SIN LIMITES Éverest, Andrea Cardona

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Everest

Un apasionante relato que nos ense単a que las verdaderas conquistas comienzan dentro de nosotros mismos.


Prólogo Éste es el relato de las vivencias que me llevaron a convertirme en la primera mujer de Centroamérica y El Caribe en alcanzar la cumbre del Monte Everest. No esperes un libro de montañismo puro, ni de técnicas de escalada, ni de la conquista del humano sobre la naturaleza. Mas bien espera una historia hablada desde el corazón, desde la esencia de una mujer soñadora en busca del sentido y de la trascendencia humana. Con esta historia, quiero transmitir que aún en medio de las pruebas físicas, mentales, emocionales y los dilemas de la vida, todos podemos seguir nuestros sueños superando los obstáculos 3456 789:;<=6 >?46 78386 877:@;6 3:8A:86 34B;46 ;?4CDA<6 34CD:;<6 E6 que solo proponiédonos objetivos y cumpliéndolos logramos desarrollar nuestro máximo potencial. G:634C4<67<;64CD465:HA<64C6<IA474AD46?;6789:;<6346A4J4K:@;6:;D:986 sobre lo que nos moviliza, nos apasiona y nos hace felices. A ser conscientes y estar atentos a nuestra voz interna, a los riesgos que debemos asumir y a la oportunidad única de conducir nuestra propia existencia. A no dejarnos limitar por lo establecido o lo aprendido, a no aceptar menos de lo que deseamos y a pensar que nuestro futuro merece siempre ser mejor. La vida siempre nos dará increíbles oportunidades de soñar, no las perdamos y pensemos que todos los días hay un amanecer para comenzar a transitar nuestro “camino”. Deseo que disfrutes este viaje tal como yo lo he disfrutado desde que lo he emprendido y esta lectura pueda darte inspiración a actuar en pos de tus sueños.

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A gradecimientos, Agradezco a lo Divino que existe en mi y en todos, que trasciende las diferencias de color 346Q:45R6:3:<98CR67?5D?A8C6E6A45:S:<;4C6E6C4698;:B4CD864;6T9<AV Agradezco a la vida intentando dar lo mejor cada día e intentar dejar algo positivo durante mi pasaje fugaz sobre este mundo. Agradezco a todas las personas que fueron mis maestros, mi inspiración, mi impulso, mi apoyo para poder alcanzar todo lo que he soñado; en especial, a mi familia por apoyarme con su amor incondicional y a Manoel por enseñarme a ver el mundo pequeño y sin fronteras. Agradezco también a las empresas, instituciones y medios de comunicación que creyeron y se sumaron al proyecto “Rumbo al Everest 2010”, como Proyecciones MI, CDAG, Patagonian Brothers, y todas las demás personas como los entrenadores, Sherpas y miembros de mi equipo que hicieron mi expedición posible con su colaboración y esfuerzo. Finalmente agradezco a todas la personas que hoy me inspiran a seguir adelante y a Guatemala por dejarme representar a una nación de gente llena de sueños, esperanza y voluntad de dejar un mejor país. Andrea Cardona

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SUEÑOS de 8,850 metros ¿Por qué el Everest ?

EL CAMINO ¿Cómo se llega al Everest ?

