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Cuenca, domingo 30 de diciembre de 2018 www.elmercurio.com.ec
La “Casa de Tarzán”, vestigio de una era más glamurosa de Acapulco
Durante más de un siglo, Acapulco se ha caracterizado por su impresionante vida nocturna, además de ser partícipe de decenas de películas nacionales e internacionales, que lo pusieron como el destino turístico favorito de actores y políticos.
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Vista de una casa enclavada sobre un acantilado con vista al océano Pacífico, en Acapulco (México). EFE/ David Guzmán rincones del lugar, luego de ser filmada en el puerto la película de “Tarzán y las Sirenas”, en 1948. Principalmente quedó prendado del hotel “Los Flamingos”, convirtiéndose este “maravilloso paraíso” en su casa, comentó Juan, trabajador y guía del sitio. Weissmüller y el también actor John Wayne se hicieron propietarios del hotel y decidieron crear 36 habitaciones más, que lo convirtieron en el escondite de la “Pandilla de Hollywood” durante el periodo 1950-1984, albergando a figuras como Cary Grant, Fred McMurray, Red Skelton, Rex Allen, Bo Roos, Errol Flynn y Richard Widmark.
Punto de encuentro del “jet set”
Johnny Weissmüller, famoso por representar a Tarzán en numerosas películas. Internet.
Durante esta época, el hotel se convirtió en punto de encuentro del “jet set”, realizándose allí las mejores fiestas del puerto y de México. Solamente actores, políticos y representantes de la élite social eran bienvenidos. A pesar de que Weissmüller era un buen anfitrión, el ruido que provocaban las fiestas que no tenían fin se escuchaban en su habitación, la cual se encontraba a un lado del bar donde se llevaban a cabo, por lo que decidió construir una casa para él dentro del complejo, alejada del ruido. Pensando en cada uno de los detalles de la casa, Weissmüller decidió construirla de forma particular, haciendo referencia a cada una de sus películas. Conocida como la “Casa de Tarzán” o” Casa Redonda”, está diseñada como se observan las chozas en la cinta “Tarzán de los monos”, con un perímetro circular, luego de que “los nativos de África le dijeran que de esta manera los espíritus malignos no entrarían a su hogar, al no contar con esquinas”, explica
Juan. Por dentro hay dos recámaras con baño y una estancia, en la entrada un arbusto con la cara de su mejor amiga, Cheetah, la chimpancé que fue su compañera de grabación durante la saga de Tarzán, y el mirador tiene la forma de una mandíbula de cocodrilo, simulando los dientes con piedras picadas. De allí desciende un acantilado dos veces más alto que La Quebrada de Acapulco, lugar donde se presenta el espectáculos de clavados, a 45 metros de altura, más emblemático del puerto. Veintiún años aproximadamente (1963-1984) fueron los que Weissmüller vivió en la “Casa Redonda” junto con su quinta y última esposa, Maria Brock Mandell Bauman, hasta que tuvo que ser aislado de todas las personas que lo rodeaban, ya que presentaba ataques de enojo cada vez que lo visitaban. Por ello, se tuvo que trasladar a una casa más solitaria en Playa Mimosa, a unos cuantos kilómetros de distancia.Antes de fallecer le dijo a su esposa “El día que yo muera no deseo regresar a Estados Unidos, porque Acapulco es mi paraíso”, cuenta Juan. Días después, moriría de un infarto fulminante. Los restos del intérprete de Tarzán fueron sepultados en el panteón Valle de la Luz a las afueras de Acapulco, donde se le hizo un monumento para recordarlo como el principal promotor del puerto en Hollywood. Luego de su muerte, el hotel fue vendido por sus hijos. En la actualidad, la “Casa Redonda” es un museo y también forma parte de la renta del hotel, y con capacidad de albergar a seis personas. Cuenta con piscina privada y un mirador desde el que se pueden ver la isla La Roqueta, la playa Pie de la Cuesta y Puerto Marqués, constituyendo una de las mejores vistas de todo Acapulco. Acapulco (México).EFE
Por Salma Kaufman
nclavada sobre un acantilado con una vista privilegiada del Pacífico, la que fuera residencia del actor estadounidense Johnny Weissmüller, famoso por representar a Tarzán en numerosas películas, se erige como vestigio de una era más glamurosa de la ciudad portuaria mexicana de Acapulco. Durante más de un siglo, Acapulco, en el sureño estado de Guerrero, se ha caracterizado por su impresionante vida nocturna, además de ser partícipe de decenas de películas nacionales e internacionales, que lo pusieron como el destino turístico favorito de actores y políticos. El clima tropical era el complemento perfecto para disfrutar de sus playas doradas, enamorando a cada uno de los visitantes, con las impresionantes puestas de sol. Sin embargo, este encanto ha ido disminuyendo a causa de una imparable ola de violencia, que cada año tiene a Acapulco disputando los primeros lugares, entre las ciudades con más homicidios en México. En épocas de recuerdos más gratos, el actor Peter Johann Weissmüller, mejor conocido como Johnny Weissmüller, quedó impresionado con cada uno de los
