HACIA LA EQUIDAD DE GENERO

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Hacia la equidad de

GÉNERO

“Este documento se ha realizado con la ayuda financiera de la Comunidad Europea. El contenido de este proyecto es responsabilidad exclusiva de Save The Children y en modo alguno debe considerarse que refleja la posición de la Unión Europea”.

Ejecuta:

Auspicia:

Financian: Save the Children COMISIÓN EUROPEA

Proyecto: “Creando Oportunidades Educativas para las Niñas Rurales Quechua Hablantes de la Sierra Sur del Perú”



Hacia la equidad de GÉNERO

F a s c í c u l o

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PRESENTACIÓN

CONSEJO EDITORIAL Susana Victoria Córdova Avila Elizabeth Lily Evans Risco Segundo Manuel Mestanza Saavedra SELECCIÓN DE TEXTOS Pilar Alicia Chinchayán Robles TRATAMIENTO PEDAGÓGICO Pilar Alicia Chinchayán Robles CUIDADO DE EDICIÓN Segundo Manuel Mestanza Saavedra DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Solográfica SAC IMPRESIÓN Solográfica SAC

Luís N. Sáenz Nº 581 Jesús María – Lima 11 Teléfonos 460-4604 461-1208 Fax: 463-4636 Web: www.educa.org.pe

El Instituto de Fomento de una Educación de Calidad – Instituto EDUCA, pone a disposición de ustedes, maestras y maestros de las instituciones educativas públicas de la región Huancavelica, una selección de textos sobre tres temas de suma importancia y que forman parte del debate educativo de los últimos años: Género, Interculturalidad, y Salud Sexual y Reproductiva. Los textos que se han considerado sobre cada uno de estos temas pretenden promover el análisis y reflexión, a partir de los aportes que distintos investigadores, de reconocido prestigio a nivel nacional y mundial, vienen realizando, desde la academia, con la intensión de contribuir a la comprensión de estos fenómenos. Cada tema contiene dos fascículos. Los dos primeros corresponden a Género, los dos segundos a Interculturalidad, y los dos terceros a Salud Sexual y Reproductiva. En el Fascículo 1, que hemos denominado: Hacia la equidad de Género, podrán encontrar varias pistas de reflexión en torno al significado de género, a su trascendencia en la vida cotidiana y a las implicaciones que tiene desde el solo hecho de ser mujer o varón. Los maestros y maestras no podemos dejar de reflexionar sobre los significados que se construyen en torno a este concepto. Tampoco podemos negar que nuestra práctica educativa tiene fuertes implicancias en su afirmación o en su negación, aunque en ocasiones, no seamos muy conscientes de este hecho. Pero, ¿A qué nos referimos cuando hablamos de “género”? Los tres textos seleccionados nos acercan teóricamente a los significados de esta palabra desde las reflexiones de diversos autores. Muchos de estos textos son fragmentos que corresponden a un texto mayor y constituyen la elaboración teórica de académicos provenientes de diversas partes del mundo, incluido de nuestro país.

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PARA ENTENDER EL ENFOQUE DE GÉNERO

En el primero de ellos, Amelia Valdez Velásquez-López, da cuenta de las diferencias entre género y sexo, y sostiene que mujeres y varones somos diferentes naturalmente y desiguales socialmente. En segundo lugar, Irene López Méndez y Beatriz Sierra Leguina, hacen referencia a que el género se construye social y culturalmente. Por último, Klara Afonso Undabarrena, nos invita a reflexionar sobre la relación entre sexo y género, el rol de la familia y la influencia de los medios de comunicación en la concepción de género.

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Para una mejor comprensión, al inicio de cada lectura se ha incluido una breve reseña acerca del autor y un breve resumen de su contenido. Asimismo, se han resaltado con negrita las ideas claves que definen la argumentación de los autores al interior de ciertos párrafos a manera de “guías de lectura” sobre los alcances del tema. Finalmente, se proponen determinadas actividades e interrogantes, a manera de reflexión, que intentan vincular las ideas claves del texto con las prácticas pedagógicas que se desarrollan en las instituciones educativas. Esperamos que esta selección de textos constituya un aporte significativo para que cada maestra y maestro inicie un proceso reflexivo de su práctica pedagógica desde los debates teóricos que se suscitan en la actualidad. Les invitamos a empezar con entusiasmo esta aventura intelectual leyendo detenidamente los textos que les proponemos, a compartir y contrastar sus hallazgos e inquietudes con otras y otros colegas, así como a analizar cada planteamiento teórico desde la cultura de sus niños y niñas y su propia realidad educativa.

Sobre el autor Amelia Valdez Velásquez-López Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación - CIDE

Sobre el texto El presente texto aborda conceptualmente el género, aclara las diferencias entre sexo y género, presenta rápidamente la historia del enfoque de, hace hincapié en que somos diferentes naturalmente y desiguales socialmente, enfatiza en la discriminación de sexo-género, pone de manifiesto la identidad masculina y femenina, y llama la atención sobre el por qué se debe trabajar el enfoque de género1.

ÍNDICE Para entender el enfoque de género Amelia Valdez Velásquez-López

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El concepto de género Irene López Méndez y Beatriz Sierra Leguina

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Algunos apuntes sobre sexo y género Klara Afonso Undabarrena

26 1 Este fragmento ha sido tomado de: Hombres y mujeres ¿Somos diferentes o desiguales?, Fascículo Autoinstructivo 2.1, Estudios Sociales y Ciudadanía, Programa de Formación Continua de Docentes en Servicio, Educación Secundaria, Ministerio de Educación, Lima, 2002, pp. 2-11

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PARA ENTENDER EL ENFOQUE DE GÉNERO En tiempos recientes hemos escuchado o leído acerca del «género», como un concepto nuevo, muy «de moda», que tal vez no reconocemos aún como importante en nuestras vidas. Tal vez pensamos también que esto de la igualdad de hombres y mujeres ya es una realidad porque ahora las mujeres tienen tanto trabajo en la calle como el hombre, o porque ahora ambos “usan aretes”. A pesar de estos signos que podrían mostrarnos algunos avances en cuanto a la aceptación de nuevos moldes, cotidianamente vivimos situaciones en las que los estereotipos construidos están presentes como mandatos sociales tan incorporados a nuestra cotidianidad, que no nos imaginamos se pueda ser varón o mujer de otra manera:

n

“Al nacer la niña, la mamá comenta algo decepcionada: El doctor me dijo que era hombrecito y yo compré todo celeste. Y ahora, ¿Qué voy a hacer con toda esta ropita?”

o

“¡Hijita, siéntate bien, se ve muy feo, pareces hombrecito!”

n

“A mi hijo le doy duro cuando se porta mal, para que aprenda a ser hombre. A mi hija, no pues, ya sabes que a las mujeres ni con el pétalo de una rosa.

estos estereotipos: si es niña, la vestiremos con colores rosados; si es niño, con colores celestes; les regalaremos pelotas de fútbol o muñecas. Es así y desde entonces, como aprendemos a ser masculinos o femeninas: esto va más allá de nuestra voluntad y decisión personal. 1.

¿Qué es, entonces, género?

El género, término muy antiguo y conocido por todos y todas nosotras, es una categoría social que hace referencia a todo aquello que es aprendido socialmente, cualidades, habilidades, actitudes, roles y estilos de relación que determinada sociedad le asigna a cada sexo biológico. Por ser una construcción social, varía, es distinta en cada lugar, condicionado por la etnia y clase social, el contexto político y económico, la cultura a la que se pertenece.

Veamos en el siguiente texto de Juan Carlos Callirgos, el peso que tiene en las personas la determinación del género: «Badinter (1993) relata un experimento interesante realizado en una clínica de maternidad: se vistió a los bebés recién nacidos de manera opuesta a la tradicional. A los bebés varones se les vistió de rosado, a las bebés mujeres, de celeste. Los adultos a quienes se les dio los bebés, reprodujeron las expectativas sociales más allá de la realidad fisiológica: respecto a las bebés vestidas de celeste afirmaban que eran más grandes, más fuertes y de rasgos más marcados, suponiendo que por estar vestidas de ese color eran varoncitos; respecto a los bebés vestidos de rosado, afirmaban que tenían rasgos más finos, que eran más delicadas y de menor tamaño. En realidad, todos los bebés pesaban y medían igual.2”

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Todas estas experiencias, como las que seguramente tú podrás evocar, nos hablan de una manera de ser, hacer, sentir, nuestro ser hombres o ser mujeres. Son frases y experiencias que encajan dentro de los moldes y normas sociales. Salir de ellos puede traer consigo algunos problemas: no aceptación, agresión, marginación, baja autoestima, etc. Estos moldes sociales no son iguales en todas partes, varían de acuerdo al tiempo y a la cultura, y están presentes en nuestras vidas aun antes de nacer. En estos tiempos de las «ecografías» podemos saber el sexo de nuestros hijos, desde que están en el vientre materno, y desde entonces empezamos a formamos una expectativa ya preparamos para recibirlos según

2.

