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JUAN ALBERTO FUENTES KNIGHT

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de Guatemala

de Guatemala

Nuevo paradigma

NO SON, COMO EN GUATEMALA, SUBSIDIOS Y GASTOS PÚBLICOS QUE

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SON OCURRENCIAS DE EMPRESARIOS

O DE FUNCIONARIOS CUESTIONABLES SIN NINGUNA JUSTIFICACIÓN ACADÉMICA.

Un acontecimiento fundamental marcará nuestro destino. Es el cambio del paradigma económico que está imponiéndose en el mundo. Lo ha destacado acertadamente el último número de la revista The Economist, al analizar la nueva política económica del gobierno de Biden. Inversiones masivas en semiconductores, investigación y desarrollo, energías limpias e infraestructura buscan controlar el cambio climático, rescatar la industria con base en un proceso intenso de innovación y de aplicación de tecnologías limpias, y enfrentar la competencia de China. Recuerda las masivas inversiones públicas en electrificación rural, en carreteras y en llegar a la luna de Estados Unidos hace décadas. Desde la crisis financiera de 2008-2009 el paradigma neoliberal basado en acuerdos de libre comercio, y menos regulaciones e impuestos, está en agonía. Se ha desacreditado lo que han llamado “economía de la oferta”, que busca aumentar el crecimiento potencial de una economía con base en más inversiones que supuestamente resultarán de disminuir impuestos y eliminar regulacio- nes. Es el disco que aquí reproducen cámaras empresariales, académicos que los apoyan y diputados y políticos que son prisioneros de ideas en extinción.

Lo que está sustituyendo este paradigma es lo que Janet Yellen, secretaria del Tesoro en Estados Unidos, llama la economía moderna de la oferta. Lo anunció en Davos el año pasado. A diferencia de la antigua economía de la oferta, que suponía un Estado en retirada, la teoría moderna de la oferta se basa en un Estado con una tecnocracia sólida, sujeta a una estricta rendición democrática de cuentas. En estas condiciones el Estado busca establecer una relación positiva con el sector privado que se beneficia de subsidios selectivos basados en el mercado y en masivas inversiones públicas y privadas cuyo efecto ha sido demostrado con base en estudios serios y rigurosos. No son, como en Guatemala, subsidios y gastos públicos que son ocurrencias de empresarios o de funcionarios cuestionables sin ninguna justificación académica.

Esta nueva teoría moderna de la oferta busca favorecer la contribución del trabajo a la economía, con base en la formación de capital humano mediante capacitación y educación, la investigación tecnológica, inversiones en el desarrollo sostenible, verde, e impuestos a corporaciones y a ricos y no a la clase media. Se enfoca, como explica Yellen, en problemas estructurales y en reducir desigualdades. Ambiciosa legislación ya fue aprobada el año pasado para impulsar inversiones en semiconductores, energía limpia, un sector manufacturero competitivo e infraestructura.

RAÚL DE LA HORRA

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