Cuenca, martes 10 de abril de 2018 www.elmercurio.com.ec
CULTURA
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Efraín Jara,
su legado vivirá por siempre Las obras completas del escritor podrían abarcar unos seis volúmenes, incluidos los documentales hechos sobre su vida y trabajo literario.
U
n Sollozo por Efraín Jara Idrovo. Pasaron los minutos desde el último suspiro y de a poco las redes sociales anunciaron la muerte de Efraín Jara. “Adiós padre, maestro, amigo, te veré en cada relámpago dibujado en la pizarra del cielo. Descansa en paz”, escribió su hijo Johnny. “Efraín: Ahora mismo estará haciendo combinaciones cósmicas, en series sin término. ¿Verdad? Que tenga una eternidad poblada de vocablos brillantes como estrellas, y que un ángel con buena ortografía le lleve el dictado…” fueron las palabras de su amigo Jorge Dávila. Las fotos de Jara Idrovo circulaban en el muro de Facebook. Eran los recuerdos de lo que fue su presencia en esta tierra, sí, en esta tierra que le vio nacer un 26 de febrero de 1926. Efra í n poe t a , Efra í n maestro, Efraín crítico, Efraín lector. Efraín Jara deja como legado una obra grande, producto de muchos años de trabajo, desde las primeras experiencias con el verso, esas cosas escritas en 1947 y 1948, como “Tránsito en la ceniza” y “Rastro de la ausencia”, respectivamente; hasta las últimas, aquel l a s q ue q ue d a r on e n manuscritos, tipeadas con máquina de escribir y otras grabadas. “La literatura ha sido mi pasión, mi perdición y mi salvación, tan entrañablemente ha estado conjugada con mi vida”, dijo en una entrevista que concediera años atrás a Jaime Montesinos. Las cenizas del poeta cuencano irán para Floreana, Galápagos, la isla a donde llegaría por primera vez en 1955 y luego en 1998, cuando emprendió su viaje con la intención de quedarse y el destino le dijo no. Pero una parte de las cenizas también se quedarán en Cuenca, para reposar en el mausoleo de los Hombres Ilustres de nuestra ciudad. “Su obra queda y eso es lo importante”, dice Johnny.
El legado de Julio Efraín De Jara Idrovo queda mucho: poesía, ensayos, correspondencia, entrevistas, críticas de obras y, entre estas joyas, está el mater ia l de c lases, de aquellas clases que impartía en la universidad donde
se mantuvo por 40 años dictando cátedra. Todo eso será rescatado y publicado, es la aspiración y el proyecto de Johnny, Renán y Renata, sus hijos. Esas cartas de Galápagos escritas primero a mano y luego en máquina de escribir para enviar a sus amigos saldrán a la luz. Los amigos perdieron las misivas, pero Johny las recuperó, ocho meses tomó transcribirles, hacerlas legibles. Un activo Efraín que no cesó en su trabajo. Junto a su hijo revisaba las publicaciones que se hacían de sus obras, algunas con el apoyo de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, PUCE. Un hombre de letras que en el 20 1 4 publ icó “Poseía Última”, volumen que recoge los trabajos de los últimos 20 años en Cuenca, así era el autor de “Sollozo por Pedro Jara”. Cajones y muchos cajones con escritos y mas escritos, eso queda como herencia . En esos escritos habrá que descubrir nuevas cosas, nuevos legados. “Nuestro deseo es poder publicar su obra en inglés y español, dar a conocer y abrir al mundo la obra de él”, ha dicho Johnny Jara Jaramillo, que junto a Su Terry, su esposa, crearon un sello editorial con el cual ya se publicó “Sollozo por Pedro Jara”, un libro arte en versión inglés. A decir de Johnny, las obras completas del esc r itor podrían abarcar unos seis volúmenes, incluidos los documentales hechos sobre su vida y su trabajo literario. La PUCE ha expresado el deseo de financiar el proyecto con un tiraje de mas o menos seis mil libros, con tomos de 250 páginas. La trayectoria de Efraín Jara en el mundo de la letras y del accionar cultural cuencano es grande. Autor de varios poemarios, profesor universitario por cuatro décadas, miembro de la Casa de la Cultura Núcleo del Azuay y tres veces presidente de este organismo, en los cuales adquirió el Salón del Pueblo que lleva su nombre e implementó la imprenta.
