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Sobre la deuda estatal al IGSS
de la década de los 40´s del siglo pasado- dice algo así: el Estado debe apoyar al IGSS primero como patrono y luego “Estado como tal”. Lo entrecomillado tiene que ver con un ejercicio que ejecutan todos los encargados de Hacienda del mundo civilizado. Se trata de trabajar coordinadamente con el seguro social y juntos, determinar las cuotas anuales para cubrir las necesidades de ampliar cobertura, cubrir el encarecimiento o ampliación de necesidades de protección social y ahora, principalmente, los costos del envejecimiento de la población.
Las cámaras privadas corporativas han estado molestas con la Junta Directiva del IGSS, primero por los reglamentos de trabajo a tiempo parcial que los obliga a pagar lo que consideran “de más”, y luego por la obligatoriedad de ampliar la cobertura a empresas con tan sólo un trabajador.
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La Cámara de Comercio publicó un comunicado atribuyendo implícitamente tales procederes a la sed de recursos del IGSS, y demandó al fisco y al Estado al pago de la abultada deuda que tiene con dicha descentralizada.
En la correría de los medios por explicar tal molestia de los potentados, acuden a las autoridades del Ministerio de Finanzas Públicas, quienes tienen lista una respuesta: “no le pagamos la totalidad de las necesidades que el IGSS requiere para la protección social, porque no se ha creado un impuesto específico para ello”. Vale indicar que existen múltiples propuestas al respecto, pero no caminan.
El Artículo 40 de la Ley Orgánica del IGSS –diseñado y promulgado a mediados
Cuando la población envejece más caro se hace el mantener la atención de la salud, debido a temas como la azucarización de la sociedad y proliferación de comida chatarra que impulsa las enfermedades crónicas y degenerativas no transmisibles. Cuando el Congreso impulsa alguna acción como el etiquetado de alimentos y es más: un impuesto al azúcar, las cámaras empresariales saltan, porque ello les impone regulaciones que apuntan hacia una sociedad más sana y mejor nutrida.
Además, el IGSS no ha indexado las pensiones desde 1995. Durante los seis años que este escribiente estuvo en Junta Directiva existió una tremenda indiferencia al tema de las prestaciones pecuniarias, derivado de contingencias bien conocidas que valdría la pena recordar en otra columna.
La citada Ley orgánica dice taxativamente: “la cuota del Estado como tal y como patrono se debe financiar con los impuestos que al efecto se creen o determinen”. Así es que no hay tales, de que “que se necesita crear nuevos impuestos”.
Miguel Ngel Sandoval

Proceso electoral y la consulta en Puerto San Jose
puerto dieron a conocer como parte de los argumentos para la realización de la consulta del domingo pasado.
Las consultas democráticas en los diferentes municipios del país por temas que les afectan de manera directa, es algo que no tiene relación con “las alegres elecciones”. Parece que fueran en otro país, que son ciudadanos que no interesan como votantes, o que los temas que plantean para resolver, no son de la competencia de los partidos políticos, o no forman parte de los intereses de los mismos. Un asunto grave. Pero miles de porteños votaron contra la carretera este domingo 19 de febrero.
Ocurre que la consulta del Puerto de San José por vecinos que de forma mayoritaria votaron este domingo 19 contra la intención de construir una carretera de peaje, si es parte de lo que debería ser la agenda de los partidos políticos en el proceso electoral. Quizás no de todos, pero si de unos cuantos que dicen que están para resolver o atender la problemática que plantean las comunidades o las municipalidades, y que son temas de interés nacional. Como la carretera un asunto de interés nacional, cito textual, un párrafo del comunicado que los vecinos de
“2. Que la reconstrucción de dicho tramo carretero es obligación del Gobierno a través del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, que percibe los impuestos para atender el derecho de libre locomoción, brindando un servicio público de calidad a los ciudadanos que circulen por esta vía. Ruta que en particular permite el desarrollo de las actividades sociales y comerciales de los habitantes de todo el país, genera ingresos al municipio Puerto San José fomentando el turismo, la recreación y el transporte de la producción agrícola y pecuaria a la que se suman los alimentos que provee el océano pacífico en beneficio de la región central del país; circulan en esta carretera más del 80% de productos de importación y exportación del país y más del 70% del combustible que se consume a nivel nacional. La autopista como bien público del Estado facilita el desarrollo y bienestar de la población que después del impacto de la pandemia y la crisis mundial se encuentra en una situación de pobreza y vulnerabilidad. ¡Privatizar esta carretera significará el aumento del costo de la vida y de la canasta básica y vital, que provocará más pobreza y calamidad a nuestro municipio!”.
