
4 minute read
Cómo reducir el ESTRÉS en la peluquería
from EspeciesPRO 233
by Grupo Asís
Uno de los temas de vital importancia en la peluquería canina, capaz de influir para bien o para mal sobre el funcionamiento de nuestra actividad, es el estrés. Como profesionales debemos ser capaces de minimizar las situaciones incómodas en nuestro salón.
Ester Catalán Profesora de peluquería y criadora de caniches Sami’s peluquería canina y felina www.samis.cat Imágenes cedidas por la autora
La organización y la logística, el ambiente sonoro, emocional, limpieza de las instalaciones, comodidad y amplitud de las mismas e incluso los olores. Todos estos factores contribuirán inevitablemente a crear una atmósfera de relax o de tensión, tanto en los animales como en nosotros mismos.
En primer lugar, vamos a centrarnos en el establecimiento. Las diversas actividades de la peluquería deberían estar separadas o delimitadas las unas de las otras, para que no interfieran en el óptimo desarrollo de cada una.
La recepción
Debe ser agradable, luminosa, limpia y sin pelos, con zona de espera para los clientes, donde puedan sentarse, ojeando esta revista por ejemplo, mientras esperan a su mascota (figura 1). Si tenemos posibili
Los secadores “manos libres” también fomentan la calma durante el proceso de secado al ser mucho menos estridentes.
dad, evitaremos que los animales tengan visibilidad directa con sus dueños. Esto contribuye a su tranquilidad y permite finalizar el servicio adecuadamente.
Sala de espera de las mascotas
Debería ser una zona apartada de las bañeras y las mesas de secado, para impedir humedades y bolas de pelo en los boxes. Conviene que no haya posibilidad de visión directa entre los perros que haya
Costumbres, rutinas y procedimientos
Es importante que nuestro espacio de trabajo irradie paz. Hablo de nuestras costumbres, rutinas y procedimientos. Para ello, debemos ser organizados y disponer de zonas de almacenaje suficientes a nuestro alcance. Conviene utilizar solamente las herramientas indispensables en cada momento.
Hay que ser limpios y pulidos, barriendo el pelo entre servicio y servicio, o siempre que tengamos ocasión, y mantener el orden en la mesa y el suelo: • Desinfectaremos todas las superficies donde estén los perros. • Fregaremos suelos, bañeras y herramientas al finalizar la jornada. Hay que controlar el volumen y el estilo de la música que nos acompaña, aunque personalmente yo opto por el silencio, ya que después de las habituales largas jornadas, a veces podemos sufrir dolores de cabeza y la ausencia de melodía resulta calmante. Todo ello, con el objetivo de evitar el caos visual, logístico, sonoro y de olor, que irremediablemente estresa. Quizá no a los perros, pero sí a nosotros y como ya sabemos, nuestra energía influye directamente en el temperamento de nuestro cliente peludo.

Figura 1. La recepción debe ser agradable, luminosa y limpia, con zona de espera para los clientes, y contribuir a crear una atmósfera de relax.


Figura 2. La zona de baño tiene que estar separada del resto de actividades de la peluquería, con suficiente iluminación y ventilación.
en unos y otros. Los boxes serán preferentemente de aluminio, ya que son más fáciles de desinfectar. Podemos colocar una toalla limpia y seca, sobre la que el perro descanse confortablemente.
Zona de baño y secado
También tiene que estar delimitada del resto de actividades de la peluquería y si disponemos de un local que lo permita, se recomienda utilizar una habitación distinta, con suficiente iluminación y ventilación (figura 2). La humedad, el ruido de los secadores a veces muy elevado, el pelo volátil en el ambiente, el olor intenso... Todos estos elementos condicionan y pueden provocar situaciones de estrés.
Debemos prever la posible angustia que pueden sentir algunos perros al ruido intenso y a la presión de aire de algunos expulsores. Los secadores “manos libres”, a parte de su utilidad a la hora de trabajar el manto, también fomentan la calma durante el proceso de secado al ser mucho menos estridentes. Lo mismo sucede con las cabinas de secado.

Zona de corte
Esta debe ser la más amplia, luminosa y silenciosa, o no, pero en todo caso, conviene que tengamos un hilo musical de ritmo suave y con volumen moderado. Esto aportará el clima confortable y tranquilizador que necesitamos para trabajar (figura 3).
Empatizar con la mascota
Si las mascotas se ponen nerviosas ladrarán, llorarán, se angustiarán y lo contagiarán al resto. Hay que empatizar en todo momento con la mascota que nos ocupa. ¿Cómo? • Fomenta su comodidad postural. • Minimiza la molestia durante los desenredados. • Utiliza correas de tela que no aprieten. • Trabaja con movimientos firmes y seguros sin ser bruscos, sino amorosos. No hay que dar lugar al griterío, humano o perruno. Si es necesario rectificar la actitud de un perro utilizaremos un tono de voz grave, simple y corto. Y premiaremos las buenas formas con nuestra voz más agradable, también con golosinas y caricias, siempre que sean en zonas en las que no aplastemos el pelo ya arreglado (morro, garganta, barriga, etc.).
No ejercemos un oficio con objetos inanimados, ni de forma mecánica o sistemática. Trabajamos con seres sintientes, con necesidades únicas, así que, si nuestro deseo es que nuestros clientes peludos lleguen contentos a las puertas de nuestra peluquería esta debe ser, sin duda, nuestra forma de proceder.



