Treintava Edicion

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OPINIÓN Por: Pablo Aure @pabloaure

Pueblo humillado Mentiras tras mentiras. Chávez y su enfermedad parecen ser el cuento de nunca acabar. Y no acabará mientras el pueblo siga embobado. Con festines celebran un nuevo periodo con Chávez desaparecido. Venezuela se ha convertido en una especie de circo, el hazme reír mundial. Con una Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia que tuerce el contenido de la Constitución para adaptarla a los requerimientos del partido de gobierno, por más sorprendente que puedan ser. Para eso está Luisa Estela, la mujer con rostro de acero, que no se inmuta ni se sonroja a la hora de perpetrar cualquier transgresión al Derecho. El diez de enero, mientras Maduro y Diosdado se confundían entre alegrías y sospechas, el paciente presidente seguía ausente. Varios representantes de gobiernos extranjeros se dieron cita en el jolgorio. Daniel Ortega, de reputación cuestionada por acoso sexual a infantes, sobresalió por sus insultos propios de individuos de la peor calaña. Pepe Mujica y Evo Morales vinieron por su mesada, junto a varios vividores del caribe. Ya hemos llegado al final de la empalizada y Chávez sigue escondido. No es extraña esa actitud. Siempre se esconde o se rinde en momentos de apremio o de endurecerse los problemas. Veremos si sigue la fiesta cuando el pueblo pida comida y Maduro no la pueda dar. Agonía o jugarreta Aprieta la mano con fortaleza, se comunica y gira instrucciones, tiene complicaciones respiratorias, presenta un estado estacionario. El sábado nos dicen que está respondiendo al tratamiento, que no está conectado ni mucho menos en coma. Pero el viernes la prensa publica una foto de la presidenta de Argentina trajeada de negro y con lentes oscuros para encontrarse con los familiares de Chávez allá en Cuba. Dicen que no quiso ver el cuerpo de Chávez. La verdad es que todo es una verdadera treta y una permanente burla y desconsideración con la honestidad del pueblo venezolano. En esta tragedia que hoy vivimos los venezolanos, lo cierto es que ya poco nos debe importar si Chávez está vivo o está muerto, pues, solo es un hombre que tarde o temprano dejará de existir. Lo que preocupa es la falta de respeto al país. Los venezolanos somos los que ante el mundo estamos en coma, como sociedad humillada y poco respetada por sus propios gobernantes. Parranda de cómplices Todos los organismos internacionales lamentablemente han sucumbido frente al inmenso poder del dinero puesto en escena por Hugo Chávez. Actúan como cómplices de nuestra destrucción. Es vergonzoso que el Secretario General de la OEA el Dr. José Miguel Insulza no eleve la voz para exigir que al menos sean los médicos quienes digan cómo está la salud del Presidente de Venezuela. Ya comprendemos la desesperación de los integrantes del ALBA que ven amenazadas sus fuentes de financiamiento. La alcahuetería internacional es inmensa, aunque todo el mundo sabe que lo que ocurre con la desaparición del presidente Chávez es una afrenta al derecho que tenemos todos de estar informados y, desde luego, a ser gobernados por funcionarios electos democráticamente, los gobiernos extranjeros mantienen un silencio cómplice. Solo las voces reflejadas en muchos medios de comunicación, mantienen la llama viva del reclamo por saber la verdad. El País de España en su editorial del 10 de enero dijo entre otras cosas lo siguiente: “…Esconder la información sobre la situación médica de Chávez constituye una afrenta democrática, especialmente en estos tiempos de la comunicación en red. Todos los venezolanos tienen derecho a saber. La opacidad es una tomadura de pelo a los ciudadanos, sean o no chavistas….” Horror al supremo Hemos llegado al colmo de la desfachatez y de la sinvergüenzura. En Venezuela se votó por Hugo Chávez, pero debido a una “interpretación” que jamás se podrá entender, el Tribunal Supremo de Justicia en Sala Constitucional, nos dijo que Hugo Chávez tiene permiso para estar ausente del país hasta que se cure o regrese a Venezuela, pero sigue estando en pleno ejercicio de sus funciones. La triste razón que esgrimió la Sala fue la siguiente: “No debe considerarse que la ausencia del territorio de la República configure automáticamente una falta temporal en los términos del artículo 234 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, sin que así lo dispusiere expresamente el Jefe de Estado mediante decreto especialmente redactado para tal fin…”(sic) Es decir, que si Chávez muere o queda incapacitado para ejercer sus funciones seguirá mandando desde el más allá, o nos seguiremos calando a los usurpadores que el TSJ imponga. Otro de los puntos interpretados por la Sala Constitucional fue el de la fulana continuidad administrativa, estableciendo que el vicepresidente y todo el tren ministerial seguirán ejerciendo sus cargos a pesar de que fueron nombrados para el periodo que finalizó el pasado 9 de enero. Ahora bien, la colectividad en general debe enterarse de que esa misma Sala del TSJ que la semana pasada cohonestó la usurpación presidencial, en fecha 6 de diciembre del año pasado (un mes atrás) dijo exactamente lo contrario, cuando decidió que no continuarán en sus cargos aquellos magistrados cuyos periodos ya estuvieran vencidos. “…esta Sala Constitucional dictamina que el lapso contenido en la referida disposición constitucional es improrrogable y, por tanto, una vez fenecido el mismo, se produce la falta absoluta del cargo de Magistrado la cual debe ser llenada de conformidad con lo establecido en el artículo 47 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia….” (http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/Diciembre/1701-61212-2012-12-1259.html) En palabras sencillas, la tesis esa de la continuidad administrativa sirve solo para satisfacer las necesidades políticas del PSUV, pero para más nada. Señores, lo que ha hecho la Sala Constitucional del TSJ en estas dos decisiones es exactamente lo contrario a lo que se debe hacer. En el caso del Presidente de la República ha debido poner en práctica lo que literalmente establece el artículo 231 e interpretar que de acuerdo al artículo 233 de la Constitución ordenar que el Presidente de la Asamblea Nacional asuma mientras el Presidente electo para este nuevo periodo reciba la investidura, pero en ningún momento concederle la facultad discrecional de hacerlo cuando le provoque. La Sala Constitucional también debió ir más allá, para salvaguardar los intereses de la voluntad popular en este caso, convocar a la Sala Plena para que se nombre una junta médica que evalúe las condiciones en las que se encuentra el ciudadano Presidente, y de esa manera determinar el tiempo de curación, o en su defecto que diga si está incapacitado para ejercer las funciones activando los mecanismos que el mismo texto constitucional establece, esto es, que el presidente de la Asamblea Nacional siga encargado de la presidencia hasta que se elija a un nuevo Presidente de la República.

