2C EL NUEVO SIGLO l SÁBADO 25 de MAYO de 2013 l www.elnuevosiglo.com.co
Mensajes de texto,
riesgo al volante
L
a avalancha de teléfonos inteligentes que hoy invade el mundo supone todo un reto en cuanto a la seguridad vial. Y en ese aspecto, la práctica de enviar mensajes de texto mientras se conduce acarrea uno de los riesgos más complejos. Esto ha generado todo un nuevo movimiento de personas que viven conectadas casi todo el tiempo, y que no distinguen muy bien los peligros que ello conlleva a la hora de moverse en espacios públicos. Aunque en este caso concreto nos referimos a la movilidad mientras se conduce un vehículo, los riesgos también incluyen a los demás actores de la vía: peatones, ciclistas y motociclistas. Cualquiera de ellos puede verse inmerso en un accidente de tránsito por culpa de un conductor distraído. Pero en el caso de los automóviles (también aplica para pesados y otros vehículos de trabajo), cuando el conductor se enfrenta al delicado ejercicio de la conducción al tiempo que distrae la mirada y la concentración para leer y enviar mensajes de texto, el riesgo se multiplica exponencialmente al ritmo de la velocidad que se transita. En plata blanca significa que conducir e ir pendiente
del teléfono celular al mismo tiempo puede terminar en un trágico accidente. Y más en un país como el nuestro donde ‘manejar’ un carro en nuestras calles y ciudades muchas veces termina pareciéndose a una carrera de obstáculos. Con el ánimo de construir conocimiento acerca del tema, el departamento de Seguridad Vial de Cesvi Colombia llevó a cabo una investigación sustentada en pruebas de ruta controladas, realizadas en el Autódromo de Tocancipá.
Las pruebas
Varias personas que fueron sometidas a distintas pruebas son el objeto de estudio de la investigación. Se trata de conductores, hombres y mujeres, con licencia de conducción vigente, cuyas edades oscilan entre los 22 y 35 años. En una mañana soleada, los conductores superaron la exigencia de conducir, leer y enviar mensajes de texto al mismo tiempo, mientras una cámara se enfocaba en los ojos de cada persona para identificar el tiempo que desviaba la mirada del vidrio panorámico. Igualmente, desde otro vehículo que seguía la estela a unos metros del principal, se hicieron grabaciones de video para determinar qué tanto se despistaba el carro de su tra-
yectoria ideal, en este caso ir por la mitad de la pista. Los resultados de los conductores fueron similares. Quedó claro que mientras se manipula el teléfono celular se pierde de vista la vía y con esto se disminuye la capacidad de reaccionar a tiempo para evitar un accidente. Al medirse el tiempo total del recorrido versus el tiempo de distracción, el promedio del tiempo empleado por los conductores desde el momento en el cual les llega el mensaje hasta que termina la prueba es de 11,0 segundos y el promedio de tiempo que retiran la vista del camino para ver el celular es de 5,39 segundos. Esto significa que, en promedio para contestar un mensaje simple, retiraron la vista de la vía un 49% del tiempo de conducción. Es decir, distraerse a 50 km/h significan 140 metros distraído de la vía: 70 metros leyendo el mensaje y otros 70 escribiendo un mensaje corto de respuesta. Esto, en una conducción en ciudad, podría ser una señal de tránsito que a la postre podría generar una infracción de tránsito o inclusive un accidente. Por donde se le analice, una cifra alarmante.