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“Misoginia”, la película guatemalteca que denuncia la violencia contra la mujer

Esta producción, que espera ser estrenada en junio, está basada en hechos reales.

Ana Lucía Mendizábal Ruiz elPeriódico

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“Un funcionario público sumido en todas las aristas del mal se involucra con una mujer, haciendo de su vida un verdadero infierno de maltrato, horror y desesperación. Él ejerce su poder entre excesos, corrupción, asesinatos y su profundo odio a las mujeres. Desafiando al destino, a la vida y a la muerte.” Esto dice la sinopsis oficial de la película guatemalteca Misoginia, que se espera que se estrene en junio próximo. En el tráiler, que ya está disponible en YouTube, se ve reflejado a un hombre corrupto y despiadado que siembra tormentas a su paso. Édgar Valdez, quien funge como director y actor en la producción, cuenta que la idea de esta historia es de Jorge Herrera. Siendo criminólogo y abogado, Herrera quiso reflejar, a través de un libro, realidades que viven muchas mujeres tanto a nivel nacional como internacional. Para ello, unió su conocimiento de diversos casos sucedidos en Guatemala e hilvanó la narración en la que se combinan diversidad de crímenes que normalmente se ven en las noticias. Este primer trabajo lo realizó durante la pandemia.

Del Libro A La Pantalla

La idea de Herrera fue siempre despertar conciencias y darle voz a las mujeres que experimentan este tipo de situaciones. Pero, al reflexionar acerca del escaso hábito de lectura de los guatemaltecos, se planteó el reto de hacer una cinta con la que su mensaje tendría mayor difusión.

Para llevar su escrito a las pantallas, decidió ponerse en contacto con Brenda González junto a quien se encargó de la elaboración del guion. Posteriormente, se seleccionó al director y más adelante a los actores y los detalles de la producción. Las filmaciones comenzaron hace aproximadamente un año. Valdez señala que al ser una producción independiente, muchas veces el avance del trabajo depende de los horarios de los actores y técnicos, ya que todos ellos tienen otros empleos. Sin embargo, ya se tiene lista la mayor parte de las escenas.

Entre las locaciones que se utilizaron se encuentran el convento de Capuchi- nas, playas de Monterrico, espacios en La Antigua Guatemala y una antigua cárcel de Salamá.

En la actualidad se estudian las posibilidades de distribución y difusión de la cinta. “Queremos que se vaya a las salas de cine”, afirma Valdez. Sin embargo, cuenta que hay propuestas y negociaciones para plataformas digitales que también se están estudiando. Señala que es importante tomar en cuenta que es una cinta para adultos, por el nivel de violencia que contiene.

Con Doble Papel

Una de las particularidades de esta cinta es que tanto el escritor (Jorge Herrera), la guionista (Brenda González) como el director (Édgar Valdez) encabezan el elenco como actores. Herrera le da vida a Alberto el violento y corrupto funcionario público, que no solo maltrata a su pareja, sino también se involucra en cuanto negocio sucio está a su alcance.

Valdez es su cuaz, es decir, su amigo, guardaespaldas y cómplice, quien no solo lo protege de los enemigos que va sembrando a su paso, sino también se convierte en su mano derecha en cuanta fechoría se involucra. Brenda González es Doña Tala, una mujer que juega un papel importante en la red de maldad, que Alberto teje a su alrededor. El otro papel principal de la historia, el de la pareja maltratada de Alberto, está a cargo de la actriz Sonia Portillo.

Otros actores que intervienen son Walter Barrera, Jefrey Cotto, Fernanda Martínez y Claudia Guerra. Hay apariciones especiales de otros intérpretes como Dona Stuhhofer, Cindy Fernández, Lourdes Guerra, Flor Cobián, Dámaris García, Wendy García, Jorge Noguera, Lidia Pacheco, Karla Marroquín, Laura Guerra, Carlos Chacón, Olga Díaz, Kim-

Conmovidos Y Conscientes

Reflejar con realismo los dramas que se derivan del espiral de violencia que se experimenta en ciertas esferas es también parte del objetivo de la cinta. Valdez refiere cómo una escena llegó a conmover a los participantes en la producción. “Por lo regular tomamos videos o fotos detrás de cámara. Pero en una escena en la que un narcotraficante encuentra a su hija muerta ninguno pudo grabar nada”, cuenta.

Según dice el director, las únicas imágenes que se tienen fueron las de la filmación, porque todos los que presenciaron esta escena se quedaron paralizados al asociar esa ficción con las situaciones reales en las que familiares reconocen a sus familiares asesinados.

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