Cultura 27 abril 2024

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Cambio de bestia, Negro por “Chapita”

El escritor Pedro Conde Sturla inicia una serie acerca de la sustitución en la Presidencia de Rafael L. Trujillo por su hermano predilecto Negro. P.4

Un libro de Literatura y Medicina

La investigadora Sara Carinni escribe un extenso artículo sobre el libro La maraca embrujada por jibaná, de Manuel Zapata Olivella. P.6

Historia de la fotografía en Hato Mayor del Rey Cultura

La literatura hecha canción por Luisa Pérez

La escritora dominicana expone en una entrevista para la sección Cultura el transcurrir de su vida, que define como un canto melódico literario. P.10

El arte de reproducir en el papel u otra superficie imágenes del mundo que nos rodea fue inventado por el francés Luis Daguere hacia el año 1937.

El primer dominicano que montó un daguerrotipo fue el trinitario Epifanio Billini en 1854, él también era pintor

Joseph Nicephore Niepce, de origen francés fue el primero en tomar una fotografía desde la ventana de su desván hace más de 170 años.

La fotografía, un medio de comunicación incorporado a la vida moderna, fue introducida a la República Dominicana en 1851 por fotógrafos viajeros que causaron aquí la admiración de otros países y provocaron que algunos nacionales abrieron locales para dedicarse al nuevo arte como negocio.

El primer dominicano que montó un daguerrotipo fue el trinitario Epifanio Billini por el año 1854. Era también pintor y aprendió el arte de la fotografía en Filadelfia.

Fue en San Francisco de Macorís en el año 1914 donde se instaló el primer estudio de fotografía de galería. Este acontecimiento tuvo como protagonista a un italiano.

Se estima que la fotografía llegó al poblado de Hato Mayor del Rey con la primera intervención norteamericana hacia el año 1917, los yanquis tiraban fotos del poblado y cada vez que apresaban a un guerrillero, llamado despectivamente “Gavillero” los fotgrafiaban y se las llevaban al extranjero.

Una evidencia de lo expuesto más arriba es que existen fotografías en libros y revistas editadas en el país, que muestran a soldados yanquis cuando capturaban a guerrilleros.

El cubano Jaime Rodríguez fue el primero en construir el primer cajón para tirar fotos de minutos en Hato Mayor hacia 1917. Se le puede considerar como el iniciador de la fotografía en el ejido.

También se le atribuye ser el primero en instalar un cine, una zapatería, chocolatería, y la primera planta eléctrica. Vino a Hato Mayor como inversionista en 1907 y en 1910 fue escogido como síndico del municipio. l

La
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fotografía llegó para quedarse en 1937 a Hato Mayor del Rey.

historia de la medicina

Epidemias en el siglo XX

salón de la fauna

Puerto Plata. En Guayubín se habían constatado 120 casos, minicana 96,828 personas, de las cuales fallecieron 1,654. Esta derada notablemente baja por

lar No.87 en la que explicaba todo lo relativo al sarampión y las medidas

grena blanca, que afectaba las extremidades inferiores y provocaba su amputación. No hay una explicación clara de esta epidemia.

También se reportaron epidemias de fiebre amarilla en Santo Domingo, Santiago y Puerto Plata. En 1901 una epidemia de cólera infantil afectó a Santo Domingo. De igual forma en 1911 en Sánchez se reportó una importante epidemia de tracoma, que afectó sobre todo a las escuelas de la localidad.

En los años 1918 a 1920 la pandemia de la llamada Gripe Española, que era de Influenza, mató a más de 50 millones de personas. Entre octubre y diciembre de 1918 la movilización de soldados tras la Primera Guerra Mundial llevó la enfermedad por el mundo. El 64% de los muertos ocurren en estos meses.

Nota del diario EL PROGRESO de diciembre de 1918 citado por el amigo Virgilio Gautreaux sobre este tema se reportaba lo siguiente: en Santo Domingo se han constatado numerosos casos, pero no han ocurrido muchas defunciones.

En Puerto Plata la situación en grave por encontrarse en cama todos los médicos que prestaban servicios. En Bajabonico se reportan defunciones. En Montecristi se decía que luego de creída superada epidemia, el mal se intensificó`. Todos los estibadores y empleados del muelle que trabajaron en la descarga del último vapor que arribó, estaban en cama, así como los pasajeros y descargadores de un balandro que llegó de

ba la vacunación pasiva mediante la tes de la enfermedad. Al sarampión se le consideraba la epidemia reinante y clínicos como el Dr. Arístides Fiarlo Cabral publicaron interesantes e ilustrativos artículos sobre el tema.

En 1927 los esfuerzos de la Secretaría de Estado de Sanidad y Beneficiencia iban dirigidos a combatir enfermedades como la sífilis, la fiebre tifoidea, el paludismo o la encimaríais. Para esos fines se organizaron 7 brigadas sanitarias que cubrían el país.

Las guerras que hemos padecido, particularmente en el siglo XIX, con la Independencia y Restauración, han acarreado, períodos de hambre y devastación, que según lo que postula el doctor Rafael Miranda en su Historia de la Medicina, llevaron a finales del siglo XIX a convertir la tuberculosis en un gran problema. Durante el período de la ocupación militar norteamericana, si bien se reportan casos de tuberculosis, la influenza y las enfermedades venéreas ocuparon la atención de las autoridades. Debido a ese descuido, hacia 1940, el número de casos de pacientes afectados por tuberculosis y los fallecidos por ella, alarmaron a las autoridades sanitarias. Por lo que en 1942 se creó el Consejo Nacional contra la Tuberculosis y se inauguraron los sanatorios Dr. Martos y Santo Socorro.

Luego vendrían otras epidemias, pero la del SIDA marcó la década de los 1980 y ya lo hemos tratado en otra ocasión. l DR.

Jorge Glas

(DÉCIMA CIBAEÑA)

Se aimó un peo en Ecuadoi Puej allá preso cayó

Don Glas puallá se asiló Para ecapai dei terroi Iguai quen Ei Saivadoi

Noboa metió la pata

Usa su guaidia facha

Contra el Etado e Derecho

Le caerá piedra en su techo Y bailará Glas guaracha.

Joige fue ei vice de Correa Acechao poi Moreno

Un traidoi y come heno

Aunque a mí uté no me crea

Glas sí dio la pelea

Pa que vueiva ei correijmo

Sacai ei viejo fachimo

Que atenta a la Democracia

Lucha Juana y hata Chacha

Pa salí de aquei abijmo.

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l JOSÉ MERCADER
HERBERT STERN

Fotógrafos de principios del siglo XX

Se matrimonió aquí con Altagracia Brea, con quien procreó a sus hijos Elpidio, Angélica, Lucila, Chichito y Santiago Rodríguez. En Higüey también instaló la primera planta eléctrica, allí procreó cinco hijos con Victoria Villavicencio: Jaime, Ana Mercedes, Carmela, Freddy y Sacarías Rodríguez Villavicencio. Vino rico a Hato Mayor, pero murió pobre y con problemas mentales en un asilo en San Pedro de Macorís en 1957. Con él aprendieron fotografías muchos hatomayorenses.

Pasó el tiempo, vino la dictadura de Trujillo que ahogó, naturalmente la libertad de expresión y por ende empobreció la fuerza expresiva del arte dominicano, que lo obligó muchas veces a ser complaciente con su régimen.

