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Primeras pautas de EDUCACIÓN en casa
from Especies 241
by Grupo Asís
el mundo del cachorro y del gatito
xx El mundo del
Entradilla especial cachorro y del
gatito
Una persona que incluye un pequeño ser en su vida es un cliente importante en el establecimiento. Generalmente está ávido de información y tenemos que proporcionársela constantemente. Asesorarle correctamente para evitar que cometa errores es una inversión de futuro en nuestro negocio y en la sociedad.
Primeras pautas de educación en casa
Educar a un perro es una tarea compleja que va mucho más allá de enseñar al individuo todo lo que puede o no puede hacer e incrementar su obediencia como fin principal. Hacerlo correctamente desde el primer día evitará problemas en el futuro adulto. Recuérdaselo a los clientes.
Aida Semiramis Educadora canina de LealCan www.lealcan.com Imágenes cedidas por LealCan
Es muy importante que los nuevos responsables del perro sean conscientes de que está en sus manos ayudar al cachorro a desarrollar sus capacidades intelectuales y afectivas. Solo así será capaz de desenvolverse dentro de las normas de convivencia de la sociedad a la que va a pertenecer el resto de su vida.
Por este motivo durante las primeras semanas del cachorro en casa su nueva familia debería esforzarse en conseguir una serie de objetivos: • Ayudarle a descubrir el mundo en el que va a vivir. • Formarle para que se convierta en un adulto tranquilo y seguro de sí mismo. • Darle las herramientas suficientes para que sepa manejar las distintas situaciones con las que se va a encontrar en la vida. • Transmitirle la confianza de que siempre estará a su lado para ayudarle con aquello que le resulte más complicado.
Pilares básicos
Para empezar debemos transmitir al responsable del perro los pilares básicos que facilitarán su vida y la del nuevo ser que acaba de integrar en su vida.

Evitar los gritos
Cuando cualquiera de nosotros introduce un cachorro en su familia, tiene claro que lo va a cuidar, a proteger y a querer durante toda su vida. Pero esa bolita peluda que acaba de separarse de su madre, de sus hermanos, de su entorno, de todo aquello que conoce y ama, de repente está en un lugar desconocido en el que ignora cómo manejarse. El cachorro no está familiarizado con sus nuevos compañeros y no tiene ni idea de sus intenciones. Desconoce las normas y lo que se espera de él.

