Página D-4 Sociales
Domingo 25 de Mayo de 2014
Emma López, Betty Ortega. Justino Agustín, Francisco Ramos.
Paola Flores, Verónica López.
Me Libra de Poderosos Enemigos Quisiera compartirte uno de mis versículos favoritos. Lo encontramos en 2 Samuel 22:18 que dice: “Me libró de poderoso enemigo, y de los que me aborrecían, aunque eran más fuertes que yo”. Se cuenta la historia que Virginia pasea por la orilla del río. Mira hacia abajo. Busca alguna cosa. De vez en cuando se agacha, y mete algo en el bolsillo grande del delantal. Dejó su casa temprano, y ha caminado dos horas para llegar al río. Bajo la sombra de un enorme sauce, se detiene a examinar el resultado de su búsqueda, y sonríe con sonrisa de Monalisa. Piedras. Muchas piedras. Grandes y pequeñas. Con el bolsillo lleno, camina, decidida, hacia el agua. Hacia adentro, hacia la corriente, hacia la parte más profunda. Mira hacia el cielo, se hace la señal de la cruz y suspira. Siente el cosquilleo del pedregullo en sus pies; el frío, en sus pantorrillas. Sonríe nuevamente, al notar que su plan está funcionando: no le sucederá como la otra vez, que se adentró en el río pero salió flotando. Salió mojada y triste. Mojada de derrota. Y, al regresar a casa, tuvo que mentir al esposo y decirle que se había caído al río. Esta vez, no tendrá que mentir; no flotará: ahora será definitivo. La muerte la espera allá, en el fondo del río. Fue así de simple que Virginia Woolf, una de las más extraordinarias escritoras inglesas del siglo pasado, cometió suicidio en 1941. Su cuerpo, ya en estado de descomposición, fue encontrado a la orilla del río por dos niños que jugaban, distraídos. En la carta de despedida que dejó a su esposo, decía, entre otras cosas: “Me persiguen las voces, y no logro soportarlas”. ¿Quién no se ha sentido perseguido alguna vez? En el lugar de trabajo, en la escuela, en el vecindario y hasta en la familia, ¿no has sentido la mirada sarcástica o hiriente de alguien al que no le simpatizas? La vida de David, el autor del texto de hoy, fue también perseguida. Enemigos gratuitos
aparecían todos los días; voces agresivas, maliciosas, calumniadoras. Su propio hijo Absalón se sublevó en contra de él, ambicionando el trono; solo que David, al contrario de Virginia, sabía a dónde acudir en busca de ayuda. No temas ante las voces que se levantan contra ti. No huyas; no busques salidas fáciles. El Dios de David es también el tuyo. Puede serlo si, en este momento, antes de partir hacia la lucha de la vida, toma tiempo para arrodillarte y declarar, con confianza: “Me libró del poderoso enemigo, y de los que me aborrecían, aunque eran más fuertes que yo”. Que Dios te bendiga siempre. Amén.
Disfrutan Roberto Fuentes, Magguie Arenas.
Continuará el próximo domingo… ¿Te gustaría tener uno de los capítulos anteriores o que oremos por ti o por tu familia? Escríbenos a nuestro Email que con todo gusto te atenderemos: busca_la_paz@hotmail.com Llámanos con toda confianza al: Tel. 962 707 6896 José Enrique Jiménez Blandón ¿Quieres saber más de Jesús? Te invitamos para que busques esta Dirección: 10ª Av. Norte # 13 Esquina entre 1ª y 3ª Poniente Colonia Centro, Tapachula, Chis. Teléfono: 62 6 56 62
Guillermo López, Betty Ríos.