A continuación esbozo de manera cronológica reseñas de algunos fotógrafos que marcaron y dejaron imágenes en el ejido desde principio del siglo XX.

Fotógrafos que dejaron imágenes a principios del siglo XX

Bienvenido Rivera: Nació en 1916 y aprendió el oficio de la fotografía con Jaime Rodríguez, cuando éste operó un estudio fotográfico hacia 1936 en la calle Padre Peña con Faustino Echavarría.

Emilio Rivera: vino al mundo en 1922, hijo de Facundo Rivera y Leonor de Rivera, era hermano de Bienvenido Rivera y aprendió el arte con Danilo Martínez en 1952; Agustín Payano (Vale Payano), hijo de Cesáreo Payano y Jobina de la Rosa aprendió el oficio con Bienvenido Rivera por la década del 40. Sabía durar semanas en la zona rural fotografiando.

Francisco Ramírez Leguisamón (Curro), nacido en 1928 era hijo de Francisco Ramírez y Dolores Leguisamón, aprendió el oficio con Bienvenido Rivera. Fue síndico en el período 1978-82 y murió en septiembre de 2005.

Jesús Reyes Cornelio: nació en 1912; hijo de Juan Reyes y Rosaura Cornelio. Aprendió el oficio con su hermano fenecido José Reyes en 1930.

Teofilo Tobías Contreras, quien vino al mundo en 1931 era hijo del maestro constructor José Contreras y la modista Dolores Rivera (Lola), natural de San Pedro Macorís. Aprendió el oficio con Bien-

venido Rivera. Fue campeón nacional de salto alto y largo durante 23 años. Actualmente se desempeña como tapicero.

Suilio Albuerme, fue director de la Banda Municipal de Música y aprendió el oficio con Bienvenido Rivera.

Otros fotógrafos de las décadas de los años 50 y 60 en Hato Mayor del Rey fueron Niño Rodríguez, Jaimito Rodríguez, Catalino Justo de la Cruz, Felipe Rodríguez, Mario Aníbal Morales (Burro Prieto), Joaquín Morel, Francisco Hernández (La Rata), entre otros.

En el primer quinquenio de la década del 60 es donde se inicia el apogeo de la fotografía en esta ciudad, con la participación de varios jóvenes que iniciaron de “relajo” este arte, que desde su origen ha sido impactante, comunicativo y real, aún en sus manifestaciones abstractas.

Entre estos están los más destacados y los que han ido surgiendo y conquistando este medio práctico de fijar y transmitir emociones, ideas, hechos y experiencias en el papel fotográfico.

El periodista Alejandro Sánchez Mejía (Yohen), nació en 1940, era hijo de la profesora Margarita Mejía y el agricultor Antonio Sánchez. Se inició en el oficio en Santo Domingo, en el estudio fotográfico de Dima Montalvo.

En 1965 se instaló con su estudio en la Calle San Esteban No. 42. Se perfeccionó en el centro de Arte y Comunicación, donde se diplomó en 1981. Operó su estudio fotográfico en la Calle Padre Peña No. 29, próximo al parque Mercedes de la Rocha.

Meinardo Contín (Mey), nació en 1936, fueron sus padres el exsindico Melchor Contín Alfau y doña Flor Rijo. Con bachillerato como nivel académico, inició la fotografía en 1962. Operó su estudio en la Calle Mercedes No. 11;

Jhon Robert Percibal Alarcón, nacido en 1957, hijo del fallecido educador Jhon Harry Percibal Sia y doña Lidia María Alarcón. Además de fotógrafo estudió mecanografía en el Centro Catey en San Pedro de Macorís. Es mecánico industrial de aguja. Inició en el oficio en el estudio de Yohen en 1975. Duró 15 años laborando con Alejandro Sánchez Mejía, a quien agradece y tiene como su orientador.

Ernesto Julio Peguero Batista, hijo de Herminia Peguero y Miguel Batista Brito, nació en 1943 en la comunidad de El

Guayabal, Sección Yerba Buena. Da su primer paso en la fotografía en 1981, mientras trabajaba como ebanista en el taller de “Troncoso Comercial”, en La Romana. Se perfeccionó en la escuela Internacional Moderna Schools, donde se graduó en 1987. Instaló su primer estudio en el sector San Carlos, La Romana.

En 1989 regresó a Hato Mayor y se instaló en la Calle Horacio María Núñez No.18. En 1991 se trasladó a su residencia de la Calle 27 de Febrero No. 105 donde opera su estudio fotográfico.

Francisco Ramirez Santana (Frank Curro), nace en 1964, hijo de doña Consuelo Santana y el exsíndico Francisco Ramírez Leguisamón (Curro). Aprendió de su padre la fotografía en 1983 y en 1986 se quedó con el estudio fotográfico, que operó en la Calle 27 de Febrero con Faustino Echavarría. Buscó perfección en Santo Domingo. Es además mecanógrafo archivista y propietario del Canal 16 Hatero TV.

Roberto A. Rodríguez Luzón, hijo del sastre Elpidio Rodríguez (Don Pirolo) y Mireya Luzón. Es técnico en programación de computadoras. Estudió iluminación de estudio fotográfico y fotografía en general. En la actualidad opera un estudio en la avenida San Antonio Miguelina Reyes, nacida en la ciudad de El Seibo, se le considera la única mujer fotógrafa; laboró en Fotos Yohen y actualmente trabaja independiente.

Fotografía de cajón

Jaime Rodríguez, de nacionalidad cubana y don Librado Rosa años lideraron la fotografía de mangas o cajón, como se denominó la única forma de producir imágenes en el daguerrotipo a principios del siglo XX.

Librado Rosa, un hatero de pura sepa, nació en 1921 y fue uno los más famosos fotógrafos que recuerde Hato Mayor Estuvo ligado a la fotografía desde 1948, aprendiendo el oficio con el ilustre munícipe Jesús Reyes, cuando operó un estudio en la calle San Antonio, donde actualmente residió Carlito El Pato.

Hijo de Temistocle Rosa y doña María Rodríguez. Inició la fotografía cuando un par de fotos costaba 25 centavos. Operó una cámara de cajón frente al edificio de Oficinas Públicas en la calle Palo Hincado con 27 de Febrero y en el cabildo local. La fotografía, tuvo en don Librado Rosa un centro de admiración que motivó elogios de parte de quienes lo conocieron y reconocieron su dedicación en este hermoso arte.

Cuando inició el oficio, en la ciudad había más de 30 fotógrafos que “picaban el peso” y convertían la ciudad en la más admirada y predilecta en la región Este para hacerse una fotografía. l

JOSÉ IVÁN RODRÍGUEZ

Fundador de Asociación de Fotógrafos de Higüey

José Iván Rodríguez Villavicencio nació en Higüey en 1952, hijo de Jaime Rodríguez y doña Lidia Caraballo (Prieta Caraballo). Aprendió con su padre cuando tenía ocho años. Fue quien instaló en Hato Mayor en 1997 el primer laboratorio de fotografías en colores con printel en la calle Padre Peña esquina Duvergé, donde también operó un estudio fotográfico. Fue el fundador de la Asociación de Fotógrafos de Higüey, de la cual es presidente desde 1992. Recientemente instaló en San Pedro de Macorís otro laboratorio de fotografía en colores.