Sexo diferente de género

A diferencia del género que, como hemos visto, hace referencia a una construcción social, el sexo hace referencia a los rasgos biológicos que poseemos desde nuestra concepción, por la conjunción de cromosomas XX (mujer) o XY (varón).

2 CALLIRGOS, Juan Carlos... Sobre héroes y batallas” - Los caminos de la identidad masculina.-Lima, Escuela para el Desarrollo — DEMUS, 1996. p.20S

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Nuestro sexo se hace evidente en nuestros órganos sexuales y en nuestras características fisiológicas. Esto es natural, no es modificable en forma natural. Este concepto es universal, no varía con el tiempo y es independiente de la cultura.

En el Perú los estudios de género son muy recientes, sin embargo, se van abriendo espacios de investigación y de estudio desde las universidades y las ONGs. La exigencia de incorporar este enfoque se hace más latente cuando aspiramos a un desarrollo humano sostenible.

3.

¿Y de dónde viene eso de enfoque de género?: Historia del género

4.

Diferentes naturalmente, desiguales socialmente

El enfoque de género tiene una historia reciente. El movimiento por la emancipación de las mujeres es bastante antiguo. En diversos momentos de la historia, las mujeres han irrumpido en el espacio público para expresar su derecho a participar y a ser tomadas en cuenta. Esto no significó necesariamente una conciencia de la necesidad de cuestionar la forma en que cada sociedad había construido sus imágenes de mujer y hombre, y el espacio real que en ellas habría para lograr un mejor desarrollo de las mujeres.

Como podemos ver, hombres y mujeres somos naturalmente diferentes por nuestro sexo, lo que nos otorga rasgos físicos y biológicos característicos muy propios a ambos. Estas diferencias por sí mismas no son fuente de inequidad.

Es desde el momento en que damos un significado y una valoración a estas diferencias que se generan las inequidades, porque elaboramos ideas, concepciones y prácticas acerca de lo que es ser mujer o ser hombre, asignando a cada uno una serie de roles y parámetros dentro de los cuales es aceptada su actuación y es limitado a su desarrollo.

La inequidad que resulta de esta valoración social impide que ambos tengamos acceso a las mismas oportunidades y a los mismos derechos para nuestro desarrollo personal y social.

Empecemos mirando algunos datos estadísticos de las Naciones Unidas en los que se refleja esta inequidad:

“En 1935, la antropóloga Margaret Mead propuso en base a sus investigaciones una tesis muy interesante: las ideas sobre lo que debe ser un hombre o una mujer son diferentes según las culturas. La idea de lo que debe ser y hacer una mujer o un hombre para un europeo no es igual a la de un habitante de los Andes o a los miembros de una tribu en Australia”3.

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A pesar de los aportes de Margaret Mead para avanzar hacia un entendimiento de las diferencias existentes más allá de las biológicas, el criterio de la biología se impuso aún hasta la década de 1950, en que se realizaron otros trabajos especialmente en Estados Unidos y Europa. En esta década, muchas mujeres, como no había ocurrido nunca antes, empezaron a acceder a los estudios universitarios y a integrarse al campo laboral. Por otra parte, las mujeres organizadas en grupos “feministas” levantaban su voz de protesta para eliminar leyes y prácticas discriminatorias. En este contexto, fruto de la investigación y de la práctica, nace el enfoque de género con un sustento científico cada vez más sólido y coherente, aunque aún en proceso de consolidación.

3 BOLAÑOS, Fernando... en “Género y Desarrollo” — Materiales de Lectura para el quehacer educativo.- Lima, Asociación Aurora Vivar, 1998

n o n o

Las mujeres realizan los dos tercias del trabajo del mundo. Las mujeres ganan un décimo del ingreso mundial. Las mujeres representan dos tercios de la población analfabeta. Las mujeres son propietarias de menos de 1 centésimo de las propiedades del mundo.

Más allá de los datos estadísticos existen otras formas de expresión de la inequidad que todos podemos evidenciar:

o

Las características asignadas a las mujeres como seres frágiles y a los hombres como seres fuertes y poderosos, colocan al género masculino en un rol de mando sobre la vida y las decisiones de las mujeres. Tiene poder para decidir sobre su salud, su cuerpo, sus ingresos, mientras ellas son vistas como “menores de edad” poco capaces de dirigir sus vidas más allá del ámbito familiar.

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Una mujer con niños que decide dedicarse a trabajar fuera de casa por largos tiempos, recibirá alguna recomendación de “no descuidar a sus hijos”, lo que no sucederá en el caso del hombre.

n

Los hombres gozan de una mayor libertad y aceptación para su actuación pública, para acceder y hacer uso de recursos y asumir liderazgos en los grupos. Es mejor visto un dirigente varón que una dirigente mujer. Ella para obtener reconocimiento deberá por lo menos asumir los comportamientos de los hombres, ser imperativa y autoritaria.

n

Las distintas expresiones de violencia contra la mujer gozan aún de cierta legitimidad no explícita y tal vez por ello, más difícil de enfrentar. Las propias mujeres aceptan en muchos casos, la subordinación al hombre y el abuso de poder. Sin embargo, la violencia lastima también a los hombres quienes son socializados por lo general, para agredir y ejercer violencia.

o

5.

Ser mujer andina y de clase baja conlleva una vivencia de género distinta a la de una mujer citadina de clase alta. Todas las personas en las diferentes culturas, etnias, clases, etc., tenemos una vivencia particular de género. Nacemos en un grupo social que determinará lo que debemos ser de acuerdo al sexo y a estos otros aspectos. De cualquier manera, en todas las culturas las mujeres son consideradas como inferiores a los hombres. Esto responde a una valoración construida respecto a lo que ellas están en condiciones de ser y hacer o aportar social, económica y políticamente.

Es importante considerar que el análisis de género se ocupa no sólo de los roles y las actividades, sino también de las relaciones entre hombres y mujeres. No sólo indaga sobre quién hace qué, sino quién toma las decisiones y quién obtiene los beneficios, quién utiliza recursos como la tierra, el crédito y quién controla esos recursos; qué otros factores influyen en esas relaciones, como las leyes sobre los derechos de propiedad y la herencia.

Así por ejemplo, las tareas, funciones y productos que realizan las mujeres, tienen un menor prestigio social que el que tienen las tareas, funciones y productos realizados por los hombres. Esto se evidencia por ejemplo en la remuneración inferior que recibe una mujer por realizar la misma tarea encargada a un hombre.

Las mujeres son excluidas de participar en determinadas esferas donde residen los poderes sociales. Esto se evidencia, por ejemplo, cuando una mujer es incorporada como líder en una organización sindical. Esta debe hacer frente a la discriminación expresada en e! trato y las funciones que se les da, que muchas veces son de “segundo rango”, no facilitándose el acceso a la toma de decisiones, la consideración de sus aportes, etc.

6.

Identidad masculina y femenina

¡Partamos por revisar nuestra propia experiencia!

Hombres y mujeres vamos construyendo nuestra identidad durante el proceso de socialización. Vamos aprendiendo a asumir nuestro género masculino o femenino de acuerdo a lo que está ya preestablecido en nuestro medio social, cultural, etc.

A los hombres se les enseña a decidir, lo que los hace personas naturalmente “prácticas”, y valerse por sí mismos asumiendo la responsabilidad sobre sus actos y las consecuencias de los mismos. A una niña que trepa a un árbol el padre le dirá por lo menos: “ten cuidado que puedes caerte”. Al niño se le dirá más bien “qué bien, estás cada vez más fuerte”.

o

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Se legitima el ejercicio del poder autoritario por parte de os hombres (patriarcado). Si bien esto confiere una imagen de superioridad y control sobre las mujeres, aísla a quienes ejercen el poder, del resto de las personas, limitando la toma de decisiones acertadas acordes con las necesidades de sus representados.

Discriminación de sexo - género, entre otras Las diversas expresiones de la desigualdad de género nos muestran las limitaciones objetivas que tienen hombres y mujeres para acceder a su desarrollo, afectando esto más profundamente a las mujeres. La construcción de género se articula a otras condiciones sociales que también son fuertes de discriminación, como la cultura, la raza, la clase social, la etnia y aun la edad.

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Leamos el siguiente texto de María Cecilia Alfaro:

en generación, a pesar que algunos aspectos en algunos medios sociales con mejor acceso a la educación, esto vaya cambiando significativamente. Frente a esta construcción social que desvalora y afecta principalmente a las mujeres, surgen los movimientos denominados feministas que han buscado conquistas respecto a la valoración y los espacio a lo que las mujeres tienen derecho y deben tener acceso.

Cada persona tiene una identidad que es el contenido de lo que es, ¿Quién soy yo? La socialización de género implica mayores limitaciones para la construcción de una buena autoestima de las mujeres, esto repercute en la imagen que tienen de sí misma. Generalmente esta identidad corresponderá con la identidad asignada por la sociedad. Miramos y escuchamos todo el tiempo frases con mensajes acerca de lo que hace el género femenino y el masculino los lugares a los que puede ir a los que no; las horas en que puede salir; la forma en que vivimos nuestra sexualidad; los recursos y los beneficios a los que tenemos accesos; las decisiones que podemos tomar y las que no. La identidad femenina y la identidad masculina están definidas por el conjunto de características, cualidades y circunstancias que determinan a cada género. La formación de esta identidad de género implica el castigo ante la desobediencia a lo establecido. Se ejerce violencia que incluso llega a ser física, para que mujeres y hombres cumplamos con lo que nos manda4.”