Del 22 de Ene. al 4 de Feb. 2013 www.elfaronews.net

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Por: Carlos Alberto Montaner

El camino de la Habana: ¿Qué aprenden Maduro, Cabello y Jaua en Cuba? En el medievo los peregrinos acudían a Santiago de Compostela, en Galicia, en busca de indulgencias para entrar directamente en el reino de los cielos sin pasar por la desagradable experiencia del purgatorio o la aburrida espera del limbo (espacio teológico, por cierto, que últimamente fue clausurado). Recorrían el famoso Camino de Santiago (unos cuantos cientos de kilómetros si se hace desde el Pirineo francés), le daban un abrazo al santo de palo y la gloria estaba asegurada. Algo así es lo que hoy sucede con la cúpula chavista. Los peregrinos del aparato bolivariano llegan al paraíso tras recorrer el Camino de la Habana a darles un abrazo a los hermanos Castro, dos ancianos que a estas alturas de la vida también tienen cierta consistencia calcárea, o, en palabras de Agustín Lara, “alabastrina”. ¿Qué hacen chicos como Maduro, Cabello y Jaua en un sitio como ése? Obvio: van a aprender la única materia en la que Cuba es la mayor experta del planeta: supervivencia política. Los Castro, que han conseguido fracasar en todo lo concerniente a la producción de bienes y servicios, al asombroso extremo de haber liquidado la centenaria industria azucarera, han logrado, sin embargo, aferrarse al poder durante 54 años, sobreviviendo a larguísimas e inútiles guerras africanas, decenas de aventuras guerrilleras y terroristas, y a la desaparición de la URSS, padre, patrón y financista del disparate cubano. ¿Cómo lo han logrado? Esto es importante, porque ahí radica la esencia de la lección cubana a los venezolanos: Primero, manteniendo una absoluta disciplina dentro de la estructura de poder. Sólo existen una sola cabeza, una sola voz, un solo aplauso. No puede haber disenso ni desviación. No hay espacio para vertientes. Al funcionario o dirigente que se mueva lo aplastan o lo extirpan, previa la pública demostración de que era un canalla. Segundo, control absoluto de la maquinaria que hace las reglas (ese coro afinado que funge de parlamento) y de la institución que las aplica como les conviene a los mandatarios (el poder judicial, que es sólo una familia de verdugos obsecuentes al servicio de los gobernantes). Tercero, control total, también, de los medios de comunicación que dan cuenta de los hechos públicos y privados. La realidad es lo que decide quien tiene encomendado describirla. Las contradicciones no existen. Una de las principales funciones del Estado es mantener oculto cualquier aspecto que desmienta el discurso o relato oficial. Para lograr esos objetivos e inducir los comportamientos que promueven la obediencia, los soviéticos crearon un muy eficiente sistema de estabulación ciudadana. Las personas eran colocadas en establos institucionales, clasificándolas por la edad, el género y la ocupación, siempre vigiladas por la policía política a una distancia ostensible, para hacer sentir la presión e infundir miedo. (Es muy importante que las personas sientan temor para que no se rebelen o protesten). Al cabo de un par de generaciones ese tipo de Estado se consolida. Ha surgido “el hombre nuevo”, pero no exactamente la criatura desinteresada, solidaria y laboriosa que preveía Marx, sino un tipo inmovilizado por tres cadenas indestructibles: La fuerza de la inercia. Las cosas se hacen así, porque siempre se han hecho de esa manera. No hay alternativa a la incomodidad que produce ese Estado torpe y burocrático. El miedo a la represión. La cárcel, muy dura, y las ejecuciones sumarias son eficaces para inducir la obediencia. Los ciudadanos en los Estados totalitarios sólo creen en huir. Como afirma el periodista Juan Manuel Cao, el comunismo terminó con una avalancha de gente que huía, no de gente que peleaba. La docilidad es una forma de adaptación al sistema. El síndrome de indefensión. Las personas aprenden, desde la niñez, que el régimen es imbatible, de manera que no tiene sentido oponérsele. Los padres, que quieren proteger a sus hijos, son los grandes propagadores de ese síndrome. Ellos enseñan a sus hijos a bajar la cabeza y obedecer para que no les hagan daño. ¿Qué más van a aprender los chavistas de sus maestros cubanos? Una lección estratégica clave: no es el momento de abrir otros frentes. Debe volar la paloma de la paz. A los gringos se les mandan mensajes tranquilizadores. A los grandes capitales se les asegura que no habrá mayores radicalismos. A los países del vecindario, que no deben temer la permanencia del postchavismo. A la oposición, palo y tentetieso. Ya habrá tiempo de ajustarles las tuercas a esos enemigos naturales cuando caiga totalmente el telón de acero.