En 1990 instaló junto a su familia el primer laboratorio fotográfico de printer en colores con ampliación.

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Jesús Reyes, fotógrafo de cajón. F. E. Francisco Ramírez, fotógrafo de cajón. F. E. Héctor Julio Batista, fotógrafo. F. E. Meynaldo Contín Rijo, fotógrafo. F. E. Emilio Rivera, fotógrafo del siglo XX. F. E. <VIENE DE LA PORTADA

La bestia tenía muchos motivos para celebrar y hubo grandes celebraciones. El año 1947 había sido difícil desde el principio, pero la razón y el orden habían prevalecido, prevaleció el régimen de terror de la bestia. El 16 de agosto se había juramentado de nuevo como presidente, por cuarta vez presidente, elegido casi por unanimidad. Los comunistas del PSP y los antisociales de Juventud Democrática, que habían desafiado su gobierno públicamente, estaban en el exilio o en la cárcel o estaban muertos o lo estarían más adelante. La mayor amenaza que se había orquestado contra su gobierno, la expedición de Cayo Confites se había derrotada en parte a sí misma, y la de Luperón, apenas dos años después, se redujo a un breve episodio.

Los años de la bestia en el poder como primer mandatario de la República terminaron, sin embargo, formalmente (sólo formalmente) en 1952. Había sido elegido presidente en 1930 y 1934, y entre 1938 y 1942 cedió el cargo, el nombre del cargo, a Jacinto Peinado y a Manuel Troncoso, y luego se reeligió, esta vez por un período de cinco años en 1942 y 1947. Ya había sido presidente cuatro veces y no quería que el mundo pensara que era un dictador. Se echaría a un lado, ignorando el clamor popular, las voces ensordecedoras, los reclamos de la prensa, los ruegos de los más cercanos aduladores que pedían a una sola voz su reelección. Otra vez reelección. Su lugar ahora lo ocuparía su manso hermano Negro, su hermano preferido, el que nunca le había dado problemas. Negro era el único al que la bestia otorgaba derecho a usar el ridículo bicornio emplumado que tantas burlas había suscitado durante su viaje a España, un uniforme bordado con hilos de oro y el título de generalísimo, el mismo Negro que, a semejanza de la bestia, se permitía refocilarse con las esposas de altos oficiales y tenía en su finca, en una de sus fincas, un cementerio privado. Su hermano mimado.

Con el bicornio emplumado se juramentó en un acto de relumbrón en el que participaron importantes delegados extranjeros, entre ellos Anastasio Somoza, alias Tacho, el célebre dictador de Nicaragua.

Fue algo solemne y emperifollado a la vez. Todo un acto, un verdadero acto.Dice Crassweller que la ceremonia fue meramente simbólica. Al tiempo que Negro recibía el nombramiento, nada más que el nombramiento de Presidente de la República, la bestia asumía el cargo y el título nada simbólicos de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. A Negro ni siquiera se le permitió dar un discurso. Todos los honores, todas las distinciones las acaparó la bestia, su muy querido hermano. Incluso llegó primero que él al palacio, ocupó como de costumbre su despacho y empezó de inmediato a despachar. Negro

Cambio de bestia (1)

se instalaría en una lujosa oficina, sin nada o poco que hacer.

Se instaló —como dice Crasswelwer— en la plácida y relajada vida que mejor se adaptaba a él.

Se había producido pues un informal cambio de bestia, un cambio de mentirillas. La bestia se cambiaba a sí misma por la menor de las bestezuelas. Un cambio insustancial.

A Negro le había pagado los estudios, se había ocupado de él personalmente, le había fabricado una carrera meteórica en la guardia, pero no depositaría en sus manos más que un mínimo de poder ni le concedería mayor confianza. No obstante, la bestezuela estaba feliz. Ostentaba el cargo de presidente aunque no presidiera nada y empezaría a recibir un salario de lujo y numerosas entradas extras. Era el mejor trabajo del mundo. Sólo tenía que parecer presidente. Y además, probablemente no estaría sujeto a las vejaciones que la bestia acostumbraba dispensar a sus altos funcionarios.

Ni siquiera tendría que ocuparse de asuntos de estado más de lo indispensable. Su papel consistiría en aparecer en ceremonias públicas y privadas y siempre detrás de la bestia, por lo menos dos pasos siempre detrás. La bestia le tenía un cariño bestial a la bestezuela, pero no permitía que se le igualara, tenía que mantener, al igual que todos, la distancia. Hasta su padre había recibido en alguna ocasión una ruidosa reprimenda por haber permanecido sentado en el momento en que la bestia había hecho una de sus entradas tan teatrales y triunfales.

Con Negro no habría problemas, y mucho menos como los que tuvo con Aníbal

y Petán. Negro era una masa de pan. Se limitaba a firmar los papeles que le decían que firmara (con total desinterés, dice Crassweller), además leía los discursos que otros escribían y hacía de la lealtad y la obediencia a la bestia el motivo de su vida. Declaró una vez o le dijeron que declarara que no podría comportarse de otra otra manera porque era su sangre y su alma, un hijo de su protección y afecto. Era sus ojos y sus oídos. En lo que sí manifestó siempre una personal iniciativa fue en asunto de faldas. Nadie le decía ni tenía nada que decirle en ese sentido, era un perrito faldero, en el sentido retorcido de esas palabras. Convirtió, de hecho, el Palacio Nacional en un coto de caza. Le gustaban las mujeres tanto como la tierra y se hacía dueño de ellas por todas las artes. Tenía debilidad por las mujeres casadas, o quizás simplemente se complacía más en humillar que en seducir. Tal vez más que nada humillando. En el mismo palacio cometía relaciones sexuales con mujeres casadas y no se molestaba ni siquiera en disimularlo. Dice Crassweller que Negro se jactaba en su círculo íntimo de las mujeres que pasaban por sus manos. Pretendía ser un maestro en el arte de seducir, un tenorio, alguien que se las sabía todas en asuntos de mujeres, alguien que poseía sabiduría para conquistarlas. Dice Crassweller que en su personalidad todo parecía estar supeditado al deseo sexual y era además un notorio indiscreto y que no había empleado del palacio que no estuviera enterado de sus andanzas. En su propio despacho tenía una amante, una mujer casada, con la que tenía sexo frecuentemente y hablaba de ella de una manera despectiva. Decía

que era una mujer que transpiraba sexo y que el marido tenía unos cuernos tan largos que ya no podía entrar a su casa. Se complacía en su desprecio sin darse cuenta de que el despreciable era él.

En el fondo era un blandengue, tenía manos blandengues, un blandengue apretón de manos, sí se le puede llamar así, la mano flácida, fofa. Hay quien dice que era tranquilo y callado, incluso tímido, pero todo eso se le quitó con el uniforme y los altos rangos militares, y ningún freno moral le impidió abusar de las mujeres, apoderarse de enormes extensiones de tierra, quitarle la vida a muchos infelices y acumular una gran fortuna. También era coleccionista de zapatos y en cajas de zapato guardaba el dinero que luego sacaba del país, a escondidas de la bestia .

Dice Crassweller que en él no eran tan acentuadas las características criminales de los hermanos, pero no era tampoco el mejor, era el menos malo. Era la más joven y quizás la menos sanguinaria de las bestezuelas, podía tener un trato afable y podía parecer una buena persona, pero estaba lejos serlo.

