Hemeroteca-13-01-2019

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ACTUALIDADES

Cuenca, domingo 13 de enero de 2019 www.elmercurio.com.ec

Cerro Narrío:

Centro de ritualidad ancestral, talla y redistribución de la Concha Spondylus HISTORIA Cerro Narrío desde los 2000 años a. C., se constituiría en el principal centro de comercio y redistribución de la concha Spondylus.

A

la tradición cultural Cerro Narrío, perteneciente al cantón y provincia de Cañar, se lo considera como el centro prehispánico temprano más importante del sur del Ecuador de tráf ico, uso y redistr ibución de la Conc ha

Spondylus. Narrío fue un emplazamiento temprano, cuyo centro ocupacional principal se ubica en una colina ligeramente escarpada a 3.200 metros s. n. m., y a 700 metros de la ciudad de Cañar. Los estudios de J Jijón (1921), M. Uhle (1922) D. Collier y J. Murra (1942) y R. Braun,( 1945) atestiguan una ocupación humana muy antigua de carácter aldeano, especializada en una actividad agrícola vertical, en una rica y fina producción alfarera con filiaciones culturales con tradiciones de Chimborazo a través de T u nca huán, de A z uay a t ravés de C ha l luabamba, el C a r me n y Hu a ng a r c uc ho ; de L oja c on l a hoy a de Catamayo, la A mazonía con el val le del río Upano, y finalmente con el norte del Perú a través de la cultura Chimú y Cotosh, y sobre todo es caracterizada por el espec ia l izado t rabajo y red ist r ibuc ión de l a conc ha Spondylus a largas distancias. Expertos destacan también que, “Cerro Narrío, surgió como ocupación temprana (hacia 2850 a.C.), en la sierra del Ecuador y aunque siguió las mismas pautas que el resto de grupos contemporáneos (la búsqueda de la estabilidad, basada en la agricultura y en la progresiva utilización de técnicas en curso de aparición), poseyó una característica única del mayor interés: se constituyó en el primer intermediario en el comercio que estableció Valdivia. Esta particularidad le proporcionó una personalidad específica, que mantuvo y potenció en épocas p o s te r ior e s . A sí , du r a nte l a pr ác t ic a tot a l id ad de l Formativo (2200-1 300 a.C.) estableció una relación de permanente intercambio con la costa” (Martín Ramos P. 2009). A partir de las referencias, Cerro Narrío desde los 2000 años a . C ., se const it uir ía en el pr inc ipa l cent ro de comercio y redistribución de la concha Spondylus; por ello se dice que, “merece especial atención en Narrío la presenc ia de abundantes conc has mar inas como la variedad de Spondylus, caracoles, madreperla, utilizadas como mater ia pr ima en la confección de sor tilegios, exvotos funerarios, monedas, cabezas de propulsores” (Reinoso 2017). La presencia entonces de estos materiales que lo consideramos extraños a esta región de los Andes, obedecería al activo comercio generado entre la cultura Narrío y los pueblos que se asentaron en el litoral ecuatoriano. La concha marina para la época prehispánica a más de tener un valor religioso, otorgó también prestigio a los grupos socialmente jerarquizados, razón por la cual se fomentó la demanda en los Andes australes ecuatorianos, en la Amazonía, en el Perú y en Colombia, lo que llevó a promover un intenso tráfico y comercio a nivel regional y supra regional; algunos autores mencionan que, “la concha, sirvió de vehículo de intercambio que funcionó más y más en forma de moneda primitiva”. (Holm, 1955; Sahlims, 1972; Marcos, 1977), y de acuerdo a los estudios etnohistóricos, se conoce que durante la época colonial, se estableció un complejo sistema de comercio que iba desde mercaderes privados, comerciantes especializados, hasta pequeños mercados (tiangues) encargados del intercambio y de la redistribución supra regional. El proceso distributivo de la concha Spondylus, conllevó por otro lado el establecimiento de rutas y caminos a cor ta y a largas distancias; evidencias arqueológicas determinan la presencia de rutas de tráfico y comercio a n ive l i nter r eg iona l (costa- sier ra) y supra r eg iona l (Narrío, sur del Perú y la – Amazonía). Esta red vial favoreció notablemente al tráfico de la concha Spondylus y la movilidad humana, además se menciona que estos caminos fueron muy funcionales gracias al adecuado trazado, el acortamiento de distancias, y sobre todo por que facilitaron la conexión entre zonas de aprovisionamiento del producto y los sitios de mercado; finalmente se conoce que el sistema vial de comercio, contaba con rutas primarias y secundarias de tránsito, unos era temporales, y otras permanentes.

La industria cultural de la concha Spondylus Establecida la hegemonía a nivel regional del comercio de la concha Spondylus; Narrío a nivel local instauró también un centro de aprovisionamiento y taller para la producción y talla magistral de la concha; la abundante

Cerro Narrío ubicado en el cantón y provincia del Cañar.

