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La Entrevista Javier Espinosa Mandujano
“Son cientos de artistas en todas las artes que forman un fondo sólido de la vida y existencia de Chiapas, que gravitan en sociedades pigmentadas por la depredación pública, la amenaza indefinible y latente y el miedo a la incertidumbre”: JEM
ENTRETEJAS: ¿Nos puede hablar de su obra publicada, de su trabajo como narrador? ¿Trabaja actualmente en un nuevo título? JEM: Me inicié como escritor con un ensayo dramático publicado en 1950 en el periódico El Estudiante de la Sociedad de Alumnos del Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas, que yo dirigía aquel año. Era un dramón de miedo. Por cierto fue Roberto Gordillo, un comiteco de lustre, el fundador, junto con Agripino Gutiérrez, de aquel periódico en cuyas páginas publicaron sus primeros poemas Rosario Castellanos y Jaime Sabines. Don Roberto terminó después siendo la clave de la organización, enjundia y eficiencia de la Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México. Después en 1962, en el número 9 de la Revista ICACH, que di
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Ilustraciones: Hugo Huitzi.
rigía el maestro Fábregas Roca, publiqué “Los hombres y los perros”, una obra de teatro en tres actos, que Gustavo Acuña tuvo la intención de montar, con las modificaciones sugeridas por don Agustín Yáñez, en una carta que guardo celosamente bajo llave. No recuerdo cuáles fueron las dificultades de entonces y la obra no llegó a ponerse en escena. En esos días Arturo Zárate, gran director teatral, mi paisano, inspirador él, su esposa y su hija de “La casa Abierta”, un poderoso centro de cultura de Tuxtla Gutiérrez, con años prodigiosos para el teatro universal, está viendo la posibilidad, por fin, de que “Los hombres y los perros” vean la luz pública. ENTRETEJAS: ¿Estas dos obras de la que usted nos habla no son obra de un narrador? ¿Cómo podríamos precisar este asunto? JEM: La obra narrativa se refiere a la novela, ni siquiera al cuento, menos al
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ensayo dramático o al teatro. Y en la influenciado por Paradiso de Lezama narrativa tengo dos novelas que me Lima. Laco me dijo: Sí, aquí hay algo gustan. Me gustan porque son la reinaprensible, algo irrecuperable pero cuperación de mí mismo, de mis rees algo que será como un bumerang cuerdos, de la sensible ordenación del que vuelve, que nos espera hacia ademundo que viví en mis primeros años, lante”. Allí mismo, en su casa de Juan de las pasiones que se movían a mi alCrispín, decidí ponerle “Soledad que rededor, contempladas con los ojos de viene”. Quizá el comentario de César una criatura absorbente de imágenes, Corzo, el último de cuarta de forros, voces, movimientos, gestos y palabras sea lo más punzante y expresivo. La que rodaban a campo traviesa. Aquello han examinado con hondura Ricarfue la sustancia de la verosimilitud de do Cuéllar Valencia, Sarelli Martínez, trabajos de ficción, que generalmente Marcos Arturo Nazar, el maestro José son la transfiguración de la realidad Torres, María Elena Grajales, Sonia de ordinaria en otra realidad que sólo La Rosa y, como una buena parte del existe como escritura. relato cabalga sobre el Camino Real a ENTRETEJAS: ¿Esas dos novelas son Guatemala, Carlos Navarrete, nuestro Soledad que viene y Sobre la tierra? querido guatemalteco, me decía, por ¿Esta última de reciente aparición? teléfono, que esa era la sensitividad JEM: Sí, “Soledad que viene” apareció con la que había que recuperar la vieja en el 2006 recibida con cálido entuunidad de nuestra cultura centroamesiasmo por Enoch Cancino Casahonricana. da, quien le escribe una presentación ENTRETEJAS: Pero ¿Cómo siendo emotiva en la que destaca uno de sus su primera novela Soledad que viene, atractivos más