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Si nos detenemos a analizar estas construcciones de identidad podremos observar algunas características que evidencian la inequidad nuevamente: El ser mujer significa “ser para los otros”, hacer todo para los otros (trabajar, cuidar, proteger, etc.), postergándose así misma. El ser hombre por el contrario significa más bien “ser para sí”, dejando en segundo plano a las demás personas. Esta lógica propicia que la mujer construya su identidad desde el entendimiento de su subordinación al hombre; lo masculino no se convierte en paradigma único en función del cual la mujer es inferior. Esto es lo que comúnmente denominamos machismo, y que está presente no sólo en el entender y actuar de los hombres, sino también en el de las mujeres, lo que propicia la transmisión de estos roles de generación

4 ALFARO, maría Cecilia… “Develando el Género” – Elementos conceptuales básicos para entender la equidad. San José, .C.R., ABSOLUTO S.A., 1999. P. 15

7.

¿Por qué trabajar el enfoque de género, hoy?: Hacia el desarrollo con equidad

Empecemos por preguntarnos: ¿Tenía yo conciencia de esta inequidad de género? ¿Cómo está presente esta situación en mi vida? ¿Cómo ha apoyado a alguna mujer o algún hombre para cambiar su visión de género? ¿Cómo ha reforzado más bien, la inequidad?

Revisemos nuevamente un texto de Cecilia Alfaro, que nos puede iluminar en esta reflexión: 13

“Cada hombre y cada mujer tiene una responsabilidad para lograr el desarrollo humano sostenible. Niños y niñas, jóvenes, adultos y adultas, mujeres y hombres,. Adultos mayores, cada quien debe realizar aportes desde su experiencia para la promoción y el desarrollo de la comunidad. El análisis de equidad de género permite que las mismas mujeres y los mismos hombres seamos quienes reconozcamos las oportunidades y limitaciones que tenemos para lograr nuestro desarrollo personal y colectivo en el contexto histórico y geográfico en el que vivimos. Se trata de mejorar el desarrollo concreto de cada mujer y de cada hombre, mejorar a la persona, pero también a la comunidad, lograr mejorar la calidad de vida individual y colectiva, a través de acciones que tienen que ver con las formas concretas de eliminar las desigualdades. Para ello debemos reconocer qué formas asume la desigualdad en los contextos históricos geográficos concretos en los que vivimos, trabajando y actuemos.5”

5 ALFARO, María Cecilia… “Develando el Género” – Elementos conceptuales básicos para entender la equidad. P. 23


MIRANDO LA TEORÍA DESDE LA PRÁCTICA A.

Lee con atención las siguientes expresiones: n

o n

Al nacer la niña, la mamá comenta algo decepcionada: El doctor me dijo que era hombrecito y yo compré todo celeste. Y ahora, ¿Qué voy a hacer con toda esta ropita? ¡Hijita, siéntate bien, se ve muy feo, pareces hombrecito! A mi hijo le doy duro cuando se porta mal, para que aprenda a ser hombre. A mi hija, no pues, ya sabes que a las mujeres ni con el pétalo de una rosa.

¿Qué significado tienen para ti estas frases?

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¿Qué se dice de las mujeres?

¿Qué se dice de los hombres?

B. Lee con atención el siguiente texto: “Badinter (1993) relata un experimento interesante realizado en una clínica de maternidad: se vistió a los bebés recién nacidos de manera opuesta a la tradicional. A los bebés varones se les vistió de rosado, a las bebés mujeres, de celeste. Los adultos a quienes se les dio los bebés, reprodujeron las expectativas sociales más allá de la realidad fisiológica: respecto a las bebés vestidas de celeste afirmaban que eran más grandes, más fuertes y de rasgos más marcados, suponiendo que por estar vestidas de ese color eran varoncitos; respecto a los bebés vestidos de rosado, afirmaban que tenían rasgos más finos, que eran más delicadas y de menor tamaño. En realidad, todos los bebés pesaban y medían igual.”

¿Qué conclusión o conclusiones puedes sacar?

C.

Lee con atención las siguientes expresiones: n

o

Una mujer con niños que decide dedicarse a trabajar fuera de casa por largos tiempos, recibirá alguna recomendación de “no descuidar a sus hijos”, lo que no sucederá en el caso del hombre. A una niña que trepa a un árbol el padre le dirá por lo menos: “ten cuidado que puedes caerte”. Al niño se le dirá más bien “qué bien, estás cada vez más fuerte”.

EL CONCEPTO DE GÉNERO Sobre las autoras Irene López Méndez, es Licenciada en Derecho Internacional por la Universidad de Lovaina, investigadora y docente especializada en Género y Desarrollo. Beatriz Sierra Leguina, es Licenciada en Ciencias Económicas por la Universidad Pontificia de Comillas y Master en Género y Desarrollo por la Universidad de Sussex, consultora y docente especializada en Género y Desarrollo. Ambas colaboran con el Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación de la Universidad Complutense de Madrid.

Sobre el texto Las autoras de este texto hacen referencia al concepto de género, entendido como los roles, responsabilidades y oportunidades asignados al hecho de ser hombres y ser mujeres y a las relaciones socioculturales entre ambos; ponen atención en la identidad de género, que forma parte de la identidad de los sujetos, de su concepción del mundo y de su propia subjetividad; enfatizan en que las relaciones de género son relaciones de poder y que se expresan tanto individual como colectivamente, tanto en el ámbito privado como público; nos muestran que el género es cambiante de generación en generación, de un contexto a otro, a lo largo del tiempo y como resultado de las políticas; que el género es específico de cada cultura y; finalmente, que no es un concepto estático que sirve para describir realidades y diferencias entre hombres y mujeres, sino que comporta un fuerte componente político e ideológico6.

¿De qué manera están presentes estas expresiones en tu vida? Describe una experiencia similar

6 Este fragmento ha sido tomado de: Integrando el análisis de género en el desarrollo. Manual para técnicos de la cooperación, Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación, Madrid, 2000, pp. 1-9

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EL CONCEPTO DE GÉNERO 1.

El concepto de género

Existe un conjunto de creencias en torno a ser hombre y ser mujer según las cuales los géneros no se adquieren ni se construyen históricamente, sino que son parte de la naturaleza, se rigen por sus leyes y son inmutables. Frente a ello, el concepto de género es una contestación que opone cultura versus naturaleza e historia versus inmutabilidad: la idea de género surge en el pensamiento feminista como una reacción frente a la constatación de que las discriminaciones, la inferiorización y la subordinación de las mujeres se construye, justifica y legitima sobre la base de determinadas diferencias consideradas naturales e inmutables. Las mujeres no están ni más cerca ni más lejos de la naturaleza que los hombres, es a través de los sistemas de valores culturales que las mujeres aparecen más próximas a la naturaleza.

Los hombres pueden asociarse con “arriba”, “derecha”, “superior”, “cultura” y “fuerza”, mientras las mujeres se asocian con sus contrarios “abajo”, “izquierda”, “inferior” y “debilidad”. Estas asociaciones no proceden de la naturaleza biológica de cada sexo, sino que son una construcción apuntalada por las actividades sociales que determina y por las que es determinada7.

Los géneros son grupos biosocioculturales, construidos históricamente a partir de la identificación de características sexuales que clasifican a los seres humanos corporalmente. Ya clasificados, se les asigna de manera diferencial, un conjunto de funciones, actividades, relaciones sociales, formas de comportamiento y formas de subjetividad a los sujetos sexuados. La clasificación sexual es universal, en todas las sociedades humanas el género actúa como principio estructural, aunque el contenido de las actividades y funciones asignadas a cada sexo varíe.

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En la teoría de género se considera que todas las características asignadas al sexo son aprendidas. Cada sujeto al nacer, empieza un

7 Moore (1999).

recorrido para aprenderlo. Cada criatura que nace se tiene que hacer mujer u hombre. Decía Simone de Beauvoir que no se nace mujer u hombre, sino con un cuerpo que adquiere un significado en este mundo.

Género hace referencia a los roles, responsabilidades y oportunidades asignados al hecho de ser hombre y ser mujer y a las relaciones socioculturales entre mujeres y hombres y niñas y niños. Estos atributos, oportunidades y relaciones están socialmente construidos y se aprenden a través del proceso de socialización. Son específicos de cada cultura y cambian a lo largo del tiempo, entre otras razones, como resultado de la acción política. En la mayor parte de las sociedades hay diferencias y desigualdades entre mujeres y hombres en las actividades que realizan, en el acceso y control de los recursos así como en las oportunidades para tomar decisiones. El género es parte del contexto sociocultural. Otros importantes criterios del análisis sociocultural incluyen la clase social, la raza, el nivel de pobreza, los grupos étnicos y la edad.

2.