(Historia criminal del trujillato [139])

Notas: Ver “La hermandad de las bestias (8)” en La hermandad de las bestias (1-10)

Bibliografía:

Robert D. Crassweller, “The life and times of a caribbean dictator. l

https://nuevotallerdeletras.blogspot.com/ Amazon.com: Pedro Conde Sturla: Books,

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Apuntes de infraestructura

Liturgias del progreso

PEDRO DELGADO MALAGÓN pedrodelgado8@gmail.com

La guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian, pero no se matan.

La guerra es lo que ocurre cuando fracasa el lenguaje.

Muchos lo ignoran, pero es antiquísima la idea de que el Estado, durante las crisis económicas, debe procurar trabajo a los desempleados. Ya Pericles, cinco siglos antes de Cristo, había aplicado este concepto en todas las formas posibles. El Partenón y muchos de los templos y monumentos que erigió el hijo de Xantipo fueron construidos por hombres ‘parados’.

Adam Smith dijo, en el 1776, que la construcción de las ‘obras públicas’, como función del Estado, solamente era superada en importancia por las medidas de defensa colectiva y por la administración de justicia. De tal forma, el rango social de los constructores públicos se situaba inmediatamente después del conferido a soldados y hombres de leyes; es obvio que por encima de los ‘recaudadores de impuestos, los jefes de ceremonial de la Corona y los obispos de la Iglesia establecida’.

‘Ahorrar es la máxima virtud’, decía la burguesía rica y austera. Algunos siglos atrás, Calvino los enseñó a ser enérgicos ‘administradores de los bienes de Dios’. A ellos únicamente les estaba permitido consumir una ínfima parte de las ganancias, con el fin de preservar una porción de éstas y de invertir los excedentes en negocios productivos.

Por eso, ningún capitalista inglés o norteamericano pudo pensar que el ‘ahorro inactivo’ sería apostrofado luego como ‘principal anomalía’ de la actividad económica. Absurdo le parecería imaginar que alguien considerase el ‘acto de ahorrar’ como algo puramente negativo, que se dudara de la ‘virtud social del ahorro’ y que la paradoja de la pobreza en el seno de la abundancia se explicara mediante el ‘pernicioso hábito de ahorrar’.

Mientras en Estados Unidos e Inglaterra el paro forzoso difamaba la equidad del moralismo económico protestante,

dentro de Europa, en contraposición, el miedo al desempleo generalizado y a sus consecuentes trastornos conducía hasta el poder a Hitler y a Mussolini. Con el pretexto de quebrar la ‘esclavitud de la usura’, el fervor estatizante del nacionalsocialismo impuso el nuevo modelo. A rajatabla se decidieron las cosas: hacer de cada desempleado un soldado o, por lo menos, un obrero de la industria de guerra: pretensión inexorable del estatuto fascista.

Cuando todos la esperaban —cuando, extrañamente, nadie parecía evitarla— estalló la guerra. El nazifascismo, entonces, desde el podio de la Europa doblegada, pronunciaba su discurso de tragedia. Aquellos que miraban hacia el interior de Alemania, en contraste, observaban un modelo económico de perfil estimulante y sobrio. Hitler, en plena paz interior, construía tanques de guerra, aviones, barcos y cañones; producía armas livianas, pertrechos, uniformes y alimentos; desarrollaba un impresionante sistema de autopistas y carreteras; y levantaba, además, edificios públicos, monumentos y viviendas Millones de judíos caminaban a la inmolación. El ‘Pueblo del Libro’ se trans-

formó en sustancia de holocausto. El frente de batalla y los campos de concentración, la industria militar y la frenética actividad civil destinada al soporte bélico absorbían todos los brazos disponibles. Entonces no había desocupados en Alemania. Se era combatiente o trabajador o víctima. La búsqueda del ‘destino superior’ no dejaba anchura al ocio. Algunos proclamaban la guerra como desiderátum del crecimiento económico y el pleno empleo.

Transcurrieron dos años fatídicos para Alemania. El combate terminó y Hitler fue liquidado. Treinta y seis millones de personas murieron en el conflicto. Empero, rehacer el devastado mundo de la postguerra significaba —patético goce— ocupación fija para todos los supervivientes. Destruir para luego reconstruir se erigió en el milagroso proyecto económico de una civilización que resurgía de sus escombros. Se trataba de entender la guerra como un inapelable instrumento de la nivelación social; a la manera del designio ético de una voluntad despiadadamente sabia.

En tanto virtud económica, la agresividad reemplazó al ahorro. Preparar las

máquinas destructoras, a la vez que concebir el desahogo demográfico y la destrucción de los bienes (lo que Bataille llamó la ‘consumación’) constituían las nuevas tareas. Surgía, de este modo, el ‘sector cuaternario’ de la economía: la industria de guerra... el quehacer de muerte.

Guerra y postguerra (muerte y vida, Tánatos y Eros) encarnaban las opciones extremas de un pensamiento económico que cabeceaba a modo de péndulo. Al proporcionar continuidad a Pericles el Alcmeónida, John Maynard Keynes devenía en correlativo ideológico del nacionalsocialismo. TánatosHitler destruía el mundo para que ErosKeynes lo reconstruyera con su enjambre de desocupados.

La guerra termina. De nuevo florece la guerra. Los manes de Keynes sobrevuelan ahora el espacio angustiado de Ucrania, los oscuros cielos de Kiev. Se unen los extremos y el círculo se cierra. Uno de cada cuatro o cinco europeos carece de trabajo. Pienso que son más de cincuenta millones quienes anhelarían, hoy, un lozano, un inédito Plan Marshall. “Homo homini lupus” diría Thomas Hobbes en su abatido Leviatán. l

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Literatura y medicina en La maraca embrujada por Jibaná

SARA

En la década de los 60 del siglo pasado Manuel Zapata Olivella trabajó en una serie de textos que llegaría a conformar lo que hoy es La maraca embrujada por Jibaná. El manuscrito de esta novela ha quedado inédito por una larga temporada y sólo el trabajo de investigación llevado a cabo por Silvia Valero en los archivos de la University of Vanderbilt, ha permitido su rescate y su edición en el volumen, Manuel Zapata Olivella: hacia una medicina nacional en el Pacífico colombiano, que se estrenó hace tan solo unos meses para los tipos del Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cartagena de Indias bajo el cuidado de la misma Valero y de Emiro Santos García.

La novela proporciona a sus lectores el resultado de la reflexión que Zapata Olivella fue elaborando durante décadas alrededor de cómo lograr que el saber ancestral y el saber médico-científico colaboraran en la creación de una “medicina nacional”, capaz de aprovechar las contribuciones ofrecidas por todas las vertientes culturales presentes en Colombia. En opinión de Zapata Olivella, saber ancestral y saber científico podían compartir un mismo espacio discursivo y podían llegar a mejorarse mutuamente; sin embargo, para conseguirlo necesitaban conocerse y reconocer el valor de sus respectivas aportaciones. Según Valero: “Zapata Olivella insistía en que el saber empírico puede y debe ser complementado por la ciencia. Es decir, no veía solamente un posible aprovechamiento de esta última para

ayudar a las poblaciones que mantenían como soporte de sus prácticas habituales el conocimiento ancestral, sino que encontraba una posibilidad de retroalimentación que se daría en virtud del beneficio que la ciencia médica pudiera extraer de ellos saberes empíricos propios de las diferentes realidades sociales”.

