18
CORREO • LIMA
SÁBADO 30 DE MAYO DE 2009
PRIMERA FILA FOTOS: DIFUSIÓN
EL LUCHADOR
EN ROCK
En el ocaso Mickey Rourke destaca en rol protagónico
D. F. SOBREVILLA CRÍTICO DE MÚSICA
Ópera rock: GREEN DAY
ENRIQUE SILVA ORREGO CRÍTICO DE CINE
Este año las películas con nominaciones al Oscar han estado en conjunto menos logradas que el anterior. El luchador, de Darren Aronofsky, forma parte de ese discreto grupo, lo cual significa que, a pesar de los elogios internacionales –algo exagerados- y la gran actuación de Mickey Rourke, se trata de una cinta que no convence. Un punto a favor de Aronofsky es el hecho de haber dejado de lado sus afanes de narrador pretencioso, que le dieron buen resultado en Réquiem por un sueño (2000), pero lo llevaron también al desastre total en La fuente de la vida (2006). Esa apariencia de sencillez hace de El luchador una aventura más humana e interesante por momentos. Sin embargo, abusa de un cierto esquematismo en el desarrollo de la acción y en las relaciones entre los personajes, especialmente del protagonista con su hija, probablemente lo más flojo de toda la película. Aronofsky lo apuesta todo al personaje del peleador Randy The Ram Robinson, exitosa figura de la lucha libre en los años 80, que ha envejecido y ya no puede ser el mismo de antes, viéndose obligado a participar en combates de segunda y tercera categorías para poder sobrevivir. La apuesta vale igualmente para el curtido actor Mickey Rourke, quien alcanzó una cierta fama en la década del ochenta, en filmes como Rumble fish (1983), de Francis Coppola; El año del dragón (1985), de Michael Cimino; Nueve semanas y media (1986), de Adrian Lyne; y Barfly (1987), de Barbet Schroeder.
Randy (Mickey Rourke) y la stripper Cassidy (Marisa Tomei)
Datos The wrestler Director: Darren Aronofsky País: Estados Unidos-Francia. Año: 2008 Distribuye:Delta Films Calificaciones: Imprescindible: Buena: Regular: Mala:
61 PELÍCULAS ha hecho Mickey Rourke desde su debut en 1979 La buena estrella de Rourke, empero, se fue apagando y en la década siguiente empezaron a escasear las producciones que hicieran justicia a su talento. Mickey tuvo que batallar no sólo contra la industria hollywoodense, sino también contra su propia crisis personal, que incluso lo condujo a boxear sin pena ni gloria. Aronofsky ha sabido aprove-
char bien la dureza exterior y la sensibilidad de Rourke en un rol que tiene la sustancia del perdedor nato, siendo los mejores instantes aquellos que Randy pasa entre sus compañeros de combate. Y desde el momento en que la vida desarreglada le pasa la factura, sólo entonces queda claro que por más que trate de superarse, ya en el ocaso de su carrera, no podrá recuperar el tiempo perdido. Esto significa que Randy no conseguirá recomponer –a tiempo- los pedazos de su vida. Será tarde cuando Cassidy (Marisa Tomei), la madura bailarina de striptease por quien él siente afecto, se dé cuenta de sus sentimientos; e inútil tratar de limar las asperezas que han marcado una abismal distancia con su hija Stephanie (Evan Rachel Wood). Lo único que Randy tendrá para sí es el cuadrilátero y el frenesí de la lucha cuerpo a cuerpo, aunque le cueste la vida. En el balance, la estupenda interpretación de Rourke, y la gracia y espléndida madurez de Marisa Tomei son las dos razones más poderosas para recomendar la cinta.
Este año en que se conmemoran 40 años de las primeras “óperas rock” de la historia -THE WHO con TOMMY, y THE KINKS con ARTHUR (OR THE DECLINE AND FALL OF THE BRITISH EMPIRE)-, es bueno ver que aún en este milenio hay incursiones en esta variante musical: GREEN DAY con AMERICAN IDIOT (2004); MY CHEMICAL ROMANCE con THE BLACK PARADE (2006). Pero el trío punkeke californiano nos ha traído una nueva ópera rock, 21ST CENTURY BREAKDOWN. ¿Toda repetición es una ofensa, o en la repetición está el gusto? ¿Serían capaces de superar la valla tan alta que lograron con …IDIOT? Yes sir; jugaron, arriesgaron, y ganaron. Iniciando con una transmisión de radio a la antigua -… están tocando la canción del siglo/de pánico y promesa…-, la historia, dividida tajantemente en tres actos cual obra teatral, se centra en Christian y Gloria, una parejita de jovenzuelos que han sobrevivido a 8 años de Bushismo. El primer single que entra a tamborazo limpio, Know Your Enemy, se autopregunta sobre la confusión viviente: tú conoces al enemigo/tú conoces a tu enemigo/bueno, tienes que conocer al enemigo. A ritmo aporreante que apuntala el mensaje, East Jesus Nowhere es el desengaño sobre la cristiandad: pon tu fe en un milagro… en la iglesia de los buenos deseos. Sobre melodías sutilmente arábigas pero con fuerza, Peacemaker se burla de los mediadores y facilitadores: con Dios como mi testigo/los infieles van a pagar… vendetta dulce vendetta/la (pistola) Beretta de la noche. Un piano medio depre abre Restless Heart Syndrome, el desgaste emocional de tantas cosas juntas: lo que te enferma es lo que te empala… eres una víctima del sistema. Pero no todo es feeling negativo: Last Night On Earth es un baladón a bobo pelao –eres la luz de luna de mi vida cada noche- con arreglos que evocan a LITTLE RIVER BAND y al ELTON JOHN reciente; y la rockera positiva See The Light es la mirada ¿resignada, optimista, esperanzada? al futuro. ¿No hay mal que por bien no venga? Así pareciera pues…