La identidad de género

Ese conjunto de roles, responsabilidades y oportunidades asignados al hecho de ser hombre y ser mujer forma parte de la identidad de los sujetos, de su concepción del mundo y de su propia subjetividad. Tienen una gran fuerza porque se aprenden al principio de la vida, son componentes del propio ser, están en la base de la identidad de género de todas las personas y de las identidades sociales asignadas y reconocidas al resto de las personas. La vida cotidiana está estructurada sobre las normas de género. Si algo es indiscutible para las personas, es el significado de ser mujer o ser hombre, los contenidos de las relaciones entre mujeres y hombres y los deberes y prohibiciones para las mujeres y para los hombres por ser hombres8. Se trata, por tanto, de una categoría muy importante y determinante de la identidad de las personas.

Tiene, además, características especiales como atributo en base al cual se discrimina a las personas. La diferenciación en base al sexo, como en base a la raza tiene la cualidad de ser transparente e inmodificable para los individuos que la porta y, además, ser considerados

8 Sobre la identidad femenina y masculina ver: Largarde (1992)

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por la sociedad (tendencial y generalmente, aunque no necesariamente), de forma negativa, despectiva y hasta estigmatizadora9.

3.

Género hace referencia a hombres y mujeres y a las relaciones de género

Poner el acento en la dimensión de género de las personas no significa, en absoluto, dejar de lado otros rasgos fundamentales de la identidad como puede ser la raza, la edad, la clase social, la orientación sexual o la religión. Tampoco podemos aislar determinadas características de otras, desligándolas, porque en la realidad se encuentran entretejidas e interrelacionadas. Dentro del grupo genérico mujeres encontramos realidades de vida muy diferentes: mujeres campesinas y urbanas, negras y blancas, homosexuales y heterosexuales, pobres y afortunadas, jóvenes y mayores, y toda la gama intermedia de posibilidades. Sin embargo, ponemos el acento en la identidad de género por tres razones:

Es evidente que género hace referencia al género masculino y al género femenino. Género no es igual a mujer. Género nos permite analizar tanto a hombres como a mujeres: su condición de género y sus situaciones vitales respectivas. La crítica feminista no se basa en el estudio de la mujer, sino en el análisis de las relaciones de género y del género como principio estructural de todas las sociedades humanas10.

Las relaciones de género son relaciones de poder que se expresan tanto individual como colectivamente, tanto en el ámbito privado del hogar como en las instituciones políticas. Así, por ejemplo, las mujeres en el ámbito del hogar suelen no tener acceso y control independiente sobre recursos económicos o ser objeto de violencia doméstica. En las instituciones políticas están siempre infra-representadas o tienen problemas para hacer oír su voz. Los hombres, sin embargo, están legitimados para generar y controlar sus propios recursos, tener una vida independiente y no ocuparse de las tareas del hogar, tienen el derecho y el poder de representarse, de actuar y hablar en nombre propio e incluso tienen el poder de sobre-representación: son representantes universales de ambos géneros y, por analogía, legítimos portavoces de la ciudadanía, el pueblo, la patria y la humanidad. Por ello, la posición de las mujeres en las relaciones de género se define como subordinada, en tanto que la de los hombres como dominante. Ello no significa que todas las mujeres concretas estén sometidas a cada hombre concreto, sino que la organización social de las relaciones de género sitúa al conjunto de las mujeres en una posición de interiorización respecto del conjunto de los varones11.

n

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Más allá de la heterogeneidad definida por otras circunstancias, todas las mujeres experimentan la subordinación y la discriminación en las relaciones de género.

o

Precisamente el género suele dejarse de lado en los análisis, privilegiándose otras causas de discriminación que pueden experimentar también los hombres: raza o clase social, por ejemplo.

n

El género es una dimensión estructural de la humanidad, explicativa de la desigual asignación de oportunidades a las mujeres que a los hombres. Esta dimensión explica experiencias, problemas y obstáculos de mujeres y hombres por su pertenencia a un género, permitiéndonos visibilizar aspectos de la vida de las personas que no se explican por su clase social, raza, religión o edad. Género es una dimensión que atraviesa todos los demás atributos, modificando las oportunidades o limitaciones que de ellos se derivan. Hombres y mujeres pueden compartir situaciones de pobreza, de discriminación racial, social, etc., pero la forma en que experimentan estos problemas y las oportunidades para enfrentarlos son diferentes en función de su género.

9 Ruiz Miguel en Valcárcel (1994)

Las relaciones de género pueden definirse como aquel tipo de relaciones sociales determinadas por el género de las personas, que crean diferencias en la posición relativa de hombres y mujeres, de manera única en cada contexto. La posición relativa se expresa en un conjunto de derechos, obligaciones y responsabilidades recíprocas, interrelacionadas de manera dinámica y, por ello, susceptibles al cambio y la evolución. Si las circunstancias económicas, sociales o políticas se modifican, ya sea por cambios en las condiciones

10 Moore (1999) 11 Lagarde (1994)

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de mercado regionales o globales o por cambios en el contexto político, los derechos y responsabilidades que delimitan los ámbitos de actuación de hombres y mujeres se redefinen de acuerdo con esos cambios.

4.

Como veremos al tratar el problema de la masculinidad, los hombres que no cumplen con los mandatos y los estereotipos también son objeto de dominio y viven en su persona o en sus colectivos la opresión de género por no ser hombres como se establece por los cánones sociales (homosexuales, hombres sin pareja, o que no son padres, o que padecen el SIDA, o son monógamos en un orden conyugal polígamo, etc.). La opresión de género es también opresión política a los hombres que no han adquirido personalmente los bienes y recursos, las capacidades, las destrezas y las habilidades (sexuales, económicas, culturales, políticas) que deberían poseer como hombres. Sucede también que no se perdona a quienes no usan sus poderes implícitos de género (hombres no violentos, o afines a las mujeres, equitativos o paritarios, pacifistas, etc.).

nes de género se ven afectados por las políticas públicas. Estas pueden contribuir a mantener o pronunciar las desigualdades o promover un desarrollo económico y social ms justo y equitativo en términos de géneros. Por ejemplo, las políticas de igualdad de oportunidades buscan relaciones de género más igualitarias a través de acciones positivas, mientras que las políticas de ajuste estructural han contribuido a agravar las desigualdades entre los géneros. 5.

Género es específico de cada cultura

Todas las culturas elaboran cosmovisiones sobre los géneros. Su fuerza radica en que es parte de la visión del mundo, de su historia y sus tradiciones nacionales, populares, comunitarias, generacionales y familiares. De la identidad cultural y de la etnicidad. Contiene ideas, prejuicios, valores, interpretaciones, normas, deberes y prohibiciones sobre la vida de las mujeres y de los hombres. La cosmovisión particular de género de cada cultura es marcadamente etnocentrista. Es importante identificar las diversas cosmovisiones de género que coexisten en cada sociedad, cada comunidad y cada persona12.

Género es cambiante

n

Cambia de generación en generación. Por ejemplo, en nuestro contexto cultural es muy clara la diferencia en los roles generacionales de género asumidos por hombres y mujeres a lo largo de este siglo. El acceso masivo de las mujeres al mercado de trabajo es una característica determinante de las nuevas relaciones de género en nuestras sociedades contemporáneas.

o

Cambia de un contexto regional a otro. Dentro de un mismo país encontramos diferencias entre el mundo urbano y rural, por ejemplo. De una comunidad a otra. Como veíamos en el concepto de género, éste es específico de cada cultura.

n

Cambia a lo largo del tiempo. Es posible que una persona a lo largo de su vida modifique su cosmovisión de género simplemente al vivir, porque cambia la persona, cambia la sociedad y con ella pueden transformarse valores, normas y maneras de juzgar los hechos.

o

Cambia como resultado de las políticas. El género y las relacio-

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Desde el punto de vista de la antropología, se ha puesto de manifiesto la tensión existente entre la universalidad del género como categoría y las realidades culturales particulares. El papel secundario de la mujer en la sociedad es uno de los hechos universales y panculturales perfectamente asentados. Sin embargo, en el interior de este hecho universal, las concepciones y símbolos culturales específicos de la mujer son de una diversidad extraordinaria y, a veces, incluso contradictoria. Además, el tratamiento real que recibe la mujer, así como su contribución y su poder varían enormemente de una cultura a otra, y de un período a otro de la historia de determinadas tradiciones culturales. Estos dos aspectos: el hecho universal y la disparidad cultural, coexisten13.

Sin embargo, como veremos en el punto 4 del capítulo siguiente, las diferencias culturales no deben llevarnos a justificar la defensa de las discriminaciones y las violaciones de los derechos humanos de las mujeres14.

12 Lagarde (1994) 13 Ortner, en Rosaldo y Lamphere, L. (eds.), (1974) 14 Sobre el tema de la cultura y los derechos de las mujeres ver: Marquieira (1998).

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6.