EL REGRESO El verdadero reto

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SUEテ前S de 8,850 metros

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¿Por qué el Everest ? Me siento lista y emocionada; casi incrédula porque el 9<94;D<6B;8594;D46f86554S83<V6g:4;C<6>?464CD864C6586QA:94A86 vez en la vida en que he invertido tanto para alcanzar un objetivo: tiempo, dinero, energías, pasión, riesgo, corazón, cuerpo y mente. Nunca me había comprometido a este nivel tan profundo de estar dispuesta a dirigir cada aspecto 3469:64K:CD4;7:86f87:86?;6C<5<6B;R6 9?7f<694;<C67?8;3<658C6 posibilidades de alcanzar mi meta son bajas. Desde que el Everest se empezó a escalar, hasta la fecha solamente el 35% de los intentos han sido exitosos y eso C:S;:B786C?H:A6865867?9HA46E6H8x8A67<;6y:38V6{463:7f<C6:;D4;D<C6 solamente el 7% corresponde a mujeres; el porcentaje de muertes respecto a estos casos ha sido de alrededor del 10%. No existe otra forma de llegar a la cumbre del Everest que no sea escalando durante varias semanas en condiciones extremas. Aunque ya ha habido un solo ascenso a bordo de un Eurocopter por el piloto francés Didier Delsalle, los helicópteros por lo general no se sostienen a esa altitud por el aire tan liviano. Si alguien fuera llevado así y puesto en la cumbre, se moriría en cuestión de minutos por la presión atmosférica y la escasez de oxígeno para la cual el cuerpo no está preparado. La altura de la cumbre del Everest es similar a la altitud en que vuelan los aviones comerciales transatlánticos, en la que se hace necesario tener una cabina presurizada para que los pasajeros puedan sobrevivir. Hay que someterse a un proceso de dos meses subiendo y bajando la montaña varias veces para que el cuerpo se adapte a la hipoxia lentamente.

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Me encuentro en el campamento base del Everest, a 5,300 msnm. Estar aquí ya es en sí un gran logro, probablemente más importante que lo que vendrá después, porque para poder hacerlo he tenido que desarrollar desde cero todo lo necesario para enfrentar el desafío más grande de mi vida. Pasé por un proceso de entrenamiento de dos años y medio, escalando trece diferentes montañas nevadas y haciendo trekkings de larga duración en el Himalaya y los Andes. Este entrenamiento intensivo hizo que durmiera en carpa un promedio de doscientas noches al año. Entendí que el cuerpo y la mente se pueden acostumbrar a todo y que la pasión y la fe fueron esenciales para mantenerme perseverante durante 5<C6<HCD 7?5<C6E658C67A:C:C63456QA<74C<V6 <E6946C:4;D<67<;B8386 Q4A<64C<6;<634B;46456A4C?5D83<6B;8563464CD864KQ43:7:@;V6 Desde que llegué a la base de esta montaña me siento desfallecer. Vengo de guiar a un grupo de 24 personas que tuvieron muchos problemas de salud durante la caminata de 14 días a la base del Everest y de una convalecencia de bronquitis que aún me produce quemazón en el pecho cuando toso y no me deja respirar bien. Mi corazón también está debilitado. Estoy en una crisis emocional con Manoel, la persona con quien he compartido mi vida en los últimos cinco años y aún no me atrevo a ver ni aceptar nada. Espero de todo corazón que esta experiencia me haga ver las cosas con más claridad. Quizás el silencio perpetuo de la montaña y la soledad me ayuden a escuchar mejor al corazón y saber qué hacer. Por 8f<A8R6QA4B4A<67<;74;DA8A9464;65<6>?4634H<6f874A6f<EV6 Estoy acomodando mis cosas que llegaron al campo base en yaks, los peludos bovinos de montaña que ayudan a llevar

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carga. Tengo 170 libras de equipaje personal que utilizaré durante el tiempo que esté aquí. Mi carpa ya fue montada por mi equipo, que llegó dos días antes; cuando la veo, suspiro. Solo sacar las cosas de los barriles para acomodarlas en la carpa me hace respirar muy rápidamente, me fatigo con facilidad. Me duelen los dedos del frío y me parece increíble que este pueda ser el lugar más cómodo y agradable en el que estaré durante toda la expedición. Por la tarde, me dispongo a conocer a mis compañeros de travesía. El ambiente es tenso por lo que sucedió hace algunas semanas, cuando Manoel decidió ir con otra expedición. Los líderes no están contentos de esa decisión. Ahora para mí crear buenas relaciones con los líderes y con el resto de compañeros es fundamental. En estos casos el éxito se logra solo trabajando en equipo e intentando tener relaciones armoniosas ya que el ambiente puede ser muy hostil. Hasta este momento, había hecho casi todas las montañas con mi pareja, Manoel, en quien confío ciegamente y con quien somos muy buenos compañeros por complementarnos tan bien. De repente, caigo en la cuenta de que no conozco realmente a nadie de mi grupo. Cada uno viene de diferentes países, diferentes realidades y formas de ver la vida. Nunca he escalado con ninguno de ellos, no tengo ninguna relación 3467<;B8; 8R6;:;S ;68QA47:<6<68I47D<64CQ47:85=6C:;649H8AS<R6 mi vida depende de ellos. Es una expedición muy peligrosa y pienso que, si algo me pasara, no sé si estarían dispuestos a arriesgarse por mí.

