OUTDOOR
cammarota se calza las calzas multicolores para decir toda la verdad y nada más que la verdad
Cómo ser un polígamo del deporte y no morir de vergüenza en el intento un buen día uno se da cuenta que con correr o nadar o andar en bicicleta no es suficiente, así que abandona la monogamia deportiva e ingresa en el fascinante mundo del multideporte. Siguiendo la metáfora anterior, uno vendría a transformarse en una suerte de mormón del deporte: pasa a tener varias mujeres, todas oficiales
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omo todo nuevo desafío, hay cosas que usted debe saber. Para lo que tiene que ver con la nutrición, el ejercicio, los equipamientos específicos, busque un profesor de educación física. Pero hay cosas que no están escritas, hay cosas que ningún profesor le va a decir. Cosas que hacen al triatleta, de la misma manera que el pelo enrulado cayendo sobre los hombros hace al cantante de cumbias. No alcanza con nadar como un pez, correr como una chita y pedalear…pedalear… pedalear como Amstrong falopeado, no, esto que viene a continuación también lo debe tener en cuenta usted, un futuro triatleta.
Ni le digo si entra en el viaje de los uniformes de equipos de ciclismo, eso sí que esta bravo. Lo digo por experiencia, yo que ando quebrando sobre mi bici con el uniforme del Astana o el Rabbobank. No sabe como es visto por los demás, cómo explicarlo… ¿vió ese que va al fútbol 5 con el equipo completo del Barcelona, medias inclusive? ¿Lo tiene? Un pelotudo, ¿no? Bueno, si usted anda en bicicleta con el uniforme del equipo Katusha multiplique esa pelotudez por 100. Pero que el miedo al ridículo no lo haga aban-
EL TRAJE HACE AL MONJE… Y PROVOCA ESTAMPIDAS La ropa de triatlón es ajustada, muy ajustada, digamos que para baile de caño es ideal. La ropa de triatlón generalmente es colorida… o sea, cómo decirlo, si uno fuera invitado a hacer las veces de bufón en un palacio esta buenísima, pero para andar mostrándose por lugares públicos esta brava. Más cuando uno no esta solo en este mundo, tiene padres, hermanos, amigos, hijos…toda gente que al verlo así vestido se siente tremendamente avergonzada, toda gente que al verlo así vestido prefiere evitar saludarlo en público para que el mundo no lo vincule con semejante payaso.
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donar algo vital, no reniegue de estas prendas que harían ruborizar a la mismísima Alejandra Pradón. Si usted quiere ser triatleta y formar parte de esta tribu urbana, debe usarlas. ¿Se imagina a un emo sin el mechón de pelo cayéndole sobre uno de sus ojos? ¿A un estudiante de veterinaria sin una bombacha de campo? ¿A un plancha sin su campera Alpha? ¿A un sanitario que no muestra la mitad de su cola al agacharse a limpiar la grasera? ¿Verdad que no? Pues si usted esta entrenando para ser triatleta, vístase como tal.
A LA RUEDA RUEDA El ciclismo es un deporte muy sociable, suele salirse en un grupo y es bastante frecuente ir charlando durante las largas jornadas de entrenamiento. Otra faceta de esta sociabilidad es el saludo entre ciclistas. Atención: no a cualquiera, solo a aquel que va vestido igual de ridículo que nosotros (prueba de que es parte de la misma tribu urbana). Se saluda de una senda a otra de la rambla, de un lado a otro de la Interbalnearia, se lo saluda al rebasarlo, o cuando nos rebasan. A los hombres se nos permite cierto tono lascivo con nuestras pares mujeres. Un “Hoooola chicaaas” está dentro de lo permitido, y la mujer debe responder con cortesía. Otra faceta de esta sociabilidad es preguntar a cualquier ciclista que esté parado si necesita ayuda. A ver, la mitad de los ciclistas que yo conozco preguntan “¿Todo bien?”, y antes de que el otro conteste están a una distancia de por lo menos 100 metros, es como cuando uno saluda a alguien y pregunta “¿Cómo andás?”. A nadie le importa saber cómo andás, espera que le digas “Bien”, es casi un formalismo… acá es más o menos lo mismo, con la diferencia que si usted realmente tiene algún problema en un pelotón de ocho alguno le va a dar una mano.