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EL DESAFÍO MADRE EN ESTE SIGLO XXI

Ser madre es un gran privilegio, y aunque el papel de la mujer en la maternidad ha evolucionado a lo largo de la historia, cada madre tendrá una esencia única e irrepetible, con un amor y un instinto inigualable. Si bien es cierto que cada madre tiene cualidades únicas que la identifican, existen características puntuales para reconocer a una mamá exitosa en el mundo actual, que está lleno de exigencias para ellas y su familia.

Pues Ser madre en el siglo XXI puede ser una tarea agotadora, Muchas veces, las madres se ven obligadas a hacer malabarismo entre el trabajo, las tareas del hogar y la crianza de sus hijos.

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A menudo, la sociedad y la familia espera que las madres estén disponibles en todo momento, lo que puede llevar a un agotamiento emocional y físico.

Ser madre ahora es muy diferente a como era años atrás, muchas madres trabajan fuera del hogar, lo que significa que deben equilibrar el trabajo y el cuidado de sus hijos. En algunos casos La tecnología ha hecho que sea más fácil trabajar desde casa o mantenerse en contacto con los hijos mientras se está en el trabajo, pero aun así se puede tener la sensación de nunca tener tiempo suficiente para ellos.

Se puede decir que la mujer del siglo XXI es una súper heroína donde cada día se cuelga la capa de la mujer maravilla para desempeñar su mejor papel el de ser profesional, esposa y madre Y aunque muchas veces esa capa se vuelve de plomo por las situaciones que se pueden presentar en el camino y ese peso puede dejar sin energía para seguir adelante, pero esto no ha sido un impedimento para alcanzar los sueños y las metas.

TIPS PARA LOGRAR SER MAMÁ Y PROFESIONAL AL MISMO TIEMPO

- Se debe tener un plan para poder manejar los dos roles. No se puede dejar algo a la deriva.

- Es necesario apoyarse en el esposo y en la familia.

- Se deben controlar los horarios y priorizar un estilo de vida equilibrado.

- Y lo más importante, se debe conservar la calma.

Se van a presentar un montón situaciones que no sabrá cómo manejar en un inicio y que le exigirán pensar con cabeza fría.

- Una madre sabe que sus hijos son su mayor recompensa al final del día.

MIRA LO QUE DICE SU LA PALABRA:

Proverbios 31:13-19

13 Busca lana y lino, Y con voluntad trabaja con sus manos.

14 Es como nave de mercader; Trae su pan de lejos.

15 Se levanta aun de noche Y da comida a su familia Y ración a sus criadas.

16 Considera la heredad, y la compra, Y planta viña del fruto de sus manos.

17 Ciñe de fuerza sus lomos, Y esfuerza sus brazos.

18 Ve que van bien sus negocios; Su lámpara no se apaga de noche.

19 Aplica su mano al huso, Y sus manos a la rueca.

Estamos

DISEÑADAS POR DIOS PARA SER LAS MEJORES EMPRESARIAS ESPOSAS Y MADRES UN PERFECTO EQUILIBRIO ENTRE EL SER Y EL HACER.

Por: Kaddy Cuevas @La OvejaSabia Philadelphia

¿Ya te pasó eso que nos pasa a las madres? -No a todas no- quizá haya una santa y equilibrada por ahí… ¿Ya te pusiste en el lugar de Víctima? ¡No te culpo! ¡he estado ahí montón de veces! ¡Cualquiera cae! Eso de sacar la larga lista de “solo yo” o “si yo no lo hago no se hace” es seductor, es adictivo y si te descuidas se vuelve un hábito molestoso para los que te rodean.

Detrás de ese enlistar de “las cosas que he hecho todo el día” hay una madre buscando desesperadamente la validación de su familia. ¿Está mal? …Quizá no… ¿es legal? ¡Quizá sí! Bueno, ya que el ser mamá no paga un sueldo, ¡deberían -por lo menos- “reconocer” ¡nuestro arduo trabajo! Seamos honestas… Nos gustaría que nuestra familia hiciera una procesión gritando a voz en cuello cada pequeña cosa que hacemos, cuanto nos valoran y cómo el mundo dejaría de girar sin nosotras… ¡te tengo malas noticias! ¡That’s not gonna happen! Y es que el día que más luchemos, será posiblemente el día que menos reconocida seamos. ¿duro verdad? ¡pero real! Por esta razón, en este mundo caído, los discursos de empoderamiento suenan cada vez más alto. Cada vez la falsedad de un speech que busca “auto valorarte” a la fuerza, negando nuestra natu-

ABRIL raleza de mujer, es más común. Este discurso nos invita a soltar y a “no dejarnos” pero ¿Se pueden soltar los hijos a su suerte? ¿Se puede soltar la responsabilidad? NO… aunque ¡técnicamente Sí! se puede soltar -con resultados catastróficos a futuro-

Madre, ¡No sigas atada! ¡Puedes soltar! Suelta esa necesidad de aprobación desesperada. El estrés de querer hacerlo todo. El yugo de vivir complaciendo a todos, y aún más; suelta esa convicción enfermiza de que lo qué haces solo vale cuando es “observado, reconocido y aplaudido”. Hay un valor incalculable de las cosas que hacemos con el corazón y que cansa las manos… …Hay un aplauso en el cielo que no se oye en la tierra… Se oye en el tiempo; cuando el futuro nos paga con hijos estables, agradecidos y completos…

¡Se suelta! ¡Si! al dejar de ser una mamá expectante; gritando internamente que le alimenten el ego con reconocimientos y aprobación. Eres mamá y has sobrevivido ¡Ya eres aprobada!

Cuando Jesús caminó sobre el agua, la magnitud del milagro nos hace pasar por alto una pequeña parte del texto: dice que “Él salió a ayudarles PORQUE “les VIO remar con gran fatiga mientras intentaban cruzar el lago en contra del viento” … ¡EL VE! lo que sigues haciendo cuando te vence el cansancio. ¡Él lo ve! Y no solo ve ¡Él tiene cuidado!

Te invito a hacer las cosas sabiendo que ¡Dios ve! Y me dirás ¡Uy pero que trillada la frase!!! Si, trilla- da, ¡pero liberadora! Cuando eres consciente de que como dice el salmista “ves mis trajines y afán y ves cuando me siento y cuando me levanto” SABES que tu labor como madre es observada por alguien superior. ¡ÉL VE! El vio el bien que hiciste en lo secreto; el de cada día, el bien que más nadie vio o, aunque lo vio, NO lo reconoció. Él ve cuando sigues remando como los discípulos -sin ningún progre- so- ¡pero sigues! Y Él toma en cuenta tu deseo de seguir echando los remos y sale en tu ayuda. Agar -la muchacha sola y desprotegida del antiguo testamento- le puso un nombre a Dios: “El Roi” porque abrumada y sorprendida, se dio cuenta que, por primera vez, alguien observaba su causa.

En tu día a día, mamá… ¡tranquila! Que Él es “El Roi” ¡El Dios que ve!

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