Figurillas humanas hechas en Concha Spondylus, llamadas Ucuyayas. presencia no sólo de ornamentos, figurillas antropomorfas y zoomorfas, mullos, restos de material de desecho, y algunas herramientas de piedra, cerámica y metal, determinan que efectivamente en Cerro Narrío, se creó un taller especializado para la talla magistral de la concha. En las excavaciones realizadas por D. Collier y J. Murra en (1942), se reportó la presencia de varios ornamentos y figurillas, “identificadas como conchas marinas, probablemente Spondylus, y diferentes conchas se han usado como ornamentos; pend iente s, c uenta s, etc .; se encont ra r on u na Marguinella curto, perforada, una cuenta Spondylus y varios pendientes de almejas de agua fresca”, además indican que se localizaron objetos de otras especies de conchas como, (Polycapod, Spondylus Crassisquana, Straphocheilus de la especie Popelainianus, y caracol de tierra T haumastus Thompsoni (1982). Basándonos en nuevas investigaciones, se conoce más tarde que, “son excepcionales los hallazgos en Nar r ío, las caracolas gigantes de las especies Strombus galeatus, Strombus peruvianus habrían usado como trompetas de comunicación, conocidas comúnmente como quipas, churos, en Ecuador y pututus en Perú.” (Reinoso, 2017). Las nuevas investigaciones realizadas in situ, apoyadas en los relatos de excavadores de la zona (Don Eloy Patiño y Don Luis Peñafiel), presumiblemente el taller al que hacemos referencia, estaba ubicado en una pequeña plataforma cerca de la cima del cerro, hacia el lado noroccidente. Los relatos nos revelaban que el sitio descrito, era poseedor de una gran cantidad de piezas y restos de conchas marinas; aquí se encontraba siempre: mullos, placas circulares y rectangulares, figurillas humanas pequeñas (rucus) y múltiples objetos de milimétricas dimensiones. Conocedor de la referencia, por el año 1987 me llevó a constatar lo informado, y efectivamente durante la prospección realizada, constaté aún la existencia de restos de material de desecho de conchas, una que otra cuenta y ornamentos, y una gran cantidad de lascas de piedras finas, trabajadas intencionalmente y que presumiblemente eran herramientas asociadas con el trabajo de la concha. Con estos antecedentes, retomamos la investigación en cerro Narrío, con el propósito de ampliar la información referente al trabajo de la concha Spondylus; lamentablemente toda el área arqueológica está depredada y perturbados los

niveles estratigráficos, lo que imposibilita una excavación, razón por la cual apenas realizamos una prospección y estudio del material de superficie, cuyos resultados confirman lo planteado entorno a la existencia de un taller, en donde hace dos milenios en Cañar, perfeccionaron el arte del tallado de las conchas marinas. La producción del mullo y otras chaquiras en Narrío, fue fruto de la implementación de su propia tecnología y tomando como referencia algunos estudios, sostenemos que dada la calidad, diversidad y proporcionalidad de objetos de concha Spondylus encontrados, evidentemente contaron con expertos en la manufactura. Gustavo Reinoso plantea que las conchas, “en Narrío fueron cortadas en placas a bisel, pulidas y abrillantadas; generalmente de formas rectangulares, algunas conservan los bordes redondeados naturales. El corte a bisel se infiere que fue ejecutado con la técnica de fricción continua, con hilos cubier tos de arena húmeda” ( Reinoso 2017), luego creemos que el proceso de fabricación era complementado con el esculpido y tallado, hasta lograr objetos de fina joyería. Estableciendo analogías entre Narrío y Cabeza de Vaca en T umbes – Per ú, deducimos que los ar tesanos de Narrío contaban también con una variedad de herramientas de material lítico como: pulidores para raspar y pulir la superficie de las valvas, percutores para el golpeado durante el tallado, y yunques o piedras con superficie plana para la percusión directa; no se descarta también que contaron con cuchillos de piedra (cuarzo, obsidiana y pizarra) para hacer cortes de las valvas, micro taladros para hacer perforaciones, y posiblemente arena, hilos y tejidos para el pulido.

Las Rucuyayas o Ucuyayas Junto a las finas piezas de concha, destacamos también unas figurillas de forma humana, cuyos rostros son llamativos y al parecer todas parten de un patrón común; sin embargo algunas varían por el tocado de la cabeza, en su sector distal o cuerpo, tamaño y sobre todo en el color. A estas figurillas algunos las llaman Rucuyayas, y otros Ucuyayas. El término Rucuyaya viene del quichua rucu – anciano o viejo, y yaya – padre; literalmente significa padre anciano; desde la concepción indígena actual, el Rucuyaya en Cañar se asocia más con el personaje disfrazado de anciano que preside las ceremonias festivas, por lo que creemos que esta denominación no tiene relación con el significado de la figurilla humana de concha de origen prehispánico. La denominación que se asociaría al verdadero significado creemos que es Ucuyaya; palabra compuesta del quichua ucu – adentro y yaya - padre, literalmente significa el padre de adentro, y de acuerdo a la cosmovisión andina, sería el personaje del inframundo o del ucu pacha, por lo tanto tendría relación con el mundo de los muertos, y si contextualizamos los hallazgos de estos objetos, que provienen según referencia de tumbas como parte del ajuar, nos lleva a sostener que los Ucuyayas eran exvotos que servían de ofrendas para el culto a los muertos. (I)

Por: Mario A. Garzón Espinosa

BIBLIOGRAFÍA

Materia Prima de Concha Spondylus y Ucuyaya Terminado.

Collier D. y Murra J. (1982): Reconocimiento y Excavaciones Excavaciones en el Surandino del Ecuador, Centro de Estudios históricos y Geográficos PUCE. Cuenca Garzón Espinosa (2005). Evolución Cultural del Cañar Prehistórico; CCE. Azogues. Marcos Jorge: (2002): Mullu y Pututo para el Gran Caimán: Un modelo para el Intercambio entre Mesoamérica y Andinoamérica, En Gaceta Arqueológica Andina N.26.INDEA. Lima Perú. Rodríguez Pepe: (2000). Dios Nació Mujer; Ediciones B., Barcelona, Reinoso E. Gustavo: (2017). Los Cañaris en el Incario y la Conquista Española del Tahuantinsuyo, Cuenca.

Cuentas de Collar o Mullos de Concha Spondylus.


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