En Moto Nº4

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24 - SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2007

POR MADRID

Harley Davidson Sportster XL 883 Custom 9.450 euros

Un mito para visitar a los faraones Nos fuimos con la pequeña de la familia Harley hasta el Templo de Debot para convencernos de los buena ciudadana que puede resultar

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Chema Bermejo

ara recorrer la ciudad cualquier moto es buena, pero en este caso queríamos un modelo que sea manejable, ligero y fácil de conducir. Con estas premisas buscamos en la marca americana Harley Davidson y nos decidimos por la familia más pequeña, la Sportster, de la que nos dejaron uno de los últimos modelos, la XL 883 Custon, a la que se le ha rebajado un poco la suspensión y elevado el manillar para destacar el aspecto que la define. También se han adelantado los mandos de pie y, como no, se ha montado un neumático más ancho de 150 mm, con lo que se ha conseguido una posición para el piloto bastante cómoda y que no perjudica el manejo de la moto con respecto a sus hermanas más “normales”. Así lo comprobamos de camino al Templo de Debot, situado en el Parque del Oeste y que nos hizo recorrer las concurridas calles madrileñas con total soltura. A destacar también la facilidad para circular entre coches por su estrecha figura y la altura que ofrecen el manillar y los espejos. Lo peor es la posibilidad de carga, que en este caso hacía obligatorio llevar una mochila por la falta de un espacio -como una parrillapara llevar bultos, aunque hay de todo entre los accesorios para la familia Sportster de Harley.

El motor es el nuevo Evolution con el sistema de inyección que mejora el rendimiento a la vez que reduce el consumo y las vibraciones al estar sujeto al bastidor por soportes de goma. Este modelo cuenta con un depósito de combustible de 17 litros que le otorga una gran autonomía, y para el acompañante monta un asiento doble en dos alturas bastante cómodo. En el cuadro, un solitario reloj indica la velocidad, y no falta una pequeña pantalla digital para conocer otros datos como kilómetros totales y parciales y la hora.

FICHA TÉCNICA Motor: bicilíndrico, 4 tiempos Cilindrada: 883 cc Potencia: N/D Alimentación: inyección Chasis: doble cuna de acero Suspensión delantera: horquilla telescópica Suspensión trasera: doble amortiguador Freno delantero: disco de 292 mm Freno trasero: disco de 292 mm Capacidad depósito: 17 litros Distancia entre ejes: 1,52 m Peso: 255 kg

Templo de Debot. Faraones en Madrid Cuando las venerables ruinas del Templo de Debod se reconstruyeron en Madrid, en una capital sin demasiada tradición egiptológica, la urbe se enriqueció con una increíble joya arquitectónica: la construcción faraónica más importante que, fuera del territorio egipcio, pueda encontrarse en el Mundo. Emplazado originalmente sobre la orilla oeste del Nilo, hace más de 2.000 años el templo de Debod era uno de los lugares de peregrinación más importantes de todo Egipto. Los reyes meroíticos lo destinaron al culto del todopoderoso dios Amón, pero más tarde los cultos se dirigieron a la diosa Isis, ritos que continuaron años después con las remodelaciones llevadas a cabo por los emperadores romanos Augusto (63 a. C.-14 d. C.) y Tiberio (42 a. C.-37 d. C.). La ejecución de la Gran Presa de Asuán, una gigantesca obra hidráulica en el curso alto del Nilo, obligó a salvaguardar los monumentos de la Baja Nubia, que inevitablemente iban a quedar sumergidos en el enorme lago artificial. La adjudicación del templo de Debod a España se realizó el 30 de Abril de 1968 por un decreto de la Presidencia de la RAU (República Árabe Unida) por la que se ofrecía "el templo de Debod al pueblo español en consideración a sus esfuerzos en la contribución a la salvaguarda de los templos de Abu Simbel". Para lograr su mejor conservación en el clima de Madrid, se creó una atmósfera estable y seca similar al clima nubio, instalándose aire acondicionado caliente en el interior del edificio. Se reconstruyeron dos de los tres portales de piedra de acceso al templo, rodeándose de un estanque poco profundo a fin de evocar el ambiente fluvial donde se hallaba originariamente el templo. Finalmente, y tras dos intensos años de trabajo y esfuerzo en la reconstrucción del monumento, el día 18 de julio de 1972 fue inaugurado el Templo de Debod, el cual puede ser visitado por el público que quiera conocer toda su historia. Desde la Montaña del Príncipe Pío de Madrid los dioses egipcios contemplan un nuevo mundo muy diferente al que pertenecían.


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