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SOLO PARA PADRES

INTERACCIÓN TEMPRANA DETERMINARÁ CÓMO SERÁ EL CEREBRO POR EL RESTO DE L A VIDA

Mucho antes de que los niños digan su primera palabra o pisen un salón de clase ya han estado absorbiendo cantidades enormes de información y aprendiendo habilidades nuevas todos los días a una velocidad impresionante.

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Las últimas investigaciones muestran que los primeros cinco años son los más importantes de un ser humano: 90% del cerebro se desarrolla en este periodo y cada interacción, sonido, sensación o emoción genera un impacto enorme y cimienta las bases para lo que ocurrirá el resto de la vida.

En realidad, al momento de nacer ya tenemos casi todas las neuronas que llegaremos a tener algún día. Lo que cambia de ahí en adelante es cómo se conectan estas neuronas. Según el Centro del Desarrollo Infantil de la Universidad de Harvard o (CDCHU por sus siglas en inglés), en estos primeros años más de 1 millón de conexiones neuronales se forman cada segundo, sobre todo cuando el bebé interactúa cara a cara con la gente que lo cuida y lo rodea, como sus padres.

“Las conexiones neuronales se forman a través de la interacción entre los genes del bebé y su ambiente y experiencias, especialmente las interacciones de ‘servicio y retorno’ con adultos”, explica el CDCHU. Estas son las interacciones en las que un adulto recibe lo que el bebé expresa, deja claro que lo ha recibido, y le responde de manera recíproca y directa, haciendo contacto visual, comunicándose detalladamente y expresando sus emociones con gestos y lenguaje corporal.

Estas conexiones tempranas son las que construyen la arquitectura misma del cerebro, las bases sobre las que dependerá todo el aprendizaje y comportamiento de ahí en adelante, y que afectarán la salud misma del bebé, desde la niñez hasta la adultez y la vejez.

El cerebro en desarrollo, desde antes de nacer

El cerebro de los bebés comienza a desarrollarse en la tercera semana de embarazo, le explicó a Univision Noticias Nayda Torres-Soto, patóloga del habla del Nicklaus Children’s Hospital en Miami y especialista en la edad temprana. En ese momento en la gestación, el cerebro apenas parece un tubo alargado, para después dividirse en dos hemisferios, el izquierdo y el derecho, y luego en tres partes principales: la corteza cerebral, el tronco encefálico y el cerebelo.

Al nacer, tenemos todas las neuronas que llegaremos a tener. Lo que se construye y se fortalece a continuación son las conexiones entre estas, las sinapsis neuronales. Ilustración y fotografía por Juliana Jiménez

“Para cuando el niño nace todas las áreas (del cerebro) están especializadas”, continuó Torres-Soto. “Ya es cuestión, entonces, de darle las sensaciones y experiencias necesarias a cada área, para que se continúen desarrollando y conectando”.

La importancia de la estimulación temprana

Los investigadores del cerebro muchas veces se refieren a los primeros tres meses de vida como el “cuarto trimestre”, ya que el cerebro nace sin desarrollarse completamente. Ya en el mundo exterior el cerebro continúa expandindose y madurando, pero está vez en respuesta a su ambiente y sus experiencias.

Esta es una de las razones por las que los seres humanos son una de las especies más adaptables del planeta: su cerebro moldeable, o lo que los investigadores llaman el “cerebro plástico”. ¿Cómo funciona el cerebro?

Hasta el sentido de identidad propia, todas dependen y son reguladas por este órgano que aún permanece lleno de misterios para los científicos. El cerebro se divide en dos hemisferios, el izquierdo y el derecho, y en tres partes principales: el tronco encefálico, el cerebelo y la corteza cerebral. La corteza cerebral se divide en cuatro lóbulos (que abarcan ambos hemisferios): el lóbulo occipital, en la parte trasera del cerebro, el lóbulo parietal, el lóbulo temporal, a ambos lados de la cabeza, y el lóbulo frontal. Te explicamos a qué se dedica cada una de estas partes.Ilustración por Juliana Jiménez

“Lo mejor sería que el niño tuviera, en esos primeros 5 años, la mayor estimulación posible”, dijo TorresSoto, “pero ... se han hecho estudios con niños que son adoptados de otros países donde hay guerras o donde estuvieron restringidos en términos de esa exposición a distintas sensaciones en sus primeros años y se encuentra que una vez la familia nueva que lo adopta le ofrece todas esas experiencias y sensaciones, el cerebro es capaz de desarrollar las distintas áreas que se supone que debe desarrollar”.