Jaim Jadashim Nueva Vida
Eucalipto Jovita Miramontes
S
i ha usado alguna vez el enjuague bucal Listerine o descongestivos como Vick Vaporub, Dristán Sirie-off, sin duda está familiarizado con el frecuente aroma del eucalipto. Y si alguna vez ha visto un osito koala, también ha visto el eucalipto, sus largas hojas en forma de guadaña son la única fuente de alimento de éste marsupial. El símbolo de Australia es también una contribución de esta hierba que es un remedio contra la gripe y resfriados aprobado por el ministerio de alimentos y medicina.
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“El árbol de la fiebre australiana” Las raíces del eucalipto retienen una cantidad sorprendente de agua, los aborígenes de Australia los masticaban para obtener agua en las llanuras desérticas de su país. Pasado el año de 1860 las hojas y aceite de eucalipto se usaban por todo el mediterráneo para tratar la fiebre que plagaba el área desde la antigüedad a lo que hoy es Sidney. Los nuevos emigrantes les llevó algún tiempo percatarse que el eucalipto es fuente de agua, muchos de los primeros exploradores de las llanuras murieron de sed teniendo a su vista bosques de eucalipto. La malaria es una enfermedad que se transmite por medio de un mosquito el cuál vive en aguas pantanosas. Reportes de incidentes similares poco a poco llevaron esta planta a Europa donde se le llegó a conocer como “árbol de la fiebre australiana”, los europeos sembraron el eucalipto en los límites cenegalosos del mediterráneo y al crecer las raíces absorbieron el agua y secaron los pantanos eliminando el hábitat del mosco de la malaria y con ello la enfermedad que transmite. Los herbolarios contemporáneos recomiendan el eucalipto como antiséptico local, en gárgaras para el dolor de garganta e inhalado para asma, bronquitis, crup y la congestión nasal de resfriados y gripe. El eucalipto afloja la flema en el pecho facilitando la expulsión, por eso muchas pastillas para la tos son de este sabor.