llorado por nada, me ha empapado la lluvia mi piel y mis sandalias. He vivido la selva de olores penetrantes, he sido liana viva, he contemplado absorta la imagen de la ceiba,

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he sentido la fuerza del que ama en la distancia. He soñado, he sufrido, me ha envuelto la nostalgia. He sonreído al día, he sido compañera de las tareas vacías. La noche fue mi amante, yo amor que nunca olvida.

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Referencias Ávila Ávila, F. M. (2019). Poemas de Juan Balboa Boneke. Obtenido de http://faustomarcelo.blogspot.com/2019/01/poemas-de-juan-balboaboneke.html Bolekia Boleká, J. (2015). Löbëla. Selección de poemas. Madrid: Biblioteca Africana– Biblioteca Virtual Miguel de. Pozo Epita, R. I. (2014). Ceiba II Poesía inédita.Madrid: Verbum. Sipi Botan, G. B. (2014). Sueños y realidad. Biblioteca Africana – Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Gualsakí, W. (s.f.). El color y la ternura. Galería de Arte Quito, http://galeriaquito.com/gualsaqui.html.

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Este libro terminó de imprimirse en Diciembre de 2020 en Editorial Carpe Diem, S.A. de C.V., Aguacate núm. 122, Col. Cipreses, C.P. 66473, San Nicolás de los Garza





Secretos Colección de poesía hispanoafricana de Guinea Ecuatorial

Guinea Ecuatorial, país impenetrable, imperceptible. Al igual que el resto de África, sus vivencias retratan opresión, pero también tradición. La literatura que los ecuatoguineanos han dejado refleja con tenue y decidida voz, los sueños y nostalgias de un pueblo invadido, colonizado y olvidado. La presente colección Secretos recopila las angustias y alegrías inasequibles de diversos poetas de este país. Se revelan los misterios literarios ocultos por Guinea Ecuatorial en la poesía de Juan Balboa Boneke, Raquel Ilombé, Justo Blekia y Gerardo Behori.


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