constante, la precisión pudo ser tan precisa, de un lenguaje cedel lenguaje, “no exento de poesía”, el rrado y múltiple, como decía el doctor protagonismo de las palabras, además Cancino, de ilustre memoria? ¿Cómo del ambiente que la rodea de los prise absorbe, para usar un término suyo, meros años del siglo XX, en que esta el mundo gravitacional de los valles de provincia desprendía con vigor las luSantiago Tacuazintepeque, Xiquipilas ces de sus profundas tradiciones de la y Ocozocoautla, los pensamientos, el tierra. Sin embargo fue Laco Zepeda trato ceremonial, el respeto de los viequien conoció antes el texto. Incluso jos oficios, el amor inmenso a la natula novela tenía otro nombre Solitudiraleza, que se respira en esta novela? ne, que quiere decir soledad, tal vez JEM: Estas son dos hermosas interro-
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gantes. En primer lugar la precisión don Carlos I, de 1558, cumplido por los del lenguaje o de una palabra, son la dominicos de Tecpatán, que según la consecuencia de la precisión de lo que referencia de Remesal, habían logrado quieras decir, de lo que tengas volunedificar en Xiquipilas La Grande, una tad o necesidad de decir. Sin eso no iglesia con una nave de 90 metros de hay nada. Conocí de cerca a Rosario largo por 10 de ancho y techumbre de Castellanos. Ella podía pasar días y madera y tejas, que hoy puede verse un semanas buscando una palabra que sapoco maltratada y deformada por los tisfaciera la exigencia de expresar con “modernizadores” de la diócesis tuxtleexactitud, su exactitud, su pensamienca. La novela ha sido comentada con to, una noción de algo. Es una exigencia abundancia. De nuevo Ricardo Cuéllar creativa, usaba diccionarios variadísiValencia, Sarelli Martínez, María Elemos, auscultaba, como quien no quiere na Grajales, Sonia de La Rosa, Marcos la cosa, con sus amigos, y si era factible Arturo Nazar, el doctor Pavía, y últiinventaba el término. La precisión es, mamente, Rafael Zamarripa Colmenedesde luego, una virtud, pero para un ro, pintor de caballete y muralista, que escritor que se respete, es también un entró al ruedo con un escrito estupendeber insoslayable. El lenguaje, las pado, rememorativo y gozoso. labras, son instrumentos expresivos, ENTRETEJAS: Usted, don Javier, ha inventados por la necesidad de apodepublicado un libro titulado “Introducrarnos de algo que sólo así podemos reción a la Idea y Experiencia de la histotener y hacer nuestro. En relación con ria” cuya primera parte está dedicada a la segunda cuestión, de cómo nuestra aspectos especulativos de teoría de la vida y existencia absorben el mundo historia, y unos 15 ensayos que le siguen que nos rodea, pienso que eso depende sobre asuntos específicos de la histodel instrumental reductivo que alguien ria de esta Provincia. Esto parece ser posea para entender, y más que eso, primero la “idea” y luego la “práctica” sentir el desasosiego y el gozo, la incero “experiencia”, siguiendo un método tidumbre y la esperanza, que giran en de interpretación de acontecimientos torno de todos y cada uno de nosotros. históricos estrictamente chiapanecos. Después escribí, diez años después, ¿hay una “práctica” en la investigación “Sobre la tierra”, que es una especie de histórica de Chiapas que se sustente en inmersión en San Pedro Xiquipilas, un cierto tipo de metodología, que le dé pueblo viejo de Chiapas, fruto de un consistencia y razonabilidad? decreto de reducción de indios del rey JEM: Creo que con su pregunta uste-
