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Mural de Dagoberto Vásquez en La Terminal corre peligro
La obra, que está cubierta parcialmente por láminas, está en riesgo de quedar en el olvido si no se rescata a tiempo.
Ana Lucía Mendizábal Ruiz elPeriódico
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Hay tesoros artísticos que a pesar de estar en espacios públicos parecen ser invisibles para quienes transitan y trabajan en las calles de la ciudad. Precisamente, ese es el caso del mural Ocios humanos, de Dagoberto Vásquez, ubicado en el edificio Carranza, en la zona 4 capitalina, que corre peligro de quedar oculto para siempre.
La voz de alerta la dio la artista Ada Colocho. Ella tomó fotografías y grabó un video en los que se puede apreciar cómo la pieza artística ya está parcialmente cubierta por medio unas láminas rojas. Además, se ve cómo se ha comenzado la instalación de una estructura metálica, en la que según se anota, se piensan poner láminas. Entre esta armazón que está destinada a resguardar comercios y el mural del Maestro Vásquez apenas median entre cinco y diez centímetros según se escucha decir a Colocho en el video.
Obra Trascendental
Guillermo Monsanto, quien difundió esta información y es autor del libro Vásquez, de la editorial Galería Guatemala, señala que sin lugar a dudas esta obra es parte del Patrimonio Cultural del país. Indica que en ella se utilizó el mismo sistema que el aplicado en los murales del Banco de Guatemala.
Una de las características de la obra mural de Dagoberto Vásquez, que destaca Monsanto, es que “entendía muy bien la integración de un mural a un edificio. No solo diseñaba el mural, sino que hacía que el mural se integrara a la construcción, proporcionalmente hablando. Sus puntos de fuga y su composición armonizan con el edificio. Es una virtud que era muy de Don Dago”, comenta el experto.
Según Monsanto, en este mural puede apreciarse cómo Vásquez, al igual que su contemporáneo Grajeda Mena, lograron solventar la falta de tecnología que había en Guatemala para la realización de estos murales, al integrarlos directamente a la construcción, es decir, que las obras de arte están hechas directamente en la pared.
En el libro Vásquez, Monsanto anota: “Para el edificio Carranza, situado en las inmediaciones de la terminal de autobuses de la zona 4 capitalina, Vásquez creó, en 1962, una obra casi abstracta llamada Ocios humanos”, En la pieza se muestran distintas formas de esparcimiento. Las dimensiones son de 1.40 x 7 x 90 metros.
Obras Importantes
Entre sus más importantes obras se destacan Orígenes de la vida (1951), Fuentes de la vida, en el Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (1954), Canto a Guatemala, en el muro oriente de la Municipalidad de Guatemala (1956), Tecún Umán, en la Avenida Las Américas (1961) Economía y Cultura, en la fachada oriente del Banco de Guatemala (1964) y La presencia indígena en la cultura guatemalteca en el Museo Nacional de Arqueología y Etnología de Guatemala.
Añade que el objetivo de la pieza era darle privacidad, vista y luz a una porción vertical del inmueble.
Agrega la publicación que la construcción incluía una cenefa horizontal para cubrir los corredores en “L” con vista a la calle. Explica que con el terremoto de 1976 se desplomó una celosía creada in situ y no fue repuesta. Para cuando se hizo esta publicación, ya Monsanto hacía notar que solo quedaba un segmento de la cornisa, en donde se destacaban los elementos figurativos reconocibles de la obra y ya estaba parcialmente cubierta por la publicidad de los locales comerciales ubicados en la planta baja del edificio.

El Llamado
Monsanto señala que es necesario que los guatemaltecos comprendan que el patrimonio cultural público es de todos. “Es lo que nos perfila, son momentos álgidos de nuestra cultura. No podemos destruir lo poco que tenemos. Entiendo la necesidad del espacio, pero no a costa de nuestra propia cultura y nuestros propios logros”, comenta.
Entre las opciones que propone Monsanto para el rescate de esta obra se encuentra su traslado a un espacio más adecuado, en donde se pueda apreciar. Pone como ejemplo, las acciones que tomaron las autoridades mexicanas, que luego del terremoto de 1985, trasladaron murales de Carlos Mérida a un parque. Otra opción señalada por Monsanto es sacar moldes y volver a fundir en cemento o en bronce la pieza. Todo esto, por supuesto, debería ser el trabajo de especialistas.

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