Perspectiva trasformadora de género MIRANDO LA TEORÍA DESDE LA PRÁCTICA

Género no es un mero concepto estático que sirve para describir realidades y diferencias entre hombres y mujeres. Comporta un fuerte componente político e ideológico, transformador. Es una concepción emergente que, partiendo de la construcción sociocultural y evolutiva de los géneros y su diferente valoración relativa, busca una transformación hacia unas relaciones más equilibradas y una equivalencia de los géneros, tal como se expresa en la siguiente figura:

A.

Lee con atención estos dos fragmentos que hemos extraído del texto seleccionado: n

Existe un conjunto de creencias en torno a ser hombre y ser mujer según las cuales los géneros no se adquieren ni se construyen históricamente, sino que son parte de la naturaleza, se rigen por sus leyes y son inmutables”.

o

Género hace referencia a los roles, responsabilidades y oportunidades asignados al hecho de ser hombre y ser mujer y a las relaciones socioculturales entre mujeres y hombres y niñas y niños. Estos atributos, oportunidades y relaciones están socialmente construidos y se aprenden a través del proceso de socialización. Son específicos de cada cultura y cambian a lo largo del tiempo, entre otras razones, como resultado de la acción política.

La perspectiva transformadora de Género: esquema de contenidos

¿Qué diferencia o diferencias hay entre estos dos fragmentos?

Relaciones, valoraciones, comportamientos, actitudes, roles, posiciones, tareas que definen lo masculino y lo femenino.

¿Con cuál de estos fragmentos estás de acuerdo? ¿Por qué?

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Concepción tradicional, históricamente dominante, género es igual a sexo, conductas biológicamente determinadas, inmodificables.

Género

Donde y cómo se expresa:

Rígidas y excluyentes

Relaciones entre los sexos

Hombre (valioso) Mujer (desvalor) Hombre (dominante) Mujer (subordinada)

B.

División del trabajo Espacios y ámbitos de experiencia

Aspiración a la igualdad

Posición en los sistemas de parentesco, producción, política, subjetividad y ciudadanía

Igualdad de derechos y oportunidades

Lee con atención las siguiente fragmento:

Desde el punto de vista de la antropología, se ha puesto de manifiesto la tensión existente entre la universalidad del género como categoría y las realidades culturales particulares. El papel secundario de la mujer en la sociedad es uno de los hechos universales y panculturales perfectamente asentados. Sin embargo, en el interior de este hecho universal, las concepciones y símbolos culturales específicos de la mujer son de una diversidad extraordinaria y, a veces, incluso contradictorios. Además, el tratamiento real que recibe la mujer, así como su contribución y su poder varían enormemente de una cultura a otra, y de un período a otro de la historia de determinadas tradiciones culturales

Privado y Público compartidos Masculino y Femenino equivalente

¿Tienes alguna experiencia per- ¿Conoces a alguien que sonal donde tus concepciones haya cambiado su concepsobre género hayan cambiado? ción sobre género?

C.

Convencional y modificable

Valoración social de cada género

Las autoras de este texto sostienen que el género es cambiante; es decir, que cambia de generación en generación, de un contexto a otro, a lo largo del tiempo y como resultado de las políticas públicas.

¿Crees que es así?

Jerarquía

Hombre (público) Mujer (privado)

Concepción emergente, históricamente negada, género como conductas adquiridas socio-culturalmente modificables.

¿Crees que existe diferencia de roles entre ¿Qué opinión tienes sobre el frag- las mujeres huancavelicanas de la zona mento que acabas de leer? urbana y de la zona rural? ¿Cuáles son esas diferencias? ¿Por qué?

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ALGUNOS APUNTES SOBRE SEXO Y GÉNERO

ALGUNOS APUNTES SOBRE SEXO Y GÉNERO

Sobre la autora

1.

El sexo

Klara Afonso Undabarrena Instituto Teleeducativo Los tallanes (INTELTA) – Radio Cutivalú Asociación Educativa “Equieduca”

Los seres humanos estamos constituidos por una parte genética o biológica que se trasmite a través del código genético con el cual nacemos. Tenemos también una parte social y cultural que la adquirimos a través del proceso de socialización.

Sobre el texto

Sin embargo, las personas somos la especie animal en la cual el componente socializador tiene mayor peso. Prueba de esta afirmación es que cuando nacemos necesitarnos un proceso de educación y de individuación de varios años para ser seres autónomos de la madre y del padre. Esta particularidad no sucede en los animales que en pocos días o meses ya no dependen de sus progenitoras/es; ya que ellos tienen un registro genético, diferente que el humano, que recoge todo el saber acumulado de su especie. Hay quienes piensan que la diferencia innata entre el hombre y la mujer no supone una oposición de capacidades, sino una diferencia en las tendencias. En la conducta humana intervienen la biología y cultura: La biología confiere la potencialidad de Ser y la cultura determina Lo que finalmente llega a constituir el ser humano. La socialización en una cultura define nuestra humanidad.

El fragmento seleccionado cubre aspectos de mucha importancia con relación a género. Hace una diferenciación entre sexo y género, entendiendo el primero como natural y universal y no determinado por la cultura o la sociedad como es el caso del segundo; presenta las influencias que ejercen las familias desde los primeros días, meses y años en la asunción de determinados roles de varón y de mujer; sostiene que la escuela es todavía un espacio donde se dan las mismas injusticias que se presentan en la sociedad, siendo necesario transitar de una educación mixta a un modelo de coeducación; finalmente, hace un enjuiciamiento a los medios de comunicación al jugar un papel fundamental en la difusión de corrientes de opinión y valores sexistas o machistas15.

Cuando se habla del sexo biológico, se hace referencia a la parte biológica del ser humano, ésta determina el sexo con el que nacemos. Sólo existen dos sexos; es decir nacemos varones (con un código genético XY), o mujeres (con el código genético XX). Físicamente hay algunas diferencias que nos distinguen

o

15 Este fragmento ha sido tomado de: Herramientas de capacitación para la equidad de género, Instituto Teleeducativo Los Tallanes (INTELTA) – Radio Cutivalú y Asociación Educativa “Equieduca”, Piura, mayo, 2005, pp. 30-41

Hombres y mujeres tienen órganos genitales diferentes: Externos, en el caso de los hombres, por ejemplo los testículos o el pene; en el caso de la mujer, la vulva o pubis donde se encuentra el clítoris. Y órganos sexuales internos, en el caso de los hombres la vesícula seminal del hombre, y otros, y en el caso de la mujer la vagina, etc.

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n

Las mujeres tienen la capacidad de gestar un nuevo ser humano, los hombres participan en la reproducción humana a través de los espermatozoides que fecundan un Óvulo.

o

La gran mayoría de las mujeres cuando son madres tienen la capacidad de dar de lactar con sus senos a sus hijos e hijas, los hombres tienen la capacidad de dar de lactar a sus hijos e hijas con el biberón.

n

Los hombres, por lo general, tienen más vellos que las mujeres.

o

Las mujeres tienen los pechos más desarrollados que los hombres.

n

La voz del hombre, en muchos casos, es más grave y la de la mujer más aguda.

o

Los músculos de las mujeres tienen diferencia respecto a los músculos de los varones, etc.

El sexo es invariable porque no se puede modificar naturalmente a lo largo de toda la vida: Quien nace varón muere varón y quien nace mujer muere mujer. El sexo es natural y universal. El sexo no está determinado por la cultura o la sociedad. Sólo hay dos sexos. Esto significa que —independientemente de la cultura o región del mundo donde se ubiquen las personas, de la época histórica en la que se nace— existen las mismas diferencias biológicas entre ambos.

2.

El género

La diferencia sexual es una de las primeras evidencias incuestionables de la diferenciación humana. A partir de esta diferencia sexual (del sexo biológico) se ha construido un edificio de actitudes, valores, estereotipos, prejuicios, comportamientos, actividades, etc., todo esto determina las relaciones de poder entre los sexos, conforma la identidad de género y los roles que cada sexo debe desempeñar socialmente.

Esta parte cultural la adquirimos a partir de un proceso de socialización subjetivo e histórico que se diferencia según la época y el lugar donde se construye y que determina los ámbitos del Ser y del Quehacer de

los seres humanos. Los Seres Humanos nacemos mujeres o varones, pero en el proceso de socialización nos convertimos en femeninas o en masculinas, es decir, la masculinidad y la feminidad son conceptos relacionados con la identidad de género y por lo tanto con la cultura. Así mismo, a cada uno de los sexos se le asignan unas actividades propias para desarrollarse y para aportar a la sociedad.

El sistema de género define las relaciones de poder entre uno y otro sexo, estas relaciones de poder han sido la base a partir de la cuales se ha construido la sociedad patriarcal. La sociedad patriarcal define al varón como jefe y la única autoridad en la familia y por extensión en el espacio público.

Aun cuando las diferentes culturas y sociedades han considerado la masculinidad y la feminidad como algo innato y por lo tanto natural, e inherente a la persona, lo cierto es que el género no tiene nada de natural, sino que es una construcción social, cultural e histórica. A partir de la interiorización individual de las expectativas sociales articuladas por los paradigmas femenino y masculino, la sociedad encauza de manera diferencial las motivaciones y la vida de varones y mujeres, asimismo, les confiere poderes diferentes.

