Hola, Ombia, soy Jonás y tengo una pregunta urgente: ¿por qué soy diferente a mi mamá?
Debajo de esta pregunta venía el dibujo de una mamá y un niño que se daban la mano. Por el dibujo no se entendía a qué diferencias se refería Jonás. El niño sonreía y estaba un poco bizco, la mamá sonreía más y mostraba todos sus dientes. Ella no estaba bizca, tenía el pelo largo y un vestido de color naranja. El niño llevaba puestos una camiseta y un pantalón rojos. Ombi notó inmediatamente que la mamá tenía zapatos y el niño no. Ombi pensó durante mucho tiempo, casi una hora completa. Mordisqueó su pluma de tinta morada hasta que empezó a saberle un poco amarga. Se dio cuenta de que se había manchado la boca y se dijo a sí misma: —Chulada, ¿qué has hecho? Se limpió perfectamente con agua y jabón. Y entonces contestó la carta así: Querido Jonás: Por tu dibujo puedo notar que son muchas las diferencias entre tu mamá y tú, pero hay una que es la principal: a ti no te gustan los zapatos y a ella sí. Atentamente Ombi
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