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08 [ Política ]

Miami, Florida Abril 24 al 30 de 2014

Política venezolana

El equilibrio Luis Prieto Oliveira

S

e ha estado planteando en el país, contra toda lógica y sindéresis, una dicotomía entre la calle y el diálogo, como si entre esos dos instrumentos concurrentes de una lucha política obligada a actuar en medio de una situación agónica del país, pudiera establecerse un régimen de exclusión. La política, como se ha dicho desde Maquiavelo, es el arte de lo posible, y su escenario, en la mayor parte de los casos, es una especie de cuerda floja entre una realidad existente y una deseable, cuyo tránsito exige una dosis especialmente generosa de equilibrio. El oficio del político, contrariamente a lo que con frecuencia intentan los detractores, no es el de aprovechar para sí las gestiones, sino aportar a ellas un elemento central de realismo y experiencia estratégica, que mantengan los pies pegados a la delgada cuerda de la situación existente. Una historia de trágicos errores En Venezuela, lamentablemente, hemos vivido muchas etapas de anti-política, que se han traducido en costosas pérdidas de vidas y oportunidades. En 1959, inspirados y financiados por Fidel Castro, los jóvenes de la izquierda, que se habían formado y fogueado durante los años más oscuros y trágicos de la dictadura militar pérezjimenista, se dejaron seducir por la conseja de la lucha armada, que hablaba de la creación de focos de insurgencia armada en todo el continente. Cientos de jóvenes se inmolaron en una aventura que estaba condenada al fracaso, con la consigna inmediatista del “Rómulo, Renuncia”, pero además, condenaron a la insignificancia a una de las generaciones más brillantes y mejor preparadas que hemos tenido en nuestra historia. Ahora se habla de represión, de persecución política y de excesos policiales, y se olvida que existía una situación bélica, con un ejército extranjero peleando contra el nacional, con el auxilio de grupos uniformados y armados, que infligieron no pocas bajas a las fuerzas regulares del ejército venezolano. Se olvida a los 105 policías asesinados en 90 días, en una ofensiva dirigida por Guillermo García Ponce y Clodosvaldo Russián, los 14 guardias nacionales asesinados por un comando guerrillero cuyo jefe era el comandante Teodoro Petkoff , los cerca de mil doscientos dirigentes campesinos de AD, fusilados por las guerrillas en Falcón, Yaracuy, Trujillo y Lara y las múltiples muertes ocurridas en Puerto Cabello con motivo del “porteñazo”. En aquel momento los dirigentes que se alzaron en armas, tenían el camino político abierto y ocupaban no pocas posiciones importantes en el parlamento y en algunas insti-

