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LOS MUERTOS NO SE DIFERENCIAN DE POEMAS DE PIEDRA PARA MÍ

Los muertos no se diferencian de poemas de piedra para mí. Su melancolía es mi crepúsculo. Los encuentro muy similares a como yo era cuando los conocí. Ya soy más grande que ellos. Les perdoné cada maldita cosa.

Y aún así callan sus penas como si fuese el único negocio que tienen conmigo. Me estrujan en la ambulancia, se apoyan en los hombros de las enfermeras. Parecen frutas secas. Solo me queda imaginar un mundo mejor detrás de ellos. No sé lo que una IA diría de ellos. ¿Está permitido reírse?

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Intenté que participaran en la conversación pero están tan obsesionados consigo mismos como cuando se metieron en mi cama conmigo.

Ellos están ahí, pero yo no estoy aquí, y ninguna sala de urgencias es tan luminosa como para disiparlos. Los procedimientos siempre se conducen en la oscuridad.

Trato de pensar en ellos como luz negra. Quizás encuentre la manera de contarte cómo resulta eso.

Traducción: Jorge Javier Romero

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