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Cuenca, domingo 5 de agosto de 2018 • www.elmercurio.com.ec • redaccion1@elmercurio.com.ec
ESPECIAL
La imagen de Jesús de Nazaret se cuenta entre las obras en las que el retratista emplea la técnica del carboncillo y grafito.
L
as películas en blanco y negro del humorista mexicano Mario Moreno “Cantinflas”. La comicidad del actor azteca Ramón Valdés, en su papel de “Don Ramón”. Y el rock, como el que interpretaba Kurt Cobain, de la banda norteamericana Nirvana, marcaron la infancia de Xavier Cuenca Díaz. Con el paso de los años, aquellas imágenes, voces y sonidos continuaron intactas en su memoria y se convirtieron en referentes de lo que hoy en día es él: un retratista. Xavier tiene 24 años, nació en Orianga, parroquia rural del cantón Paltas (Catacocha), provincia de Loja, unos 300 kilómetros al sur de Cuenca. Es el último de seis hermanos. Recuerda que su primer contacto con el dibujo fue a los seis años de edad. En la escuela hizo, sobre un papel, una figura improvisada, fue algo que salió de su imaginación, era como un animalito similar a un anime (dibujos japoneses). Por ese trabajo recibió sus primeras felicitaciones. En Orianga, sin embargo, -con una población que no supera los 3.000 habitantes- el arte tiene poco o ningún espacio; la aspiración de la mayoría es salir a las grandes ciudades y conseguir un trabajo que le garantice ingresos suficientes. Así lo hizo Xavier alejándose temporalmente de su sueño. Tras un paso no tan alentador por las aulas universitarias en la carrera de Ingeniería, a la que ingresó motivado por su círculo cercano, decidió migrar hacia Cuenca. Aquí, para entonces, ya vivía el mayor de sus hermanos: Obady, quien tiene también afinidad con las artes plásticas. A él lo ayudó inicialmente en un taller artesanal de espejos decorativos. El negocio no tuvo la rentabilidad que ambos esperaban y ante la peliaguda situación, Obady propuso a Xavier que retome el dibujo. El reto fue aceptado. Con carboncillo, lápices de grafito (implementos complejos de conseguir en el medio), cartulina, borradores y un tablero empezó a delinear un rostro y a darle tonos, desde los más sutiles grises hasta los negros más profundos. El resultado fue el retrato de “Ron Damón”, como le llamaba el “Chavo del Ocho” en la popular serie de los años ochenta del siglo pasado. Con amplia sonrisa, ojos saltones, el llamativo bigote y su infaltable boina, la imagen era idéntica, casi casi como estar mirando una fotografía. Esa fue oficialmente su primera obra. No la tuvo mucho tiempo en su poder. La necesidad económica la llevó a exponerla en una feria de esas que se dan en tiempo de fiestas. Era una prueba de fuego. Y, de repente, la superó. Poco a poco se acercó uno, otro y otro más de los interesados en comprar el cuadro. Al final, lo vendió en cinco dólares. Mezcla de sentimientos para Xavier, quien reconoce que desprenderse del que sería su “número uno” le fue muy difícil, pero, a la vez, de alegría porque hubo personas que valoraron su habilidad. Ese instante confirmó que el arte era lo suyo. Desde entonces no ha parado de hacer retratos cargados de mucho realismo. Con pulso, concentración y pasión por lo que hace, un siguiente retrato fue el de “Cantinflas”. Cuando el lápiz marcaba la cartulina dando forma al personaje, confiesa que le venían esos recuerdos de la niñez, de las tardes en las que junto a su padre reía al escuchar las “cantinfladas” del icónico actor. Curioso es que precisamente ese retrato tenga una mirada de nostalgia o tristeza. Pero Xavier afirma que no refleja un estado de ánimo personal y que si bien el retratista deja su “alma” en cada obra, lo que tiene que sobresalir son las cualidades, rasgos y los más mínimos detalles de quien sirve de modelo. En Cuenca ya lleva tres años y ocho meses. Hace una semana ha montado su taller en el local número 21 del Centro Comercial Gran Pasaje, en el Centro Histórico. Lo comparte con su hermano Obady y con Jonathan Timoteo Llapa Jara, otro joven pintor que firma con el seudónimo Timothy Lehr. Ahí expone más de sus creaciones. En una especie de homenaje a la ciudad que lo acoge, ha dedicado su tiempo a dos reconocidos personajes: el italiano Carlos Crespi, sacerdote salesiano; y, al conocido “Suco del Cenáculo”, de quien ha averiguado que su nombre de pila es Felipe. Los exhibe sin buscar lucro con ellos como alguien ya se lo ha increpado. Como amante del rock están, asimismo, los retratos de Michael Jackson, de Axl Roses, vocalista de la mítica banda Guns N’ Roses; de Freddie Mercury, voz líder de Queen; del jamaiquino Bob Marley, leyenda del reggae; de Amy Winehouse, cantante británica que trágicamente falleció en 2011, a los 27 años. En estos próximos meses se ha propuesto retratar a Gustavo Cerati y Luis Alberto Spinetta, “El Flaco”, dos emblemas del rock argentino. Buscando más de su producción aparecen sin querer algunos materiales que emplea en su oficio: libros y otros folletos sobre técnicas para retratar. Xavier está consciente que la investigación y la preparación son fundamentales. Él se declara un autodidacta y con dosis de humildad reconoce que si bien ha mejorado aún “está en pañales” y que falta bastante camino para llegar a un nivel como el de Julio
En su taller-galería, Xavier Cuenca Díaz, está rodeado de los principales trabajos hechos por él; sobresale, en lo alto, el retrato de “Don Ramón”.
un retratista hecho a pulso Puentes, retratista español, a quien admira por su estilo y quien es su ejemplo a seguir. Así como Puentes, Xavier ha recurrido a las redes sociales para compartir sus destrezas. En su Facebook Retratos Ecuador- Mi Orianga ha subido fotos y videos de lo que hace, cuenta que su objetivo es que lo conozcan en el país y rebasar las fronteras para exponer a nivel internacional. Eso será en un futuro cercano. En el corto plazo su meta es retratar a sus padres, Héctor Cuenca e Imelda Dìaz. No lo hizo antes porque creía no estar preparado para una obra así de especial. En pocas semanas empezará a dibujar a sus progenitores y a demostrar que los sueños se cumplen. Para diciembre venidero, que es la fecha en la que anualmente regresa a su Orianga querida, llevará el que aspira sea el mejor y el mayor de sus regalos. -(I)
Texto, fotos y video: Diego Montalván S. dmontalvan@elmercurio.com.ec El Mercurio-Cuenca
Un reto agradable fue dibujar al italiano Carlos Crespi, sacerdote salesiano que es uno de los recordados personajes en Cuenca.