El razonamiento de Zapata Olivella es interesante por varios motivos. Ante todo, porque presenta una ulterior faceta de ese trabajo de reflexión acerca de la identidad cultural de Colombia y del Caribe que el escritor e intelectual desarrolló a lo largo de toda su producción literaria. En segundo lugar, porque adelanta algunos de los grandes temas que caracterizan la atención a la salud hoy. Por una parte, la búsqueda de un equilibrio o de una cooperación entre los cuidados alternativos y la farmacología. La vida frenética a la que nos enfrentamos está llevando a nuestra sociedad a buscar un bienestar que considera la salud física y psicológica como imprescindibles; de ahí que se haya hecho cada vez más importante reformular nuestro concepto del yo y del cuerpo, a la búsqueda de un “buen vivir” en el cual el sujeto y la naturaleza recuperan su centralidad. Por otra parte, la reflexión de Zapata Olivella también insiste en el empleo de la narración como espacio discursivo que produce conocimiento. En este sentido las relaciones con la medicina son dúplices. El connubio narrativa y medicina representa una de las vertientes más innovadoras del tratamiento de la enfermedad que se han venido concretando a partir de finales del siglo XX. Me refiero, en particular, a la “medicina narrativa” o la “medicina basada en la narrativa” que, según Rita Charon – una de las pioneras del

campo – se construye alrededor de la voluntad de “reconocer, asimilar e interpretar” las historias de los pacientes para que estos puedan recibir un tratamiento adecuado. Su principal objetivo es permitir que se establezca una nueva relación entre médico y paciente que le permita al primero comprender cuáles son los procesos de cura mejores para el segundo y, del mismo modo, que le permita al segundo sentirse ‘cómodo’ en las etapas de tratamiento y sanación. Esta forma de tratamiento de la enfermedad supone acercarse al paciente de forma distinta y exige una mayor atención a la forma con la cual se manifiesta la enfermedad. Según esta perspectiva, los datos clínicos no dejan de ser útiles, pero ya no representan la única forma de acercarse a la diagnosis; el médico acepta la percepción subjetiva y la reelabora a través de sus conocimientos. Desde este punto de vista, la narración se presenta como un espacio adecuado para el cuidado y, al mismo tiempo, se presta a ser un espacio de argumentación. Es este, quizás, el segundo aspecto valioso de la obra de Zapata Olivella: su elección de la literatura como espacio de cuestionamiento y reflexión de su propia idea de “medicina nacional”. A este propósito, vale la pena recordar que el uso de la ficción permite algo que el pensamiento científico no permite: la libertad de movimiento. La dinámica la explica muy bien la teoría del ingenium de Giambattista Vico, quien ya en mil setecientos contraponía el pensamiento científico (que representaba con una línea recta) con aquella facultad “propia de los filósofos” (que él representaba como un triángulo agudo) que permitía encontrar conexiones entre elementos que pertenecían a distintos ámbitos y

eran de diversa índole. Esta facultad la definía como ingenium y venía siendo el correspectivo de la metáfora; el espacio que se creaba entre una línea y otra del triángulo que lo representaba era el área que el filósofo (o el pensador) tenía a su disposición para crear conexiones nuevas entre conceptos ya existentes. Según Vico, este tipo de pensamiento creaba conocimiento, porque creaba nuevas formas de ver la realidad que ampliaban la envergadura de un concepto. De esta forma, entregando sus reflexiones a la literatura y a la narrativa, Zapata Olivella consigue crear un espacio de comunicación entre dos ámbitos que parecen incomunicados. Demuestra la potencialidad de un encuentro entre saber empírico ancestral y saber médico-científico y abre a nuevas consideraciones acerca de una convivencia cultural proficua entre los diferentes elementos que caracterizan la cultura de Colombia y la de todo el ámbito caribeño.

El volumen editado por Silvia Valero y Emiro Santos García acompaña el lector hacia un recorrido que atestigua tanto el interés del escritor colombiano hacia la medicina como ciencia, debido a su formación y a la práctica médica que ejerció por varias décadas, como el valor que desde su punto de vista esta encierra como espacio de valoración cultural y como espacio de encuentro cultural. l

Centro estudios caribeños. PUCMM. Proyecto: Connected Wordls: the caribbeans Origin of Modern World. This project has received funding from the European Union´s Horizon 2020 research and innovation programme under the Maria Solodowska Curie grant agreement N° 823846.

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CARINNI Università Cattolica del Sacro Cuore, Milán
Acontecimientos

políticos de abril de 1970, a un

mes de las elecciones presidenciales

Los partidos de oposición exigieron al presidente Joaquín Balaguer su renuncia al poder para facilitar un “clima electoral libre”

Cada año electoral el panorama político del país se vuelve un poco tenso, pues cada organización política inicia una lucha por establecerse en el poder. El año 1970 no fue la excepción, ya que siete partidos de la oposición formaron una coalición para exigirle al presidente Joaquín Balaguer su renuncia al poder de lo que le restaba de su mandato presidencial, porque según el vicepresidente de la República en ese entonces, Francisco Augusto Lora, el presidente Balaguer seguiría “conservando, disfrutando y utilizando todas las ventajas y privilegios inherentes a la jefatura del Estado”. Balaguer había ganado las elecciones presidenciales de 1966-1970 y buscaba reeligirse para el cuatrienio de 1970-1974.

A propósito de que estamos a menos de un mes de celebrarse las elecciones generales en mayo, en esta semana la Zona Retro comparte algunos de los hechos que se presentaron en abril de 1970, un mes antes del proceso electoral de ese año.

Balaguer rechaza exigencia de partidos

Un total de siete partidos políticos habían solicitado al presidente Joaquín Balaguer que renunciara a la Presidencia de la República ante la Asamblea Nacional, en un periodo de cinco días, de lo contrario, no irían a los comicios electorales del 16 de mayo de ese año. Sin embargo, la respuesta de Balaguer fue un rechazo categórico a dicha solicitud.

En ese mismo tenor, el jefe de Estado sugirió a esos partidos que se agruparan y escogieran a un candidato único para los comicios de mayo. Y añadió que la demanda era este grupo era “ilógica y carente de sentido jurídico”.

La prensa de entonces, reseña que la finalidad de los firmantes del reclamo era “formar un frente de oposición al gobierno”.

Esta situación se produce tras el discurso que ofreció el presidente Balaguer la noche del 25 de marzo de 1970, en la que anunciaba al país su candidatura por el Partido Reformista (PR) para los comicios de mayo. A raíz de eso, los partidos de la oposición firmaron un documento en conjunto donde le exigían a Balaguer su renuncia al cargo hasta celebrarse las elecciones del 16 de mayo para que estas fueran celebradas dentro de un “clima electoral libre”.

En la carta enviada por Balaguer a los partidos, señala que, “esa exigencia solo puede ser considerada como una maniobra política encaminada a presionar vanamente a quien ejerce el poder por ex-

presa voluntad de la mayoría de sus conciudadanos”.

De acuerdo a la prensa de abril de 1970, uno de los temores de Balaguer en renunciar a su cargo era dejar un camino abierto para un golpe de Estado y así lo manifestó “tengo razones para creer que mi alejamiento del poder, en la forma que ustedes proponen, dejaría el camino abierta para un golpe de Estado”.