Hay que evitar los gritos: el cachorro se encuentra de repente en un lugar desconocido en el que ignora cómo manejarse.
Si lo primero que percibe es un lugar donde todo está prohibido y en el que recibe gritos y amenazas de unos gigantes enfadados (el típico “no” rotundo), no será fácil que se sienta seguro y protegido en su nuevo hogar. Intentemos ponernos en su lugar. Imaginemos que un oso nos encuentra y nos lleva a su guarida. Si tenemos hambre y vamos hacia la comida nos gruñe enseñándonos los dientes. Cogemos un palo para entretenernos y nos lo quita de un manotazo. Intentamos salir de la cueva y se pone delante con la boca abierta impidiéndonoslo. Quizá ese gigantesco oso tiene la intención de cuidar de nosotros y tan solo nos está explicando sus normas, pero ¿lo entenderíamos así? Está claro que si gritamos al cachorro cada vez que hace algo que no debe, parará de inmediato por el susto que se acaba de llevar, pero ¿cuál será el precio? Estaremos formando a un perro inseguro que verá el mundo como un lugar lleno de amenazas que provienen incluso de las personas que deberían cuidarle y protegerle. O, si tiene un carácter más fuerte, estará aprendiendo que las cosas se consiguen mediante la intimidación y la imposición; esto a la larga puede resultar muy peligroso.
Que un cachorro se convierta en un adulto tranquilo y seguro de sí mismo dependerá de cómo lo eduque su familia desde el primer día.
Necesita explorar su entorno
Los cachorros habitualmente muerden todo lo que encuentran, rompen zapatos, mordisquean calcetines, incluso pueden destrozar el mando de la tele. Este es un comportamiento normal. Los pequeños tienen la necesidad, y la obligación, de investigar todo cuanto les rodea. Acaban de nacer, no saben nada y todo les llama la atención. Tienen que ir adquiriendo información que les ayude a desenvolverse en este mundo. Para ello deben descubrir si los calcetines son nutritivos, los zapatos presas que se pueden cazar, si al destripar el mando de la tele encontrarán algo de alimento, o si al coger cualquiera de esos objetos pueden empezar un juego apasionante de persecución con sus nuevos compañeros. Simplemente están explorando.
Debemos informar a la familia de que lo que tiene que hacer al respecto es preparar la casa para que pueda inspeccionar libremente y sin riesgos: • No debe dejar a su alcance nada peligroso como medicamentos, productos de limpieza o piezas pequeñas que se pueda tragar. • Conviene tapar los cables, bloquear las escaleras y retirar los objetos que tengan valor para ellos. • Tienen que proporcionarle juguetes y elementos adecuados para morder.
De esta forma el cachorro estará cumpliendo con su necesidad de obtener información del mundo y su guía se evitará perseguirle por la casa quitándole todo lo que coja. Recuérdales que el comportamiento normal del cachorro es investigar lo que le rodea y que es responsabilidad de la familia que no tenga acceso a aquello que no quiere que muerda o que pueda dañarle.
Introducirle gradualmente al mundo
Es importante presentarle poco a poco todo aquello con lo que convivirá día a día: personas adultas, niños, otros perros, animales… Si se espera mucho tiempo para iniciar la socialización le resultará más complicado.
Hay que ir acostumbrándole a distintos contactos por todas las zonas del cuerpo (orejas, patas, rabo, etc.), al cepillado, al arnés, etc. Todo muy despacio para que sea una experiencia agradable.
El cachorro debe investigar todo lo que le rodea y es responsabilidad de la familia evitar el acceso a aquello que no quiere que muerda o que pueda dañarle.
Recomendaremos evitar los gritos y usar técnicas de adiestramiento en positivo en el que no se utiliza el castigo positivo (aparición de algo desagradable para el perro). Los cachorros necesitan la protección de su familia humana para poder sobrevivir.


Hay que ir acostumbrándole a distintos contactos por todas las zonas del cuerpo, al cepillado, al arnés, etc.
No es adecuado esperar a que sufra una otitis o se le introduzca una espiga para tocarle la oreja. En ese momento habrá que invertir el tiempo necesario para solucionar el problema y no podrá hacerse de manera progresiva; su primera experiencia de contacto con las orejas no será agradable.
Hay que dejarle observar las distintas situaciones y olisquear los objetos y seres. Tiene que recabar información y guardarla en su memoria.
En manos de su familia humana
Hay muchas cosas que se deben hacer con un cachorro, pero lo más importante es tener claro que su educación está en manos de su guía. Este tiene que fomentar, sobre todo, la adaptación, la socialización y la confianza porque con esta base bien construida, será más fácil que aprenda las normas de convivencia que tendrá de adulto.
Las primeras experiencias de un individuo se almacenan en el cerebro para relacionarse, posteriormente, con situaciones similares y actuar en consecuencia, por lo que debemos procurar que sean buenas experiencias y se asocien con emociones positivas.
Tu cliente tiene un bebé en sus manos, de otra especie, sí, pero un bebé, que no tiene las capacidades necesarias para aprender determinadas cosas, ni para hacer gala de un buen autocontrol. Debemos transmitirle la importancia de adaptarse tanto a sus necesidades como a sus capacidades según vaya desarrollándose.
Tener un perro tranquilo y adaptado a nuestro mundo humano pasa por un trato adecuado durante su fase de cachorro. Toda la paciencia, constancia, coherencia, cuidado y cariño que se invierta ahora en él dará muchas alegrías durante el futuro.
Proporcionarle un buen descanso
Un cachorro necesita dormir mucho para que su cerebro asimile todos los estímulos que para él son nuevos y así archivarlos en su cabeza de forma apropiada. El mejor lugar para dormir es cerca de su nuevo compañero humano. Para la mayoría de los cachorros es aterrador quedarse solos ya que a estas edades necesitan la protección de su familia, que a partir de ahora está formada por al menos un ser humano, para poder sobrevivir.
Dejarles dormir en la misma habitación evitará que introduzcan en su memoria la sensación de desprotección, desamparo y desconsuelo que se transformará en problemas de comportamiento en el futuro.