El Aromo nº41: "Con la soja al cuello"

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Entrevista

Javier González Fraga, economista

“Con una caída de precios agrarios fuerte estaríamos en problemas muy serios” Fernando Dachevsky y María Zabalegui Observatorio Marxista de Estadística -CEICS

Economista formado en la Universidad Católica Argentina y en la London School of Economics, Javier González Fraga combina el ser uno de los voceros más autorizados de la burguesía (de cuyos intereses fue administrador directo las dos veces que estuvo al frente del Banco Central de la República Argentina, entre 1989 y 1991) con un discurso “progre” a favor de la distribución de la riqueza. Aunque fuerte opositor a la gestión de Néstor Kirchner luego de la expulsión de su socio Lavagna, cambió críticas por elogios al asumir Cristina acompañada de su antiguo alumno, Martín Lousteau, al frente del Ministerio de Economía. Hoy, una vez más, retoma sus críticas (siempre con un tono moderado) aunque Lavagna se sume a la conducción del PJ. Se considera a sí mismo como una “alternativa oficialista” y admira la vía de desarrollo china (minimizando sus salarios de hambre). Según dice, los problemas de la economía argentina son una cuestión de buena o mala gestión. Sin embargo, de su análisis en esta entrevista se desprende que la cuestión es más seria. ¿Cómo ve a la economía argentina en el corto y mediano plazo? Yo soy bastante optimista con la economía argentina en el mediano y largo plazo, pero veo con preocupación algunas tendencias, que se justificaban el año pasado porque estábamos en un año electoral, pero a más de 60 días de haber asumido Cristina no se ve que haya un cambio notable en las mismas. Me preocupa fundamentalmente un proceso inflacionario que no es tratado adecuadamente por el gobierno. Se encapricha en negarlo, en dibujar los índices y en autoconvencerse de que está haciendo algo por defender a los pobres con toda esta maraña de subsidios y cupos de exportación. Lo único que está generando es desaliento en la producción, con lo cual va a generar más pobres y presión en algunas ollas que tarde o temprano van a crear problemas. Recordemos que al Rodrigazo se llegó de la misma manera. Se llegó con la supuesta inflación cero de Gelbard y la negación de la inflación. Hasta que viene alguien y dice cuáles son los precios verdaderos y entonces el tema se complica mucho. La Argentina está hoy enfrentando, a diferencia de 1975, un escenario internacional espectacular. Hay demanda de la mayoría de nuestros productos, pero estamos dejando pasar una oportunidad de transformar esa demanda de soja en mejores salarios pagados. Yo he aplaudido la política del 2002, basada en el tipo de cambio devaluado. No estoy atrás de la apreciación cambiaria ni de la restricción monetaria. Pero creo que acá lo que están haciendo, con Moreno y su gente, contiene errores de gestión que se explican por una vocación política de acumulación de poder. Obviamente, si vos ponés controles y distribuís subsidios tenés la sala de espera llena de empresarios que

quieren pedirte el favor de que les des un subsidio y eso te hace ser fuerte políticamente. Porque esos subsidios se venden y todo el mundo sabe que hay una enorme corrupción detrás de su asignación. Yo veo estos problemas de corto plazo en un contexto de mediano y largo plazo realmente positivo. Mi diferencia con la política actual no es ideológica. Estoy hablando de problemas de eficiencia. Cuando uno habla en el plano de los subsidios, está hablando de algo que es posible mientras exista un superávit alto y mientras las retenciones lo permitan. De cara a un superávit que puede caer y frente a una posible reducción de precios agrícolas, ¿cómo ve a los otros sectores de la economía para respaldar esa situación? Yo no veo una crisis por una caída de los precios agrícolas en el corto plazo. Puede ser que suban menos en un futuro, puede ser que bajen un poquito, pero creo que vamos a una década donde el mundo ya no es EE.UU. La demanda de China, India, Rusia y otros mercados va a determinar, probablemente, muchos años de precios más altos de los que hemos tenido en los últimos treinta años. Pero creo que si el superávit fiscal, que llegó a estar en el 2004/2005 en el orden del 4% del producto (PBI), acumula 20.000 millones de subsidios en este momento, va a bajar a la mitad. Y la Argentina necesita un superávit fiscal de no menos del 3%, idealmente del 4%. Es un país que ha repudiado su deuda y, por lo tanto, necesita dos puntos y medio (por lo menos) de superávit fiscal para hacer frente al pago de intereses. La Argentina tiene enormes vencimientos de deuda en el 2009 que va a tener que renovar y para poder renovarlos tiene que estar con una capacidad fiscal holgada. Lo mismo pasa con la cantidad de otros sectores en los que hay que volver a generar las condiciones para la inversión. Porque se ha agotado la capacidad de satisfacer la demanda sin generar un nuevo aumento del producto. Hay que volver a invertir en trenes, en caminos, etc. porque si no esto va a colapsar. Los empresarios ven esto con anticipación. Aunque estén enfrentando un mercado ávido de sus productos, dicen: “¿Para qué voy a comprar otra máquina si no me dejan tener electricidad para ponerla en funcionamiento?”. Y si no voy a comprar otra maquina, entonces dejo de invertir y eso va dejando de generar empleo, sobre todo el empleo mejor pago. Entonces, lo que creo es que no hay un problema de viabilidad del modelo, que era tu pregunta. Yo creo que el modelo del 2002 es viable. Yo siempre cito a Lenin, que decía que la eficiencia no es un valor burgués, es un valor universal. Entonces creo que entre hacer bien las cosas o hacerlas mal, realmente hay que tratar de hacerlas bien. Y este gobierno se caracteriza por algunas cosas que son incomprensibles. Por ejemplo: que estén hablando de un tren bala, que cuesta 3.500 millones de dólares y que no es rentable ni siquiera el que va de Paris a Londres. ¿Esto en qué se inscribe? ¿En una decisión ideológica equivocada? No, se inscribe en torpeza o negocios.