Mamani, el apellido andino y prehispánico que es revalorizado en Bolivia jesuita Ludovico Bertonio, considerado uno de los primeros estudiosos de la lengua aimara, en el siglo XVII. Pablo Mamani fue uno de los responsables de inaugurar el evento y explicar lo histórico y lingüístico de la genealogía de los Mamani. Esta convención presentó a personalidades del núcleo familiar, que desarrollaron ponencias como el esc r itor A leja nd ro Ma ma ni, creador de la primera novela escrita en aimara. Las temáticas que explicaron los vínculos del linaje ancestral con lo geopolítico y su relación con el imperio incaico, junto a los conocimientos de lectura de los astros, que son conservados por personas los Mamani actuales. A su turno, la diser tación de Cristóbal Mamani Chambi sobre la elaboración de instrumentos andinos de viento, fue una de las más atractivas al ilustrar cómo existe una sinergia entre las semillas, el terreno y la música al momento de fabricar zampoñas o quenas. El evento presentó al destacado pintor Roberto Mamani Mamani, conocido por su obras paisajísticas en la que destacan los colores vivos, el juego de formas y texturas que enaltecen lo andino. Además del arquitecto Freddy Mamani, mentor del particular estilo del los “cholets”, donde interactúan los colores vivos y los espacios
Encuentro internacional Jacha Mamani en La Paz, se trazó la meta de revalorizar el apellido prehispánico Mamani, que en aimara significa halcón. EFE. amplios en edificios dedicados a fiestas barriales y que predominan en la ciudad de El Alto, contigua a La Paz. Ese c ú mu lo de d iser tac iones y exposiciones, han tenido el enfoque de apreciar la cultura de los Mamani, al mismo tiempo que rescató los rasgos más importantes de su historia. De acuerdo a lo que se explicó, el apellido Mamani ha tenido que afrontar adversidades culturales y de clase, por ser la expresión de un linaje específicamente aimara e indígena. El hecho más importante es que, en Bolivia, el apellido ha servido para generar dinámicas de exclusión, al extremo de que en algunos casos ha sido estigmatizado. Durante varias décadas, quienes poseían un apellido indígena, recurrieron a cambiárselo por miedo a la
discriminación o por vergüenza, al punto que llegó a tener connotaciones peyorativas. En algunos casos los Mamani se castellanizaron a Alcón o Aguilar, de modo que se mantenga el significado original que conceptualmente implicaba majestad y grandeza, al referirse a un ave que vuela alto y que de gran visión, se explicó en el evento. A c t u a l m e nt e l o s M a m a n i s on muchos en Bolivia y los integrantes de esta gran genealogía, creen que su valor está en el mundo aimara, acompañado de una fuerte influencia en el campo político nacional. Los datos del evento arrojaron que los Mamani son una especie de “diáspora”, que por la migración también se han consol idado en países de Europa y Asia. EFE
Por: Gabriel Romano
La Paz.- Un encuentro internacional con sede en La Paz, se trazó la meta de revalorizar el apellido pr e h i spá n ico M a ma n i, que en aimara significa halcón y que se considera uno de los más comunes en Bolivia, además de ser típico en otros países andinos como E c u a d o r, P e r ú y e l n o r t e d e Argentina y Chile. La convención denominada Jacha Mamani, que quiere decir los grandiosos Mamani en aimara, incorporó el fin de semana exposiciones sobre temas lingüísticos, geográficos, literarios y astronómicos, relacionadas a ese linaje ancestral. La inauguración se efectuó con una ofrenda simból ica a la Pac hamama o Mad re T ier ra, a cargo de amautas o guías ancestrales andinos, que presidieron una ceremonia con rituales típicos. En declaraciones a Efe, el sociólogo Pablo Mamani, señaló que este apellido es uno de los más “más extendidos en Bolivia” y que, según una investigación suya, son más de 7 3 4 .0 0 0 que ap e l l id a n a sí e n Bolivia. La cifra proporcionada equivale a decir que de cada diez u once bolivianos, uno tiene apellido Mamani, sea por parte paterna o materna. “Mamani significa que es un ave andina, que tiene una gran capacidad de vuelo. Es el halcón en español”, indicó Pablo Mamani, sustentado en los datos que arrojó el