Por: Jesús Elorza

La otra cara Comiéndose una deliciosa parrilla aderezada con “Chimichurri” en los salones del Centro UruguayoVenezolano se encontraban dos viejos amigos que habían hecho de nuestro país su segunda patria. Al momento de servir una copa de Don Pascual Reserve Merlot 2010, surgió la pregunta obligada del momento ¿Qué te pareció el acto del gobierno el pasado jueves? Te refieres a la proclamación del que no estuvo presente pero que según el TSJ tampoco estaba ausente, respondió uno de ellos. Si vale, pero más que la aberración jurídica que sirvió de base para esa proclamación, quisiera que comentáramos la presencia de Pepe (Refiriéndose a José Mujica) en ese acto. Sorprendido y arrecho, dijo el compañero. Todavía no logro entender como un perseguido, torturado y encarcelado como lo fue Pepe, se preste para avalar un acto anticonstitucional que solo viene a cumplir una función de idolatría para continuar el engaño de un pueblo soberano. El culto a la personalidad fue duramente combatido por los Tupamaros en el Uruguay en la lucha contra la dictadura militar. - A lo mejor solo buscaba asegurar las regalías de petróleo y los convenios firmados con Chávez que favorecen a Uruguay. No te olvides que la Petrochequera de Chávez le ha facilitado millones de dólares a Pepe para la construcción y dotación de hospitales, contratos para la fabricación de viviendas, compra de alimentos, exploración y explotación conjunta de reservas petroleras…etc., etc. -- Esta bien, respondió el amigo, en su papel como presidente debe buscar las relaciones económicas con diferentes países del mundo sobre la base de la transparencia y no para prestarse a actos contrarios a la ley. No te olvides que desde que Antonini Wilson pasó por Montevideo después del sonado caso de la Valija en Buenos Aires, los negocios con los boliburgueses venezolanos han estado bajo un manto de corrupción. - A eso, le agregaría el desliz del amigo Pepe cuando se puso la chaqueta del ejército venezolano en un foro internacional y que hasta el momento su gobierno no encuentra como justificar. Me pregunto, si el compañero Tupamaro estará sufriendo de alguna enfermedad que le haga olvidar el pasado reciente o sufre a destiempo del Síndrome de Estocolmo. --No te olvides, que después del show de la chaqueta opinó sin muestra de vergüenza alguna “que la política funciona determinada por verdaderos caudillos de carácter popular y ¡¡Chávez lo es!!” Bueno, con esa jalada pasó de camarada a defensor de la tesis del Gendarme Necesario. La última bofetada de Pepe contra los luchadores por la democracia uruguaya fue servir de combo para que el borracho-violador de Ortega agrediera a la oposición venezolana llamándolos “Buitres”….y luego al tomar la palabra, solo se limitara a decir que si falta el caudillo lo importante es la unidad… - Se le olvidó que los buitres son aves rapaces del orden Falconiformes que suelen alimentarse únicamente de animales muertos, aunque a falta de estos, son capaces de cazar presas vivas. Son ellos “Los Chulos del “ALBA” quienes son merecedores del calificativo Buitres Necrófilos por que se están terminando de chulear a un moribundo y permanecen a la caza del vivo sustituto…el fin justifica los medios. No quería decirlo, pero, la imagen de Pepe con esos lentes oscuros era igualita a la de Pinochet con su Operación Cóndor o Buitres que es lo mismo. Pepe, nos mostraste tú otra (¿o verdadera?) cara.


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