to de la energía y su desorganización. Pero el agotamiento de la agitación callejera sin finalidades concretas distintas de una hipotética “salida” del sedicente presidente, no elimina las razones reales del clima de protestas. El gobierno seguirá, como lo dijeron sus voceros, tercamente empeñado en aplicar su modelo fracasado y reprimir a quienes se oponen, porque, como los escorpiones, “esa es su naturaleza”. Por supuesto, no se puede abandonar a su suerte a los estudiantes, porque ellos son la reserva moral y física de nuestra sociedad y nuestra única conexión real con el futuro y no creo que nadie en su sano juicio pueda siquiera pensar en dejarlos solos. Lo que es necesario es convocar, con urgencia, una especie de concilio que defina una esEl agotamiento de la agitación callejera sin finalidades concretas distintas de una hipotéticatrategia de corto plazo, para enfrentar el quiebre de la política de logro de la “salida” del sedicente presidente, no elimina las razones reales del clima de protestas. democracia y propicie una coherencia tuciones del poder, pero echaron por la borda de viento, porque las realidades se imponen entre los mundos de la agitación-propaganda, todo el capital acumulado en Guasina, en San ante los deseos. Ya nos lo dice la sabiduría el activismo proselitista y la planificación de Juan de los Morros, Ciudad Bolívar y en las popular cuando sentencia “ni miradas matan, grandes acciones políticas. peligrosas calles custodiadas por los esbirros ni deseos preñan”. No es este el momento de la exclusión ni de En nuestro artículo, publicado en estas de Pedro Estrada. No existió equilibrio en la la atribución de culpas, nadie puede arrojar estrategia trazada desde La Habana, entonces mismas páginas en la semana siguiente al 8 dudas sobre los motivos y razones de quienes a de diciembre de 2013, al anunciar la intey ahora tampoco lo hay. están ahora en la resistencia. Es la hora de El inmediatismo hizo fracasar uno de los rrupción sine die de la estrategia electoral de demostrar que somos políticos y entendemos movimientos populares más importantes la MUD, recomendaba una nueva forma de que, como en el Eclesiastés, cada cosa tiene ocurridos en nuestra patria, hace apenas 12 capitalizar el momento político que eras el de un tiempo. Hay un tiempo para sembrar y años, cuando un millón de caraqueños lo- acompañar, estimular y canalizar la protesotro para cosechar lo sembrado. Tratar de regraron, con su presión de calle, la renuncia ta popular, sin intentar sustituir a los líderes coger el grano antes de su madurez nos hace del dictador de entonces, pero no existió naturales de esos movimientos casi espontáperder la cosecha y desperdiciar el esfuerzo y equilibrio entre la calle y la gestión política neos de la sociedad venezolana, desesperada retardar la recolecta da oportunidad a los pey ese esfuerzo naufragó. Así también fracasó en medio de una crisis, de cuyas dimensiones ricos y a los pájaros arroceros, de apoderarse la hermosa gesta del paro nacional, que in- y profundidad, no tiene una idea concreta. de lo que es nuestro por dedicación y razón. En esa ocasión decía que en 2013 se produjustamente se ha bautizado como petrolero, Venezuela es más grande que nuestros egos porque no hubo conexión entre quienes ma- jo una media de 500 protestas mensuales, en y todos sabemos que, si no somos parte de nejaban las cuerdas de la acción huelguista y todo el país, por cuestiones diversas, que van la solución, entonces nos convertimos en quienes debían tener el control de las accio- desde la escasez de alimentos hasta los apaparte del problema. Es posible, ahora con gones, pasando por el incumplimiento de los nes políticas. más razón que hace dos meses, plantear una planes de vivienda, la violencia desatada, la El difícil oficio de la política recomposición de las fuerzas, distribuir los Ese cable tenso, que se extiende entre el pre- corrupción rampante y mil otras causas, geesfuerzos para incorporar a un número sigsente y el futuro, hay que cruzarlo con arrojo, neradas por quince años de desgobierno. Mi nificativo de quienes todavía no entienden el pero también con destreza, porque no se trata predicción era que este año sería aún peor, sentido real de la lucha. No podemos olvidar solamente de la intención, sino también del porque la crisis sólo se agudizaría. Todo ha a John Donne, porque, como para él, nada conocimiento que nos da la historia, la pre- salido así, pero las protestas, en vez de canade lo humano nos es ajeno, y tenemos que paración que nos proporciona la práctica y la lizarse hacia la generalización del sentimienorientar nuestros sentidos para entender que firmeza que nos otorga la convicción. Como to de rechazo del gobierno, han caído en un el tañido de las campanas es por todos, y no en lo que antes llamaban los boticarios una terreno que no les permite crecer. podemos cerrarle la puerta a quienes desean Ciertamente hay mucha gente, millones, “receta maestra”, es necesario combinar con con sinceridad, estar con nosotros, pero no infinito cuidado las dosis de cada una de esas que están de acuerdo con los postulados de encuentran la forma de acercarse, porque no virtudes, para lograr que el efecto logrado la oposición, pero todavía no se ha alcanzado entienden nuestro idioma. Tenemos que dirise parezca al esperado, teniendo la convic- lo que los físicos nucleares llaman “la masa girnos a ellos en un lenguaje que entiendan y ción realista de que nada, en definitiva sale crítica”, que es aquella que produce una reacque nos sirva no sólo para derrotar a un gotan bien como uno desea, pero tampoco tan ción en cadena que expande la energía. Por el bierno inepto, cuyo tiempo ya está vencido, mal como quieren sus adversarios. El camino contrario, parece estar ocurriendo el fenómesino para construir una nación a la medida de del político no puede ser el de Don Quijo- no de que nos enfrentamos a la entropía, que lo que todos queremos, soñamos y podemos. te, empeñado en la lucha contra los molinos es el fin físico de la actividad por agotamien-


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