EGOCITY MAGAZINE / ENERO 2017 / Nº 7
OPINIÓN
DANIEL MOUNTAIN MEDELLÍN Comunicador Social y Periodista de la Universidad Sergio Arboleda. Ganador Premio Simón Bolívar 2015. @Dmountain92
¿Me darías un abrazo?
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s medio día en la Universidad Nacional. El sol brilla y calienta con fuerza la plaza Che; el espacio central del campus. Lentamente comienza a aumentar el flujo de gente que sale de clases, se encuentra con conocidos y busca donde almorzar, en las chazas de comida se hacen filas y los escalones que bordean la plaza se llenan de estudiantes buscando un lugar donde sentarse. Caminando con nerviosismo por el lugar se encuentra Jaime Oviedo, él, como casi todos allí, es estudiante, pero se prepara para dar un paso al vacío y enfrentar, de una forma aparentemente simple, algunos de los peores demonios que puede tener un ser humano: El miedo, el rechazo y la indiferencia. -Me estoy cagando de los nervios marica-, le dice Jaime a sus conocidos que llegaron a apoyarle, ya fuere observando o tomando fotos desde la distancia. A ellos les pide un favor –No le voy a responder a nadie, no voy a hablar con nadie. Pero si alguien me llega a atacar, por favor, ayúdenmeTodos están convencidos de que eso no pasará, sin embargo, nunca se sabe, y es que Jaime tiene sus motivos para tener miedo; desde que se sinceró a través de redes sociales, ha recibido ataques de todo tipo de forma anónima. Y si había algo incierto en este punto, era cómo iban a reaccionar los estudiantes ante él. El momento ha llegado, ya es casi la 1 pm y la afluencia de la plaza está en su apogeo, Jaime toma aire, le da la espalda a sus amigos, se para a pocos metros del centro de la plaza y extiende una cartelera azul en la que están plasmados sus miedos, su valentía, su peor enemigo y su mejor aliado, por primera vez fuera de las redes expone su verdad ante el mundo y con serenidad espera a ver qué pasa, el mensaje llama la atención desde el primer minuto: “Soy VIH positivo, ¿me darías un abrazo?” El tiempo se detiene y los primeros segundos parecen horas, cuando de repente, se rompe el hielo y un
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muchacho que pasa por el frente de Jaime lee el cartel y le extiende los brazos. Todos en las gradas respiran y se siente de nuevo la algarabía del lugar. Durante la siguiente hora, las sensaciones de miedo e incertidumbre se transforman en calidez y confianza, a medida que los estudiantes pasan y reaccionan ante el cartel, claro, la indiferencia se hizo sentir, sin embargo, fueron más fuertes los abrazos. Al final del día el balance de la actividad no pudo ser mejor. Si bien hubo momentos en los que Jaime se quedó aislado del mundo con su cartel en la plaza, fueron al menos dos los momentos en los que los estudiantes se turnaban para abrazarlo, sobre todo, y en contra de cualquier pronóstico, los chicos, que fueron los que más abrazos dieron, algunos se bajaron de sus bicicletas para abrazar a Jaime e incluso una chica le compartió un bocado de lo que ella estaba comiendo. Hacía apenas una semana una chica se atrevió a preguntarle a los estudiantes de la UN a través de Facebook ¿qué es lo primero que les viene a la cabeza cuando se habla de VIH? Las respuestas más comunes
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