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des destacan una situación que yo he intentado afrontar en mi ámbito, en el ámbito de ese libro y de otros escritos, algunos políticos, otros de crítica literaria, incluso otros de previsiones sobre el porvenir. Toda labor especulativa requiere de un fondo metodológico, de una filosofía o lógica, sin lo cual prácticamente no se ve, yo no lo veo, cómo puede adquirir sentido la escritura de nadie. Algunos hablan de método, otros de orientación ideológica, otros de simple y llana formación técnica y científica. ENTRETEJAS: ¿Usted discute estos temas con alguien aquí en Chiapas? ¿Quiénes son sus interlocutores? JEM: En cuestiones literarias el grupo que emergió en San Cristóbal de Las Casas por los años 1956-57, fue fundamental. No ha habido en Chiapas, que yo sepa, un puñado de gente que tuviera un intercambio tan sólido y profundo como el que se dio ahí: Daniel Robles, Laco Zepeda, Rosario Castellanos, Jaime Labastida, Jaime Shelley, Oscar Oliva, Carlo Antonio Castro, Carlos Jurado, Héctor Ventura y un servidor. Se grabaron con fuego muchas cosas. Sobre todo adquirimos un instrumental estético de raíz muy honda, que nos puso por encima de localismos y nos dio una noción planetaria de la vida y existencia del hombre, la que provenía de fray Luis, Darío, Rodó, los dos Machado, Neruda, Bello, Silva, López Velarde, González Martínez, Sor Juana, Lorca, etc, etc., los Poetas Malditos y del romanticismo alemán, (la trilogía de Sweig) sin faltar Ben Johnson y Chaucer de Canterbury. Por aquellos días cayó en mis manos la Apología por la Historia de Bloch y poco después ese librito extraordinario que coordinó don Carlos Pereyra, “Historia ¿para qué?, que entre otras cosas me hizo hilar fino sobre los alcances de cada ensayo, consolidó mi reconocimiento a Florescano y me hizo atractivo el adorno de Monsiváis, que entre maestros de la historiografía, no sólo salía bien librado, sino que su ensayo La Pasión de la historia, quizá era de los más sugestivos. Ustedes, usan la palabra “interlocutor”, que significa la otra persona con quién se habla, alguien con quien mantienes una relación de intercambio crítico, de nociones e ideas que sirven a ambos términos, una relación productiva. Bueno, los libros son quizá nuestros más poderosos interlocutores, siempre que sean libros escritos con desprendimiento, libres de protagonismos, obra de descubrimientos y reveladores de la humanidad resumida en la escritura de un individuo. En nuestros días es necesario distinguir un libro de otro: libros que te acompañan siempre y otros que desaparecen sin dejar rastro, unos que
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hablan contigo y otros que hablan con nadie. Alguien dijo que los buenos libros son como “soplos de Dios”. ENTRETEJAS: ¿Qué es la nueva Revista Ateneo? ¿En qué consiste ese proyecto, cual es su finalidad? ¿Qué diferencias y similitudes hay entre el antiguo Ateneo y el de hoy? JEM: Voy a contestar esas preguntas de manera breve, aunque entrañan una parte importante de la historia de nuestra cultura, de la mitad del siglo pasado hasta estos momentos. La revista Ateneo que hemos hecho – del número 8 al 16,- aproximadamente unas 2 mil páginas de arqueología, política, historia, poesía, cuento, reproducciones, ensayos, cartas, efemérides, advertencias públicas, sismología, biografías, - fue pensada como un instrumento creativo y unificador del pensamiento chiapaneco, que se vuelca sobre la situación general de Chiapas como archipiélago de pueblos con una curiosa y no entendida, menos explicada, identidad, una identidad miste
riosa que no parece ser obra humana, o mejor dicho, que parece ser más confabulación de la naturaleza en todo su esplendido, duro y variado espesor ístmico que nos envuelve a todos, con un tráfico de mundos que van de un mar a otro, de una frontera a otra, de un amanecer a otro, abasteciéndonos de sombras azules o verdes, de la misma respiración del agua que viene del norte tanto como del sur. La revista Ateneo que hemos logrado hacer en esta segunda época es obra creativa, porque sin esa intención es mejor no hacer nada. Y en ese sentido la revista no promueve ni siquiera populariza ninguna cultura, antes tenemos el compromiso de hacerla, que es nuestro máximo anhelo. El Ateneo de ahora, por otra parte, contiene los mismos ingredientes del Ateneo de 1951, año de publicación del número 1 de Ateneo. Tal vez se destaque una diferencia, un intento. Mientras el florecimiento de mitad del siglo pasado fue más bien un florecimiento tuxtleco, sólo con ciertas repercusio