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Fue muy duro estar lejos de las comodidades y el apoyo familiar Q4A<68QA4;3 6>?46C<5<686DA8y C63464CI?4A <C6E6C87A:B7:<C6;<C6 formamos para proponernos y enfrentar los desafíos más grandes de la vida. El Everest no era ningún ratón, ninguno de esos caprichos o gustos que uno se quiere dar de vez en cuando. No se logra solamente con el deseo de querer hacerlo y tener el tiempo y el dinero necesario. Se necesita desarrollar la actitud para pasar por el proceso de entrenamiento y sobrevivir en condiciones incómodas y extremas. En las interminables horas de la noche, me entretengo escarbando en mis recuerdos para encontrar más historias que me ayuden a entender por qué escogí el Everest como mi sueño, mi meta y mi obsesión. Total, lo que más tendré en 4CD869<;D8 864C6D:49Q<6Q8A86A47<A38A6E6A4J4K:<;8AV6 ¿De dónde surgió el espíritu de aventura? Recuerdo que, cuando era niña, mi película favorita era Indiana Jones. Me encantaba imaginarme pasando por puentes colgantes, descifrando códigos y escondiéndome en la jungla para esquivar a mis enemigos. Talvez por eso mis actividades favoritas eran los viajes que hacíamos con mi familia para conocer los lugares más recónditos y especiales de Guatemala. Teníamos un globo terráqueo en el estudio y me divertía dándole vueltas y parándolo con el índice. Cuando veía el nombre del país, intentaba imaginarme su gente, su cultura y su naturaleza. Algo que mi padre me decía cuando le contaba que mi sueño era viajar por el mundo era: “antes de conocer el mundo,

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Me gusta pensar que cuando deseamos las cosas fervientemente con el corazón, y nos arriesgamos, el universo conspira a nuestro favor. Me acuerdo de la felicidad que sentí cuando fui contratada en contra de las predicciones de mi ex jefa. Estaba en el corazón de la cultura de los negocios, algo totalmente adecuado para una persona que había estudiado economía pero estaba aún confundida acerca de si lo que buscaba realmente en Nueva York era hacer carrera o buscar inspiración y oportunidades para conocer el mundo. Empecé trabajando con tanto entusiasmo que pronto me convertí en adicta al trabajo. Laboraba horas extra muy seguido y ya no tenía tiempo para disfrutar de la ciudad con mis amigos, ir al gimnasio o disfrutar de la naturaleza en Central Park. Ahora tenía dinero ahorrado en el banco, pero ya no tenía una vida saludable ni equilibrada. De pronto, llegó el momento que no quería enfrentar: cuestionarme si lo que estaba haciendo era lo que realmente deseaba para mi vida a largo plazo. No era fácil enfrentar eso. Pero cuando los momentos de insatisfacción y falta de inspiración fueron más recurrentes, tuve que hacer un esfuerzo. No entendía por qué no estaba satisfecha. Al principio, pensé que era solo cansancio. Todo decía que estaba haciendo las cosas de manera correcta porque, de acuerdo con la lógica aceptada socialmente y para orgullo de mi familia, yo tenía una condición profesional que prometía mucho. Pero me di cuenta de que me había olvidado de mi verdadero sueño desde que era niña: viajar por el mundo y explorarlo al estilo de Indiana Jones.