Todas las sociedades del mundo, con diferentes grados y expresiones, han separado a las personas en dos categorías o en dos géneros. En la mayoría de las culturas del mundo estos dos géneros están rígidamente separados, y en todas, determinados por el sexo biológico. En la sociedad occidental, quien nace mujer para la sociedad debe ser femenina y quien nace varón debe ser masculino, en la medida que más se acerque a la feminidad una mujer y más se acerque a lo masculino un varón mayor reconocimiento social tendrá. Esta estructura social no tolera ver características masculinas en una mujer, pero mucho menos observar características femeninas en un varón.

A pesar que en el mundo occidental, en la segunda mitad del siglo XX el movimiento feminista consiguió romper muchos prejuicios y estereotipos, muchos modelos impuestos, que antes se consideraban naturales para las mujeres y para los hombres; todavía hay muchas características que la sociedad asigna a cada uno de los sexos. Pensamos que estas características son naturales y que no debemos, ni podemos cambiar. Sin embargo, en las últimas décadas, también, algunos varones

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cuestionan el modelo de masculinidad que desde el nacimiento se les ofrece. Esta variabilidad en las relaciones de género es un proceso en constante cambio. Probablemente, en este siglo se irán redefiniendo las relaciones de los dos géneros, ampliando los ámbitos de actuación y de identidad de mujeres y varones.

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Esta división genérica se transmite por diversos canales, pero para este análisis se va a centrar en tres de ellos: La familia, la escuela y los medios de comunicación.

3.

La familia

La familia es un factor determinante en la socialización de las personas, en ella y a través de ella, empezamos a conocer el mundo y a sentir las primeras sensaciones, los primeros sentimientos. Incluso antes de venir al mundo ya hay una serie de expectativas que nuestras/os madres y padres tienen sobre nosotras y nosotros. Estas expectativas o esperanzas, dependen de múltiples factores: la cultura o etnia en la que nacemos, la clase social, las ambiciones de nuestra madre o nuestro padre y la proyección que de sí mismos/as hacen en nosotras/os, pero también depende en gran medida del sexo que tengamos.

La persona recién nacida no recibe el mismo trato si pertenece a un sexo u a otro: Se le asignan nombres, destinos y expectativas distintas; se le atribuyen capacidades y sentimientos diferentes; se le permiten posibilidades de desarrollo y se le ordenan realizaciones distintas; su cuerpo se valora, se acaricia, se mira diferente. La forma en la que recibe cada uno ese código cultural depende, a su vez, de la estructura familiar en la que haya vivido las experiencias decisivas de su historia16.

Desde que el niño y la niña están en el útero de la madre, la familia ya empieza a proyectar el futuro de sus hijos o hijas. Este futuro variará según el sexo que tengan. Dependiendo de sí es mujer o varón, se le vestirá con unos colores determinados -el azul será el color elegido para los varones, el rosado es el color que usaran las mujeres-. Se elegirá un nombre que esté en la lista de nombres de mujer, o que sea apropiado para un varón. También se tendrá en cuenta en si es mujercita para hacerle unos orificios en las orejas y que pueda lucir

16 Santos Velásquez, Luis, “Deseo Ley e identidad Una mirada psicoanalista”. Ensayo compilado por Arango, Luz Gabriela / LEON Magdalena / VEVEROS, Mara en Género e Identidad. Tercer Mundo editores Colombia 1995

aretes desde pequeña. Pero, además, de estos signos externos que están determinados, en cierta medida por modas y la sociedad, la familia diferencia a las y los bebés en el trato, en las actitudes que tenemos con ellas y ellos, en las diferentes expectativas que ponemos en unos y en otros, etc. En la familia ya sea sutil o explícitamente vamos construyendo las diferentes identidades femeninas o masculinas desde antes del nacimiento del futuro/a bebé.

Cuando las personas llevan apenas unos días en este mundo ya se les trata diferente. Un estudio que se hizo en Inglaterra demostró que a los bebés varones cuando lloraban los/as cuidadores/as intentaban distraerlos con juegos para que se olvidaran de su preocupación, sin embargo, a las bebés mujeres las intentaban calmar con más ternura y mimos, esto sucede porque, en general, hay mayor tolerancia cuando las niñas lloran que cuando lo hacen los niños.

Otra de las diferencias que se hacen entre los bebes mujeres y varones tiene que ver con la alimentación. Desde que el niño es más pequeño se tiende a alimentarlo más que a la niña, creyendo erróneamente que los niños necesitan comer más que las niñas.

Por otro lado, los juguetes que desde pequeñas/os utilizamos son diferentes para unas que para otros. A través de los juguetes, de los juegos infantiles, también educamos diferenciadamente. Normalmente los juguetes que fomentan la acción y la aventura: como pelotas, carros, pistolas son juguetes que les damos a los varones. En cambio, los juguetes que fomentan las relaciones y que tienen que ver con el trabajo del hogar o con profesiones (le mujeres como muñecas, cocinitas, barredores, etc. son juguetes que les regalamos a las mujeres. En general, a los chicos se les estimula más con juegos bruscos y más activos, frente a las mujeres que se las trata con más cuidado en los juegos.

En cuanto a los signos de afecto también hacemos diferencias. Por ejemplo, los niños aprenden desde chicos a dar la mano y a evitar besar a otras personas sobre todo si son varones también; cuanto más edad poseen, más limitaciones tendrán para demostrar sus sentimientos, incluso con su madre En cambio, a las niñas se las estimula para que besen a todas las personas y se les permite mostrar afecto durante toda su vida.

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De este modo desde los primeros días, meses, años de vida se prepara a niños y a niñas para que de adultas cumplan el rol que la sociedad quiere que cumplan: A las niñas para que sean buenas madres y amas de su casa; y a los varones para que se muevan con independencia, autonomía y sean los proveedores del hogar.

muchos aspectos trata aún diferente a alumnas y alumnos: A las primeras se las sigue preparando más para enfrentar el mundo privado que a los segundos, y a éstos se les continua preparando sobre todo para enfrentar el mundo público.

4.

30

¿Una escuela mixta o una escuela coeducadora? La generalización de la escuela mixta en el Perú, ha otorgado a la institución escolar una apariencia de igualdad de oportunidades para mujeres y varones que no siempre es real. Si bien, la escuela mixta ha permitido que las mujeres, se socialicen junto con los varones y compartan una serie de espacios y parte del currículo en la educación, ésta en la mayoría de los casos no se realiza de una manera equitativa. La actual escuela mixta fundamentalmente es una evolución desde la escuela de varones, heredera del currículo masculino y de muchos valores que se impartían en ella. Las mujeres al insertarse a la escuela mixta han tenido que adaptarse a modelos masculinos quo si bien algunos pueden ser positivos, no todos lo son. Esto ha provocado que los modelos femeninos que fomentaba la escuela de mujeres hayan quedado relegados o ignorados en las instituciones educativas. Así, la actual escuela mixta peruana tiene modelos sesgados de persona, prevaleciendo modelos que fomentan la competitividad, la agresividad, la racionalidad y se han postergado otros como la sensibilidad, el cuidado de los demás, etc. Por un lado, la generalización de la escuela pública mixta, ha permitido a las mujeres acceder a un espacio con unos contenidos y unos objetivos tradicionalmente destinados sólo a los varones. Efectivamente, las tradicionales escuelas para mujeres tenían unas intenciones, contenidos y valores diferentes que claramente preparaban a la mujer para desempeñar roles o profesiones tradicionalmente femeninas. Pero, por otro lado, la escuela mixta no ha logrado evitar todos los prejuicios o prácticas sexistas (machistas), que se daban en las escuelas segregadas. A pesar de los avances que se están propiciando en los últimos años, lo cierto es que la escuela es todavía un espacio donde se dan las mismas injusticias que se presentan en la sociedad. Esta escuela mixta en

Este trato diferenciado o discriminación se puede observar cuando:

o

Se separa al alumnado en materias, por ejemplo a las mujeres les enseñamos costura y a los varones carpintería;

n

Se permite que en las horas del recreo, el patio lo utilicen fundamentalmente los varones para jugar pelota;

o

Al fomentar los concursos de belleza femeninos, promoviendo, así, los modelos de mujeres preocupadas por su belleza física y como forma fundamental de promoverse en la institución educativa.

n

Se dispone que solamente las alumnas limpien el aula;

o

Se deja que los varones hagan chistes o chacota de índole sexual con las alumnas en nuestra presencia y no decimos nada, etc.

Pero la discriminación también se da por la utilización de materiales escolares; en los cuales las pocas mujeres que aparecen, se presentan desempeñando roles de atención y cuidado de las/os demás, como secretarias, madres, enfermeras, maestras, etc., impidiendo que se tengan otros modelos femeninos diferentes a los tradicionales. O cuando, aparecen constantemente imágenes de varones como modelo de la humanidad, excluyendo sistemáticamente a las mujeres.

