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Orando: Teniendo la certeza de que si tú le hablas a Dios
El Amor de Dios me Guió Durante la Enfermedad
El 14 de julio es una fecha importante para mí, día del cumpleaños de mi hermana mayor. Ese día llamé y la saludé por su cumpleaños, pero no me animaba a dar una mala noticia a mi familia porque era un día de festejos.
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La mala noticia la recibí un 11 de julio cuando me dijeron que el hisopado de la prueba de Covid-19 era positivo. Mi cuerpo ya me daba la señal de que algo estaba pasando, resfrío, agotamiento, dolor de espalda y por la noche temperatura alta y en forma de broma me dije a mi misma “Covid eres tú” así que tomé la responsabilidad de auto aislarme para evitar la propagación del virus a los demás.
Noche de fiebre, de dolor de cabeza, dolor de espalda, sudor, agotamiento, temor, pero en medio de todo eso, le dije a Dios “necesito de tú ayuda, Dios mío sólo te tengo a ti en esta noche”, sólo sé que me dormí profundamente y al otro día desperté sin fiebre. Pasaban los días y seguían apareciendo síntomas, pérdida de gusto y olfato, pero lo peor que pasé fue el “temor” que se había apoderado de mí, no me dejaba dormir, no estaba tranquila, estaba aterrada.
Dios me abrazó en su amor, trayendo a mi memoria el pasaje bíblico de Isaías: “Porque yo soy el Señor, tu Dios,
que sostiene tu mano derecha; yo soy quien te dice: No
temas, yo te ayudaré” Isaías 41:13 NVI.
Esta pandemia que está afectando al mundo, me ha tocado padecerla, no fue fácil y aún no lo es. En esos momentos pude comprender a otros, que lo han padecido. Dios me libró del virus, ¡cuánto me ha cuidado nuevamente el Señor! Jamás dejaré de glorificar su nombre porque no sólo fue que me hizo libre, sino que éstas fuertes experiencias hicieron crecer mi fe y agradezco a Dios porque mi familia oró por mí, porque volvieron a los pies de Cristo a rogar por mí.
El Señor me libró del temor al virus, del temor a la muerte, del temor a las complicaciones, a los riesgos, sólo Dios hace lo imposible, posible.
Dios estuvo conmigo en todo momento, en las demostraciones de cariño de la familia, de cada amigo, aún el Señor usó a mi perrito (Gaspar) para bendecirme y en cada una de las señoras del Hogar que dejaban su mensaje debajo de la puerta. El Señor jamás me dejó sola y estoy segura que seguirá acompañándome como lo prometió desde el primer momento que le entregué mi vida y corazón.
“Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca. En Jehová se gloriará mi alma; Lo oirán los mansos, y se alegrarán. Engrandeced a Jehová conmigo, Y exaltemos a una su nombre. Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores.” Salmo 34 : 1-4.
Tenienta Verónica Centeno
Oficiala Directiva Hogares Amparo/Betania