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La oportunidad de estudiar economía y trabajar me hizo aprender que en la vida existe una parte práctica que debemos equilibrar con la parte idealista, porque para poder realizar nuestros sueños necesitamos de ambas cualidades. En ese momento contaba ya con algunos ahorros. Prácticamente nada me impedía salir a viajar por el mundo, solamente el sentimiento de miedo a lo desconocido. Iba a renunciar a un excelente puesto de trabajo para irme sola por el continente asiático donde quería conocer culturas totalmente diferentes a la mía en países como India y Tailandia. Cuando anuncié los planes a mi familia sonó una alarma: ¿Que Andrea qué? ¿Se va a dónde? ¿En dónde queda eso? ¿Renuncia a su trabajo? ¿Y se va a viajar de mochilera? Nadie sabía si reír o llorar. Francamente, esta vez yo tampoco estaba tan C4S?A863468S?8;D8A65<C6C4:C694C4C6>?46f8H 86Q58;:B783<6C85:AV6 Eso agotaría por completo mis ahorros, aun viajando con US$10 al día; además, ¿qué iba a hacer con tanto tiempo a mi disposición? Sin trabajar y sin tener un plan de actividades diarias en un contexto totalmente desconocido. Pero esta era mi oportunidad perfecta. Ahora podía tomarme medio año sabático. No tenía claro lo que quería para mi vida porque me había quedado sin inspiración. Solo sabía lo que no quería. No deseaba un estilo de vida que me hiciera correr detrás de aquello en lo que no creía, aunque desde afuera todo pareciera ser lo correcto. Al terminar mi período de trabajo en Nueva York, regresé a Italia para pasar parte de la temporada de verano en la paradisíaca Cerdeña y trabajar para disponer de más fondos

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EL CAMINO

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¿Cómo se llega al Everest ? Cuando la posibilidad de escalar el Everest se instaló en mi mente y en mi corazón, las prioridades, mías y de Manoel, cambiaron. Le sugerí que abriéramos una empresa de turismo de aventura que nos permitiera entrenar mientras trabajábamos. Manoel tenía experiencia de montaña y yo no; talvez por eso él nunca se imaginó escalando el Everest y yo sí. Dicen que la valentía viene de la ignorancia del riesgo y creo que en mi caso fue así. Ambos asumimos un compromiso: 838QD8A6783868CQ47D<6346;?4CDA8C6y:38C6Q8A864C469:C9<6B;6E6 apoyarnos. Esa se convirtió en nuestra meta común, por la que C87A:B78A 89<C6D<3<C65<C6Q5874A4C6:;943:8D<CV6 Creamos un programa de entrenamiento de dos años y medio a partir de lo que investigamos en libros, internet y a través de la experiencias de otros escaladores. Hicimos nuestro plan estratégico llevando a grupos de turistas a caminar por las cordilleras nevadas de los cinco continentes y combinando escaladas y cursos entre los viajes de trabajo. Durante ese proceso, pude vivir todas las posibles vicisitudes y complicaciones que encontraría en el Everest. Eso es lo que C:S;:B786 QA4Q8A8AC46 Q8A86 ?;86 94D8R6 C8H4A6 E6 4KQ4A:94;D8A6 5<6 que a uno le espera y conocer la solución a los posibles riesgos antes de afrontarlos. Pero no pensé que este entrenamiento me daría la oportunidad de prepararme, no solo a nivel físico y mental, sino espiritual también. Al empezar ese largo proceso, mi cuerpo tenía poca resistencia. No conocía las técnicas de escalada en hielo, mi corazón latía

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Me acuerdo que en el monasterio más importante de la región, el Lama, al darnos la bendición y pedir protección para la travesía, nos pidió que recordáramos siempre los principios éticos de la montaña. Nos recomendó que mientras estuviéramos escalando pensáramos en forma positiva, respetáramos la naturaleza y ayudáramos al prójimo siempre que fuera posible. En el Everest existe mucha controversia por la muerte de escaladores que no fueron ayudados o rescatados. Solo teniendo experiencia en esas condiciones extremas se puede entender que hay momentos en que el propio cuerpo está sobreviviendo y en el límite de sus fuerzas. Probablemente 8E?38A686<DA<C686y474C6C:S;:B78A 86586QA<Q:869?4AD4V6 :64CD8;3<6 en esas condiciones encontráramos a alguien que hubiera perdido por completo su capacidad de locomoción, el Lama nos recomendó que no fuéramos indiferentes y que por lo menos nos detuviéramos, le tomáramos la mano, lo viéramos a los ojos e intentáramos reconfortarlo. Estaremos cinco días en la base aclimatándonos. La razón por la cual se deben pasar tantas semanas en esta expedición es que el cuerpo necesita adaptarse a cada altitud. Tendremos cinco ciclos de aclimatación; en cada uno subiremos cada vez más alto para dejar que el cuerpo produzca los glóbulos rojos necesarios en la sangre para compensar la falta de oxígeno, pero debemos regresar al campo base para recuperar energías. El cuerpo se desgasta tanto que sería imposible seguir subiendo sin tener por lo menos tres días de recuperación entre ciclos. Cada vez que subamos estaremos llevando carga de 30 libras en la mochila con el equipo personal a los campamentos