Asimismo, el lenguaje que utilizamos en la escuela es totalmente excluyente con las mujeres, fundamentalmente hablamos en masculino, y sólo nos referimos en femenino cuando hay una alusión especifica a las mujeres, creando un sistema de símbolos totalmente masculinos (o androcéntricos)

Muchos de estas practicas se dan, de una manera casi involuntaria por parte del profesorado; es decir, el profesor o profesora no se da cuenta que está incurriendo en discriminaciones de género. A este conjunto

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de prácticas, apoyadas en construcciones de pensamiento, valoraciones, significados y creencias que estructuran y determinan relaciones y las formas de actuar de una manera no visible se denomina currículum oculto de género. Aunque el currículum oculto de género sea imperceptible, esto no significa que no se pueda reconocer. Este conjunto de prácticas escolares juegan un papel fundamental en la socialización de niños y niñas.

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Todo esto provoca que las niñas y las jóvenes, objetiva o subjetivamente, estén en un plano de inferioridad frente a los varones en el sistema escolar. Pero, también, conduce a que los patrones de identidad que se están impulsando dividan a la población escolar en dos colectivos bien marcados: Las alumnas y los alumnos. Intentando homogonizarnos a todas y a todos en estas dos categorías: lo femenino y masculino. Esto a la larga impide que las alumnas y alumnos puedan tener modelos de personas integrales: Valientes pero tiernas; racionales pero sensitivas; libres y responsables; personas que puedan elegir una profesión independientemente del sexo que tengan; seres humanos que compartan las tareas del mundo privado de la familia, pero también las responsabilidades del mundo público.

La filosofía coeducadora trata de buscar las claves explicativas de la educación sexista que se imparte actualmente, en el ámbito familiar, en el escolar y a través de los medios de comunicación. Se estudian las consecuencias de esta educación tanto en lo personal como en lo colectivo. Desde este tipo de filosofía se propone un modelo nuevo de persona, que superando los estereotipos culturales “femeninos” y “masculinos”, potencie un desarrollo integral de la persona desde sus propias capacidades.

En definitiva, una educación coeducadora pretende:

o

Lograr la aceptación del propio sexo y un conocimiento profundo del otro.

n

Conseguir que tanto mujeres como varones se desarrollen integralmente, para que puedan enfrentar el futuro de una manera cooperativa y autónoma, tanto en el ámbito privado como público, respetando su identidad individual.

o

Educar para lograr una ética sexual que fomente la madurez personal y libero a mujeres y varones de falsos mitos y tabúes que existen sobre la sexualidad.

n

Proporcionar a las y los jóvenes el máximo de experiencias diferentes para que puedan elegir sus actividades en función a sus preferencias personales y no influido; por la presión social de pertenecer a uno u otro sexo biológico

La tensión entre una escuela que educa para la inserción a este mundo plagado de injusticias, y la escuela como un lugar que propicie en el futuro una sociedad más justa y equitativa está más que nunca de actualidad; sobre todo, cuando se habla del tema de equidad entre varones y mujeres. Porque, si bien es cierto que la escuela debe prepararnos para este mundo, no es menos cierto que también debe ser un espacio cargado de futuro, donde podamos experimentar los Derechos Humanos y como no, donde a pesar de las diferencias, todas y todos tengamos las mismas oportunidades de desarrollo.

5.

Medios de comunicación y género

Los medios de comunicación no son sólo vehículos de información y de entretenimiento de la población, sino que, además, son una forma más a través de la cual las personas desarrollan su proceso de socialización. Dicho de otra manera, los medios de comunicación, en la medida que trasmiten mensajes y valores, creencias, etc., son otra forma de educación de los individuos que componen una sociedad. El gran poder de los medios de llegar a miles, incluso a millones de personas a la vez, y de influir en su opinión y en su forma de pensar, ha llevado a los diferentes grupos de poder a utilizarlos y emplearlos para influir en la población y contribuir a la formación de un pensamiento afín a sus ideologías.

El medio de comunicación con más influencia en la actualidad es la televisión seguido por la radio y la prensa escrita, aunque en los últimos años el internet cada vez es utilizado por más personas. En la región Piura hasta hace unos años y sobre todo en la zona rural, la radio ha sido un medio de comunicación muy importante y el más popular en la medida que podía llegar a la gente más humilde y con menos nivel académico; muchas personas no tenían acceso a aparatos de

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televisión, y otras no hacían uso de la prensa escrita porque eran analfabetas.

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realizar las tareas que le asignan con mayor facilidad y eficiencia. Acepta el modelo patriarcal, sin expresar deseos de cambio.

Una característica de la comunicación y en especial de la comunicación de masas es que ésta se realiza en gran medida en el plano simbólico. Es decir, a partir de representaciones no explicitas; lo que conlleva que estos mensajes sean fácilmente asimilados por los/as televidentes, oyentes o lectores/as sin que éstos tengan conciencia plena de lo que están codificando o descodificando17. De esta manera, desde los medios de comunicación, se reproduce las inequidades y los estereotipos de género; las cuales, en muchos casos no son analizadas, ni asumidas por los/as consumidores/as de estos medios. Por otro lado, es importante señalar que esta discriminación contra la mujer se da también excluyéndola de la noticia, de su importancia en la vida social y política de una nación o región. Es decir, no se refleja la importancia de este sector de la población en el espacio público. Si bien los medios, no son, efectivamente, la causa principal de la inequidad de género, lo cierto es que en este tema juegan un papel fundamental en la difusión de corrientes de opinión y valores sexistas o machistas. Los medios de comunicación, al igual que la escuela o la familia u otras instituciones reproducen las ideas o las formas de ver el mundo de las sociedades en donde se sitúan. Pero, sobre todo son los portavoces de las ideas y formas de pensar del grupo al que pertenece, siempre teniendo en cuenta al público que se dirige.

La imagen estereotipada de la mujer prevalece en todos los medios de una manera u otra, pero a la vez se percibe un aumento de imágenes violentas y pornográficas de las mujeres, sobre todo en los medios escritos denominados ‘chicha”.

Algunos de los estereotipos más utilizados son:

n

Imagen de la mujer tradicional: Eficiente y satisfecha con los roles que le toca desempeñar en el hogar. Es una mujer que le gusta actualizarse constantemente en este rol; por ello, consume productos materiales y culturales, que le ofrecen los medios, para

17 Esto sucede más a menudo con los medios audio visuales o auditivos más que con la prensa escrita donde existe mayor posibilidad de análisis de la información puesto que el lector o lectora puede fijar con más facilidad el tiempo, el modo y la velocidad de percepción de la noticia que está leyendo, por lo tanto tiene mayor capacidad de análisis.

o

La mujer ambiciosa: Es “la mala de la película” “la víbora” “traicionera”. Estas mujeres se muestran como insensibles, crueles y vengativas. El motor que las mueve es el poder, y son presentadas enfrentadas a otras mujeres “las buenas” (que asumen el rol tradicional) y a otros hombres de quienes se aprovechan, subordinan o explotan.

n

La mujer moderna: Es la mujer que conjuga el trabajo del hogar con el empleo, generalmente en puestos de poca responsabilidad o escaso poder. No cuestiona la recarga de trabajo, ella puede hacerlo todo sin ayuda de su pareja sentimental, si necesita ayuda recurrirá a otra mujer como empleada. Aparecen abiertas al mundo, a las nuevas corrientes culturales y de consumo, pero si tienen que tomar partido elegirán a los hombres frente a otras mujeres.

o

La mujer sexy: Con sus dos versiones la de “jugadora” y la “gatita mimosa”. La imagen que se difunde de este arquetipo es la de la mujer que busca seducir al varón, despertando en ellos deseos sexuales y de conquista. Esta mujer no aparece nunca ligada a otros aspectos de su vida, familiar o laboral.

n

La mujer indígena, campesina o pobre: Por un lado, cuando ésta es joven hay una tendencia a presentarla como prototipo de la cenicienta moderna, que si bien es pobre, ingenua y bonachona, conseguirá un príncipe (un hombre importante) que logra sacarle de su miseria. Por otro lado, las mujeres indígenas (campesinas o pobres) se presentan como la antitesis de lo que debe ser una mujer e incluso un ser humano. Aparecen como mujeres feas, sucias, ignorantes, etc.; mostrándolas, generalmente, como una parodia de la realidad, un ejemplo de ello puede ser el programa televisivo de la “Paisana Jacinta”.

Uno de los mensajes comunes que se promueven para las mujeres tiene que ver con su impecable presencia física. Así la belleza y la juventud aparecen como los fundamentales atributos que una mujer debe tener para ser una persona exitosa. Como afirma Tachi Arriola

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(1993) “Los medios contribuyen a la representación social del “cuerpo ideal” ofreciendo ejemplos de mujeres atractivas modelos, actrices, cantantes, muñecas que prestan un referente con el cual las mujeres se comparan y toman como modelo a seguir. La realidad es que siendo las mujeres tres mil millones en el planeta, sólo una docena son supermodelos”18. Todo ello con una gran carga racista; más bonita cuanto menos chola, menos negra y sobre todo cuanto menos indígena.

El cuerpo de las mujeres se usa para vender de todo, especialmente en la publicidad. Pero, normalmente, se exhibe un cuerpo fragmentado (exuberantes senos, piernas, torsos, glúteos) y los modelos que consumen los hombres. El cuerpo femenino19 es un señuelo para vender más gaseosas, bebidas alcohólicas, comidas “light”, carros, etc.