Augusto Lora cree licencia tomaría Balaguer resultaría “inadmisible”

El vicepresidente de la República Francisco Augusto Lora mediante un discurso trasmitido por radio y televisión calificó la licencia que el presidente Balaguer tomaría a partir del 16 de abril de 1970, como “inadmisible”, debido a que esta carecía de una garantía de pureza electoral, porque según Lora, el presidente seguiría “conservando, disfrutando y utilizando todas las ventajas y privilegios inherentes a la jefatura del Estado”.

En ese sentido, Augusto Lora recomendó a Balaguer, “no una licencia como la que pretende, sino la renuncia total del tiempo que le resta desempeñar su magistratura”. Agregó además, “esa actitud que sería la única sincera y aceptable, la demandamos categóricamente, y al hacerlo ofrecemos, por nuestra parte, idéntica postura renunciante”.

Dijo “estamos prestos a enviar nuestra renuncia al presidente de la Asamblea Nacional, del cargo que ostentamos, condicionada, claro está, a su renuncia (de Balaguer) irrevocable y simultánea. Balaguer dice podría ir solo a las elecciones Debido a los desacuerdos que había en-

tre el partido de gobierno y la oposición, el presidente Joaquín Balaguer manifestó que el Partido Reformista (PR) podría ir solo a las elecciones generales si los demás partidos políticos se abstenían de hacerlo, el jefe de Estado ofreció esas declaraciones en la acostumbrada rueda de prensa que realizaba en el Palacio Nacional.

Citamos textualmente sus palabras “forzosamente hay que ir a elecciones, porque no hay otra posibilidad para la transmisión del mando en una forma pacífica y legal”. Dijo también, que la organización a la que pertenece tendría que ir “necesariamente a las elecciones porque, de lo contrario, se destruiría el orden constitucional”.

Los partidos que firmaron la misiva para solicitar la renuncia de Balaguer fueron Revolucionario Dominicano (PRD), Revolucionario Social Cristiano (PRSC), Quisqueyano demócrata (PQD), Movimiento de Integración Democrática Antirreeleccionista (MIDA), Movimiento de Conciliación Nacional (MCN), Unión Cívica Nacional (UCN) y Alianza Social Demócrata (ASD).

Balaguer manifestó además, su desacuerdo con que se pospusieran las elecciones “porque sería inconstitucional, pues la Constitución establece que la fecha en que deben hacerse las elecciones y fija el término del mandato presidencial”

Partidos ratifican no irán a elecciones

Los partidos de oposición que habían firmado el documento de abstenerse en participar en los sufragios, ratificaron su decisión de no concurrir a las elecciones “dentro de las actuales condiciones”, con el argumento de que en el país existía un ambiente de “terror, inseguridad y desigualdad”.

Explicaron que “concurrir a las elecciones de las actuales condiciones sería una burla al pueblo dominicano y la consolidación de un estado de opresión de imprevisibles consecuencias”.

Episcopado pide al gobierno y oposición dialogar de cara a las elecciones

Ante esta disyuntiva entre los partidos de la oposición y el partido oficialista, tuvo que intervenir el episcopado dominicano solicitándoles a estas organizaciones políticas, un acercamiento al dialogo “con sinceridad y alto sentido humano y patriótico”.

Los representantes eclesiásticos de la Iglesia Católica, mediante una nota de prensa, señalaron que hacían su llamado “ante la gravedad de la situación política que actualmente preocupa profundamente a todo el pueblo, que sufre verdadera incertidumbre”. l

7 Cultura elCaribe, SÁBADO 27 DE ABRIL DE 2024 elcaribe.com.do
Dirigentes políticos de la oposición charlan en la residencia de Guayubín Olivo, en la reunión donde reiteraron que no participarían en las elecciones de mayo. OGM Francisco Augusto Lora, vicepresidente de la República 1966-1970. OGM Joaquín Balaguer, presidente de la República 1966-1970. GM
OGM Central de Datos zona retro

Escritos mefistofelínicos de Karl Boukowski

Boukowski es inconfundible, aunque nos haga pensar en Van Gogh, por hache o por erre, en la apariencia, no en el contenido.

Vincent habla con su pasión más profunda, del color, de la imagen, de la sensación que te deja el gusto de saborear una tela con tan solo ver a Millet; del amor inalcanzable por el que sueña y vive, por su prima y por Sem, aquella rubia flaca y cadavérica.

Karl, como un Charli de playa sanki panky, solo le interesa la puta que él disfruta como si fuera Miss Universe, con quien no tiene que atarse en “compromisos burgueses” matrimoniales. Los nudos de “su amor” se desatan solos, con una botella de whiskey barata, de ese que quema allá atrás en la campanita.

De Boukowski dijeron que era trotskista. Lo afirmaba su vecino cuando andaba pa’rriba y pa’bajo con el librito rojo de Mao que nunca leyó, hasta que consiguió trabajo de sereno en una fábrica de ilusiones, pero nunca fueron amigos, el muro de la envidia los separaba. Pasó, según la moda, a ser comunista, terrorista del manifiesto íntimo, hippy borracho y todas esas vainas que la gente inventa cuando es incapaz de aportar o crear, en la sociedad, aunque sea un granito de azúcar… de sal sí.

Boukowski fue una oveja negra, pero vestida de blanco y con zapato rojo, que él decía “es un regalo del Papa”.

La prostituta desechada, vieja, sin cliente, es su preferida porque le cuesta menos y así, contando sus hazañas, desde un machismo frustrado que pudo disfrazar de “poeta bohemio”. Se hizo el gracioso escribiendo frasecitas de borracho que no subían ni bajaban, pero que crearon una filosofía de la vida underground mas para autoayuda que lúdica, como hizo Yogi Berra.

A él no le importó ni un pepino todas las ideas que le pasaban por la cabeza, en sus alucinaciones, él las convirtió en frases con ingredientes del maltrato paterno, igual que Van Gogh. Ese alambique no falla… maltrato paterno produce casi todos los casos de borrachos aguajeros.

La genialidad de Boukowski es usar esos símbolos que te encaraman en la cúspide de la fama, una vanidad que mu-

chas veces es puro “echar vainas”, y se las echa, sobre todo a aquellos que salieron del paraíso aconsejados por una serpiente banquera. ¡Ah, el tranfuguismo que lleva traje transparente y que deja ver el refajo, por más manzana podridas que comas!

Porque ser pintor, poeta, artista… pasaba por el allante de disfrazarse de borracho, usar ropa estrafalaria y/o sucia, usar un sombrero viejo y deguabinao… no bañarse, dejarse la barba, fumar lo que sea, hablar duro y no dejar que nadie dijera ni Po.

En el 80%, a vista de pájaro, de las fotos de Boukowski, se hizo acompañar de una botella lo que le aseguró la fama de poeta, más que sus textos lineales, sin figuras poéticas, sin metáforas, eufemismos, parábolas ni comparaciones mágicas, lo que sí define un buen escritor y lo diferencia de uno común. Pero, ¿para qué, si la botella hacía el trabajo a la perfección?

En sus prostitutas viejas buscó, más que el amor cupídico, a su madre, sometida por su padre a caprichos misóginos que terminaban en trompadas con ojo abollao incluido, y él de testigo.