¿Ve la posibilidad de los sectores industriales no agrarios de revertir el lugar marginal que tuvo siempre la industria argentina? Por ejemplo, los Kirchner hacen actos en las plantas automotrices. Sin embargo, la participación de la industria automotriz argentina en el mercado mundial de la rama es menor que la de 1998. No soy amigo de encasillar las cuestiones entre agro e industria porque trabajando en esto he descubierto que hay más tecnología en un pack de dulce de leche que en un televisor, por ejemplo. Y hay más mano de obra incorporada en una caja de manzanas que en gran parte de los aparatos electrodomésticos. Y he visto que cuesta más un kilo de lomo en el mercado internacional que un kilo de Audi, ¿no es cierto? Entonces hay un par de cosas que hay que revisar y ver realmente cuáles son las industrias que le convienen al país. Y la respuesta es muy sencilla: las que puedan pagar la mayor cantidad de salarios y los más altos. Entonces esta es la respuesta que tenemos que darle. Una actividad agroindustrial te permite pagar salarios más altos en un contexto de una demanda internacional. Entonces yo, que he sido un empresario agroindustrial con La Salamandra, por ejemplo, no creo en estas categorías agro/industria. No me refiero a la oposición clásica. La cuestión es que otros sectores, mencionamos el caso en concreto de la industria automotriz pero pueden ser otros, no son competitivos en el mercado mundial. Cuatro países del mundo lo tienen. O sea, vos decís ¿qué países desarrollan tecnología automotriz? EE.UU., Alemania, Japón, ahora China, Francia un poquito y se acabó la cuenta. Entonces, ¿qué puede hacer la Argentina en materia automotriz? Puede tener una relación calidad/precio muy buena. Hoy nuestras Partners, me refiero a esas camionetitas que hace Peugeot en El Palomar, circulan en París y es el único auto extranjero marca Peugeot que circula en París. Eso es porque está excelentemente bien hecho. Entonces esto es lo que te va a permitir pagar buenos salarios. Está bien, pero la caída del salario no es algo de los últimos 10 años, sino que es una tendencia de largo plazo que viene de la mano del lugar cada vez más marginal que ocupa la Argentina en la economía mundial. No, no estoy tan de acuerdo. Principalmente por la caída de industrias aparentemente importantes, viendo desde la economía nacional pero que a nivel mundial son pequeñas. La industria automotriz argentina es pequeña. Bueno, la industria automotriz está andando muy bien en los últimos cuatro o cinco años. ¿Qué es lo que llevó a la crisis a la Argentina en lo que vos muy bien describís y yo comparto plenamente? Yo creo que Argentina desde los años ´60 ha adoptado políticas para frenar

la inflación que generaron la destrucción de la actividad productiva a favor de la especulación financiera. Entonces, vos tenés un país donde los financistas han logrado acumular 150.000 millones de dólares en el exterior en base a negocios especulativos y la mayoría de los industriales se han fundido y así como también los agropecuarios. Y si han sobrevivido ha sido por la especulación financiera. Entonces, a lo que yo me refiero, no es a que el mundo está jugando en contra de Argentina. Sino que Argentina ha jugado en contra de su actividad productiva en 40 de los últimos 45 años. En el 2002 hay un cambio de política. Por primera vez, el tipo de cambio no se utiliza ni como una herramienta antiinflacionaria ni como una vía para atraer o revertir la huida de capitales. Sino que se utiliza como un mecanismo de promoción de las exportaciones y de freno a las importaciones. No digo que no tengas razón. Digo que tu razón es menos importante que esta razón. ¿Esta tensión, entre fracciones de la burguesía, puede verse en la actualidad? No, yo creo que puede haber sutilezas. Pero creo que lo que hay es mucha torpeza. Cuando Moreno dice “quiero que los banqueros bajen la tasa de interés”, mientras la trampa del INDEC volteó los bonos un 5%, cualquiera que haya hecho un curso de finanzas elemental sabe que si los bonos bajan de precio sube el piso de la tasa de interés. Entonces, hoy los bonos te rinden más de lo que te rendían hace una semana. Así no hay ningún banquero que vaya a prestarle a una empresa, con todo el riesgo que tiene, a una tasa menor de la que tiene una renta de un bono. Porque si está dispuesto a correr el riesgo argentino, lo hace de una manera mucho más sencilla. Moreno no lo entiende o parece no entenderlo. Entonces, aunque digan que quieren bajar la tasa de interés hacen cosas para que suba. Como las que han hecho en los últimos seis meses, más allá de la crisis internacional que también ayuda, hay una serie de torpezas sumadas al debilitamiento fiscal que han llevado a que suba la tasa de interés. ¿Cómo ve la alianza entre Kirchner y Lavagna en términos económicos? ¿Se puede pensar a Lavagna como una suerte de ministro de economía en las sombras? No, Lavagna fue clarísimo con respecto a eso y se lo creo. Yo creo que Lavagna está aceptando una invitación de Kirchner a ser parte minoritaria en el armado y modernización del PJ. Antes que ser un opositor desenchufado, porque claramente perdió las elecciones, prefiere ser parte de una minoría que quizás sea más influyente. Pero de ninguna manera pretende dar consejos en materia económica. Tomando en cuenta las necesidades de financiamiento y las turbulencias que puede haber en la economía internacional, el acercamiento a Lavagna recuerda a cuando De La Rua recurrió a Cavallo para tener una figura de confianza frente a los mercados.

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El Aromo

- Marzo / Abril de 008

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