Con todo, desde hace algún tiempo, también están comenzando a aparecer otras imágenes de mujeres, sobre todo, en los programas informativos, de opinión, en paneles, entrevistas, y telerevistas de divulgación social o científica. Así, los arquetipos de mujeres presentidos coexisten con nuevos modelos de mujer, donde, algunas de ellas, aparecen como expertas de ciertos temas de actualidad, generalmente ligados a áreas como la educación u otras de interés social. Estos cambios, no dejan de ser todavía una excepción a la regla, y además están dirigidos a un público urbano, de alto nivel educativo y capacidad de consumo, que asume estos modelos como parte de una modernidad que anhela.

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Algunos grupos de mujeres y ONGs para el desarrollo han incorporado formas alternativas de comunicación con otros contenidos, incluso de crítica hacia esta visión androcéntrica, racista, clasista... de los medios de comunicación más consumidos. Estas organizaciones cada vez emplean otros medios alternativos para divulgar su mensaje, medios como: afiches, volantes, grafitis, dípticos o trípticos, murales, boletines o revistas periódicas, videos, teatros callejeros...

tipada, como por ejemplo Radio Cutivalú en Piura. E incluso medios de comunicación o programas radiales de los movimiento feministas donde se han superado estás visiones discriminadoras y denigrantes para la mujer y que ofrecen información de calidad para el conjunto de la población femenina, por ejemplo Radio Milenia o el programa de Canal N “barra de mujeres”, por poner dos ejemplos.

Si bien, existe un incremento del número de mujeres que trabajan en el sector de las comunicaciones (sobre todo en programas con temáticas tradicionalmente femeninos o dirigidos a mujeres); este incremento, no se ha traducido en un aumento similar en el acceso al poder y a la toma de decisiones en los medios. Las mujeres tampoco están en condiciones de influir en las políticas de comunicación como sería deseable. Por otro lado, si bien, algunas mujeres han accedido al poder en algunos medios, éstas muchas veces no tienen la intención de incluir la perspectiva de género para cambiar el sistema de discriminación de género.

Para finalizar, hay que indicar que: La falta de sensibilidad de género en las políticas y programación de los medios; el aumento en la promoción del consumismo; la necesidad de crear mecanismos autorregulatorios para los medios; el mito de que lo educativo no entretiene, son algunas de las limitaciones que existen para construir medios de comunicación interactivos, educativos y que promuevan cambios a favor de sociedades menos excluyentes y más justas.

Algunas propuestas para incluir la perspectiva de género en los medios de comunicación y para romper con los estereotipos sexistas de éstos:

En este sentido, en Perú, y en Piura, también existen medios de comunicación alternativos donde la imagen de la mujer no está tan esterio-

18 ARRIOA Tachi. Telebelleza, la mujer irreal” Ponencia Editada por Radio Cutivalú y EQUIEDUCA, Seminario “Equidad entre varones y mujeres… presente y futuro del desarrollo humano” Piura 2003 19 La palabra femenino se está usando haciendo alusión, sobre todo, al cuerpo de la mujer. Hay personas que sin haber nacido mujeres tienen algunas o muchas de las características del cuerpo de la mujer (transexuales, travestis) Si bien en los espacios que se mueven estas personas, también, son utilizados como objetos sexuales, en los medios le comunicación que se mencionan en este texto, suelen apoyarse fundamentalmente en los cuerpos de las mujeres

En otro orden de cosas, hay que señalar que, en los últimos años, el proceso de globalización y los avances realizados en la tecnología de la información, tiene beneficios para los grupos de mujeres organizadas (que en la mayoría de los casos son las que manejan información de políticas de género). Estas redes de comunicación han permitido que, en cierta medida, las mujeres organizadas se conecten más, nacional e internacionalmente y haya un mayor grado de comunicación entre ellas. Pero, por otro lado, también tiene desventajas; porque muchas mujeres, sobre todo, las mujeres más pobres, no tienen acceso a las crecientes autopistas de la información y a las nuevas tecnologías de comunicación.

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n

Promover el acceso equilibrado de mujeres y hombres en los cuadros, cargos y órganos de gestión de los medios. Facilitar la participación de profesionales capacitados/as en comunicación y género en todos los órganos de toma de decisiones y en todos los ámbitos de gestión, producción y difusión.

o

Modificar las prácticas laborales que tienden a escoger fuentes de información masculinas y a desatender y excluir a las mujeres como sujetos y protagonistas de las mujeres. Replantear las relaciones con los diferentes agentes y poderes sociales y políticos. n Profundizar en líneas y políticas generales de programación y contenidos que aporten enfoques y puntos de vista más diversos y plurales al tratamiento y presentación actuales de la información. Redefinir y diversificar los mecanismos de selección y jerarquizción de la noticia.

o

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Proponer lecturas diferentes de la actualidad que incluyan las opiniones también de las minorías o de las personas con menos poder y sean más abiertos a la presencia y protagonismo de las mujeres en todas las esferas de la vida política, social y laboral. Favorecer la aparición respetuosa y no discriminatoria de las mujeres jóvenes, pobres, campesinas y/o indígenas que acostumbran a estar doble o triplemente excluidas.

n

Rechazar o reducir la emisión de cualquier tipo de mensaje con contenidos y estereotipos sexistas y discriminatorios, ya sea en la información, en los programas educativos, divulgativos, culturales, deportivos, en la publicidad, etc.

o

Alcanzar una mayor presencia de mujeres como expertas y comentaristas de los espacios de opinión y divulgación. Las mujeres deben convertirse, también, en referentes de la vida política y social (deportes, ciencias, mundo obrero, etc). Del mismo modo es importante que los varones participen en espacios de opinión tradicionalmente reservados para las mujeres, espacios que tienen que ver con temas de la vida privada (educación y salud de hijos e hijas, etc) y con temáticas relacionadas con la equidad de género y la nueva propuesta sobre identidades masculinas alternativas.

n

Incluir espacios y programas educativos, culturales y/o divulgativos que expliquen y reivindiquen el papel de las mujeres en la historia yen la sociedad, así como las reivindicaciones de varones no sexistas. Apoyar iniciativas innovadoras y creativas que fomenten la igualdad de género en los entornos familiares, productivos y sociales.

o

Evitar el uso sexista del lenguaje, especialmente de las formas lingüísticas más excluyentes como el uso sistemático del masculino como genérico. Utilizar otros usos más tolerantes, y buscar alternativas no discriminatorias en la redacción de textos orales y en la aparición de las imágenes.

n

Realizar sondeos de opinión para detectar cuales son las expectativas de los y las beneficiarias de estos medios.

o

Educar a la población, desde la Educación Formal y no Formal, para que hagan un uso de más crítico y selectivo e inteligente de los medios, que puedan servir a la larga en una mejora de la calidad y representatividad de los contenidos periodísticos y mediáticos.

n

Formar a las y los profesionales tanto contratados / as como voluntarios / as para que tengan en cuenta e introduzcan la perspectiva de género en sus producciones mediáticas. Crear mecanismos de evaluación y auto-evaluación que midan y preservan los derechos de todas las personas desde la perspectivas de género. Proveer de asesoramiento continuo a las y los profesionales, así como a los y las agentes de comunicación voluntarias / os siempre que lo necesitan para que la perspectiva de género sea una realidad en los medios.

o

Utilizar la evaluación permanente como un mecanismo de avance y de cambio, incluyendo los avances en los indicadores de géneros y asumidos por los medios de comunicación.

39


MIRANDO LA TEORÍA DESDE LA PRÁCTICA A.

Lee con atención el siguiente fragmento que hemos extraído del texto seleccionado:

Desde los primeros días, meses, años de vida se prepara a niños y a niñas para que de adultos cumplan el rol que la sociedad quiere que cumplan: A las niñas para que sean buenas madres y amas de su casa; y a los varones para que se muevan con independencia, autonomía y sean los proveedores del hogar.

Como madre o padre de familia ¿Has ¿Estás de acuerdo con esta apreciatenido alguna vez este tipo de comportación que tiene la autora de este texto? miento con tus hijas e hijos? ¿Por qué?

B.

Dice la autora de este texto que la escuela es todavía un espacio donde se dan las mismas injusticias que se presentan en la sociedad y que existe un trato discriminatorio entre mujeres y varones que se puede observar cuando: se separa al alumnado en materias, por ejemplo a las mujeres se les enseña costura y a los varones carpintería; se permite que en las horas del recreo el patio lo utilicen fundamentalmente los varones para jugar pelota; se disponga solamente las alumnas para la limpieza del aula; y se utiliza un lenguaje totalmente excluyente con las mujeres, es decir cuando se habla en masculino, y sólo nos referimos en femenino cuando hay una alusión especifica a las mujeres.

¿Estás de acuerdo con esto que señala la autora?

40

C.

¿En tu institución educativa se da este tipo de prácticas escolares? ¿Por qué?

¿A qué le llama la autora del texto “currículo oculto de género”?


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