Sus poemas, que no son más que maldiciones contra todo, contra la mujer, contra la sociedad, la guerra, los ricos, los pobres y contra él mismo con una sinceridad que compartía con su doble cuando se veían afeitándose, cara a cara.

Escribió, eso sí, como le dio su santísima gana y la escritura, siempre maldita, le sirvió para cumplir con el rol que él se dio en ese escenario sucio, mafioso, inhumano, underground que Los Angeles le ofreció con los brazos abiertos, pero solo en la penumbra y que él disfrutó, a su manera. Aprendió, trabajando en el Correo diez años, leyendo las postales abiertas que mandaban los novios idos a guerras ajenas que casi siempre los engullían, o quizás abriendo otras que contaban su última historia con más emociones que cualquier relato de Dostoievski.

Allí, en ese bajo mundo, su creatividad literaria o sus resabios escritos, se mezclaron con el Pop de Robert Crumb que lo dibujó fornicando una vieja gorda, émulo de Hermelinda Linda, cuando en la superficie se oía el griterío de los hippies protestando por la Guerra de Vietnam, aunque en realidad no les importaba la suerte de aquellos “chinitos amarillos”, pero sí que no los agarraran y lo metieran al Servicio Militar Obligatorio, que

era un billete seguro a la ida y vuelta con los mejores panegíricos y epitafios, exquisitez de La Casa. Se pusieron de moda cuando Crump hizo su biografía en comics no oficiales, como aquellos que se vendían de Lorenzo y Pepita, mal dibujados, pero en cuero y prohibidos.

Tanto se asustó de las ratas que lo rodearon por aquellos años, cuando la publicidad de la botella funcionó y fue visto como un gran genio, que nunca se despegó de algún gato que lo protegiera y le susurrara, en los ronroneos, cuentos y aventuras narrados medalaganáricamente, que para eso era un poeta libre.

Love Is a Dog from Hell

El amor es un perro infernal

“there is a loneliness in this world so great/Hay una soledad en este mundo tan grande/ that you can see it in the slow movement of/Que lo puedes ver en movimiento lento/ the hands of a clock./De las manecillas de un reloj.

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People so tired/Gente tan cansada/ Mutilated/Mutilada/Either by love or no love./

Sea por amor o por carencia de él.

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People just are not good to each other./ La gente simplemente no es buena entre ella One on one.

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The rich are not good to the rich/Los ricos no son Buenos entre ellos/The poor are not good to the poor./Ni tampoco los pobres

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We are afraid./Tenemos miedo

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Our educational system tells us/Nuestro Sistema Educativo nos dice/that we can all be/

Que podemos ser /Big-ass winners./ Unos hijoeputas ganadores

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It hasn’t told us/Pero no nos dijeron / About the gutters/Acerca de las cloacas/ Or the suicides./Ni de los suicidios

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Or the terror of one person/O el terror de alguien /Aching in one place/Adolorido solo en un rincón./Alone.

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Untouched/Intocable /Unspoken to/ Sin que te hablen

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Watering a plant.”/Mojando la planta.

La ironía, el sarcasmo, la burla, desbordaban como espuma en un vaso de cerveza.

En sus borracheras aceptó ser poeta bajo un bautismo con algún chorro de vino tinto, peor que el de Jack Veneno, y cumplió, publicando su miserable soledad, peor que la de Rolando la Serie. Lo salvó cambiarse el Karl y así exorcizó al otro, declarado enemigo y culpable de todos los males habidos y por haber.

El rostro de Karl Boukowski, que más bien parecía un campo de batalla de la Primera Guerra Mundial, era tan conocido que cualquier botella, de lo que fuera (menos de leche), hacía recordarlo. Nunca salió de Los Angeles, donde se fumó todo el humo de sus cigarrillos y del smog gratuito que serpenteaba las calles sin dejar que ningún rayo las iluminara.

El morbo que se asoció a su apellido creció por toda “América”, orgullosa de tener, por fin, un poeta verdadero, o sea alcohólico y alejado de la política, allá lejos “ejerciendo su libertad de expresión” inofensiva a la gran Democracia, famosa por el gran garrote de Roosevelt para América Latina y las bombas atómicas de Truman para Asia.

Todo bien mientras no jodiera con el sistema político… que siguiera hasta el fin de sus días y más allá, escribiendo mefistofelísticamente. l

8 Cultura elCaribe, SÁBADO 27 DE ABRIL DE 2024 elcaribe.com.do
JOSÉ MERCADER 666mercader@gmail.com
Libro Mujeres. BOUKOWSKI Dibujo de Robert Crump. F.E. Karl boukowski. POR MERCADER Cartero. POR BOUKOWSKI Libro de Boukowski. F.E. Karl Boukowski. POR CRUMP Dibujo de Robert Crump. F.E. Libro de Boukowski. F.E.

Desde el alba hasta el ocaso

RAMÓN

Introducción

Cuando Orlando Familia Fortuna me dijo que iba escribiendo poemas y tirándolos en un folder, recordé a monseñor Juan Félix Pepén, quien seguía ese método. Él no pensaba publicarlos. Fue su esposa Miguelina la que le propuso publicarlos. Gracias a Dios él lo hizo. Me pareció tan interesante, otra vez, este método, que decidí difundir este libro en su contenido con este artículo. Tiene 115 poemas y ensayos breves que, al mismo tiempo, son anécdotas o testimonios de vida. He aquí datos interesantes sobre el mismo.

1-Prólogo “Desde el alba hasta el ocaso es una co-

lección de poemas que invita al lector a adentrarse en el mundo del amor y la pasión. En cada verso, el autor expresa sus más profundos sentimientos y emociones, describiendo con delicadeza y belleza los momentos más intensos de la relación amorosa. Los poemas que componen esta obra son un reflejo de la complejidad del amor, desde la dulzura de los primeros encuentros hasta el dolor de la despedida. El autor Orlando Familia, con maestría, utiliza la poesía para transportarnos a través de un viaje emocional en el que el amor es el protagonista.

Desde el alba hasta el ocaso es un libro que invita a la reflexión y a la contemplación de las emociones más profundas del ser humano. Es una obra que, sin duda, hará que el lector se sienta identificado con cada uno de los poemas y que, a su vez, lo llevará a experimentar sus propias emociones de una manera más intensa.

Este libro es una joya para aquellos amantes de la poesía romántica y para todos aquellos que han sentido el poder del amor en su vida. En definitiva, es una obra que no puede faltar en ninguna biblioteca de los amantes de la literatura y que será una fuente de inspiración para

todas aquellas personas que buscan expresar sus sentimientos más profundos a través de la poesía.”

2-Desde el alba hasta el ocaso “Desde el alba hasta el ocaso, pude hacer un recuento de la vida, porque he sido testigo fiel de los cambios, con el tiempo.

El alba, es el momento sagrado, cubierto por la blancura de los destellos del comienzo de la vida, que, así como la puesta del sol, le da paso a un nuevo y regocijante día, Dios le da al hombre, la lozana juventud, para que la disfrute a plenitud. En el alba, se dan los pasos del presente que, un día serán pasados, el alba es hermosa, como hermosa es la vida moza… y pasa el alba como la juventud se va; convirtiéndose el alba en el ocaso y la juventud en vejez.

El alba deja secuelas bellas, como bellas son las cosas buenas que deja la vida, si la sabes valorar.

