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AGOSTO - SEPTIEMBRE 2011
Editorial
Voluntad inquebrantable A
General Alejandro Navas Ramos Comandante Ejército Nacional
EQUIPO DE TRABAJO General Alejandro Navas Ramos Comandante del Ejército Mayor General Ricardo A. Vargas Briceño Segundo Comandante y JEM Ejército Coronel Emiro José Barrios Jiménez Director de Acción Integral Coronel Carlos Mario Jaramillo Vargas Subdirector de Acción Integral Teniente Coronel Édgar Fernando Ávila Alférez Coordinador de Acción Integral General Mayor Margarita Quiroga Vargas Oficial de Impresos y Publicaciones margaritaq@ejercito.mil.co Periodista Giovanna Elízabeth Román Robayo enguardia@ejercito.mil.co Diagramación José Noel Muñetón Medina Antonio José Rosero Torres Hugo Alberto Clavijo Daza Diego Andrés Uscátegui Almario Colaboradores BG. (r) Adolfo Clavijo Ardila Pb. Juan Napoleón Rodríguez Arévalo Periodista CS. Catalina Delgadillo León Periodista Nicolás Rincón Garzón Periodista Catalina Martínez-Aparicio Abogada Luz Martha Melo Rodrígues Fotógrafo Andrés Díaz Agencia de noticias Ejército Impresión Imprenta Nacional de Colombia Tel.: 457 8000
Las opiniones expresadas por nuestros colaboradores, son de su propia responsabilidad.
l celebrarse el 7 de agosto un nuevo aniversario del Ejército Nacional, es razonable hacer una evaluación institucional de su operatividad en los últimos 12 meses, en especial frente a los desarrollos que tienen que ver con la seguridad nacional, en la cual está directamente comprometida nuestra Fuerza. Ante todo, es necesario aceptar que el conflicto, por varias razones, ha tenido algunas evoluciones trascendentes que el Ejército ha sabido atender, ya sea activando unidades estratégicas, articulando la organización de unidades de combate, reajustando el dispositivo operacional, participando en operaciones conjuntas con planes específicos o incrementando el pie de fuerza. En fin, buscando mantener la iniciativa que siempre hemos tenido en el campo operacional. Como es natural, toda confrontación presenta altibajos. En los últimos meses ha habido un incremento de acciones terroristas ejecutadas por las organizaciones criminales, que, según opiniones emitidas sin suficientes elementos de juicio, podría atribuirse a una recuperación del potencial que perdieron en los años anteriores por acción del Estado. La verdad es que esas organizaciones apelan al terrorismo porque, en la realidad, como grupo armado no están en condiciones de hacer frente a las fuerzas regulares oficiales. Tampoco son ciertos los comentarios acerca de que el aumento de actos delictivos se debe a una disminución en el ímpetu
de combate de las unidades militares o a que se esté presentando una pérdida de la capacidad operacional.
La verdad es que esas organizaciones apelan al terrorismo porque, en la realidad, como grupo armado no están en condiciones de hacer frente a las fuerzas regulares oficiales. Los actos eminentemente terroristas no certifican una competitividad armada para enfrentar al Ejército, sino simplemente una tendencia criminal inhumana que, por supuesto, causa terror pero al mismo tiempo demuestra la impotencia para actuar como cuadrilla armada, tal como lo hacían anteriormente. Lo grave es que a esas agrupaciones, por sus actos terroristas, se les considere como protagonistas de peso en el devenir político de la nación; esos criterios las hacen prepotentes y las incentivan a seguir utilizando la violencia para alcanzar sus fines. Claro está que no se trata de ocultar realidades sino de ponerlas en un contexto que no fa-
vorezca la continuidad de la violencia. Por supuesto que, en cumplimiento de su misión, el Ejército ha estado muy al tanto de esas manifestaciones terroristas. Nuestros planes y proyectos de seguridad sobre la situación actual de orden público han sido objeto de una atención especial, acorde con las circunstancias, que incluye estrategias conjuntas para la paz, labores específicas de inteligencia, elaboración de apreciaciones y análisis de situación para un desarrollo permanente de operaciones ofensivas y de control que conduzcan a la reducción de los índices de criminalidad de las Farc, el Eln, las bacrim y el narcotráfico. Se trabaja también en el control del próximo proceso electoral. Entre otros resultados obtenidos con este nuevo enfoque operacional se tienen la muerte en combate de varios cabecillas de las Farc y la captura de otros en diferentes regiones del país; el rescate de secuestrados; la neutralización de explosivos; la consolidación del área del Catatumbo como zona libre de narcotráfico y la neutralización de la movilización de la columna móvil ‘Teófilo Forero’, de las Farc, en el sur del Huila. Además, se han desactivado 21 áreas sembradas de minas antipersonales, se han logrado entregas voluntarias de un crecido número de guerrilleros y se han desmantelado varias caletas de las Farc con arse-
nal de guerra y material de intendencia. El Ejército ha venido participando en la operación ‘Troya’, estrategia destinada a combatir el accionar terrorista de las bacrim en los departamentos de Córdoba, Sucre , Bolívar y en El Bajo Cauca; para el efecto, se trasladó temporalmente a Montería el puesto de mando de la Séptima División. En una primera fase se logró debilitar gran parte de la estructura de las bandas ‘Los Paisas’ y ‘Los Rastrojos’, con las capturas de 486 de sus integrantes, entre ellos algunos de sus cabecillas, y la baja de 11 más, así como la destrucción de 64 laboratorios de estupefacientes. Por todo lo anterior, no hay razón para los rumores que afirman que algunos integrantes del Ejército, por prevenciones de tipo judicial o de otro orden, se muestran renuentes a combatir. Se acepta que hay factores que pueden afectar el estado anímico de las tropas, pero esto no está haciendo mella en el campo operacional. Las unidades y sus integrantes han acogido con extraordinario entusiasmo la campaña ‘Fe en la causa’, la cual ha servido para empeñar aún más la voluntad de hombres y mujeres de la Institución y hacerla inquebrantable, en función de lograr la eficacia en todas las actividades que tengan que ver con la misión constitucional y el compromiso institucional con el país.