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nes que se oían a distancia en el espacio provinciano, este mismo Ateneo del siglo XXI se asienta ya con sus 150 miembros en muchos de nuestros pueblos, y seguimos adentrándonos en el vasto territorio de nuestra provincia. En todos los pueblos de Chiapas hay pensadores, literatos, artistas, viejos artesanos, cantores, inventores, músicos, etc., es a ellos a quienes deseamos unir, es con ellos con quienes aspiramos a construir una unidad de conocimientos y aspiraciones. ENTRETEJAS: ¿Qué opina de lo que se ve actualmente en Chiapas? ¿Quiénes son a su juicio, los exponentes más importantes? JEM: Hay mucha gente importante en plena labor creativa en Chiapas. Carlos Navarrete sigue activo y fundamental;

con Fábregas Puig y los nuevos investigadores del pueblo zoque, los olmecas de Chiapas; Ricardo Cuéllar Valencia tiene terminados 4 volúmenes sobre fray Matías, en espera de presupuesto para publicarlos. Fray Matías es prioridad sin duda alguna, sobre todo porque el trabajo de Cuéllar incluye por primera vez el develamiento de todos los números del Para Rayos. Sin eso sólo tenemos una idea parcial de nuestra cultura. Se nos fue Andrés Aubry y Angélica y parece ser que la obra que ellos hicieron en el Archivo Diocesano de San Cristóbal cayó en el abandono. Del millón y medio de infolios reportados por ellos sólo se había logrado desempolvar ¡un 20 por ciento! Siguen creativos Oliva, Roberto López Moreno, con una dedicación de Chupamirto – su emblema – admirable y novedosa; Elva Macías, que viene de un devoto y fiel anudamiento con las cosas de Chiapas, recibió en días pasados en Jerez de Zacatecas el Premio López Velarde, que puede ser sentido como una culminación de su arte poética; me gusta la poesía de Uberto Santos. Nadie tiene la llaneza, el pulso, la redondez de la idea transfigurada en versos, la cotidianeidad que ayuda a estar con uno mismo, con la placidez de estar en su casa, con sus amigos, con el mundo. Paisano de Uberto es Ángel Ramiro
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Montes de Oca Rodríguez, que vive y trabaja en la Provincia de Llanos, después San Bartolomé, excelente narrador con obra publicada por el Instituto Vargas Llosa de Madrid. De esa obra publicamos en Ateneo 16 unas hojas en que se aparece “La vieja Ataide”, una parte ósea del pueblo, que muestra la consistencia narrativa de Montes de Oca, prácticamente desconocido en Chiapas. Por otra parte hay mucha gente joven trabajando en nuestras universidades y sus organismos especializados. A veces aparecen Anuarios como el del 2014 que dirigió Esponda Jimeno del Cesmeca de la Unicach. Nos hace falta un gran proyecto de prioridades en el campo de la investigación de Chiapas, concentrador y articulado a nuestras necesidades, sin concebirlas como si estuvieran dándose en otro mundo. No sabría yo decirles, ni creo que nadie sepa, qué hacen los centros de investigación asentados en Chiapas desde hace mucho tiempo, financiados por universidades y organismos públicos, quizá porque sus publicaciones son para consumo interno o quizá porque ni en el sector público ni en el privado, a nadie le interesa trabajos sin sentido de factibilidad, que propongan acciones prácticas, o quizá sea porque al gobierno, ocupado en fabricación de elecciones, no tenga el menor interés en planificar, introducir un mínimo de racionalidad