Al pasar el alba, viene el tiempo y te arropa sin piedad, dando paso al ocaso y el ocaso te transforma la vida; así como se transforma el día.

Y tú ¿qué harás en tu ocaso?”

3-Biografía del autor Orlando Familia Fortuna, nació en el en-

sanche Libertad de la Ciudad de Santiago de los 30 Caballeros, República dominicana, el día 28 de diciembre del año 1960.

Poeta, Locutor, Licenciado en Derecho, egresado de la universidad Tecnológica de Santiago, hizo habilitación Docente en el Instituto Superior de Formación Docente Luis Napoleón Núñez Molina. Actualmente trabaja para la Junta Central Electoral, como Inspector, ha sido Secretario (encargado) de varias Juntas Electorales, así como también Oficial del Estado Civil en diferentes Oficialías del País, Ocupó el cargo de Director de varias Emisoras en su natal Santiago y Manejó su propio Programa de Radio. Se dedicó a escribir desde joven y ha participado en diversos coloquios poéticos, ensayos y conversatorios.

Autor del libro inédito: DESDE EL ALBA HASTA EL OCASO.

Conclusión

CERTIFICO que los textos citados aquí forman parte del libro “Desde el alba hasta el ocaso”.

DOY FE en Santiago de los Caballeros a los veinticinco (25) días del mes de abril del año del Señor dos mil veinticuatro (2024). l

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DE LA ROSA Y CARPIO ARZOBISPO DE SANTIAGO
CERTIFICO
Y DOY FE

Luisa Pérez Viñas

ESCRITORA DOMINICANA

Luisa Pérez Viñas emerge como una figura literaria notable en el contexto dominicano. Su vida y obra se entrelazan de manera armoniosa por su pasión por las artes y las letras. Desde sus primeros años, encontró la semilla de la educación a través de su abuela Victoriana Guzmán viuda Viñas, quien tenía un

centro de alfabetización. Su travesía académica incluyó la primaria y secundaria en los colegios La Altagracia en su natal San Francisco de Macorís; Sagrado Corazón de Jesús en Santiago de los Caballeros, y la Academy of Saint Elizabeth en Morristown, Nueva Jersey, Estados Unidos. Sus estudios supe-

riores en periodismo en la UASD se vieron interrumpidos por la Revolución de Abril de 1965, sin embargo este contratiempo no frenó su afán por el conocimiento y se graduó en Administración de Empresas por la New York University en los Estados Unidos. Más tarde exploró el mundo de la psicología.

“Mi vida es un canto melódico entre las páginas de la literatura”

MARÍA E. PÉREZ ROQUE

l ¿Para qué género escribe y cómo ha sido su trayectoria profesional en el ámbito de la literatura?

l Soy autora de las novelas: “De la niebla al sol” publicada en 2007; “Ellas saben de amor” en 2010; “Ayer es todavía” en 2012 y “Pacto de fuego” en 2017, entre otras. También mi pluma se extendió al público infantil con “Samuel, Beatriz y la Luna”, un libro de cuentos publicado por la editora Santillana en 2021. Mis versos poéticos encontraron hogar en la antología de Elsa Báez intitulada: “Poetas de la Era III” en 2013.

l ¿Qué le inspiró para escribir “Asomándome a la vida”, su nuevo libro?

l Lo cierto es que estos relatos salieron sin proponérmelo. Los fui guardando hasta que era su tiempo de ver la luz.

l ¿Qué significa el título y cómo describe su primer asomo a la vida?

l Como bien dice su título, es cuando algo sucede que nos provoca ver la vida de una forma distinta; alguna experiencia tanto positiva como negativa que afecte tu forma de pensar, de actuar o solo como apreciar tu vida. A eso lo llamé asomo. Mi primer asomo creo fue cuando me internaron en el Colegio Sagrado Corazón, fue una experiencia que me marcó y me tomó tiempo superar y valorar las razones positivas que influyeron en mis padres para tomar esa decisión.

l La combinación de sus textos con las obras del artista Juan Mayí genera un clima de profundidad y emociones para la experiencia del lector ¿Por qué decidió incluirlas en su libro?

l Esa es una historia muy linda. A Mayí, quien es mi amigo desde el 86, no le gustó la portada de mi último libro “Pacto de fuego”, publicado en 2017 y me dijo que me haría la próxima portada. Pero su generosidad no tiene límites, pues no solo hizo la portada, sino que me regaló esos ocho dibujos que enriquecieron el libro.

l En sus obras anteriores, exploró temas como el amor, la familia y la memoria ¿Cómo se diferencia “Asomándome a la vida” de sus trabajos anteriores?

l Creo que la importancia de la mujer está muy presente en mis obras, sin tener

que enarbolar la bandera del feminismo, pero sí reconociendo su valor y valentía. Trato mucho el valor de la amistad, la gratitud y la esperanza en la superación en cada momento.

l Además de ser una gran escritora, ha tenido una exitosa carrera en el mundo empresarial y periodístico ¿Cómo influyen sus experiencias personales y profesionales en su escritura?

l No creo que ningún escritor pueda separar sus experiencias personales de su

trabajo, ellas enriquecen lo que somos y eso en algún momento sale a la hora de construir un personaje o la historia. l ¿Cuál fue el mayor desafío que enfrentó al escribir esta obra y cómo lo superó?

l Soy muy insegura y no supero que me dé vergüenza que se lea lo que escribo y con estos relatos fue así. Los fui escribiendo y engavetando hasta que hablé con Bismar Galán y él me dio luz verde para publicarlos. Pero aún hoy, ya con el

libro listo, me provoca ansiedad.

l ¿Cómo describiría el proceso de creación de “Asomándome a la vida”? ¿Hubo algún cuento en particular que le resultara especialmente significativo o desafiante de escribir?

l Todos son igual de importantes. No recuerdo el orden en que los escribí, fueron saliendo y aquí está el resultado.

l ¿Qué espera que los lectores se lleven después de leer “Asomándome a la vida”? ¿Hay algún mensaje o reflexión que espera que resuene con ellos?

l Nunca escribo pensando que voy a dejar un mensaje. Creo que cada quien interpretará y creará sus propias interpretaciones de una forma individual. Somos diferentes y vemos las cosas dentro de nuestra óptica personal. Eso es lo bonito de crear historias, tanto que sean de ficción y o temas reales. Está en cada uno de los lectores sacar sus propias conclusiones y hasta crear sus propias historias partiendo de las que el escritor les ha dado.

l ¿A qué otra actividad en el ámbito literario se dedica?

l En el grupo de lectura “Tertulia Urbana” con Yulissa Álvarez y el programa “Educando la Mirada” de Gamal Michelén continúo mi búsqueda incesante de conocimientos y expresión artística. Mi vida es un canto melódico entre las páginas de la literatura, en la que busco dejar una huella imborrable en el lienzo de la cultura dominicana. l

Opinión

Creo que la importancia de la mujer está muy presente en mis obras, sin tener que enarbolar la bandera del feminismo, pero sí reconociendo su valor y valentía”.

Comentario

Nunca escribo pensando que voy a dejar un mensaje. Creo que cada quien interpretará y creará sus propias interpretaciones de una forma individual”.

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Cultura
FOTO: DAVID POU En sus libros, Luisa trata el valor de la mistad, la gratitud y la esperanza en la superación.
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