nismo. Poemas cortos, muy estructurados, con mucho ritmo y muy de los sentidos, así eran. Poesías que le provocaron ejercicios de autocrítica, que le dejaban inconforme; las consideró como ejercicios anclados a su poética anterior, que no eran su voz ni su experiencia poética. Esos fueron los tiempo para irse de Cuenca, para llegar a Floreana y vivir allí. Era una isla casi solitaria, 26 isleños habitaban allí. Se quedó para leer. Esas lecturas comandaron la acción de Jara. Fue un encuentro con autores, textos que le condujeron a otras rutas, a dejar el modernismo y a su regreso al Ecuador continental empezar a escribir poesía anclada a la cotidianidad, a la existencia, a la vida. “Magia, religión, ciencia, filosofía, son tentativas de la imaginación creadora por superar la angustia provocada por la otredad radical del
universo”, dice en su obra María Augusta Vintimilla, la investigadora cuencana que, j u nt o a Jor ge D áv i l a y Oswaldo Encalada, han estudiado y a fondo la obra el escritor recién fallecido.
Otras obras de vanguardia De esas propuestas vang u a r d i s t a s s e ap u n t a n “Añoranza y acto de amor”, poemas claves que marcan ese cambio; como también “Dos poemas” con composiciones relativamente extensas, que expresan nítidamente dos momentos cruciales en el devenir de su poética: “Balada de la hija y las profundas evidencias”, en los cuales recoge los motivos, los temas y las sensibilidades de su poesía. Es poesía de gran extensión que, a decir de Vintimilla, obedece a necesidades expresivas. Allí está el caso de “Balada de la Hija”, el
poema más perfecto de su primera etapa. Luego “Añoranza y Acto de Amor”, después de eso “El almuerzo del solitario”, la obra más hermosa de Jara y de la poesía ecuatoriana de la segunda mitad del siglo XX, una meditación acerca de la existencia misma, porque Efraín usa un tono irónico con respecto a él mismo. L uego de e l l o s e s t á n : “Sollozo por Pedro Jara”, una elegía extraordinaria ante la muerte de su hijo. Esa obra es como un punto de inflexión,
un nuevo giro. En ese momento, Jara se dedica a estudiar la lingüística. Al construir ese poema, el autor vuelca todo ese conocimiento que tiene sobre la estructura de la lengua y hace las variaciones. Pero en ese poema no solo se siente la influencia de sus estudios a la lengua sino de la música vanguardista, esos mecanismos de la composición musical de vanguardia de esa época se siente en la poesía. (BSG) -(I)
Johnny, Renata y Renán Jara, en el velorio de los restos de su padre, el escritor Julio Efraín Jara Idrovo quien falleció el domingo. PSR
Del modernismo al vanguardismo De su poesía hay mucho que hablar. Empezando con los escritos propuestos en la década de los 40, inscrita en una tradición de la poesía ecuatoriana que hunde sus raíces en el modernismo, el posmodernismo y las vanguardias, para instalarse después en el movimiento poético hispanoamericano contemporáneo. Así lo cita María Augusta Vintimilla, autora de “El tiempo, la muer te, la memoria” un estudio a la obra poética del autor, por ella realizado. Esas primeras obras tenían como característica el colorismo, una poesía lujosa, de las sensaciones. Eran ejercicios poéticos sobre motivos bíblicos, de historia antigua más que de la vida cotidiana, temáticas exóticas propias del moder-
Efráin Jara fue tres veces Presidente de la Casa de la Cultura Núcleo del Azuay. Archivo