El tema es grave pues la idea es privatizar la carretera que va de Escuintla a Puerto Quetzal, para que, con remozamiento, la empresa cobre peaje en una carretera de mucha actividad y con ello se afectaría a la ciudadanía de múltiples formas. Es un tema viejo.
Juan Diego Godoy
Mieles del poder
ABUNDAN CLANES FAMILIARES FUNDANDO Y SECUESTRANDO PARTIDOS POLÍTICOS DE CARTÓN, Y POR ESO HAY FIGURAS DESGASTADAS, CARADURAS, QUE SE ATREVEN A PEDIR EL VOTO. PORQUE YA NO SE TRATA DE SERVIR, SINO DE EMBRIAGARSE CON LAS MIELES DEL PODER.
No basta llegar al poder, servir y luego retirarse. No. Hay que aferrarse a como dé lugar. Si no es buscando otros puestos, será designando a familiares o amigos incompetentes a cargos de elección popular o haciendo promesas y amenazas para seguir cobrando esa cuota de poder, producto de un sistema edificado en vicios. Por eso abundan clanes familiares fundando y secuestrando partidos políticos de cartón, y por eso hay figuras desgastadas, caraduras, que se atreven a pedir el voto. Porque ya no se trata de servir, sino de embriagarse con las mieles del poder. Porque el poder es sinónimo de placer y no de sacrificio.
¿En qué momento enemistamos el verdadero servicio con el arte gobernar? ¿En qué momento gobernar dejó de ser un arte y el servicio pasó a ser una vergüenza? Quizás el mayor error haya sido desnudar del espíritu de servicio a todo cargo público al cual se puede —y se debe— aspirar en este país.
Desnudo de servicio y revestido con las galas del poder, el puesto público se antoja como una bóveda infinita para saquear. La política, entonces, ha perdido su sentido. Me refiero a la política como edificadora de ciudadanía y como un servicio a la comunidad, y no a la política como aquello que hemos permitido que se convierta: un instrumento de destrucción, opresión y marginación. En la antítesis del servicio.

Servir al país desde el gobierno implica proteger a cuantos viven en él y trabajar para generar futuros más dignos y siempre justos. Servir es hacer del prestigio profesional y de las habilidades y talentos individuales un proyecto comunal, para contribuir así a construir esa nación en beneficio de todos, sin excepciones. Servir es ver con claridad que la meta final está en el progreso de un proyecto de nación constituido por las aportaciones de sus individuos, y no cegarse con las pequeñas metas propias que nacen de una sed desmedida de prestigio o una ambición insana. Eso es servir. Y justo eso es lo que no han hecho nuestros gobernantes en los últimos periodos. Porque nadie ha servido a Guatemala como ésta merece y debe ser servida.
Dijo alguna vez uno de los grandes pensadores modernos, Joseph Ratzinger, que la política “es guiada por la razón y por las virtudes naturales de la prudencia, templanza, justicia y fortaleza”. Virtudes naturales, no religiosas, porque “existen valores ético-políticos propios de toda sociedad humana bien ordenada”, como el respeto y la promoción de la vida, libertad, justicia, de la dimensión religiosa de la existencia humana, solidaridad, paz y, en general, “el primado del bien común sobre los intereses y las instrumentalizaciones particulares”.