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estadio IV no está tanto en la gravedad como en la necesidad de participación del equipo interdisciplinar”

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En breve se celebra el congreso Sepa Sevilla, concretamente del 1 al 3 de junio, y uno de los temas estrella es la adaptación de las Guías de Práctica Clínica de la Federación Europea de Periodoncia para periodontitis estadio IV. ¿En qué consiste esta adaptación y en qué beneficia a los profesionales de la periodoncia y de la odontología en general?

La Federación Europea de Periodoncia se encargó en el año 2020 de elaborar unas Guías de Práctica Clínica para el manejo de las periodontitis estadios I-III y el año pasado lo hizo para las de estadio IV, que son las periodontitis en las que hace falta la implicación de diferentes competencias de la Odontología, ya que su manejo no es exclusivo de la periodoncia sino que debe acompañarse, en ocasiones, de la ortodoncia, la prótesis o los implantes.

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El proceso de adaptación de la primera Guía ya se hizo durante el confinamiento, y recientemente hemos culminado la adaptación de la Guía para periodontitis en estadio IV. La adaptación implica la revisión de la guía original, el análisis de esta y la actualización. Se lleva a cabo un proceso en el que se analiza recomendación por recomendación, para ver si la recomendación original se puede “importar” a nuestro entorno local sin modificarla, o si requiere, dada nuestra coyuntura particular, alguna modificación. En este último caso, en vez de adoptarla, se adapta. Este proceso incluye, por tanto, tanto la adopción como la adaptación, de forma que en nuestro documento (que podemos encontrar en la página web de SEPA), las recomendaciones originales aparecen o bien adoptadas o bien adaptadas, además de traducidas y entendidas dentro de nuestras particularidades locales.

¿Hay una serie de supuestos para que el profesional sepa cómo actuar en cada uno de ellos?

Exacto. Las Guías de Práctica Clínica no se publican con el objetivo de revolucionar la praxis, pero sí para ordenarla. Para mí es uno de los valores principales de las Guías: marcar el orden dentro de un plan de tratamiento, pues, por ejemplo, un paciente con periodontitis en estadio IV no debe tratarse con una ortodoncia, por ejemplo, hasta que no tienes la periodontitis controlada. Hay que definir aquellas consideraciones que son recomendables, sugeridas o que se dejan a la valoración del clínico o clínica. Aquello en lo que la ciencia no es tan firme, se sugiere y, por otro lado, existe un apartado de recomendaciones abiertas, donde la evidencia no te lleva ni a favor ni en contra de una terapia o estrategia, sino que lo deja a la valoración de la persona al frente del tratamiento.

Hoy por hoy, ¿qué retos tiene el profesional que se enfrenta a una periodontitis estadio IV?

El primer reto es el diagnóstico, porque la nueva clasificación de las enfermedades periodontales y periimplantarias está difundida, pero no está manejada por todos los que ejercen la Odontología. Para mí, la clave en periodontitis estadio IV no está tanto en la gravedad sino en la complejidad y en la necesidad de participación del equipo interdisciplinar, donde el periodoncista hará su parte, pero por muy bien hecha que esté, si el paciente tiene, por ejemplo, muchas ausencias de dientes, el deterioro funcional va a acarrear un riesgo. Entonces, si no trabajamos todo de manera coordinada, no va a funcionar. El segundo reto es saber hacer un plan de tratamiento organizado y ordenado, entendiendo que lo primero que hay que hacer, desde el punto de vista cronológico, es tratar la periodontitis. A partir de ahí entran en juego otras competencias de la Odontología para solventar otros problemas.

¿Qué papel juega el periodoncista en ese equipo multidisciplinar? Y, a la hora de actuar, ¿qué pasos tiene que dar dentro del proceso de actuación del equipo?

El periodoncista tiene que hacer la labor de coordinador, de maestro de ceremonias. Estamos hablando de un paciente cuyo desajuste funcional, estético y de salud ha empezado por una periodontitis. Por tanto, si llega al periodoncista, lo tenemos claro, pero si su motivo principal de consulta es colocarse los dientes o ponerse implantes, la persona encargada debe tener la precaución de remitirlo al periodoncista y este va a tener un rol de continuidad durante todo el tratamiento. Se va a encargar, al inicio, de poner a este paciente en salud, pero al paciente con periodontitis nunca se le da el alta, porque el cuarto paso de la Guía de Práctica Clínica es el mantenimiento, la terapia de soporte. Por tanto, esta debe hacerse con una periodicidad determinada por si surge alguna desestabilización a consecuencia de otro tratamiento o de la acumulación de factores de riesgo. No es cuestión de quién es más o menos importante, es otro tema, el periodoncista es quien actúa a largo plazo, además de ser quien arranca el tratamiento.

¿Este reto de mantener la continuidad del tratamiento es su principal objetivo a la hora de trabajar en clínica?

Tenemos dos objetivos. El primero es tratar de promocionar la salud, entendiendo la salud desde un punto de vista integral, no solo local. Así, debemos trabajar entendiendo que la boca forma parte de un organismo vivo, complejo y con muchas más partes interrelacionadas. Ese es el primer objetivo, común a todos los dentistas.

Por otro lado, conscientes de que los pacientes muchas veces llegan con ausencia de salud y de que lo que nosotros hacemos es devolvérsela, efectivamente nuestro reto sería mantener ese resultado. Los pacientes tienen que entender que la periodoncia es una carre -

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