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MISAEL TAMAYO NÚÑEZ El Poder

Noé Morales Cuevas

un sinvergüenza y estafador. En esto tiene razón, porque son públicas las demandas que Alejandro Moreno Cárdenas tiene por su desaseada administración como gobernador de Campeche, tanto por parte de la fiscalía estatal como de la Fiscalía General de la República.

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Estas investigaciones seguramente surtirán efecto una vez que deje de tener fuero federal o, incluso, pudiera ser que se pida su desafuero para llamarlo a cuentas en pleno proceso electoral, lo cual no es nada descabellado y sí muy probable.

Imaginemos cuántas candidatas y candidatos pasarán por la pluma de Alito, y cuántos tendrán que apechugar el tache del campechano, sea por que no le simpatiza, sea porque no es de su grupo político, sea porque simplemente no se le da la gana, o sea porque tiene en la lista de espera a incondicionales de otros partidos, pues no olvidemos que el PRI va en alianza con el PRD y con el PAN y, por lo tanto, hasta eso se regulará desde el centro del país.

Si los jerarcas del tricolor y los aliados pensaban que harían un festín en Guerrero, se equivocaron. Pasarán por las armas de Alito Moreno Cárdenas sí o sí. Y si algo no le cuadra al señor, pues lo descuadra y ya, tan desparpajado que es, ni modo que eso se le dificulte. Ya nos podemos imaginar los audios de Alito dando órdenes para que bajen de la candidatura a ese tal por cual, y que sea mandado allá mismo (imagínese su florido lenguaje).

Pero más allá de los chascarrillos que podamos hacer, los priístas realmente están ante una tragedia. Las reformas estatutarias impulsadas por Alito lo colocan por encima del Consejo Político Nacional y los consejos políticos estatales del PRI, lo que contraviene el espíritu de la democracia interna de todo partido, que precisamente descansa en sus consejos políticos.

Con razón el ex gobernador Héctor Astudillo Flores no dudó en denunciar este albazo y en renunciar como consejero nacional para no se parte de esta aberración.

Ayer, horas antes de que Alito fuera ratificado en el cargo con su presidencia ampliada, Astudillo volvió a publicar en sus redes sociales un pronunciamiento al respecto, en el que reitera que Moreno Cárdenas no es la persona adecuada para dirigir al partido, porque incumple primeramente las condiciones de honestidad, rectitud y probidad.

Básicamente Astudillo deja en claro que el PRI en México está actualmente en manos de un truhan,

El golpe para el tricolor y sus candidatos sería exponencial. Por lo tanto, Astudillo se ha convertido en la voz que advierte lo por venir, en el sentido de que el partido cargará con el descrédito de Alejandro Moreno Cárdenas.

Para los aspirantes a cargos de elección popular en Guerrero, decíamos, todo esto es una mala noticia. Es decir, no importarán para nada los acuerdos locales, ni como partido ni como alianza, pues se corre el riesgo que si no le place a Alito Moreno y sus pequeños en Guerrero, simplemente la tal candidatura quedará anulada.

En cuanto Astudillo, parece que se repuso ya del síncope que le devino cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, anuló la decisión que ya había dado el INE, en el sentido de que la prolongación de la presidencia de Alito no tenía bases estatutarias y ratificó la decisión que ya habían tomado los consejeros nacionales, muchos de los cuales habían estado en contra del campechano.

Posterior a eso, Astudillo anunció que no competiría por ningún cargo en la elección de 2024, y seguramente tomó esa decisión para no enfrentarse con la mano todopoderosa del “chinguetas” del tricolor, quien seguramente, vengativo como es, lo mandaría a cortar verduras.

Por lo tanto, para no exponerse a esa vendetta política, el ex gobernador de Guerrero -quien antes había anunciado su aspiración por ser senador de la República, tomando acuerdos con Mario Moreno Arcos, quien se acomodaría en el municipio de Chilpancingo- indicó que se dedicaría a asesorar y a apoyar a quienes sí quisieran entrar a la competencia.

Sabia decisión. Lo que le queda al ex gobernador es por lo menos mantener la dignidad, como lo está haciendo. Ante lo irremediable, solamente eso queda. Y realmente el límite de todo hombre en este planeta debe ser precisamente la dignidad. Lo demás, es lo de menos.

Desde sus orígenes el hombre ha buscado el poder para satisfacer sus más grandes anhelos y ambiciones. En su afán desmedido por conquistarlo, fue capaz de enfrentar animales feroces, cambios climáticos, creó sus propias armas y utensilios para subsistir y se constituyó en tribus, en aldeas, barrios, pueblos, una forma de organización político-social, en esa etapa del comunismo primitivo.

Luego, vino la esclavitud, y el yugo del poderoso sobre los débiles avasalló a hombres y mujeres vulnerando sus derechos, su integridad, su dignidad, sus anhelos y sueños de libertad; una etapa negra en que los hombres convertidos en esclavos eran tratados como bestias, no tenían derecho siquiera a llorar.

Al paso del tiempo, apareció el feudalismo, donde el señor feudal, dueño del dinero, de las tierras y de todo, imperó sobre los campesinos y los hizo miserables; una forma de sometimiento vulgar y descarado, donde los hombres trabajaban de sol a sol y sus mujeres eran violadas y vejadas sin remordimientos.

Más tarde, aparece la monarquía y otras formas impuras de gobierno, donde el poder siguió siendo ejercido al antojo del poderoso.

"El Estado soy yo". Decían cínicos los monarcas, que eran como Dioses vivientes en la tierra, por sus grandes privilegios, sostenidos por la ignorancia y el miedo de sus vasallos, detentando un poder absoluto.

Así fueron marchando los pueblos, bajo el capricho de los de arriba, hasta que la democracia despertó de su viejo letargo y los pueblos conquistados fueron liberándose del yugo de sus conquistadores y colonizadores, recobrando sus derechos, eligiendo poco a poco a sus propios gobernantes.

Pero, surgieron el Capitalismo, el Socialismo y el Comunismo, como un cáncer ideológico que embobó a los pueblos, sistemas imparables de gobierno que por décadas aglutinaron a los países del mundo, cada quien con su estrategia y modo de producción y distribución de sus capitales económicos y financieros, acérrimamente enfrentados, lo que originó el surgimiento de las guerras y la lucha por el petróleo y otros recursos naturales.

La lucha por el poder hizo que el diablo se metiera a la cabeza de los gobernantes y las consecuencias siguen siendo fatales. El mundo sigue desgraciado y corrompido por la corrupción y el poder del populismo que engaña principalmente a los iletrados y hace dogmáticos a los de abajo.

¿Hasta cuándo la lucha por el poder seguirá siendo la manzana peligrosa de la discordia?

El poder es un vicio insostenible e incurable que enloquece a quienes lo detentan. Y creo que tal circunstancia seguirá existiendo hasta los confines de la vida.

Ojalá qué, en un golpe de milagro o suerte, el poder fuese ejercido para enaltecer los ideales más puros y hermosos que deberían regir a la humanidad: la paz, el bienestar, el perdón, el respeto, la lealtad, la solidaridad, la felicidad y el amor.

Pero es difícil que eso pase, porque el poder es un Lobo feroz, que devora a quienes no están preparados para ejercerlo, y allí radica la cruel desgracia de la sociedad que irremediablemente sufre los estragos.

*El autor es originario de Las Vigas, Guerrero (región de la Costa Chica), y es licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Guerrero y maestro en Derecho Procesal Penal.

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