Jaime Pardo Leal - El Delito Político en Colombia

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EL DELITO POLÍTICO EN COLOMBIA - JAIME PARDO LEAL del poder y para dirigir los destinos del Estado, sino que utiliza el método de la insurrección armada para la consecución del poder. La clase obrera fue juzgada con la severidad y la drasticidad, como otrora se juzgaba a la burguesía, esta vez los jueces contra la clase obrera, eran los jueces de la burguesía, y eran el aparato represivo del sistema burgués. Los juicios breves y sumarios, datan por ejemplo del momento en que fue derrocada la Comuna de París, los que no murieron en la acción de restauración del poder burgués, fueron perseguidos; y los que infortunadamente padecieron la captura, se les juzgó con las leyes más severas, casi del mismo tenor y de los mismos efectos punitivos, expiatorios, del crimen de “lesa majestad”, que era la ley de oro sobre la cual se construía la consistencia del Estado feudal y de su forma política, la monarquía. Más tarde – solamente citemos episodios trascendentales – en la historia del movimiento revolucionario mundial, los obreros fueron tratados como insurgentes, en todo este período en que la burguesía restauró todo su poder político, saltó a la ofensiva luego de la derrota de la Comuna de París. Cuando el centro de la actividad del proletariado se situó en Norteamérica, recordemos como a los obreros de Chicago, luego de la atroz destrucción de los frigoríficos, sus dirigentes fueron llevados al cadalso, otros más, condenados a largas penas privativas de la libertad, como sujetos activos de una forma de resistencia sediciosa contra el poder político de la burguesía norteamericana. En el otro extremo del orden, los obreros rusos, desde cuando fueron vencidos en el levantamiento popular de 1905, fueron también tratados como insurgentes por el zarismo; es decir, que la delincuencia política va aparejada siempre con un sistema jurídico, legislativo, útil para la propia clase dominante. Que luego, la clase dominante a pesar de que hubiera podido ser otrora víctima de esos preceptos represivos, los revive cuando esta vez tienen que confrontar a una nueva clase que pugna con ésta, por el control político de la sociedad y el control social de la misma, de la sociedad de los pueblos. Detengámonos ahí, e la revolución proletaria de octubre. Este acontecimiento fue el momento en el cual, por primera vez, la clase obrera, considerada como clase ejecutora de un delito político de rebelión, tomó el poder. A partir de ese instante, la clase obrera, al mando del Estado, al mando de la nación, indica cómo los métodos de insurrección armada, son herramientas eficientes de clase para dirimir el conflicto social. Esta circunstancia hace que se les atribuya la categoría de delincuentes políticos, dentro de la terminología del derecho, aún cuando esa expresión “delincuente”, es un tanto peyorativa – y en tu libro lo debes colocar entre comillas, cada vez que se hable de delincuencia política - . Bien, pero hablemos mejor, para saltarnos un poco – esto es un preámbulo de lo que más nos importa – de cómo estimulados los obreros por las nuevas corrientes del pensamiento democrático liberal burgués, promovieron grandes movimientos emancipadores, liberadores de América Latina, de América India. Todos los que combatieron desde la colonia contra el dominio colonial, contra la corona española, fueron tratados en Nuestra América, como “delincuentes políticos”, llevados a los juicios de las reales audiencias, como violadores de la ley que describía el delito de “lesa majestad”. Recordemos algunos juicios, el de Tupac-Amarú, en el Perú. Inclusive en México (sic) [Perú] a Atahualpa, se le trató de juzgar como retador de la voluntad divina expresada en el expansionismo de la colonia española. Pero no solamente en Nuestra América India se presentó la resistencia armada, la rebelión, la insurrección de Tupac-Amarú, de a familia Quechua, de la familia Inca; sino que en todo el continente americano, durante todo el periodo de la colonia ocurrieron acontecimientos, perfectamente situables, dentro de los delineamientos, de lo que se entiende por delito político. Avancemos un poco, en lo que ha sido siempre este tipo de sucesos, primero la Nueva Granada, luego La Gran Colombia y luego la República de Colombia. La insurrección comunera, el levantamiento del común en las provincias de Santander que se extendió a Boyacá y luego a Cundinamarca y al Tolima. Las primeras reacciones fueron de protesta contra los impuestos de las alcabalas, el impuesto de techo. El pueblo se amotinó en una forma que corresponde al delito político, en la asonada; más tarde se fue conformando un ejército que era un verdadero ejército enfrentado al ejército de la corona, al ejército del virreinato. 8


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