Tantas claridades para prender una luz

Page 310

Eduardo Rosenzvaig / Tantas claridades para prender una luz

del arroyo, casi se ahoga ella, la llevaba arrastrando con las rodillas y manos lastimadas. Mi madre me dio unos cuantos chirlos hasta que no me pude sentar y yo la consolaba a Irene a que no llore. Vaca maldita. Disipada. ¡Tanta historia para gastar un poco de leche cuando hay mate cocido!, protestaba yo. Nunca nadie habla mal de una vaca, siempre se habla mal de un Presidente, pero para mí era la vaca. Monteros, la provincia, el país y latinoamérica eran despreciables por tener adentro una vaca chúcara. ¿Cómo sospechar una que la vaca era nada más que un lomo donde se carga el hambre de una tribu de chicos? Una no podía sospechar porque en el estómago éramos perfectamente felices. Le llamaban “renga” a esa parte del lomo de las mulas donde se ponía la carga. Ella compraba las telas y nos hacía la ropa interior, enaguas, visos, bombachitas con piernitas que tenían voladitos de puntilla, todo muy bonito, floreadas, lisas, con lunas y limones pintados de limoneros. ¿Cómo sospechar con esa ropa, de los otros uniformes de juntas militares sobre montañas de huesos y fajos de billetes y mendigos y ruinas de ferrocarriles y revoluciones con estrellas en la frente? Mamá había aprendido de su abuela a tejer en crochet obras de arte. Amalia, una vez, se enojó tanto con ella porque no le había tejido un shal como el mío, y que todas mis hermanas murmuraban que yo era la predilecta, la elegida de mamá. Pero Isauro nos mandó a no murmurar, porque la “democracia Arancibia” se sostiene con batallas intelectuales y políticas, no con el peligro polimorfo de los decires que van y vienen secretos. El murmullo es un factor despolitizador, arengaba él. En el teatro es un comportamiento miserable del espectador: si la obra no gusta, uno se va y punto. Yo solía dejar la farmacia los sábados, volvía a Monteros, y regresaba los lunes a primera hora, toda para dormir un rato en la cama grande en los brazos de mamá. Era un amor tan crista313


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.