en la vida del País. Un caso fuera de serie es el de don Fernán Pavía Farrera, médico de primera profesión, historiador, no sé si de segunda profesión, o de naturaleza, de 97 años de edad, con unos 40 libros publicados, preparándose en este preciso momento en que hablamos, a participar en un Congreso de historiadores de mediados del próximo julio, que se celebrará en Centroamérica. Aunque en política los jóvenes han resultado un fiasco, hay una espléndida camada de músicos de nuestra epónima escuela de música de la Unicah, y músicos, compositores y ejecutantes, andan por todas nuestras calles, se defienden como pueden, emigran, pertenecen a grupo locales, algunos triunfan fuera de Chiapas y ya no regresan nunca. Regresó Paco Chanona, sigue viviendo Rulfo Tovilla Jiménez, un creador profundamente chiapaneco, siguen vivos los herederos del maestro Límbano Vidal, de Socoltenango, avecindados en Comitán. Son cientos de artistas en todas las artes que forman un fondo sólido de la vida y existencia de Chiapas, que gravitan en sociedades pigmentadas por la depredación pública, la amenaza indefinible y latente y el miedo a la incertidumbre. Esto es lo que atosiga a la Orquesta Sinfónica de Chiapas siempre en vías de desapa
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rición. Y nos falta mucha tela de donde cortar. ENTRETEJAS: ¿Por fin, don Javier, algún recuerdo placentero, o significativo, de su vida en el campo de la cultura? ¿Alguna anécdota, quizá algún acontecimiento, o algo que se haya quedado en su memoria? JEM: He sido un hombre afortunado. No sé cómo se abrieron puertas de tan cercana consideración y afecto de personajes fundamentales como Agustín Yáñez, Miguel Angel Asturias, la misma Rosario Castellanos, que me dieron un lugar en su vida, que correspondí siempre con un gozo enaltecedor. Un día de principios de agosto de hace años, recibimos mi esposa y yo un llamado por teléfono de don Agustín, para decirnos que había decidido, con el beneplácito de su esposa doña Olivia, venir a Chiapas a pasar su cumpleaños con nosotros, y que si no había inconveniente deseaba visitar la iglesia de San Agustín en Teopisca y estudiar el retablo de su altar mayor, cuya historia y descripción había publicado Frans Blom en un revista especializada. Hablé con la señora Alvarez dueña del restaurante Central de Teopisca, hermana de queridos amigos e hija de don Chema, el patriarca teopiscaneco. La jornada fue extraordinaria, desayunamos en el restaurante Señorial y a las 11 de la mañana entramos al templo. Abrió don Agustín su portafolios y sacó cuaderno, pluma y un largavista. A las dos de la tarde había examinado a fondo el altar agustino y colmado de elogios a la virgen María que está en el cuerpo bajo y central del altar, de belleza impresionante. Y había corregido los nombres dados por Blom de los santos que aparecen en sus hornacinas laterales y superiores. La comida fue variadita. La dueña atendió personalmente a don Agustín y su esposa, una de las mujeres más bellas que vieran nacer los cielos de Guadalajara. Y por allí surgió una marimba guatemalteca de un solo teclado tocada por tres personas, un hombre muy viejo y sus dos hijos, que ya pasaban los 60. Ya pardeando regresamos a San Cristóbal. En la parte alta de las laderas del poniente de Teopisca, don Agustín vio hacia el oriente, hacía las azules montañas de los Chucumatanes. Pronuncie el nombre y dijo ¡Ah! es la tierra de Gaspar Ilom, el personaje central de Los Hombres de Maíz de Miguel Angel Asturias. Cenamos en el hotel con la grata compañía de don Prudencio Moscoso Pastrana, don Leopoldo Velasco Robles, don Agustín Romano, don Evon Z. Vogt, que dirigía el Rancho Harvard de San Cristóbal. Invitado por don Leopoldo, con la pulcra atención de don Valeriano. Era toda la humanidad la que había pisado esta tierra.