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Me cuenta que un ruso murió de edema pulmonar y que están intentando evacuar el cuerpo. Me cuenta que Bonita y Anita lograron salvarse y, aunque están muy debilitadas, ya se encuentran en un lento proceso de descenso. Se tiene programado un rescate en helicóptero desde la base para que las lleven al hospital en Katmandú y puedan recuperarse. Están a salvo gracias al esfuerzo y trabajo de muchas personas. Aquí no podemos sentirnos como individuos sino como grupo. Cualquier mala decisión o accidente tiene consecuencias sobre muchas personas, especialmente las de nuestro equipo. Me despido de Manoel con mucha gratitud por poder verlo de nuevo y por sus útiles consejos. Puedo entender que ahora es él quien se quedará muy preocupado por mí, sobre todo porque ya sabe a lo que voy. Tuvo la experiencia personal de participar en el rescate de Bonita, que casi muere, y sabe que aquí todo puede pasar en cuestión de segundos. Sé que los próximos cuatro días serán muy sufridos para él como lo fueron para mí los de su ascenso. Tomo mi mochila para ir hacia mi campo y Manoel me ve desaparecer entre las torres de hielo. Nos damos una última despedida con la mano desde lejos. Al llegar a mi campamento, la atmósfera es tensa. Estar en el 49Q?x46B;856f87:865867?9HA46f8746>?4634H89<C6C4A68?;69 C6 disciplinados y que estemos atentos a todos los detalles. No hay margen de error. Esta es la parte más riesgosa de los dos meses que llevamos subiendo y bajando la montaña. Al mismo tiempo está la incertidumbre en la mente de cada uno de nosotros: después de todo, ¿lo lograré?

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Nos quedamos un día descansando antes de volver a enfrentar la pared de Lhotse. Hay mucho viento y frío y me mentalizo para un largo día de preparativos, algo que he aprendido en la montaña es que la comida no es placer sino calorías. Así que, sin hambre, me sirvo tres panqueques con jalea y granola con leche y me dispongo a comer. Después del desayuno regreso a mi carpa a leer y descansar, llega también Shawn, mi habitual compañero de carpa, y nos ponemos a platicar de nuestros sentimientos y a hablar de cosas divertidas para intentar reírnos un poco, talvez para aliviar la tensión y desdramatizar esos momentos de seriedad y concentración generalizada. Afuera escucho el sonido de crampones hundiéndose en la nieve y una voz con tono simpático que pregunta: ¿quién se está riendo allí? Es mi amigo Simone de Italia, un escalador veterano y muy famoso, que ha participado en más de 40 expediciones a lo largo de su carrera. Lo admiro mucho, no porque sea un gran atleta profesional exitoso, sino por su calidad humana y humildad. No es fácil encontrar ese tipo de personas en un ambiente donde el ego puede crecer y volverse más grande que el mismo Everest. Paso la tarde conversando con Simone, pero no hablamos de montañas y técnicas de escalada. Hablamos de vivir la vida intensamente, de no tener miedo, de atrevernos a cambiar las cosas que no nos gustan y del liderazgo que empieza siempre con saber adónde queremos llegar nosotros mismos. Luego se une a la conversación Cory, un joven fotógrafo estadounidense que está trabajando para National Geographic y va a escalar el Lhotse, y también Tamara, italiana y ex campeona del mundo de esquí de fondo, la única mujer que tengo el gusto de ver de vez en cuando en mi campo, ya que somos tan pocas.

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