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Opinión

Despejar

Misael Tamayo Núñez

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Aunque el proceso interno de Morena para elegir al candidato presidencial parece que va sobre mantequilla, no es así. Día a día se tensa la situación, y aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador maniobró de última hora para meter a un tercero en discordia, eso no ha mejorado la situación.

De un lado, se tiene a la favorita del régimen lópezobradorista, Claudia Sheimbaum, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, apoyada por todos los gobernadores morenistas, sobre todo las mujeres, algo que por coincidencia de género se reconoce.

Del otro lado, el canciller Marcelo Ebrard ha tenido que obligarse a crear una estructura paralela, con representantes en todos los estados, mientras usa profusamente sus redes sociales.

Marcelo también aprovecha todos los logros externos del gobierno lópezobradorista, como el reciente acuerdo de crear una red de abasto entre países de Latinoamérica, para evitar la inflación de los productos básicos -sobre todo los de origen agropecuario- ante un riesgo de mayor pobreza y hambruna.

Los presidentes de América Latina se reunirán en México, incluyendo Cuba y Venezuela, cosa que desafía al gobierno de Estados Unidos, cuyas facciones políticas ya están en pugna por los comicios de 2024, coincidiendo también con las de México.

Tumbando Caña

En las últimas encuestas se ha venido quejando de falta de claridad en la encuesta, dado que Comité Ejecutivo Nacional de Morena se ha guardado los detalles de esa consulta, no sólo el cómo, cuándo y dónde se levantarán los sondeos, sino qué empresa se encargará de ello.

Y hay un hilo conductor en esa posibilidad de ruptura. Me explico: En Guerrero, la promoción de Ebrar la encabeza el ex líder del Movimiento Ciudadano, Luis Walton Aburto. Pensando mal, para acertar, el empresario gasolinero sería la puerta del canciller hacia una mega alianza opositora que incluye al partido naranja, cuyo líder, Dante Delgado Rannauro, se ha negado hasta hoy a sumarse al triunvirato del PRI, PAN y PRD. Dante podría tomar la decisión de última hora, pero poniendo sus condiciones.

Ebrard, quien de acuerdo con las encuestas le anda pisando los talones a Claudia Sheimbaum, y a la inversa, es un hueso con bastante carne. Pero además, a diferencia de Ricardo Monreal, sería aceptado sin tapujos por priístas, panistas y perredistas, por aquello de que no hay cuña que mejor apriete, que la que sale del propio palo.

La pregunta obligada es si Marcelo Ebrard se arriesgaría a encabezar a la alianza opositora, cargando con el descrédito de todos esos partidos, particularmente si no gana la encuesta.

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